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miércoles, junio 08, 2011

El hankazo, las lecturas de una detención

MÉXICO, DF, 7 de junio (apro).- Desde la mañana del sábado 4 hasta la madrugada del 7 de junio, la detención de Jorge Hank Rhon, exalcalde priista de Tijuana, Baja California, hombre de una fortuna mayor a los mil millones de dólares y considerado uno de los “intocables” del viejo régimen, ha generado distintas lecturas en los medios masivos, impresos y en las redes sociales.

El primer impacto ha sido, sin duda, en las filas del priismo. Cuidadoso después de muchas demostraciones de exceso discursivo, el líder nacional priista Humberto Moreira insistió en que esperará al desenlace de la investigación realizada por la Procuraduría General de la República (PGR).

La acción del Ejército y el traslado de Hank Rhon a las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) generaron una carambola de varias bandas en las lecturas políticas de este incierto verano. He aquí algunas de las más señaladas:

1. Impacto en el Estado de México. La más insistente en las redes sociales, en los corrillos políticos y en las columnas periodísticas es la presunta intención de impactar en la campaña de Eruviel Avila, abanderado priista, y en las aspiraciones de Enrique Peña Nieto por un dato biográfico indudable: Hank Rhon es el hijo de Carlos Hank González, máximo emblema de poder del Grupo Atlacomulco que ha gobernado el Estado de México desde la mítica fundación por Isidro Fabela de esta cofradía de intereses y de redes familiares.

La familia Hank es clave en la cultura de los negocios y de la política mexiquenses. Su padre mitificó la práctica del patrimonialismo y negocios privados al amparo del poder público. Su hermano, Carlos Hank Rhon, aspiró a ser el sucesor de Arturo Montiel y se “disciplinó” en aras de recibir parte del pastel que ha repartido en estos cinco años Enrique Peña Nieto. La familia está adscrita a la corriente de Roberto Madrazo, excandidato presidencial de 2006, y se trata de una dinastía con múltiples conexiones y negocios en todo el territorio nacional: de Tijuana hasta Cancún, Quintana Roo.

Paradójicamente, el posible impacto de la detención en el escenario electoral del Estado de México fue alentado por los propios priistas. Moreira no metió las manos al fuego por la culpabilidad o inocencia de Hank Rhon, pero sí lo consideró un “extraordinario presidente municipal” de Tijuana y parte de una “destacada familia” priista. Se quejó porque podría tratarse del inicio de una “cacería de brujas”.

Quien generó una sobrerreacción de impacto negativo fue el coordinador de la campaña de Eruviel Avila, el diputado federal Luis Videgaray. En una inusual declaración, Videgaray, exsecretario de Finanzas del gabinete de Peña Nieto, afirmó que era “una perversidad política” querer empañar el proceso electoral estatal con la detención del hijo de Hank González, y aclaró que “no hay un solo peso” del dueño del Grupo Caliente en la campaña del PRI.

Un viejo refrán mexicano afirma que “aclaración no pedida, acusación manifiesta”. ¿Está dispuesto Videgaray a transparentar las cuentas y donaciones de Eruviel Avila para confirmar su dicho?

Sin duda, el tema ocupará un espacio en el primer debate oficial de Eruviel, Luis Felipe Bravo Mena y Alejandro Encinas este miércoles 8 de junio.

2. Impacto en Baja Californa. Un segundo nivel, menos comentado a escala nacional, es el impacto de esta detención en el escenario político-electoral de Baja California, entidad que elegirá gobernador en 2013.

Hank Rhon es un actor y un factor esencial en esta disputa. Eliminarlo de la contienda beneficia lo mismo al PAN que a sus posibles adversarios del PRI, aun cuando su derrota electoral hace cinco años hiciera muy difícil que repitiera en esta aventura.

No se puede olvidar que el secretario de Gobernación, el bajacaliforniano Francisco Blake Mora, tiene su interés puesto en la gubernatura de su estado, y que uno de los aspirantes priistas es el senador Fernando Castro Trenti. Este legislado fue el coordinador de la fallida campaña electoral de Hank Rhon y el distanciamiento entre ambos se agudizó tras la derrota de 2005.

3. Impacto en el escenario del 2012. Para dirigentes priistas como Emilio Gamboa Patrón se trata de una “embestida” contra el partido que aspira a recuperar el poder presidencial en el 2012 o del inicio de una “cacería de brujas”, según Moreira. Ambas lecturas presuponen que, realmente, existen “expedientes negros” que el gobierno federal panista podría utilizar en contra del PRI. ¿Por qué entonces apenas una semana atrás negó esta posibilidad el propio Moreira?

Para distintas voces de la izquierda partidista se trata del inicio de una etapa de “terror en materia electoral”, según declaró el senador Ricardo Monreal, del Partido del Trabajo (PT), mientras que otros voceros como Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, advirtió que Hank “no es una blanca palomita”, pero despierta sospechas el momento, el allanamiento militar al domicilio del exalcalde y la posibilidad de que este golpe espectacular acabe como una cortina de humo, al estilo del michoacanazo.

La reacción más difundida, dentro del ámbito del calderonismo, fue la de su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, abiertamente promovido en medios, aun cuando sus declaraciones sean fallidas. Para Cordero la aprehensión responde “a una limpieza de casa”. ¿Quiere decir el responsable del manejo de las finanzas públicas que vendrán otras medidas similares?

En un comunicado muy escueto, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN afirmó que sólo se aplica la ley y que “no puede haber impunidad, ni ciudadanos con privilegios superiores”.

4. Aplicación dudosa de la justicia. Distintos observadores han coincidido al subrayar que la detención de Hank está plagada de elementos más sospechosos que la propia fortuna de este personaje fichado desde años atrás en los archivos de las agencias estadunidenses como un hombre de dudoso prestigio.

Para empezar, nadie se cree la versión de que los militares actuaron a partir de una “denuncia ciudadana” anónima. Si así fuera, el mensaje es muy ominoso: bastaría una llamada anónima o la sugerencia de un soplón --y no una orden judicial-- para allanar el domicilio de un político o empresario vinculado a operaciones turbias.

En segundo lugar, la familia, en especial la esposa María Elvia Amaya y el propio Hank Rhon, a través de una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), han insistido que las armas fueron sembradas y que no se presentó ninguna orden de cateo.

“Me dijeron que me parara frente a unas armas que se encontraban en el piso y me tomaron unas fotos, armas que nunca había visto y que no reconozco”, insistió Hank Rhon en su escrito de dos cuartillas.

Ni la PGR ni el Ejército han sido convincentes ni contundentes en la operación del Hankazo. Ni siquiera el segundo cateo al domicilio del dueño de Grupo Caliente, realizado el lunes 6 de junio, arrojó certezas y despejó las dudas crecientes sobre una detención que periódicos como La Jornada editorializó como “insostenible”.

5. La mala fama de Hank Rhon. Buena parte de la información de contexto se ha dedicado a relatar las excentricidades y los antecedentes siempre polémicos de Hank Rhon. Ha salido a relucir la presunta autoría intelectual de Hank Rhon en el crimen del periodista Héctor Félix Miranda, El Gato Félix, en 1988, y de su constante acoso al semanario Zeta.

También se ha recordado que, en 1995, Hank fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en posesión de piedras preciosas, abrigos de tigre y objetos de marfil. Hank Rhon se sobrepuso al escándalo y salió libre bajo fianza.

En numerosas ocasiones se le ha vinculado al cártel de los Arellano Félix, los dueños de la plaza de Tijuana, así como a negocios turbios, que van desde la especulación inmobiliaria, el tráfico de especies animales y las cuentas poco claras del Grupo Caliente. La mitad de las acciones de este corporativo de apuestas, entretenimiento, hoteles y otras “atracciones”, ha sido vendida a un consorcio español.

Sin embargo, pese a su mala fama, Hank Rhon ha salido siempre bien librado. Incluso, cuando Dolia Estévez, entonces corresponsal del periódico El Financiero, publicó en 1997 que existía una presunta Operación Tigre Blanco de varias agencias estadunidense (desde la DEA hasta el FBI y el organismo de Aduanas) para atrapar al empresario-político, la revelación se diluyó en medio de demandas por daño moral contra la periodista.

La mala fama de Hank Rhon no fue, hasta ahora, ningún obstáculo para que ascendiera política y económicamente. Hoy su estrella priista estaba en declive, no así el monto y las ramificaciones de su fortuna. ¿Por qué no se realizó una investigación en este sentido?

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jueves, mayo 05, 2011

La muerte mediática de Bin Laden


MÉXICO, D.F., 3 de mayo (apro).- La noticia corrió como reguero de pólvora en los medios occidentales, la noche del domingo 1. De golpe, al confirmar la muerte de Osama Bin Laden, Barack Obama sepultó la larga jornada de alabanzas y reiteradas imágenes sobre la beatificación de Juan Pablo II.

Las dos grandes religiones –islamismo y cristianismo– confrontadas en la escena mediática, pero ahora con el ingrediente del recuerdo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que para el imaginario estadunidense seguirá representando una dura afrenta en su orgullo imperial.

El anuncio, que ha dominado la agenda informativa internacional, también ha generado una ola de reacciones dominadas por el escepticismo y la suspicacia. Entre analistas árabes y latinoamericanos en especial, aquellos confrontados con la línea de Washington, se especula sobre un posible "montaje mediático" al estilo de los que aplica en México nuestro secretario de Seguridad Pública, Genaro García.

Lo cierto es que se trata de una muerte mediáticamente anunciada. Con este hecho, Estados Unidos pretende cerrar un capítulo en su "guerra contra el terrorismo", pero no concluye lo que en distintas investigaciones periodísticas se ha ventilado.

Existen tres grandes ejes de este episodio:

1. El futuro de Al Qaeda. El surgimiento y operación de esta red de células autónomas –a la usanza de una franquicia estilo Mc Donalds– está extraordinariamente descrito, a detalle, en el libro La Torre Elevada, Al Qaeda y los Orígenes del 11-S, una investigación de Lawrence Wright que mereció el Permio Pulitzer. ¿Realmente se debilita esta trasnacional del terrorismo y el fanatismo tras la muerte de Bin Laden?

2. El papel de la CIA. Los cables informativos y el propio discurso de Barack Obama insistieron en reivindicar el papel de la agencia de espionaje más famosa, pero más fallida de la historia estadunidense. Las múltiples dudas sobre los errores, las complicidades y la falta de una estrategia preventiva frente a los ataques terroristas están planteadas en Legado de Cenizas, la Historia de la CIA, libro de Tim Weiner, también ganador del Premio Pulitzer. Las pistas de este fracaso siguen abiertas.

3. La invasión a Afganistán y a Irak. Existen numerosos y extraordinarios libros, especialmente los del periodista irlandés Robert Fisk, colaborador de The Independent, surgidos a raíz de las dos grandes invasiones del gobierno de George W. Bush bajo el pretexto de responder al “golpe” del 11-S. La vietnamización de ambas invasiones es un hecho que persigue como sombra a la administración demócrata de Barack Obama. Con las recientes revelaciones de los cables de Wikileaks sobre las torturas en la cárcel de Guantánamo, vale la pena releer no sólo la obra de Fisk, sino también Obediencia Debida, un compendio de los artículos de Seymour M. Hersh, colaborador de The New Yorker.


Algunas pistas

La trama sobre el surgimiento de Al Qaeda está relatada al detalle en el libro La Torre Elevada, una extensa y bien documentada historia de Lawrence Wright, escritor, guionista y autor de obras de teatro, y redactor de The New Yorker.

Desde el principio de la obra, Wright nos advierte que el origen de Al Qaeda no está en la locura individual de Osama Bin Laden o los millones de petrodólares de su familia, sino en el asesinato de Hasan al Banna, guía supremo de la sociedad de los Hermanos Musulamanes de El Cairo, una organización que ahora ha cobrado un nuevo protagonismo a raíz de la caída del régimen de Hosni Mubarak.

Los Hermanos Musulmanes no es una organización de reciente creación. Su origen se remonta a 1928 y tenía como objetivo convertir al país más importante del mundo árabe –después de Arabia Saudita– en un Estado islámico. Se enfrentaron al régimen de Gamal Abdel Nasser, en los años cincuenta, y a Annuar el Sadat, a quien criticaron por la capitulación con Israel en los años setenta, y han sobrevivido a todo.

Desde su origen tuvieron un “aparato secreto” bien compartimentado, que fue formando las redes de lo que posteriormente daría lugar a Al Qaeda.

De este aparato surgió el llamado “número dos” de Al Qaeda, que aún vive y sigue activo: Ayman Al Zawahiri. Este personaje es clave en la trama de la formación de Al Qaeda en Afganistán y su expansión hacia Pakistán. Wright describe así este papel:

“Gracias a sus contactos con los jefes tribales locales, Zawahiri viajó a Afganistán en varias ocasiones atravesando clandestinamente la frontera, lo que lo convirtió en uno de los primeros extranjeros que pudo presenciar el coraje de los combatientes afganos por la libertad, que se hacían llamar muyahidines, guerreros santos. Aquel otoño (de finales de los ochenta, en plena guerra contra las tropas soviéticas), Zawahiri volvió a El Cairo contando innumerables historias sobre los “milagros” que estaban ocurriendo en la yihad contra los soviéticos” (pp. 65-66).

El propio Wright advierte que “la tragedia estadunidense del 11 de septiembre se gestó en las prisiones de Egipto. Los defensores de los derechos humanos de El Cairo afirman que la tortura generó un deseo de venganza, primero en Sayyid Qutb, y más tarde en sus acólitos, incluido Ayman al Zawahiri. El principal blanco de la ira de los presos era el gobierno laico egipcio, pero también había una poderosa corriente de ira dirigida hacia Occidente, al que consideraban valedor de un régimen represivo”.

A lo largo de La Torre Elevada, Wright relata cómo se dio el encuentro entre Zawahiri y Osama Bin Laden, el papel del salafismo en la conformación de una ideología, así como el de otras organizaciones radicales islámicas que se fueron sumando a la iniciativa de estos dos personajes y la yihad global, formada a través de un hecho fundamental: el caldo de cultivo que representó en la década de los ochenta y los noventa los agravios cometidos contra los pueblos árabes por la Unión Soviética, Estados Unidos y su errática política en Medio Oriente, y el autoritarismo de los regímenes que hoy están cayendo como piezas de dominó.

Al Qaeda, advierte Wright, “sería un vector de esas dos fuerzas: una egipcia y otra saudí. Ambos tendrían que ceder para adaptarse a los objetivos del otro (Zawahiri y Bin Laden); como consecuencia, Al Qaeda seguiría un camino único, la yihad global”.

La idea de derrumbar las torres gemelas de Nueva York, documenta La Torre Elevada, surgió del llamado jeque ciego Omar Abdul Rahman, quien recibía apoyos financieros de Bin Laden. Y esto se gestó frente a las narices del aparato de inteligencia de Estados Unidos y a su mala lectura del fenómeno geopolítico en Medio Oriente. Wright advierte que entre los pocos que se dieron cuenta de que los grupos radicales preparaban el “asesinato a gran escala” como una de sus tácticas fue John O’Neill, exjefe de la sección de antiterrorismo del FBI, mejor conocido como El Príncipe de las Tinieblas (leer el capítulo 11 del libro).


El fracaso de la CIA y de EU

“El 11 de septiembre fue el catastrófico fracaso que Tenet (jefe de la CIA) había predicho tres años antes. Representó un fracaso sistemático de todo el gobierno estadunidense: la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional, el FBI, la Administración Federal de Aviación, el Servicio de Inmigración y Naturalización, y los comités de inteligencia parlamentarios. Fue un fracaso de la política y de la diplomacia. Fue un fracaso de los periodistas acreditados en el gobierno, que no supieron entender y transmitir la desorganización de esto a sus lectores. Pero, sobre todo, fue el fracaso de no saber conocer al enemigo. La CIA se había creado precisamente para evitar este nuevo Pearl Harbor”.

Con este párrafo sintético y contundente, Tim Weiner reconstruye en el libro Legado de Cenizas, la Historia de la CIA, el cúmulo de errores cometidos no sólo antes sino después de los ataques terroristas del 11-S. También la mentira que justificó una de las invasiones más caras y bárbaras de la historia moderna, que fue la de Irak, así como el desconocimiento de lo que sucede en ese país y en Afganistán.

El mismo director de la CIA, George Tenet, convenció a los halcones del gobierno de Bush de que “Irak proporcionó a Al Qaeda diversas clases de entrenamiento: combate, fabricación de bombas, así como armas químicas y biológicas, radiológicas y nucleares”.

Weiner subraya que Tenet basó su información en una sola fuente: Ibn al-Shaj al Libi, un actor marginal al que habían torturado (ya vimos a través de Wikileaks el tipo de torturas que se aplican para sacar “información creíble”) y encerrado durante 17 horas en una caja de poco más de medio metro de ancho.

El cúmulo de errores cometidos por la CIA en este periodo devastó a la agencia de espionaje, sostiene Weiner en su libro. Vale la pena releerlo para saber si ahora, en los tiempos de Obama, ese gran mito de la central de inteligencia más poderosa del mundo no volverá a embarcar a una nación y a todo el mundo en una guerra de tres billones de dólares, como sostienen Joseph Stiglitz y Linda J. Bilmes en otro libro: El Costo Real del Conflicto de Irak.


La tortura sin inteligencia

Desde el primer capítulo del libro Obediencia Debida, Seymour M. Hersh reproduce lo que le dijo un profesor de Análisis de Defensa, tras visitar la cárcel de Guantánamo, en Cuba, donde estaban apilados más de 600 prisioneros afganos:

“Regresó convencido de que en Guantánamo estábamos cometiendo crímenes de guerra. Según su muestra, más de la mitad de los que estaban allí encerrados no tenían por qué estarlo. Encontró gente tirada en el suelo sobre sus propias heces –incluidos dos cautivos (de ochenta años o más), indudablemente aquejados de demencia. Le pareció que lo que allí ocurría determinaba quién era importante y quién no” (p. 24).

El libro de Hersh fue escrito en 2003 y publicado en 2004, siete años antes de que la filtración de los cables internos del Pentágono, filtrados por Wikileaks confirmaran lo que ha sido un desastre y un continuo delito de guerra de las autoridades estadunidenses en Guantánamo.

Estas historias, a la luz del anuncio mediático de la muerte de Osama Bin Laden, hay que releerlas y revisarlas para saber el tamaño y el impacto de la fallida “guerra contra el terrorismo” de la última administración estadunidense. ¿Cometerá Barack Obama los mismos errores, atrapado en la red similar de intereses y de visión maniquea de la realidad en Medio Oriente?

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jueves, marzo 31, 2011

Estado de México, las paradojas de Peña Nieto

MÉXICO, D.F., 30 de marzo (apro).- La noche del viernes 25, Enrique Peña Nieto convocó a los cinco principales precandidatos a sucederlo a una “cena de unidad” en la Casa de Gobierno de Toluca. Todos los signos emitidos desde el corazón del grupo Altacomulco indicaban que el “destape” beneficiaría a Alfredo del Mazo Maza, primo en tercer grado del actual mandatario, alcalde de Huixquilucan, joven y Golden Boy como Peña Nieto.

Horas antes, Luis Videgaray y Ernesto Némer, dos poderosos contendientes, habían declinado a sus aspiraciones. Sólo Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec, y Ricardo Aguilar, dirigente estatal del PRI, se mantenían en la ambigüedad.

En esa reunión, Peña Nieto llenó de halagos a la quinteta de sus sucesores. La alcaldesa de Naucalpan, Azucena Olivares, también fue convocada, además del secretario general de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, quien jugó un papel mucho más activo en la sucesión del que se vio públicamente.

Peña Nieto reiteró que en este proceso no debería haber “ni Malovas ni Aguirres” (en clara referencia a las defecciones priistas en Sinaloa y Guerrero) e indicó que “el partido” se inclinaba por el alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila, un hombre que representaba la antítesis del modelo de los Golden Boy y, por supuesto, ajeno a la dinastía Del Mazo, que buscaba en esta contienda su tercera gubernatura.

El secretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, sugirió en ese cónclave que fuera Del Mazo quien anunciara el “destape” de su homólogo de Ecatepec. Y así lo hizo el hijo de Alfredo del Mazo González, el mismo que en 1987 protagonizó un “falso destape” presidencial a favor del entonces procurador Sergio García Ramírez, en desafío a la nominación de Carlos Salinas, por quien finalmente se inclinó Miguel de la Madrid como su sucesor. El desafío de Del Mazo González le costó su exilio como embajador en Bélgica.

Del Mazo Maza cumplió con el guión adoptado entre Peña Nieto y Miranda Nava. En la mañana del sábado 26 ofreció una conferencia de prensa en la que anunció su declinación. Durante las largas horas de ese día lanzó varios mensajes en Twitter con estas palabras:

“Les comparto mi decisión de no registrarme como aspirante a la candidatura del Estado de México porque creo que la unidad del PRI es nuestra fortaleza.

“Agradezco mucho a quienes me apoyaron en este proceso y les pido que apoyemos con el mismo entusiasmo a mi amigo Eruviel Ávila”.

Para no pocos observadores locales pasó desapercibido que Del Mazo Maza no mencionara a Peña Nieto en su conferencia de prensa. Y que al día siguiente, en el acto de adhesión a Eruviel Ávila, su rostro fuera el menos cercano a la euforia por la unidad del PRI.

En el acto oficial priista, realizado el mismo día de la consulta que organizaron las direcciones estatales del PAN y del PRD, Eruviel Ávila apareció acompañado por un personaje que parecía ser el verdadero destinatario del mensaje de unidad de Peña Nieto: Manuel Cadena, poderoso ex secretario general de Gobierno de Arturo Montiel, cetemista de origen y hombre fuerte entre los políticos priistas del Valle de México.

Algunas versiones señalan que las verdaderas pláticas de Manuel Camacho, de representantes del PAN y de otros políticos perredistas, para operar una deserción priista a favor de una candidatura al estilo Malova, fueron con Manuel Cadena, ex contendiente de Peña Nieto en la sucesión de 2005 y conocedor de varios secretos que pueden descarrilar la bien cuidada imagen del cliente consentido de Televisa.

Cadena forma parte del núcleo de políticos cuya fuerza radica en el Valle de México, donde se asienta 70% de la población y del padrón electoral de casi 11 millones de ciudadanos.

De esta manera, la sucesión operada por Peña Nieto está llena de paradojas que van a marcar no sólo el derrotero de la contienda electoral más importante de este año, sino que alumbra algunos signos para el 2012:

1. La mayor paradoja es que la posibilidad de una alianza PAN-PRD no influyó en la consulta ciudadana del domingo 27, sino en los entretelones del PRI mexiquense. Peña Nieto decidió sacrificar –no sabemos si temporalmente– su origen dinástico, su parentesco y los negocios compartidos a favor de Eruviel Ávila, un político ortodoxo del priismo del Valle de México, quien ha gobernado dos veces el municipio más poblado del país.

Los signos previos generaron confusión. Algunos periodistas –entre los que me incluyo– confiamos en las versiones de la ortodoxia del Grupo Altacomulco. Todo parecía indicar que Del Mazo Maza sería el candidato a partir de los mensajes mediáticos, de los pactos realizados en Toluca y de sus poderosos padrinos y asesores, entre los que están el diputado local Enrique Jacob, la consultoría Primer Círculo, de Natividad González Parás y Fernando Lerdo de Tejada, y, por supuesto, el apoyo del ex gobernador que pretende erigirse en el eje de la dinastía: su padre Alfredo del Mazo González.

2. La segunda paradoja resultó ser que bajo el insistente discurso de la “unidad” se ha anidado una auténtica fractura entre las filas del priismo mexiquense. Es una fractura no sólo generacional, sino territorial. Políticos priistas del Valle de México (Naucalpan, Texcoco, Tlanepantla, Valle de Chalco, Ecatepec, Atizapán, Chicoloapan, entre otros) jugaron tanto al apoyo a la alianza PAN-PRD como al apoyo a Eruviel, como una forma de demostrarle al “Toluca Power” (la denominación del centro del poder de Atlacomulco) que el Estado de México no es de su propiedad y que para ganar una entidad tan compleja y contradictoria, es necesario contar con el respaldo de quienes operan en los municipios más habitados y con mayor peso en el padrón electoral.

No por nada, en su reciente discurso Eruviel Ávila tuvo que aclarar que “los priistas del Valle de Toluca y del Valle de México, todos, somos indispensables”. Ávila nombró como su coordinador de campaña a Luis Videgaray, el contendiente interno que se debilitó más en el proceso sucesorio, pero que mantiene la confianza de Peña Nieto y del poder financiero local y nacional.

3. La mayor paradoja es que Peña Nieto podrá cumplir su misión de mantener al PRI en el poder en el Estado de México tras las elecciones del 3 de julio, pero perder su verdadero objetivo: la candidatura presidencial priista para el 2012.

Esto dependerá de la “operación cicatriz” que deberá realizar al interior de la entidad. Evitó una deserción con altos costos electorales, pero engendró una tensión interna, sobre todo con su matriz política, familiar y de negocios: el Grupo Atlacomulco. La insistencia en negar la existencia de la trama corporativa y dinástica de este grupo sólo logra realzar su importancia.

Por el momento, la consulta del domingo 27 pasó sin pena ni gloria. Fueron más de 200 mil ciudadanos los que participaron con un 70% a favor del “sí” a la alianza. Los grupos más fuertes al interior del PRD nacional no modificaron lo que quedó claro desde enero de este año: el candidato de la “alianza de las izquierdas” (entiéndase López Obrador-Cuauhtémoc Cárdenas-Marcelo Ebrard) es Alejandro Encinas, el único político que ha colaborado con los tres, que no proviene del PRI y que ha negado aceptar la nominación del PAN. Por su parte, este partido optó por Luis Felipe Bravo Mena –el más doctrinario y apegado al voto duro de Acción Nacional– como su candidato. En el camino quedaron el senador Ulises Ramírez, amigo y cercano a Peña Nieto, y el ex alcalde de Naucalpan, José Luis Durán Reveles.

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miércoles, marzo 23, 2011

Pascual, el embajador Wikileaks

MÉXICO, D.F., 22 de marzo (apro).-“¿Qué injerencia tiene el embajador de Estados Unidos en la política de combate al crimen organizado? ¿Es cierto que el presidente Felipe Calderón no lo recibe? ¿Quién le proporciona la información?”, le preguntó la ex embajadora y actual senadora priista Rosario Green a la canciller Patricia Espinosa durante su tortuosa comparecencia del jueves 17 de marzo en Xicoténcatl.

Espinosa no respondió a estas interrogantes. Se defendió frente a las constantes críticas por la violación a la soberanía que representan los sobrevuelos de aeronaves espías de Estados Unidos en territorio mexicano y se enredó en los detalles del operativo Rápido y furioso, pero mantuvo hermetismo total sobre el futuro del embajador norteamericano Carlos Pascual.

Dos días después, el diplomático de origen cubano-americano, experto en “Estados fallidos”, confirmó lo que era un rumor generalizado en todo el gobierno de Felipe Calderón: a raíz de la divulgación de los cables diplomáticos que la embajada estadunidense envió al Departamento de Estado, sus días estaban contados en México.

En sus cables “confidenciales” y “secretos” Pascual documentó lo que revistas como Proceso o periódicos como La Jornada habían evidenciado: que la misión diplomática de Estados Unidos y agencias de inteligencia de este país fueron los artífices de detenciones y operativos espectaculares, como el que llevó a la muerte de Arturo Beltrán Leyva; que Washington ya no confiaba en oficiales del ejército ni en Genaro García Luna y estaban preparando a “sus” marines mexicanos a través de un cuerpo de élite de la Armada y, sobre todo, que las perspectivas políticas para el 2012 eran muy negras para el gobierno de Felipe Calderón.

Lo grave, para Calderón, no fue lo que dijera sino que lo plasmara en cables diplomáticos que fueron filtrados por Wikileaks. Dejó de ser un secreto, entonces, que Washington tenía perfectamente monitoreadas la debilidad, las incongruencias y la falta de estrategia de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el gobierno calderonista. Lo peor es que dejó testimonio por escrito y Calderón, tan reactivo a los golpes informativos, decidió presionar al gobierno de Barack Obama para que cambiara al embajador indiscreto por uno más discreto.

¿A cambio de qué? ¿Cuáles fueron las negociaciones secretas? Eso aún está por verse.

Lo cierto es que Pascual no era bien visto por Calderón no sólo desde que se filtraron los cables de Wikileaks sino desde que el diplomático mantuvo una relación sentimental con la hija de Francisco Rojas, coordinador de los diputados del PRI, ex director general de Pemex durante muchos años y, sin duda, pieza clave en la trama de relaciones y alianzas del priista Enrique Peña Nieto para el 2012.


Cables incómodos

Algunos de los pasajes más controvertidos de los cables que se divulgaron por los medios europeos y La Jornada, a raíz del convenio con Wikileaks, la organización de Julian Assange que ha dado más de un dolor de cabeza geopolítico, son los siguientes:

1.-La Caída de Arturo Beltrán Leyva.-El cable 3573, clasificado como “secreto”, fue redactado por Carlos Pascual el 17 de diciembre de 2009, y relata de manera abierta la injerencia de Estados Unidos en el operativo que condujo al enfrentamiento y muerte de Arturo Beltrán Leyva:

“La unidad que realizó la operación recibió entrenamiento amplio por parte de Estados Unidos. La muerte de Arturo Beltrán Leyva no resuelve el problema de las drogas en México, pero esperamos que genere un momentum necesario para lograr avances sustantivos contra las organizaciones del tráfico de drogas.

“Funcionarios de las agencias de aplicación de la ley en la embajada (estadunidense) dijeron que la operación del arresto contra Arturo Beltrán Leyva comenzó una semana antes de su muerte, cuando la embajada proporcionó a la Semar (Secretaría de Marina) información detallada sobre su ubicación”.

Los siguientes párrafos del largo reporte constituyeron dinamita pura para el ejército y para Genaro García Luna, el innegable socio y artífice de la guerra del narcotráfico de Calderón:

“La Semar está bien entrenada, bien equipada y ha demostrado una capacidad de respuesta rápida a información de inteligencia. Su éxito pone al ejército (Sedena) en una posición difícil para explicar por qué ha sido reacio a actuar sobre información de inteligencia buena y a realizar operaciones contra objetivos de alto nivel.

“Las agencias de inteligencia de Estados Unidos originalmente entregaron la información a Sedena (sobre Arturo Beltrán Leyva), cuyo rechazo a actuar con celeridad refleja una aversión al riesgo que representa para la institución una importante victoria en la lucha contra los narcóticos.

“La Sedena proporcionó apoyo a la Semar durante la lucha contra las fuerzas de Arturo Beltrán Leyva, pero sólo puede tomar un poco de crédito del éxito de la operación. Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública, también puede contar como un perdedor neto en el operativo contra Arturo Beltrán Leyva. La SSP considera como su responsabilidad los blancos (líderes) de la organización de Beltrán Leyva, y García Luna ya ha dicho en privado que esta operación debió haber sido suya”.

2.-Los “agentes encubiertos” asesinados.- Para los medios en general pasó desapercibida una de las revelaciones más delicadas de los cables filtrados por Wikileaks, pero no para los círculos de inteligencia de ambos países. El 23 de enero de 2009, el cable 193, clasificado como “secreto y para no ser compartido por ningún gobierno extranjero” reveló lo siguiente:

“Desde 2007 han sido asesinados 10 agentes mexicanos, contactos cercanos de la DEA, siete de los cuales eran integrantes de Unidades Especiales que habían sido sometidos a escrutinio.

“De manera similar, en los últimos dos años han sido asesinados 51 contactos del FBI.

“Más de 60 de los mejores agentes de México en los que depositamos nuestra confianza y con quienes colaboramos en investigaciones sensibles, compartimos información de inteligencia… han sido asesinados por los cárteles”.

3.-La falta de inteligencia y las rivalidades.-El cable 3195, fechado el 10 de noviembre de 2009, es un recuento muy crítico de las fallas del gobierno de Calderón en materia de combate al narcotráfico. Señala que esta administración “carece de un efectivo aparato de inteligencia para producir información de alta calidad y para realizar operaciones específicas.”

Sin embargo, la parte más delicada es la siguiente:

“Funcionarios de la embajada (estadunidense) reportan que, por ejemplo, la Sedena tiene bien establecidas unidades de inteligencia que desarrollan operaciones contra jefes de los cárteles. En general, no comparten información o análisis con las fuerzas que han sido desplazadas a los lugares para la lucha antinarcóticos, como Ciudad Juárez.

“A nivel local, las fuerzas de la Sedena desplazadas a las plazas calientes raramente desarrollan o utilizan información de inteligencia táctica. De hecho, no cuentan con cuerpos profesionales de inteligencia para recolectar información, operan virtualmente a ciegas excepto cuando reciben tips anónimos…

Una parte que fue veneno puro para los responsables civiles de la guerra de Calderón fue la siguiente:

“La rivalidad entre el procurador general de la República (Eduardo) Medina Mora (posteriormente reemplazado por Arturo Chávez Chávez) y Genaro García Luna, de la SPP, minimiza dramáticamente la cooperación e intercambio de información entre las dos agencias”.

4.-Panorama “sombrío” para el PAN en 2012.-Pascual no sólo se concentró en revelar las consideraciones de Estados Unidos en materia de narcotráfico (habló en otros cables de “corrupción generalizada”) sino, también, de escenarios político-electorales. El 9 de marzo pasado, La Jornada divulgó este cable redactado a fines del 2009 en el que señala que el PAN está “seriamente debilitado” y el panorama para las elecciones presidenciales del 2012 es “sombrío”.

“Mientras tanto, el PRI está en ascenso, manejando con cautela su unidad ilusoria en un esfuerzo por dominar las diez elecciones para gobernador del año próximo…

“Las perspectivas del PAN son sombrías y el presidente Calderón parece a veces preocupado y dubitativo acerca de la mejor manera para reforzar las perspectivas de su partido”.


El Desafío informativo

Como en todo, Calderón elige emprenderla contra el mensajero, pensando que se modificará el mensaje y la percepción de su gobierno mejorará, aunque más de 4 años de ineficacia lo desmientan. Por eso no ocultó ante The Washington Post y El Universal su animadversión hacia el embajador estadunidense, quien tenía menos de 20 meses en México.

Pascual pertenece a la generación de neohalcones que manejan una tesis sobre los Estados fallidos. No por nada, antes de llegar a nuestro país estuvo en Ucrania (donde vivió la “revolución naranja”, hecho muy similar a lo ocurrido aquí en el conflicto poselectoral de 2006) y sabe exactamente el valor de cada palabra que escribió, aunque quizá nunca pensó que fueran a filtrarse de manera tan rápida y generara la furia tan reactiva de la administración de Calderón.

Pascual no dijo nada que no se ventilara en otros medios y en los propios circuitos del gobierno calderonista. Lo peligroso fue que documentó con mucha precisión cómo Washington utiliza los errores, la falta de coordinación, la corrupción y la vulnerabilidad de los organismos responsables del combate al narcotráfico para avanzar en una estrategia de injerencia mayor en México.

Esto tampoco es nuevo en los embajadores de Estados Unidos. Utilizan todos los mecanismos posibles para presionar y obtener concesiones de un régimen tan debilitado como el mexicano.

La diferencia radica en que ahora estos asuntos ya no se ventilan sólo en privado. Se han documentado y ventilado. ¿Buscaba Pascual también ese objetivo? Es difícil saberlo.

Wikileaks ha generado un tsunami en todas partes del mundo con la difusión de cables que estaban destinados, presuntamente, a un consumo interno. El efecto Wikileaks en México es muy claro: lejos de haberse fortalecido, el gobierno de Calderón es visto cada vez más como una administración débil ante Estados Unidos y fallida en su lucha contra el narcotráfico, por más spots que nos receten en televisión y otros medios electrónicos para convencernos de que 35 mil muertos constituyen un éxito en una guerra sin horizonte claro.

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jueves, febrero 03, 2011

Egipto-Túnez y la crisis mediática

MÉXICO DF, 1 de febrero (apro).- Si algo han logrado las movilizaciones masivas en los países del Magreb, especialmente en Túnez y ahora en Egipto, es demostrar que no basta con cortar las telecomunicaciones, censurar el Internet y mantener el control férreo de los medios electrónicos, sobre todo la televisión, para frenar el derrumbe de regímenes sin legitimidad social.

No fueron las redes sociales sino la descarada corrupción de estos gobiernos cleptocráticos los que derrocaron a sus gobernantes. Las redes sociales jugaron otro papel indispensable como fenómeno de comunicación. Los blogs y los movimientos de audiencias deliberativas en Facebook y Twitter renombraron como dictaduras a regímenes que se cobijaron durante décadas con la tutela de Europa y de Estados Unidos porque eran los “aliados necesarios” en su geopolítica de contención a organizaciones islámicas y a Al Qaeda, el enemigo sobredimensionado que justificó toda la guerra contra el terrorismo.

La caída del régimen de Ben Alí, en Túnez, y el inminente derrumbe de Hosni Mubarak en Egipto –a pesar de su anuncio de que no se reelegirá y su promesa de que dejará el poder en septiembre-- constituyen el segundo golpe geopolítico y comunicativo que toma desprevenido al gobierno de Barak Obama y a la diplomacia europea. Primero fue el tsunami generado por la revelación de los cables de Wikileaks y ahora la reacción social en el Magreb.

Difícilmente se puede explicar lo que está sucediendo en estas naciones sin la divulgación de los cables de Wikileaks que confirmaron la hipocresía y el doble rasero del Departamento de Estado norteamericano frente a la zona. No es casual que después del Cablegate se haya generado esta ola de protestas cívicas que ya están presentes en Marruecos, Argelia, Yemen y Arabia Saudita, la joya de la corona en Medio Oriente.

Durante toda la segunda mitad del siglo XX, los regímenes autoritarios privilegiaron la hegemonía de los medios electrónicos, en especial de la televisión, para controlar a los ciudadanos. La “dictadura perfecta” del PRI creó un monopolio televisivo a imagen y semejanza de su dominio electoral y corporativo para evitar que los críticos y los movimientos disidentes tuvieran repercusión en la pantalla. Basta recordar la actitud de Televisa frente al movimiento del 68, tan similar a lo que ocurre ahora en Túnez y Egipto.



Estaciones de la ‘ciberrebelión’ árabe



1. En Túnez la corrupción del régimen de Ben Alí, presidente de aquel país desde 1987, se convirtió en el motivo principal de indignación. En particular, su esposa, Leila Trabelsi, conocida como La regenta de Cartago, fue el ícono de esa cleptocracia. Sus familiares, sus hijos, sus yernos se convirtieron en los reyes del tráfico ilegal y del crimen organizado (alguna similitud con México es pura coincidencia).

La chispa que despertó la rebelión en Túnez se originó a raíz de que Son Mohamed Ben Kilani, un piloto de 37 años, se negó a embarcar a los familiares de Leila Trabelsi y recibió una brutal paliza policiaca. La represión contra Ben Kilani lo convirtió en héroe de las redes sociales y blogs. El joven Mohamed Bouazizi se incendió en protesta por la brutalidad policiaca y su muerte generó una indignación que proliferó como pólvora en todo el país.

Dos blogueros fueron clave en la proliferación de las protestas: Slim Amamou, de 33 años, y Lina Ben Mehnni, de 27 años, junto con el rapero Hamada Ben Amor, quien fue encarcelado a raíz de un rap en que criticaba a Ben Alí.

Entrevistada en El País, Lina Ben Mehnni, autora del blog Tunisian Girl, relató que desde 2007 comenzó a escribir sobre temas musicales, pero en 2008 comenzó a denunciar las violaciones a derechos humanos.

“Mi blog fue censurado, es decir, que dejó de ser accesible desde Túnez y, al regresar de noche a casa de mis padres, me topaba con policías de paisano que primero me decían con educación que una chica de buena familia no debía hacer esas cosas”, advierte Ben Mehnni.

La blogera sintetizó así el mecanismo que convocó a miles de jóvenes de Túnez a protestar contra Ben Alí:

“Allí donde había conexión a Internet, los jóvenes lugareños colgaban videos que yo completaba con mis textos y mis propias imágenes… Facebook, Twitter y otras redes sociales han servido a los tunecinos para informarse de lo que sucedía y también para movilizarse”.

Incapaz de frenar con la represión policiaca la rebelión y las movilizaciones convocadas desde las redes sociales, el gobierno de Ben Alí cayó. Ahora él y su familia son acusados por “evasión ilegal de divisas al extranjero” y el robo continuado del patrimonio tunecino durante los últimos 23 años.

La caída de Ben Alí dejó en ridículo a aliados suyos, como el presidente francés Nicolás Sarkozy, quien lo apoyó enmedio de la rebelión de inicios de año. El 24 de enero Sarkozy, tan hábil para contradecirse, ofreció disculpas por “no haber calibrado en su justa medida” la “desesperación de un pueblo hermano”. Ahora, el vacío de poder en Túnez pronostica una grave crisis política durante los próximos días.

2. Lo sucedido en Túnez generó un “efecto dominó” en los países vecinos, especialmente en Yemen, Argelia y en Egipto, la “joya de la corona” de los países árabes. Todos estos regímenes comparten una característica: la cleptocracia, es decir, el gobierno de la corrupción.

El especialista árabe Hicham Ben Abdallah el Aloui ha clasificado a los países árabes en tres categorías: los regímenes “cerrados” como Libia y Siria, donde no se ha abierto ninguna forma de pluralismo y los medios de comunicación, incluyendo Internet, están férreamente controlados (al estilo de China). Después están los regímenes “híbridos”, con gobiernos personalistas con fachadas de pluralismo democrático (Argelia, Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán, Yemen y Túnez). Es en ellos donde están detonando las revueltas que se generaron en la sociedad civil y cibernética. El único “régimen abierto”, según Al Aloui, es Mauritania.

En el periódico Público, el psicólogo y escritor tunecino Said El Kadaoui afirmó que una lección de lo sucedido en Túnez es que “si se quieren cambios, solamente pueden ser generados desde la propia sociedad. De Europa ha quedado más que probado que no van a obtener ayuda. Las libertades, los derechos, la igualdad de oportunidades y, en definitiva, la democracia la quieren para sus adentros, pero no necesariamente fuera de sus fronteras. Al contrario, su actuación ha puesto en evidencia lo que espera del sur del Mediterráneo: tener repúblicas bananeras haciéndole el trabajo sucio”.

3. El contagio tunecino irrumpió en Egipto y, especialmente en la ciudad de Alejandría, el primer epicentro de la rebelión. En este país, desde 2008 se creó el Movimiento 6 de Abril, un movimiento de jóvenes opositores al régimen de Mubarak que nació en la red social Facebook.

Este movimiento expresó su solidaridad con los obreros del delta del Nilo que protestaban contra el incremento de precios y fueron reprimidos por la policía. El Movimiento 6 de Abril inició una serie de mensajes, sin filiación partidista, para aglutinar a jóvenes de buen nivel educativo que se vistieron de negro para protestar contra el poder faraónico de Mubarak.

Las protestas masivas iniciaron el martes 25 de enero, convocadas justamente a través de Twitter, Facebook y los teléfonos celulares. De las primeras manifestaciones de Alejandría –donde se registraron más de cuarenta muertos-- se trasladaron a El Cairo, Suez y Mansura con gritos como “Fuera Mubarak” y “Túnez es la solución”.

4. La crisis en Egipto ha alcanzado su clímax este martes 1 de febrero. Más de dos millones de personas se concentraron en las ciudades egipcias de Isamiliya, Mansura, Dimyat, Mahalla, Suez y Alejandría. Desafiaron el toque de queda y se declararon en plantón en la Plaza Liberación. Su grito es “¡no nos iremos!”.

El régimen de Mubarak, heredero del poder a raíz del asesinato de Anuar el Sadat, está en la cuerda floja. Removió a su gabinete, nombró a un anciano vicepresidente y ahora prometió que se irá en septiembre de este año, pero esto no ha logrado aminorar el descontento.

Mubarak habló en el viejo lenguaje que ha caducado frente a los acontecimientos: en una transmisión televisiva, sin aceptar preguntas ni interpelaciones, recitando un discurso sin alma ni credibilidad, prometiéndose acercar a los jóvenes que ya no le creen nada.

Si la tesis de Marshall McLuhan –el medio es el mensaje-- sigue siendo válida para explicar este tipo de fenómenos, en Egipto el mensaje desesperado de Mubarak nació muerto, ya que su sociedad le dio la espalda y ya no cree en los gobiernos de pantalla.

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jueves, octubre 14, 2010

El SalinIFE

MÉXICO, D.F., 12 de octubre (apro).- Obsesionado por “normalizar” su presencia en la vida pública del país y ser identificado como el artífice del retorno del PRI a la Presidencia de la República, el expresidente Carlos Salinas de Gortari embaucó a los consejeros integrantes del Instituto Federal Electoral que invitaron al artífice de los “mitos geniales” para que este martes 12 fuera el orador principal en la celebración de los 20 años de creación del organismo, en la ceremonia del Palacio de Minería.

Salinas no perdió la oportunidad para pontificar sobre la alternancia y la democratización del país, llevando agua para su molino. “Si la alternancia es la prueba de la democracia… bienvenida para el 2012”, afirmó en un claro mensaje anticipado de campaña a favor de su partido y, por supuesto, de su principal candidato, Enrique Peña Nieto.

Salinas también utilizó el foro para autoelogiarse, sin que nadie lo increpara por la evidente manipulación de las fechas, de los procesos políticos y del contexto político de alta crispación y ruptura que dejó al abandonar Los Pinos.

Según Salinas, “el acuerdo político hizo posible la fundación del IFE hace 20 años”, durante su gobierno. Gracias a la reforma electoral de 1990, afirmó, en los comicios presidenciales de 1994 “no hubo disputas poselectorales”.

Convenientemente, Salinas no mencionó que aquellas elecciones presidenciales estuvieron teñidas por el asesinato político de Luis Donaldo Colosio, por la irrupción del EZLN, por un clima de ruptura en el seno del PRI y de miedo en amplias capas de la población, y por una parcialidad evidente del Instituto, cuya autonomía plena no se logró sino hasta dos años después, en 1996.

En realidad, la primera prueba de fuego del IFE como organismo independiente de los tentáculos del poder presidencial fue durante los comicios federales de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas triunfó como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal y el PRI perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados.

El cinismo de Salinas lo llevó a homenajear a su exadversario, Cuauhtémoc Cárdenas, a quien lo persiguió y aisló durante todo su sexenio. ¿Acaso ya se olvidaron los más de 300 militantes perredistas asesinados? Conmovido, Salinas también deseó que su socio y amigo, el panista Diego Fernández de Cevallos, retorne a la vida normal, después de su prolongada y sospechosa desaparición.

El afán pontificador de Salinas está presente en sus más recientes apariciones públicas. Su presencia en el Palacio Nacional, el pasado 15 de septiembre, acaparó la atención de los festejos del Bicentenario. Fue su retorno en medio de fuegos artificiales, 16 años después de haber abandonado el poder presidencial, lo que llamó la atención de los comentaristas políticos.

Salinas pontificó sobre la necesidad de la “unidad política” y recordó que en 1942 el expresidente Manuel Ávila Camacho, en plena Segunda Guerra Mundial, convocó a sus antecesores para dar la imagen de una clase política que enfrentaba cohesionada las adversidades.

Fue entrevistado por Canal Once, en plena cadena nacional de los festejos del 15 de septiembre. Dio declaraciones a la prensa. Saludó a todos los artistas y hasta la exmiss Universo, Lupita Jones, que se le acercaron en Palacio Nacional como si fuera una especie de fantasma revivido.

La referencia histórica de Salinas no fue casual. Él mismo prepara un libro donde quiere presentarse como “factor de unidad”. Lo paradójico es que será durante el gobierno de Felipe Calderón, el segundo mandatario panista, cuando el verdadero grito de Salinas podrá concretarse: ser el factor decisivo en la sucesión presidencial de 2012.

Salinas no sólo quiere ser el político priista vivo más poderoso y representativo de su partido. Su rehabilitación busca que lo identifiquen como el más eficaz, el más temido, el más exitoso y, ¿por qué no?, el más querido. El auténtico modernizador del país.

Para los priistas conocedores de la historia del régimen, la “normalización” de la figura pública de Carlos Salinas significa convertirlo en una especie de Plutarco Elías Calles, el “Jefe Máximo”, que retorna del exilio. Lázaro Cárdenas expulsó a Calles del país en 1934 para que su propio gobierno pudiera sobrevivir, e inauguró la larga etapa del presidencialismo mexicano, la “monarquía sexenal”, como la definió el historiador Daniel Cosío Villegas.

Sin embargo, Zedillo no fue Cárdenas ni Fox se convirtió en el fundador de un nuevo régimen, y Salinas retornó desde principios de 2003 a la escena pública, en pleno gobierno “del cambio”.

Conocedor de lo que significa la débil legitimidad, ha aprovechado los espacios de poder vacíos durante el gobierno de Felipe Calderón para llenarlos y convertirse en el gran broker.

Lo más patético es que el IFE, una institución cuyas glorias máximas se alcanzaron durante la alternancia de 2000, haya prestado el foro, el escenario y su aniversario, para que Salinas se apropiara de los festejos con un claro mensaje de campaña anticipada para el 2012.

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sábado, agosto 21, 2010

Gutiérrez Vivó: la persecución continúa

MÉXICO, D.F., 19 de agosto (Proceso).- Autoexiliado en Estados Unidos desde hace poco más de un año, el empresario y periodista radiofónico José Gutiérrez Vivó acusa al gobierno de Felipe Calderón de haber ejercido una “censura llevada al extremo”.

Asegura que fue víctima de la “la persecución del poder” y responsabiliza de ello al excoordinador de Comunicación Social de la Presidencia, Maximiliano Cortázar; al secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón; a la dirigencia del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio (STIRT), encabezada por Ricardo Acedo Samaniego, así como a las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Sistema de Administración Tributaria (SAT).

En entrevista telefónica con Proceso, Gutiérrez Vivó niega que haya solicitado asilo político, “aunque tendría todo el derecho por haber sido víctima de una persecución del poder” que se agravó, asegura, desde que en diciembre de 2006 denunció públicamente que Cortázar le advirtió que él y su empresa Monitor estaban “castigados”, y que el gobierno federal estaría pendiente de su comportamiento.

Gutiérrez Vivó señala que en el último encuentro que sostuvo con Cortázar, actual vocero de la dirigencia nacional del PAN, éste le dijo que “al señor Aguirre no se le toca”, en clara referencia a Francisco Aguirre Gómez, directivo y accionista del Grupo Radio Centro, con quien Gutiérrez Vivó protagonizó un litigio de más de nueve años (Proceso 1651).

“Es públicamente sabido que al Grupo Radio Centro lo han protegido estos funcionarios del gobierno federal; no ha cumplido con las leyes, a pesar de que perdieron los tres juicios en su contra”, subraya Gutiérrez Vivó.

El 29 de junio de 2007, el periodista anunció el fin de 33 años de transmisiones ininterrumpidas de Monitor, programa radiofónico que innovó la información política y se mantuvo durante varios lustros como el más escuchado del cuadrante mexicano.

“Se nos murió Monitor. No estaba enfermo, pero se nos murió Monitor”, denunció Gutiérrez Vivó en aquella inusual transmisión en la cual hizo un recuento de las presiones políticas y del boicot económico que se gestaron en su contra desde que el gobierno de Vicente Fox lo acusó de haberse “convertido en perredista”.

A las presiones políticas, al litigio con el Grupo Radio Centro y a la suspensión de las transmisiones de las frecuencias 1110 AM y 88.1 de FM, se sumó la huelga del STIRT, en la que intervino el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, para favorecer a la dirigencia de ese organismo, dice el periodista a este semanario:

“Tanto Max Cortázar como Javier Lozano destruyeron todo, no sé si por voluntad propia o por órdenes superiores. Lo cierto es que ellos han sido los protagonistas de la clara persecución en mi contra.”

Después de la suspensión de las emisiones de Monitor, Gutiérrez Vivó entabló, en la primera mitad de 2008, negociaciones con Multivisión (MVS) para integrarse a un nuevo proyecto de esta empresa, junto con la periodista Carmen Aristegui, quien también fue censurada en W Radio, empresa de Televisa.

Ante las versiones acerca de que se incorporaba a ese proyecto, en noviembre de 2008 Gutiérrez Vivó comentó a Proceso que no lo haría. El motivo: “Estoy transitando por un momento en el que enfrento todas las cochinadas” del Grupo Radio Centro.

La puntilla para el periodista y su equipo de reporteros vino el 2 de febrero de 2009, cuando personal del SAT embargó las instalaciones del Diario Monitor, en la colonia Doctores de la Ciudad de México, con el argumento de que la empresa incumplió el pago mensual de un convenio.

Veto



La desaparición del rotativo, el último medio que dirigió en México Gutiérrez Vivó, marcó la pauta de lo que él califica como “un veto periodístico” que le cerró todos los espacios disponibles y dispuso el silenciamiento del caso en la mayoría de los medios electrónicos e impresos.

“Como no tenía trabajo tuve que irme de México. Vine aquí desde hace un año, en el punto más agudo de la persecución. Yo no soy responsable de ninguna de las acusaciones que se me achacan. Mis perseguidores se han dedicado a eso: a desorientar al público”, afirma.

Sin precisar en qué ciudad de Estados Unidos radica, Gutiérrez Vivó comenta que trabaja en un proyecto periodístico porque “finalmente mi razón de ser fue dedicarme a la información y es ahora cuando se requiere más que nunca la información sobre el país”, enfatiza.

–¿Se encuentra en una situación vulnerable desde el punto de vista jurídico?

–No estoy de ilegal. Mis papeles están en regla y me mantengo al tanto de todo lo que sucede en mi país.

–¿Ha pedido asilo político?

–No, pero hubo y existe una persecución del poder en mi contra. Eso enloquece a cualquiera.

“No puedo darme el lujo de estar vetado en mi propio país. Lo que estos señores del gobierno han cometido son delitos. Hay una responsabilidad muy grande que pende sobre su cabeza. Incurrieron en persecución sistemática en contra de un civil dedicado a la información. Es censura llevada al extremo”, recalca.

El periodista también reflexiona acerca de la crisis de imagen y de información que padece el país con el incremento de la violencia generado por la lucha contra el narcotráfico:

“La imagen de México en el extranjero se cae a pedazos. No existe información confiable. Ante el clima de inseguridad y de violencia, muchos empresarios dicen que necesitarían estar locos para viajar a México.”



Información inconveniente



La primera emisión de Monitor se realizó el 1 de septiembre de 1974, con el auspicio de Radio Programas de México, propiedad de Clemente Serna Martínez, pionero de la radio comercial en el país, quien contrató los servicios de Gutiérrez Vivó.

En medio de programas radiofónicos dedicados a difundir música y radionovelas, Monitor fue pionero al introducir el concepto de noticiario matutino de larga duración, de seis a nueve de la mañana. Incluía llamadas telefónicas en las que el público se quejaba del incumplimiento de las autoridades, además del concepto de Red Vial, que convirtió el problema cotidiano del tráfico en la Ciudad de México en un tópico informativo.

Dos grandes acontecimientos marcaron el éxito de Monitor: en 1978, el accidente de la plataforma petrolera Ixtoc, de Pemex, generó la primera cobertura aérea del programa radiofónico que llegó a tener a su servicio tres helicópteros, 30 automóviles y 20 motocicletas. En 1992, con motivo de la tragedia de las explosiones en los ductos de Guadalajara, Gutiérrez Vivó fue uno de los primeros en responsabilizar del siniestro a Pemex y no a la fábrica La Polar, a la que inicialmente culparon las autoridades. El trabajo informativo de Monitor provocó que el gobierno de Carlos Salinas descartara al grupo de Clemente Serna como posible concesionario de los canales 7 y 13 de Imevisión.

El primer debate electoral en un medio electrónico se realizó en 1991 entre candidatos al gobierno de Guanajuato: el panista Vicente Fox, el perredista Porfirio Muñoz Ledo y el priista Ramón Aguirre. Fox buscó a Gutiérrez Vivó como uno de sus aliados durante la campaña electoral de 2000.

Paradójicamente, fue durante la presidencia de Fox cuando se inició lo que el periodista califica como una “censura quirúrgica” en su contra, a partir del litigio que entablaron los Aguirre, de Grupo Radio Centro, y Gutiérrez Vivó, por el incumplimiento del contrato que firmaron en 1998.

El caso llegó a la Corte Internacional de Arbitraje, de la Cámara de Comercio Internacional, con sede en París. En enero de 2004, dos de los tres árbitros emitieron el laudo a favor de Gutiérrez Vivó y ordenaron a Grupo Radio Centro el pago de 21 millones de dólares a su exsocio, como sanción por el incumplimiento del contrato mencionado.

Los abogados de la familia Aguirre desconocieron el laudo y acudieron a tribunales mexicanos. En paralelo se inició el proceso de cierre de espacios de Monitor. En marzo de 2004 los propietarios de Radio Centro desplazaron a Gutiérrez Vivó de las frecuencias de su propiedad. En enero de 2007, una mayoría compuesta por cinco ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó el laudo arbitral y le dio la razón a Gutiérrez Vivó. Sin embargo, los 21 millones de dólares nunca llegaron.

A la asfixia económica se sumaron los adeudos del periodista con varios empresarios, en especial con Eduardo Henkel, donante en las campañas de Vicente Fox y de Felipe Calderón. Para pagarle el préstamo, Gutiérrez Vivó le entregó a su acreedor la frecuencia 1560 de AM.

jueves, julio 15, 2010

Canal once, el engaño

MÉXICO, DF, 13 de julio (apro).- ¿A quién quiere engañar Felipe Calderón cuando afirma que el Canal Once se convertirá en “una televisión pública que promueva el debate democrático de las ideas”, y que su naturaleza es la de “una televisión del Estado mexicano pública, gratuita, abierta y plural”?

El anuncio realizado en transmisión simultánea –ya vimos que a Calderón le encantan los “encadenamientos” de sus mensajes-- se produjo en las instalaciones del antiguo canal educativo del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

En esencia, fue la formalización de una mayor cobertura de esta señal para llegar a 42% del territorio nacional, incluyendo capitales como Guadalajara, Jalapa o Morelia. Anunció que “en breve” se incorporarán las ciudades de Mérida, Monterrey, Oaxaca y Durango a la cobertura de Canal Once.

Durante ese evento no hubo sociedad civil sino el conjunto de la burocracia de medios gubernamentales de la administración federal, la misma que con escasos recursos ha tratado de hacer en algunos medios un trabajo digno, a pesar del menosprecio de Los Pinos o el acoso incesante de Max Cortázar para convertir a estas señales en prolongaciones de la propaganda calderonista. Ni siquiera estos funcionarios creen que se trata realmente de una “tercera cadena pública”.

Se trata de una señal para la propaganda calderonista. Se busca el control político nuevamente de los medios permisionados para uniformar sus contenidos informativos, excluir a voces críticas y copiar los formatos de la televisión comercial para transformarlos en una especie de divertimentos burocratizados por la alta ineficacia telegénica de quienes administran Canal Once.

Basta ver lo que ha sucedido con la barra de programación de Canal Once durante este sexenio. Hubo varios intentos para desaparecer programas “incómodos” como el debate de los hombres de negro o el programa “Aquí nos tocó vivir” de Cristina Pacheco, que no coinciden con la idea de infoentretenimiento de su director Fernando Sariñana.

Luego se pirateó la idea de “Discutamos México” que inició el Canal 22 para volverlo una proyección de las fantasías calderonistas durante el Bicentenario y el Centenario. También se modificó el formato de los noticieros para que las notas principales sean las declaraciones de los miembros del gabinete, incluyendo a la primera dama Margarita Zavala, como si se tratara de una pasarela de funcionarios de una televisión soviética: sin imaginación, sin contraste crítico, sin hechos que informar.

Además, se incorporaron programas con los nuevos géneros híbridos de la televisión (realitys, concursos, talk shows, docudramas), pero sin una propuesta realmente alternativa para las audiencias. Se clausuró, sin explicación alguna, la figura del ombudsman de las audiencias de Canal Once porque al director cinematográfico que dirige esta señal le pareció aburrido atender los derechos de las audiencias.

Incluso se eliminó todo punto de vista crítico hacia el modelo de la televisión guiada por el rating y Canal Once no volvió a promover ningún debate profundo sobre la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión.

En fin, Canal Once se volvió una televisora dócil, cómoda no sólo para el gobierno federal sino para Televisa y TV Azteca.

Y Sariñana fue de los primeros en firmar ese fraude telegénico llamado “Iniciativa México”, como si se tratara de un proyecto del propio IPN.

Nunca fue un canal plenamente autónomo ni mucho menos un medio de la sociedad civil, pero durante décadas Canal Once fue cuidado por sus productores y algunos directores para que mantuviera una identidad propia, más allá de los vaivenes sexenales. Algunos lo lograron, otros no tanto. Pero con el calderonismo se retornó a las peores prácticas de una televisión del régimen priista, como si nada hubiera cambiado.

Incluso, hubo una operación burocrática altamente cuestionable. La creación por decreto del Organismo Promotor de Medios Audiovisuales (OPMA) implicó sacar de la esfera educativa (la SEP) la dirección de los medios oficiales para que retornara a la Secretaría de Gobernación, como si se tratara de un asunto de control político y no de proyecto cultural.

Miente Calderón cuando afirma que “la televisión pública mexicana seguirá siendo el emblema de la televisión educativa, cultural e informativa. Fortalecerá los valores que enriquecen y nutren nuestra mexicanidad”.

Miente porque el mismo anuncio es un ejemplo de que se trata de instrumentalizar el Canal Once para volverlo la “señal presidencial”. Lo público se confunde con lo gubernamental y la televisión educativa se transforma en una televisión de propaganda.

¿Por qué no estuvieron los anteriores directores de Canal Once? ¿Por qué se han excluido las experiencias previas de una señal que ha aportado mucho a la cultura televisiva mexicana?

Esta es la principal muestra de que se trata de un modelo excluyente, autorreferencial y, a fin de cuentas, sin el menor interés en el servicio público.

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miércoles, junio 16, 2010

Tiempos violentos


MÉXICO, D.F., 15 de junio (apro).- ¿Qué tipo de película está viendo el gobierno de Felipe Calderón ante la reciente ola de masacres, ejecuciones y matanzas del crimen organizado? A juzgar por el desplegado-informe publicado el domingo pasado en los principales medios impresos del país, el Ejecutivo se siente protagonista de Los Intocables y, quizá, hasta se crea Brian de Palma. A juzgar por lo que ha ocurrido en el país, vivimos una preocupante edición de Tiempos violentos, el famoso filme de Quentin Tarantino, en donde no parece existir escapatoria.

El recuento de los hechos desde el viernes 11 de junio –día del inicio de la Copa Mundial Sudáfrica 2010 y el más violento del sexenio con al menos 85 ejecutados-- hasta los sucesos de esta semana, no deja espacio para las excusas del desplegado calderonista: en la capital de Chihuahua fueron “fusilados” 19 jóvenes que estaban en un internado religioso para superar adicciones; en Ciudad Madero, Tamaulipas, un comando de la muerte rafagueó y asesinó a 26 personas; en Tepic, Nayarit, fueron asesinadas 27 personas; el 14 de junio, otra matanza ocurrió en el penal de Mazatlán, Sinaloa, donde fueron ejecutados 28 reos, 17 de ellos presuntos integrantes del cártel de Los Zetas, y el mismo día un convoy de policías federales fue emboscado por presuntos narcotraficantes en Zitácuaro, Michoacán, con saldo de 12 de los 40 agentes muertos, mientras 15 más se encuentran gravemente heridos.

Frente a estos acontecimientos, el gobierno sigue insistiendo: “¡Se matan entre ellos!”, como si eso excusara al Estado de su responsabilidad por brindar seguridad, tanto en los penales como en los centros de rehabilitación. Peor aún, como si el hecho de que los sicarios realicen estos actos de venganza se cometiera contra extraterrestres y no contra jóvenes, ciudadanos mexicanos.

Un párrafo del desplegado presidencial insiste en esta tesis del Estado-Pilatos, aquel que se lava las manos y prejuzga sin investigar:

“Más que una ‘guerra del gobierno contra el narcotráfico’, la guerra más mortífera que existe es la que libran los criminales entre sí. En general, el gobierno puede detectar razonablemente indicios sobre las causas de los homicidios cometidos en 70% de los casos. Alrededor de 90% de estos casos de homicidio con algún indicio en su causa corresponde a personas muy probablemente vinculadas a organizaciones criminales, que caen durante enfrentamientos o ejecuciones entre bandas”.

El siguiente párrafo no tiene desperdicio en el guión calderonista de Los Intocables:

“En la disputa por el control de una plaza se producen homicidios especialmente violentos, como decapitaciones, torturas o ejecuciones colectivas, y se generan agravios que recrudecen aún más su nivel de violencia”.

Y si el Estado ya detectó esto, ¿por qué no ha hecho nada para evitar estas decapitaciones, torturas y ejecuciones? ¿Forma parte de la lucha por la seguridad pública gubernamental esta especie de eugenesia, de “limpieza étnica” que aplican los cárteles entre sí?

Sin embargo, el panorama al estilo Tarantino nos vuelve a remitir a una pesadilla que no desaparece con desplegados de prensa. La matanza contra policías federales en Zitácuaro es más inquietante. Tal parece que los criminales no sólo están organizados sino muy pendientes de los mensajes que emite el presidente Calderón para evidenciar el fiasco de su estrategia de “lucha por la seguridad pública”.

Esta matanza ocurrió un día después de que se difundiera el desplegado. En su parte medular, el documento plantea que se avanza hacia una nueva policía federal, más eficaz:

“Hemos multiplicado el número de sus integrantes y la estamos dotando de la tecnología más avanzada para combatir eficazmente a los criminales. Hemos puesto particular énfasis en el proceso de selección y reclutamiento del personal de la nueva policía. Para ello se han aplicado exámenes de control, de confianza y también se ha estrenado y proporcionado mejor armamento a la Policía Federal”.

El largo promocional a la nueva Policía Federal no corresponde con lo que está ocurriendo en las calles, en las avenidas de decenas de ciudades donde todos los mexicanos están padeciendo el fracaso de la estrategia calderonista.

Pero la autocrítica no es algo que caracterice ni caracterizará este gobierno. En su desplegado, el jefe de Los Intocables afirma, sin dar prueba alguna, que “como nunca antes estamos debilitando a las estructuras logísticas y financieras de la delincuencia. La droga que hemos decomisado alcanzaría para proveer con más de 80 dosis a cada joven mexicano entre los 15 y los 30 años. Golpeamos con firmeza y, subrayo, sin distingos, a todas las organizaciones criminales. Tan sólo en 2009 capturamos a 70 lugartenientes de todos los cárteles. Este año hubo más capturas de capos regionales que las que solían hacerse en un sexenio completo”.

¿De qué sirve presumir que se captura a 70 “lugartenientes” si no se hace nada para detener a los responsables de las matanzas de Salvárcar (Ciudad Juárez), Ciudad Madero, Reynosa, en Chichí Suárez (Yucatán), en La Marquesa (Estado de México), Monterrey, Acapulco, Tepic y de tantas y tantas ciudades castigadas por la ley de los Tiempos violentos?

En cadena nacional, el presidente vuelve a recitarle a los mexicanos la larga explicación y justificación de su fracaso de casi cuatro años. Demasiado tarde, demasiado grave, demasiada sangre derramada. La película ya la conocen los ciudadanos que padecen directamente la violencia. Y no le creen a los aspavientos de Calderón.

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miércoles, junio 02, 2010

Historia de Gamboa Patrón, el incombustible



MÉXICO, D.F., 1 de junio (apro).- Incombustible, Emilio Gamboa Patrón fue designado por aclamación el pasado fin de semana como nuevo dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI, el llamado “sector popular”. Su designación fue el producto de una negociación cupular prolongada desde el año pasado.

Por su puesto, su interés no está sólo en revivir al “tercer sector” del corporativismo priista. Él, acostumbrado a los entretelones del poder político, al poder del picaporte y no al activismo de masas, al clientelismo de gran escala, hará lo que siempre ha hecho desde que Carlos Salinas lo eligió como operador político en el seno de “la familia feliz” de Miguel de la Madrid: negociar, pactar e interceder para que los grupos priistas, en pos de la sucesión del 2012, no se destruyan en el camino.

Según varias versiones de los corredores del poder político priista, Gamboa Patrón va en pos de la dirigencia nacional del mismo partido para sustituir en el momento necesario a Beatriz Paredes, a quien sus seguidores ya la colocan como candidata a jefa de Gobierno del Distrito Federal, con el apoyo pleno del dinero y la operación política de Enrique Peña Nieto.

Se dice que Gamboa Patrón “se lleva bien con todos” los involucrados en la lucha por la nominación de la candidatura presidencial del PRI: con Peña Nieto y sus extensiones en varios estados (Ivonne Ortega, en Yucatán; Félix González Canto, en Quintana Roo; Miguel Osorio Chong, en Hidalgo; Rodrigo Medina, en Nuevo León), con el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, su “hermano” desde los tiempos salinistas; con el veracruzano Fidel Herrera, quien, simbólicamente, se descartó como sucesor de Beatriz Paredes; con Francisco Rojas, coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro, quien aspira también a la nominación priista.

En esencia, lo que han decidido los clanes y grupos de poder dentro del PRI es un broker, un intermediario, un negociador de posiciones y parcelas de poder en pos del 2012.



Aquellas grabaciones

El pasado inmediato persigue los altos fines de Emilio Gamboa Patrón. El político de origen yucateco siempre saluda agitadamente, reparte sonrisas, aun a sus más incómodos críticos; contesta decenas de llamadas a su celular, al tiempo que está pendiente de las conversaciones circundantes. No pierde el detalle ni la compostura, aunque siempre ande con prisa. Es un “correcaminos de la política”. Hábil para olfatear algún asunto que necesite de sus artes como “operador político”, veloz para ofrecer sus servicios de intermediación. Eficaz y discreto, según sus seguidores.

Sin embargo, aquella mañana del 12 de septiembre de 2006 el buen semblante le cambió, la indiscreción estalló y la prisa lo alcanzó. Recién nombrado coordinador de los diputados del PRI para la legislatura que culminó en el 2009 y presidente de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, Gamboa Patrón enfrentaba un nuevo escándalo mediático que lo vinculaba con uno de los empresarios corruptores, cuyo rastro llegaba hasta la red de pederastas de Jean Succar Kuri, en Quintana Roo.

Esa mañana en el noticiario radiofónico Hoy por Hoy --conducido por Carmen Aristegui-- y en el periódico La Jornada se divulgó la siguiente conversación:

--Papito, ¿dónde andas cabrón? –saluda Emilio Gamboa Patrón.

--Pues aquí estoy en este pinche pueblo de los demonios, papá –le responde con voz ronca Kamel Nacif.

--Pero ¿dónde andas mi rey? Porque habla uno todo el día bien de ti, pero te pierdes hijo de la chingada.

--Pues ando chingándole, no queda otra… ¿Y cómo estás tú, senador?

--Uy, a toda madre, aquí echando una comida con unos senadores, que si te cuento te… (inaudible) cabrón.

--¿De dónde?

--Vamos a sacar la reforma del hipódromo, cabrón, ya no del juego… del hipódromo.

--¿Para qué?

--Para hacer juego ahí, cabrón.

--¿Cómo?... Bueno…

--¿Cómo lo ves?

--No, no la chingues.

--Entonces, lo que tú digas, cabrón, lo que tú digas, por ahí vamos, cabrón.

--No, dale pa’ tras, papá.

--Pues, entonces va pa’ tras, esa chingadera no pasa en el Senado, eh.

--¡A huevo!

--Ok.

--Pues a huevo!

--Te mando mi cariño.

--¿Cuándo nos vemos? –pregunta inquieto Nacif.

--Cuando quieras mi Kamelito.

--Pues cuando tú digas…

--Regresando, yo me voy a Washington a ver a unos cabrones, pero regresando te veo… Regresando yo te llamo… créeme que yo te llamo… ya no me llames… yo te llamo amigo.

--Orale senador.

--Un abrazo.

--Estáte bien, bye.

La grabación se interrumpe. En otra llamada, se escucha a Kamel Nacif hablar con su hija.

--¿Qué pasó, mi amor?

--Nada papi, qué haces…

--Estaba hablando con el Gamboa y con otro senador.

--Ah, y ahora, ¿qué traes problemas?

-No. Me buscan todos para ver de a cómo le caigo.

--(Risas) Ah, bueno.

En el momento de la difusión de esta conversación telefónica, Emilio Gamboa Patrón había conseguido, por quinto sexenio consecutivo, mantenerse en un lugar privilegiado, a pesar de la derrota del PRI, su partido, por segundo sexenio consecutivo en la Presidencia de la República.

El político logró el anhelado fuero legislativo, esa otra fórmula de la impunidad al estilo mexicano que se ha convertido en una regla no escrita en la clase política, aún con la alternancia entre el PRI y el PAN, y las promesas incumplidas de la rendición de cuentas.



Vivir en el presupuesto

El vínculo de Gamboa Patrón con la red de pederastas es tan sólo una de las muchas pistas oscuras que este político ha dejado a lo largo de su carrera transexenal.

La fortuna ha favorecido en su ascenso burocrático a este político nacido el 23 de agosto de 1950 en la Ciudad de México.

Egresado de la Universidad Iberoamericana como licenciado en relaciones industriales, Gamboa se enroló en 1972, a los 22 años de edad, en el PRI; y su objetivo fue uno sólo: el ascenso a la elite gobernante. Lo logró con creces.

Apoyado por su amigo Genaro Borrego, de la misma generación de la Iberoamericana, Gamboa Patrón fue secretario auxiliar de Ricardo García Sáinz, efímero secretario de Programación y Presupuesto en el sexenio de José López Portillo (1978); se distanció del exdirector del Seguro Social para enrolarse a la corriente tecnocrática de Miguel de la Madrid, quien lo nombró su secretario particular (1979) y logró encumbrarse junto con la llamada “Familia Feliz” en la Presidencia de la República (1982-1988), siempre como hábil secretario y dueño del picaporte de Los Pinos.

Desde esa posición, Gamboa Patrón fue el artífice del ascenso al poder del grupo conocido como Los Toficos, la camarilla a la cual pertenecía Carlos Salinas de Gortari, secretario de Programación y Presupuesto en el sexernio de De la Madrid.

Gamboa jugó un factor clave, reconocido por el propio Salinas, en el proceso para la nominación del sucesor del jefe de ambos, Miguel de la Madrid. A lo largo del sexenio de la “renovación moral”, Gamboa Patrón utilizó su influencia para eliminar del camino a posibles competidores de Salinas de Gortari, como el entonces joven gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo; el secretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog; y Manuel Bartlett, el secretario de Gobernación.

En retribución a los favores ejercidos, durante el sexenio salinista, Gamboa Patrón ocupó las tres posiciones que había negociado con su aliado: director del Infonavit (1988-1990), director del Instituto Mexicano del Seguro Social (1990-1993) y secretario de Comunicaciones y Transportes (1993-1994).

Su capacidad para ser funcionario plurinominal fue de la mano con su habilidad para estar siempre presente en las principales intrigas palaciegas y en los procesos de sucesión presidencial.

Gamboa Patrón apoyó la candidatura de Luis Donaldo Colosio (1994), pero tras el crimen político del sonorense no tuvo mayor problema para enrolarse en el equipo de Ernesto Zedillo. Su audaz cambio de estafeta motivó que Salinas de Gortari lo considerara un “traidor”.

En el zedillismo, Gamboa Patrón comprobó que no viviría fuera del presupuesto: fue director de la Lotería Nacional (1994-1995), director de Fonatur (1996-1998), subsecretario de Comunicación de la Secretaría de Gobernación (1998-2000) y por tercer sexenio consecutivo le apostó a ser el consejero más importante del candidato presidencial del PRI: Francisco Labastida Ochoa (2000). Coordinó su campaña presidencial, marginando a la dirigencia del partido, encabezada entonces por su contemporánea y paisana, Dulce María Sauri, exgobernadora de Yucatán.

La derrota del PRI en las elecciones presidenciales no descobijó a Gamboa Patrón, a diferencia de muchos otros priistas.

Durante seis años estuvo en el Senado de la República, como el vicecoordinador y operador de la frustrada candidatura presidencial priista de Enrique Jackson. Gracias a su apoyo a la Ley Televisa y a su inocultable favoritismo con los concesionarios de radio y televisión, Gamboa Patrón logró colarse en la campaña de Roberto Madrazo (2006), garantizando su permanencia como candidato a diputado plurinominal por Yucatán.

Con el calderonismo, Gamboa Patrón comparte con su viejo amigo y compadre, Manlio Fabio Beltrones, la coordinación de las bancadas priistas en el Congreso y el papel de oposición “socialmente útil” al proyecto económico del PAN.

Sin ser economista, ni abogado ni tener grandes dotes intelectuales, Gamboa Patrón ha logrado convertirse en pieza clave de las camarillas que transformaron el modelo económico mexicano, al tiempo que mantuvieron las reglas no escritas de la impunidad como manto protector de lo que aún denominan como “El Sistema”.

Transexenal su trayectoria, “metapartidista” su poder, Gamboa Patrón ha logrado la hazaña de casi tres décadas de permanencia ininterrumpida haciendo suya la máxima de Carlos Hank González, el político al que él ha afirmado que más admira: “Político pobre es un pobre político”. Y la ostentación de recursos públicos y de contratos polémicos han sido las constantes en los diversos cargos que ha desempeñado. Por supuesto, el dinero que le sirve para operar tan hábilmente siempre proviene del erario y no de su fortuna personal.

En la entrevista con el blog Galería de Triunfadores, en octubre de 2007, Gamboa Patrón definió así sus cualidades:

“Soy una persona de resultados. Así me considero. Estoy desde 1981 en los primeros niveles de la política de mi país. En política se hacen adversarios, no digo enemigos, yo no los tengo, no los considero… Lo más importante en política es ser eficaz y eficiente con un instrumento fundamental: la lealtad a mis jefes, a mi partido y a mis principios.”

Esa lealtad ha sido puesta en duda no pocas veces. Su exjefe y aliado, Carlos Salinas de Gortari, lo acusó de “traidor” en el capítulo 12 de sus memorias México, un Paso Difícil Hacia la Modernidad. En una nota al pie de página, el expresidente le pasa la factura a Gamboa por su alianza con Ernesto Zedillo:

“Quienes traicionan a un amigo, no merecen otras palabras que las expresadas por el expresidente de España, Felipe González, a propósito de la traición que él mismo padeció: ‘la pasión por subirse sobre el que ha caído para parecer más alto está muy extendida. Los que se suben suelen ser los que limpiaban con la lengua los zapatos del caído’. El País, noviembre 24, 1999. Ese sería el caso de la traición que padecieron, entre otros, Jaime Serra y José Córdoba, dos amigos íntimos de Zedillo. En mi caso, algunos amigos no se comportaron correctamente, entre otros, Manuel Camacho y Emilio Gamboa.” (México, un Paso Difícil Hacia la Modernidad, Ed. Plaza y Janés, p. 1266).

Catorce años después del distanciamiento público y ocho después de que Salinas publicara su voluminoso libro, Gamboa Patrón y el expresidente se encontraron públicamente el 28 de junio de 2008 en la boda de la hija de Manlio Fabio Beltrones, el coordinador de los senadores del PRI, aspirante a la Presidencia de la República, y amigo de ambos.

Crónicas periodísticas como las de Joaquín López Dóriga, publicada en Milenio Diario el 3 de julio, refieren que Gamboa y Salinas estuvieron juntos hasta el amanecer y se dejaron en la fuente de Petróleos, quizá alguna metáfora no explícita de que la reconciliación- más bien es una alianza forzada por la reforma energética del calderonismo.

--¿Usted cree, como Hank González, que ‘un político pobre es un pobre político’? –le preguntó José Martínez Bolio en el blog Galería de Triunfadores.

Magnánimo y sencillo, Gamboa Patrón respondió:

“La política me ha dado la posibilidad de vivir bien, pero nunca en los 35 años de funcionario público he hecho un negocio, ni tengo socios, pero se me acredita que era dueño de Televisa, de TV Azteca y de Mutivisión, también que el Word Trade Center, el edificio, era mío. Ojalá yo tuviera una oficinita y ojalá tuviera el cero punto por ciento de las empresas donde se me ha mencionado.”

Habilidoso, Gamboa Patrón evade hablar sobre la principal acusación que acompaña su carrera política: el constante intercambio de favores y posiciones, hechos en la opacidad. No se le acusa de ser propietario, sino de ser el intermediario del dinero y el poder político. El broker transexenal.