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miércoles, marzo 23, 2011

Descubren "El vampiro y el sexo" del Santo

Columba Vértiz de la Fuente


Las películas del Santo, el campeón mundial de lucha libre en los años cincuenta que saltó a la pantalla grande como actor también exitoso, siempre estuvieron dirigidas a un público familiar y llegaron a ser consideradas por la crítica francesa especializada como “cine surrealista”. Pero el hallazgo en la bóveda del productor Guillermo Calderón Steel de El vampiro y el sexo, que será estrenada en el Festival de Guadalajara próximamente, mete al Enmascarado de Plata en un cuadrilátero de escenas muy fuertes para la época (hace 40 años) y las sitúa hoy en el nivel de “pornografía ligera”.

MÉXICO, DF., 22 de marzo (Proceso).- Durante más de 40 años se tuvo como una leyenda: Que el famoso Santo, campeón de los cuadriláteros había protagonizado largometrajes para adultos (soft porno). Pero un descubrimiento acaba de revelarlo como verdad.

Así, la 26 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG26), que abre el 25 del actual, proyectará por primera vez y sin censura El vampiro y el sexo, de René Cardona (1905-1988), interpretada por el mismo Enmascarado de Plata y donde hay desnudos totales de mujeres-vampiro. Es la segunda versión de Santo en el tesoro de Drácula (1969), cinta realizada para toda la familia.

A lo largo de estas cuatro décadas, los cinco rollos de El vampiro y el sexo estuvieron en la bóveda del productor de la cinta, Guillermo Calderón Steel, y fueron encontrados por su sobrina-nieta, la cineasta Viviana García Besné, quien confiesa a Proceso que los extrajo a escondidas y los llevó a restaurar a la Filmoteca de la UNAM.

El estreno en Guadalajara será el 29 de marzo en Cineforo a las 21:30 horas y un día después se exhibirá en el Foro Expo a las 20 horas.

El hallazgo en la bóveda de su tío, a decir de García Besné, consiste en copias de la película con subtítulos en inglés y francés. Dice en voz alta:

“Nada fue un invento. Allí estaba la cinta.”

Pero fue el propio Santo quien le pidió a Calderón Steel nunca proyectar el filme, y eso quedó como un pacto de caballeros, menciona la directora.

El vampiro y el sexo es una de las primeras películas a color de El Santo, y lo único que se sabía de ella era por fotos que hace 25 años publicó la desaparecida revista Dicine. Se llegó a pensar que stills, montajes y carteles de cine sólo habían sido una treta publicitaria y “morbosa” de Calderón Steel (inventor del cine de ficheras).

El crítico e historiador de cine Rafael Aviña comentó en 2004 que “sería fabuloso que existieran los largometrajes del ídolo de la lucha libre, sería como encontrar uno de los expedientes sexcretos mex”, pero convencido, recalcó:

“Yo creo que las versiones no existen, que se tomaron fotos publicitarias como gancho.”

En una escena se advierte a Drácula (Aldo Monti) besando los senos de una mujer vampiro. En otra, cerca de 20 mujeres desnudas lo escuchan:

“Hace años manos enemigas destruyeron nuestra inmortalidad, pero hemos vuelto.”

El elenco lo conforman también Carlos Agosti, Noelia Noel, Roberto G. Rivera y Alberto Rojas.


Un caso detectivesco…

Todo comenzó cuando García Besné se puso a investigar para realizar su documental Perdida (proyectada en la pasada edición de la FICG y donde obtuvo un reconocimiento especial), la cual es un relato alternativo del cine mexicano visto a través de su familia de cineastas (bisabuelo, tíos abuelos, abuelo), quienes realizaron cerca de 200 largometrajes.

Allí surgió la discusión de El vampiro y el sexo, y la realizadora se dio a la tarea de buscar en la bodega de su tío:

“Entrevisté a Aldo Monti y me negó que existieran versiones de películas de El Santo para adultos. Le enseñé fotos de la película y en ese instante como que recuperó la memoria. También entrevisté a mi tío Guillermo Calderón Steel y él definitivamente lo negó. Nos dijo que se le habían quemado los negativos, y sí le creo porque su oficina se incendió y se quemaron muchos rollos. En algún momento la familia consideró que esa película se había perdido.”

Entonces se introdujo a la bodega que estaba en la casa de su tío:

“Era un desastre porque hay miles de rollos y latas. Me metí sin autorización. Después de buscar mucho, salieron unas latas y en ese momento me saqué una a escondidas. La restauramos y vimos que efectivamente era una de El vampiro y el sexo, y hasta allí quedó nuestro presupuesto. Nos atrevimos a afirmar que era verdad que sí existía El vampiro y el sexo.”

–¿Es pornográfica?

–En su momento era un filme fuerte, y que estuviera El Santo involucrado pues doblemente era fuerte. Ya han pasado muchos años, ya se ven tantas cosas en la tele, el cine, en todos los medios, y me parece que esto de que sea una “peli” pornográfica pues para nada. Es importante mencionar que la imagen de El Enmascarado de Plata en ningún momento queda comprometida. Revisamos el largometraje, porque sí era muy importante para mi tío que El Santo siempre se viera bien. Él nunca sale en las escenas fuertes y además de alguna forma está como luchando contra las mujeres-vampiro, que lo incitan todo el tiempo, como si estuviera luchando contra esa parte mala de la cinta.

–¿Fue una película para adultos?

–En su momento sí, y quizá ahora lo seguirá siendo. No es para niños.

–¿Hay muchos desnudos?

–¡Ah!, eso se lo dejo al público para que la vea, pero de que hay, hay.

–En el extranjero se conoció El vampiro y el sexo, ¿verdad?

–Es lo que dicen, pero tengo dudas al respecto, porque no sé realmente si en la bodega que tenía mi tío en el condominio de productores se quemaron copias o se quedaron algunas perdidas en el extranjero.

–¿La censuraron?, ¿qué pasó?

–Cuando mi tío empezó a hacer cintas con El Santo, no estaba en un gran momento económicamente, eran muy amigos y se asociaron para hacer un largo. El enmascarado no le cobraba a mi tío, pero luego se dividían las ganancias. Entonces en algún momento El Santo le pidió a mi tío que no sacara esas versiones. Mi tío decidió que no las iba a sacar él, hasta que llegué yo y saqué a la luz los rollos, y casi me mata, es la verdad, porque él nunca va a aceptar que se hicieron las cintas. Finalmente él hizo un pacto y se lo llevará hasta el final de sus días.


Otras cintas fuertes

–Entonces, ¿hay otros filmes?

–Sí. En esos años a mi tío se le ocurrió hacer las dos versiones de las cintas. Realizó una versión original que se llamaba Santo en el tesoro de Drácula, y filmaron otras escenas que, como dice Aldo Monti, no eran para el Vaticano, y luego se insertaban. No era filmar toda otra película, sino sólo algunas escenas. Así se llevaban las dobles versiones. Hay por lo menos otros tres o cuatro largometrajes, los cuales también se creen perdidos, y estamos en su búsqueda y captura, como Los leprosos y el sexo.

–Parece que eran versiones para Europa.

–Sí...

–Pero a finales de los sesenta, ¿algunos vieron El vampiro y el sexo?

–Al revisar los rollos con mucho cuidado sí se veían huellas del aceite de los proyectores, pero los negativos estaban en muy buen estado, eso significa que no se proyectaron demasiadas veces. Esa gente que hablaba de algunas proyecciones aquí y allá creo que tenía razón, por lo menos una o dos veces se proyectaron los rollos.

García Besné platica que éstos los encontró en muy buen estado:

“No estaban rayados ni muy manchados. Este negativo, que se fabricaba en aquella época, pierde el color a través de los años y estaba un poco magenta. Finalmente también se le ha rescatado algo de color. La otra versión, Santo en el tesoro de Drácula, está en blanco y negro. Lo importante es que en la versión para adultos se pudo rescatar algo de color de la cinta.

–¿El vampiro y el sexo fue hecha a color?

–Sí, eso ya te habla de la inversión del largometraje que realmente ya estaban apostando. En ese tiempo era mucho más caro sacar copias a color que en blanco y negro.


En el festival

–Cómo se da la propuesta de que se proyecte en el FICG26?

–Iván Trujillo fue jurado de mejor documental mexicano el año pasado. Allí vio Perdida, y cuando lo nombraron director del FICG, se me acercó en octubre pasado en el Festival de Cine de Morelia y me dijo que quería hacer un ciclo de vampiros y que le parecía que sería un momento increíble para que se estrenara El vampiro y el sexo. A mí me encantó la idea y hablé con mis tíos y aceptaron.

“Me da gusto que se proyecte como para reescribir la historia del cine mexicano, que durante tantos años ha habido un debate de sobre si existía o no esta película. Gente que es importante dentro de la historia del cine la ha negado.”

–¿Qué importancia puede tener en este momento esta cinta?

–Es increíble que a estas alturas del partido haya una nueva película que se estrenará de El Santo, es como un momento mágico. Hay que verla con la mirada puesta a finales de los años sesentas, que es cuando se filma, y disfrutarla. A ver qué es lo que genera ahora.

–¿Qué opina su tío Calderón Steel de la proyección?

–No se quiere enterar de nada. Ya está muy grande, sólo disfruta de su retiro y su conciencia está limpia porque él siente que esto ya está en manos de alguien más. Ya no es cosa suya.

Luego de Guadalajara intentará que se proyecte en salas alternativas. Después verá si se saca en DVD.

martes, junio 30, 2009

"Escribir que las cosas deben cambiar te hace ser un apestado"

MIGUEL MORA

Ya está en las librerías italianas el nuevo libro de Roberto Saviano (Nápoles, 1979). Se titula ‘La belleza y el infierno’, y es la suma de su obra periodística: reúne perfiles, reportajes y artículos publicados antes y después de Gomorra (2006), la novela que partió su vida en dos: éxito y fama, miedo y soledad.

En el prólogo, Saviano cuenta cómo es esa existencia nómada y sin hogar (dolor, huída y aprendizaje, habitaciones de hotel, viajes veloces, tristeza y escritura) desde que le amenazó la Camorra, y explica el origen del título, tomado de un pasaje de ‘El hombre rebelde’, un ensayo de Albert Camus: “El infierno tiene solo un tiempo, la vida un día recomienza”.

Saviano ha sobrevivido gracias a la escritura que le obligó a renunciar a la normalidad. Quizá por eso, ha llenado el libro de agradecimientos. Los amigos que ha ido encontrando en esa nueva etapa son el motor de las 250 páginas. Y luego están, sin estar, los ex amigos, aquellos que se fueron sin despedirse y que al irse aumentaron su rabia y su incomprensión, pero también, sin saberlo, le animaron a seguir escribiendo. Unos textos exactos, airados y apasionados a la vez, textos justicieros, o militantes si se prefiere.

Como perseguido, Saviano se siente cómodo entre los perseguidos. Pero escribe pensando en los lectores. En muchos lectores. Dice que es la única forma de callar a los cínicos, los difamadores, los cobardes. “No quiero escribir como los cínicos. El cinismo es la armadura de los desesperados que no saben que lo están”, explica.

Los amigos nuevos, vivos o muertos, tienen algo en común. Son ejemplares. Beppino Englaro, el héroe recto que desafió la hipocresía de los ateos devotos; Miram Makeba, la reina de África que murió en escena en Castelvolturno, territorio Gomorra; los boxeadores olímpicos del Gimnasio de Marcianise, que escapan de la Camorra a base de sudor; Anna Politovskaia, la periodista rusa asesinada para taparle la boca; el músico Michel Petrucciani y el futbolista Lionel Messi, dos enfermos sublimes, entre la belleza y el infierno; el infiltrado en la mafia Joe Pistano, cuya historia inspiró la película ‘Donnie Brasco’…

En octubre, Saviano llevará algunos de esos textos y personajes al Piccolo Teatro de Milán: “Soy un intruso del teatro, pero siento la necesidad de comunicarme directamente con los lectores”, dice en esta entrevista, en la que reflexiona sobre la vida y el periodismo y ataca el cinismo que, a su juicio, está devorando a su país.

Pregunta. La pieza sobre Joe Pistano, Donnie Brasco en el cine, es como un encuentro con un maestro...

Respuesta. Bueno, él es un policía que estuvo infiltrado seis años en el clan Bonnano, y gracias a él hubo más de 100 detenidos… Su vida tiene bastante que ver con la mía. Quedamos en Roma, en un restaurante, y me dijo que debía ir sin escolta. Llego y me dice: “La verdad es que para ser italiano vas muy mal vestido”. Es todo un personaje. Veía a su mujer y sus hijos solo en agosto y en Navidad. Me dijo: “Del infierno se puede volver”. Me preguntó si hacía deporte, si estaba tatuado. “Ah, entonces eres un hombre”. A cada frase se santiguaba. Es religiosísimo.

P. ¿Qué le enseñó?

R. Estuvo muchas veces a punto de morir, pero no lo mataban porque nunca huía. Pasó mucho miedo, pero pesaban más las ganas de acabar el trabajo. Pensaba que si se salvaba podría terminarlo. Ellos se reunían para decidir qué hacer con él, y él se quedaba fuera esperando. Me contó que los bosses estadounidenses se habían dulcificado mucho, y que cuando la cosa se puso fea tuvieron que llamar a los sicilianos. En la Comisión Antimafia dijo que la forma de acabar con ellos es dejar que se americanicen, porque la buena vida les hace cada vez menos fiables como organización, les quita disciplina y jerarquía. Los mafiosos italianos se drogan solo ahora, antes no la tocaban. Las mujeres, me decía, llegaban con un golpe de uña. “Se vuelven locas por los criminales”. Su idea para resistir es que él estaba en lo cierto y los mafiosos estaban equivocados.

P. El bien y el mal…

R. Camus lo dice de otra forma: para contar la realidad es necesario haber atravesado el abismo del infierno y tener el talento de la belleza.

P. Messi y Petrucciani, por ejemplo.

R. Dos enanos que se convierten en gigantes. Petrucciani tenía una enfermedad muy rara, se llama huesos de cristal. Su abuelo era napolitano, y en el infierno de su condición encontró la belleza, la fuerza para ser mejor. Fue capaz de crear algo único. No como un freak que tiene éxito; era independiente de su estado físico. No era un fenómeno de feria. Escuchas un disco suyo y notas un talento infinito. El infierno mejoró su talento, le empujó a ser mejor. Tenía siempre alrededor un montón de mujeres, decía que le dejaban porque las engañaba. Estaba lleno de vida y era un ser monstruoso. Tuvo un hijo y le contagió la enfermedad. Explicó que él había tenido una vida maravillosa y no tenía porqué impedirle vivir una vida semejante. Hay un vídeo en Youtube en el que su hijo toca el piano sentado en sus rodillas. Es como si hicieran el amor solo que en público.

P. ¿Y él cómo tocaba el piano si sus huesos se rompían?

R. Desde el parto vivió con el cuerpo enyesado, todo salvo las manos. Por eso entendió que tenía que hacer algo con las manos. Su abuelo le enseñó a tocar la batería. Luego se fue a América, a una comunidad hippie, y era el enano que todos usaban para los juegos eróticos. Empezó a tocar el piano y un día se encontró con el saxofonista de Keith Jarret, que había dejado la música y era cartero. Tocaron juntos, hicieron un disco mítico que cambió la percepción del jazz. Luego se murió de una pulmonía. Al romperse tantas veces la caja torácica, tenía los pulmones llenos de cicatrices. Es una historia increíble. Le miras y piensas que no tiene nada que ver con la belleza. Lo escuchas y entiendes cómo transforma lo que es en belleza.

P. En el prólogo hace una especie de alegato de la defensa.

R. Me defiendo ante los lectores de las calumnias que me lanzan. Me dicen que soy un producto de marketing, que copio, que soy un escritor de un solo libro y un solo tema. Siempre he dicho que los lectores hacen posible y peligroso el oficio de escribir. Gomorra ha vendido más de tres millones de copias en el mundo y sus lectores saben ahora que Italia es el segundo país del mundo donde hay más personas protegidas, después de Colombia.

P. Pero esa vida ha tenido cosas positivas.

R. He conocido a Salman Rushdie y, cada vez que tengo un problema, le mando un mensaje y me ayuda. Me dice que no me haga un mártir de mí mismo, que vea chicas, que me busque un exilio de oro, que no me martirice para ser coherente con el personaje. Una vez no me querían dejar volar con Air France, decían que los pasajeros tenían miedo. Me dijo: “llama a Le Monde y diles que no te dejan”. Lo hice, Le Monde llamó a Air France y se arregló. Siempre recordaré que cuando estuvimos juntos en Estocolmo dijo que lleva todavía dentro las heridas que le produjeron los colegas.

P. ¿Así que lo peor es la envidia de los otros escritores?

R. Lo digo en el libro: siento orgullo de ser atacado por ese tipo de escritores y políticos que me acusan de representar una puesta en escena y de pillar dinero. Ahora sé que solo el negocio bueno gana al negocio malo. Gasto 10.000 euros al mes en abogados para defenderme. Te dicen que has plagiado, te intimidan con querellas criminales… La noticia sale en los periódicos y cuando ganas han pasado cuatro años. El odio nace de que sienten que eres diferente. Hay muchos políticos y escritores que creen que todo es lícito, viven en la impunidad total. El mecanismo que me empuja a escribir es justo el contrario de ese cinismo. Creo que hace falta cambiar las cosas. Me niego a sucumbir al conformismo. Ellos saben que la mayor parte del país está de su parte. Que nadie sale a la calle a protestar por nada, que la gente adora ser representada por políticos que encarnan sus contradicciones. La gente siente que Berlusconi tiene los mismos vicios y contradicciones que ellos, por eso están cómodos con él. Si tratas de cambiar eso, les quitas el sueño. Pero no hablar de las cosas solo sirve para esconderlas y escurrir el bulto. La indiferencia de los italianos, esa forma de acostumbrarse a cualquier cosa, ha contagiado a la sociedad civil, a los periodistas, a los líderes de opinión. Pensar o escribir que las cosas deben cambiar te convierte en un apestado. Dicen que lo haces porque no has llegado donde esperabas, porque no tienes enchufe… Te llaman inadaptado, dicen que eres poco fiable, que estás fuera del sistema. Ese cinismo está devorando el país.

P. ¿Por qué no escriben para los lectores?

R. Todo el mundo habla para las elites. Como si ya no se pudiera conquistar a los lectores y la única forma posible de estar en el mundo fuera hablar para los colegas. Yo escribo siempre para el público más amplio posible. Esa es la fuerza que tienen las palabras sobre los criminales. Pero también Miriam Makeba, que vino a morir sobre un escenario en un pueblo inmundo dominado por la Camorra, cantó esa noche para 30 personas. Le daba igual que el teatro estuviera lleno o vacío, vino para las prostitutas nigerianas porque eran su gente. En el artículo escribí que murió en África, Castelvolturno es África. Solo esa vieja generación sigue pensando que hablar al público es necesario. Hoy, además, hay que hablar para el mercado global. Si queremos que ‘El País’, ‘La Repubblica’ o el ‘Times’ se interesen por estas cosas, la única forma es que interesen a los lectores.

P. Politkovskaia murió asesinada por llegar al público.

R. Lo que más me sorprendió es que su hijo me contó que tenía a su madre enferma y que se dedicaba muchísimo a cuidar de su familia. El día que la mataron había ido al supermercado a comprar cosas para ella. Era una mujer dedicada y completa. Nunca renunció a su familia, tampoco a su trabajo en Grozni. Sorprende la indiferencia con que la prensa trató su caso. Antes de matarla la envenenaron en el avión, la ingresaron en el hospital y los análisis que probaban el envenenamiento desaparecieron. Lo denunció pero nadie le hizo caso. Dijeron que había visto muchas películas de 007. Hasta que murió nadie la creyó. Su marido, en una entrevista, dijo que era mejor así, que ella temía más a las calumnias y a las fotos de supuestas orgías que a la muerte. Con la muerte nadie tiene dudas. Las dictaduras matan, las democracias destruyen la imagen.

P. La lista de agradecimientos del libro es enorme.

R. Son todas las personas que me han ayudado. Al principio no sabía cómo acabaría esto. El odio político, el riesgo de quemarte… Solo tenía a los Carabineros conmigo, y poquísimos amigos. Esos son los que me han dado gasolina para aguantar y evitar errores. Al principio era fragilísimo, con el tiempo he aprendido a defenderme y construirme. Poner los nombres es una forma de homenaje, y a la vez el relato de un país distinto. No solo existe el que mira hacia otro lado. Hay gente magnífica en este país.

P. El nombre más importante no está. Es el de la dedicatoria. “A M…, luz en esta larga noche”.

R. Es jodido entrar en relación con uno como yo. Enorme presión mediática, judicial… He sido un tipo intratable, nervioso, siempre fuera de onda, sin casa fija… En este diario infernal del día a día, ella ha intentado estar cerca de mí: merecía ese homenaje. Con algunos amigos también estoy en deuda. No es fácil: deben compartir tu batalla, soportar la presión y seguirme por el mundo. Soy un profesional ambicioso de pecado mortal. Quiero cambiar el mundo con las palabras, es una especie de misión. Por suerte no tengo desviaciones místicas, pero el sentido de mi vida es ese. El libro es para los que no crecieron conmigo y desaparecieron de repente. No sé todavía cuál era mi culpa. No hice nada feo, nada malo ni sucio. Pero se fueron.

miércoles, marzo 25, 2009

La guerre des idées

Manière de voir

Combien de divisions ?
Laurent Bonelli

« Le secteur public et sa dette vont prendre une part plus importante dans l’économie de nombreux pays. Mais à long terme, beaucoup de choses dépendent de comment les responsabilités de cette catastrophe seront assignées. C’est là qu’une importante bataille intellectuelle doit et devra être gagnée. » Cet éditorial de l’hebdomadaire britannique The Economist, publié le 18 octobre 2008, en pleine bourrasque financière, a l’avantage d’annoncer la couleur : il n’est pas de crise économique, de transformation sociale ou politique dont les effets concrets soient séparables de l’interprétation qui en est proposée. Les plus terribles déroutes peuvent ainsi se convertir en victoires par la magie des commentateurs autorisés. Donner le sens des faits, trouver les mots ou les catégories pour les dire constituent des batailles décisives. Imputer le chômage de masse à la rigidité du marché de l’emploi n’a pas les mêmes implications que de l’analyser comme le résultat de la voracité des actionnaires. Produire des représentations du monde social constitue ainsi une dimension fondamentale de la lutte politique.

Qui construit ces représentations ? « Tous les hommes sont des intellectuels, mais tous les hommes n’ont pas dans la société fonction d’intellectuel. » Dans ses Cahiers de prison, Antonio Gramsci (1891-1937) attirait déjà l’attention sur l’existence d’« intellectuels de profession », disposant d’un quasi-monopole sur la construction de catégories de perception de la réalité. Après la seconde guerre mondiale, l’élévation continue des niveaux de scolarité dans l’ensemble des sociétés occidentales industrialisées y a largement accru leur nombre. Au point que l’économie de la connaissance occupe dorénavant une place sans commune mesure avec celle qui était la sienne dans un passé récent.

Néanmoins, la position de ces travailleurs de l’esprit est ambiguë. Les clercs du XIVe siècle détenaient certes le savoir mais, comme hommes d’Eglise, ils définissaient également les places et les hiérarchies dans l’ordre du monde. A leur tour, les philosophes des Lumières élaborèrent les analyses qui accompagnèrent l’émancipation de la bourgeoisie des structures féodales et aristocratiques. Par la suite, on ne compte plus ni le nombre de travaux de psychiatres soi-disant rigoureux destinés à établir l’infériorité intellectuelle des colonisés, ni celui des écrits produits par une armée de sociologues et de psychologues pour lutter contre le syndicalisme dans les usines ou les mouvements révolutionnaires, en Amérique latine notamment.

Dans une actualité plus récente, les recommandations des économistes en faveur des plans d’ajustement structurel du Fonds monétaire international (FMI), les commentaires des philosophes de cour sur les flambées de violence dans les banlieues françaises ou l’auscultation par d’éminents professeurs de science politique des penchants prétendument autoritaires et racistes des milieux populaires ont été dans le même sens.

Les intellectuels se bornent-ils à mettre leurs idées au service du maintien de l’ordre social ? Pas seulement. Car si la détention d’un savoir, d’une éducation les place du côté des privilégiés, ils n’en sont qu’une fraction dominée, face à ceux qui possèdent un capital plus économique.

Une bonne part des prises de positions, politiques notamment, de l’intellectuel découlent de cette tension. Soit, comme le disait Jean-Paul Sartre, il devient « quelqu’un qui se mêle de ce qui ne le regarde pas », c’est-à-dire qu’il use de sa notoriété scientifique « pour critiquer la société et les pouvoirs établis au nom d’une conception globale de l’homme ». C’est le chemin qu’ont choisi, selon des modalités différentes, des savants de renom comme Michel Foucault, Pierre Bourdieu, Edward W. Said ou Noam Chomsky, mais aussi nombre d’intellectuels moins connus.

Soit il affecte de ne pas savoir ce qu’il sait du monde social et de ses injustices, et se transforme en ce que Paul Nizan appelait un « chien de garde ». Parfois de manière franche, comme le philosophe François Ewald, ancien maoïste devenu conseiller de la Fédération française des sociétés d’assurances, quand il explique : « La politique est devenue impuissante et décevante. Et les intellectuels ont compris que le vrai pouvoir se trouvait du côté des entreprises (L’Expansion, 1er décembre 2002). » Parfois de manière plus détournée, en prenant l’allure de l’intellectuel engagé et en commençant, comme lui, à critiquer les ravages de telle ou telle politique, mais en ajoutant aussitôt que les choses sont « plus complexes » et en condamnant les formes radicales de résistance. Il sera le théoricien de la « réforme », c’est-à-dire de l’adoucissement des conditions de l’exploitation, mais du maintien de ses fondements.

En 1843, James Wilson, un homme d’affaire écossais, voulut lutter contre les Corn Laws, des lois protectionnistes, en même temps que convaincre l’ensemble des élites de son temps de la nécessité du libre-échange. Il s’entoura d’intellectuels qui y étaient favorables, créa un organe de diffusion de qualité, The Economist, et se fit élire député. Pour lui, la guerre des idées pouvait commencer.


I. Producteurs d’idées

Les sociétés contemporaines traversent-elles une crise de la pensée ? C’est en tout cas ce que l’on pourrait croire à écouter les complaintes de certains intellectuels dont journalistes et éditorialistes se font régulièrement l’écho. Pourtant, jamais les intellectuels n’ont publié un tel nombre de livres, d’articles ou de tribunes de presse. Jamais leurs textes, leurs conférences n’ont autant circulé, grâce au développement d’Internet. Jamais, enfin, ils n’ont pu bénéficier d’un public instruit aussi large, résultant de la progression des effectifs de l’enseignement supérieur dans la plupart des démocraties occidentales.

Cette sensation de crise provient sans doute du fait que l’essor de leur rôle public s’est accompagné d’un durcissement des tensions portant sur la définition même de la figure de l’intellectuel.

Le développement des médias de masse donne en effet une prime à ceux capables de s’adapter aux formats et aux exigences des journalistes. Ils seront ceux qui donnent « de la profondeur » à un reportage, habillant – avec style parfois – des problématiques dans l’air du temps. L’activité – hyperactivité diront certains – de ces savants des apparences contraste largement avec celle de scientifiques construisant patiemment un objet de recherche dans leur laboratoire et destinant leurs résultats d’abord à leurs pairs. Parmi ces derniers, rares sont ceux qui engagent leur savoir dans les débats de société. Au point d’ailleurs de donner facilement prise à un antiintellectualisme dont certains hommes politiques peuvent habilement jouer, comme les républicains aux Etats-Unis, ou plus récemment M. Nicolas Sarkozy en France. Mais l’autonomie de pensée de ces universitaires et scientifiques n’est en rien acquise définitivement. La part croissante du nombre de chercheurs précaires, comme celle des entreprises dans le financement de leur travail, contribue à redéfinir les problématiques et même les objets de leur travail intellectuel.

II. Lieux stratégiques

Les récentes réformes du monde universitaire et de la recherche ainsi que les mobilisations qu’elles ont suscitées rappellent que l’enjeu est considérable. S’agit-il de produire des savoirs immédiatement fonctionnels dans l’entreprise, comme le souhaitent nombre de gouvernants, ou de défendre un projet d’émancipation sociale par la connaissance ? L’énergie des chercheurs doit-elle se concentrer sur des brevets industriels, sur la meilleure rationalisation des tâches dans une institution, ou peut-elle s’employer à montrer les ravages de telle politique de sécurité ou de la concentration des médias ?

Cela vaut également pour le marché de l’édition. Est-il possible de faire exister une pensée qui ne serait pas immédiatement rentable économiquement, car elle reste minoritaire et va contre l’air du temps ? Que valent les connaissances élaborées dans des institutions privées de recherche (les think tanks), dont la principale préoccupation est de défendre les intérêts de leurs bailleurs de fonds ? Ces questions ne sont pas marginales. La guerre des idées nécessite en effet des infrastructures qui constituent à la fois des lieux de production et les principaux vecteurs de diffusion de la pensée. Un savant ne devient un intellectuel, disait Jean-Paul Sartre, qu’à partir du moment où il quitte son laboratoire pour élargir son audience au-delà de ses collègues. De là l’importance du contrôle de l’ensemble de ces structures de médiation, qui, par l’enseignement, des livres, des articles ou des notes de synthèse, fournissent à des millions d’individus des grilles de lecture et d’interprétation du monde qui nous entoure.

III. Querelles intellectuelles

Le libéralisme économique et la démocratie représentative sont-ils la « fin de l’histoire », comme l’énonçait le philosophe américain Francis Fukuyama, ou allons-nous vers un « choc des civilisations », comme le laissait entendre son collègue Samuel Huntington ? L’effondrement des modèles alternatifs semble donner raison au premier.

En tout cas, les libéraux de tout poil le proclament haut et fort même au coeur d’une crise profonde de leur système. Quant aux analyses du « choc des civilisations », elles sont nourries par les attentats du 11 septembre 2001 aux Etats-Unis et par le regain de la violence politique commise au nom de l’islam. Voire par le rôle croissant occupé par la Chine dans les relations internationales.

Apparemment contradictoires, ces deux thèses partagent pourtant le même présupposé, celui de la supériorité des « valeurs occidentales » sur toutes les autres. Loin d’être seulement descriptives, elles participent d’un travail de rationalisation de la domination qu’exerce une partie du Nord sur le Sud, le capital sur le travail.

Il en va de même pour l’histoire, qui reste souvent celle des vainqueurs. L’un des privilèges de ces derniers est en effet de pouvoir dire ce qui s’est passé, de l’écrire et donc de le transmettre. Les peuples colonisés, les minorités ethniques ou sexuelles pas plus que les classes populaires n’ont généralement droit de cité dans le grand récit de la saga des nations. A moins qu’à la faveur d’un changement des rapports de forces ils ne puissent retourner les armes du savoir contre ceux qui se croient leurs maîtres, et faire apparaître dans toute leur brutalité les dominations que dissimule la mémoire officielle.


Géographie des savants
Philippe Rekacewicz — mars 2009



Essais - Les intellectuels et l’idéologie

Pierre Bourdieu Et Luc Boltanski, La Production de l’idéologie dominante, Demopolis - Raisons d’agir, Paris, 2008. Publié initialement en 1976 dans les Actes de la recherche en sciences sociales, ce texte montre en quoi « l’idéologie dominante est l’idéologie des dominants » et dévoile les mécanismes du discours des élites, qui « a pour fonction première (...) de maintenir la cohésion des exécutants ».

Didier Eribon, D’une révolution conservatrice et de ses effets sur la gauche française, Léo Scheer, Paris, 2007. Didier Eribon analyse les ressorts de la « révolution conservatrice » survenue en France il y a trente ans et examine le travail de légitimation idéologique qui a conduit au « spectaculaire déplacement vers la droite du centre de gravité de la vie intellectuelle et politique ».

Daniel Bensaïd, Un nouveau théologien, B.-H. Lévy. Fragments mécréants, vol. 2, Lignes, Paris, 2008. Sous forme de pamphlet, Daniel Bensaïd démonte la « pensée » politique du philosophe « d’estrade et de plateaux », héraut proclamé de la « gauche d’imposture ».

François Cusset, La Décennie. Le grand cauchemar des années 1980, La Découverte, Paris, 2006. Retour sur la « contre-révolution intellectuelle » des années 1980, qui a vu nombre de socialistes et d’anciens gauchistes se muer en thuriféraires du libéralisme.

Gérard Noiriel, Les Fils maudits de la République. L’avenir des intellectuels en France, Fayard, Paris, 2005. Après avoir exploré les figures successives de l’intellectuel, l’auteur invite à recréer une communauté de chercheurs capable de donner un débouché progressiste aux acquis des sciences sociales.
Réflexions critiques

Noam Chomsky, Comprendre le pouvoir (trois volumes), Aden, Bruxelles, 2006. L’auteur, entre autres, de Responsabilités des intellectuels (Agone, 1998) présente sa conception du pouvoir, de ses mécanismes et des ressorts sur lesquels il s’appuie pour se perpétuer et assurer sa légitimation.

Jacques Bidet et Eustache Kouvélakis (sous la dir. de), Dictionnaire Marx contemporain, Presses universitaires de France, Paris, 2001. Cet ouvrage collectif fait le point sur les évolutions récentes de la pensée marxiste et met en lumière sa « persistance », sa « productivité » ainsi que sa « capacité d’adaptation aux contextes et aux conjonctures ».

Pascal Durand (sous la dir. de), Les Nouveaux Mots du pouvoir. Abécédaire critique, Aden, Bruxelles, 2007. Près de soixante-dix spécialistes venus de différentes disciplines décryptent la novlangue néolibérale, dont le vocabulaire forge notre vision de la société et contribue à la « régression consentie de la politique à une technologie de la corporate governance ».

Paul Boghossian, La Peur du savoir, Agone, Marseille, 2009. Ce livre réfute avec clarté et simplicité les arguments qui sont au fondement de la pensée postmoderne : nous n’avons aucune raison sérieuse de croire que nos concepts ordinaires de vérité, de connaissance et d’objectivité seraient aujourd’hui disqualifiés, et devraient être abandonnés.

Edward W. Said, Réflexions sur l’exil et autres essais, Actes Sud, Arles, 2008. Dans ce recueil de cinquante-six textes, l’auteur, mort en 2003, explique ce que son analyse politique des luttes de pouvoir, des mouvements philosophiques et des courants idéologiques de la seconde moitié du XXe siècle doit à son expérience de déraciné.

domingo, diciembre 21, 2008

Agua y cascajo

Rafael Pérez Gay

Siempre he pensado que un día iremos a la oficina en canoa. Desde tiempos inmemoriales el agua ha sido nuestra maldición, traer la potable y sacar la sucia de la cuenca del Valle de México ha sido un dolor de cabeza desde que el virrey Pacheco y Osorio vio cómo se inundaba la Nueva España. En aquel entonces, la inmersión de la ciudad duró seis años.

Algo de todo esto pensé la mañana en que una voz de alarma nos trajo a empujones a la vigilia: la calle está inundada. Me pareció una extravagancia que en diciembre los aguazales amenazaran la casa, por más caprichos y maldades del cambio climático. Era verdad, un torrente de agua doblaba la esquina y se estancaba en el desnivel de la calle donde se construyó esta casa hace más de 50 años. Cinco centímetros más y tendremos que ser nuestro propio desagüe, sentencié con desesperada precisión.

En situaciones así, uno pide cosas útiles: ¿tenemos botas de hule para uso rudo? No. ¿Tenemos sacos de arena en la cochera? No. ¿Tenemos palas y azadones? Tampoco. ¿Una compresora para desazolvar la alcantarilla? Ante el peso del silencio pregunté: ¿qué tenemos? Bolsas de hule de la tintorería y agujetas. Los mexicanos somos ingeniosos. Fabriqué unas botas caseras que me llegaban hasta el muslo. Me importaron poco los rayos y las centellas del ridículo y salí a la calle. El agua me llegaba a las rodillas. Encendí el coche y lo moví de su lugar. Dentro del automóvil escuché el sonido clásico: splash, splash. Se había anegado la parte izquierda. Lo alejé del encharcamiento. Me sentí satisfecho por esta acción decidida. Al bajar del coche vi a un hombre con una larga varilla penetrando una coladera para desahogar una parte del anegamiento.

Las botas fueron un fracaso. La próxima vez recuérdenme que me compre unas buenas botas en la calle de Victoria. El plástico no soportó la fricción con el pavimento. Estaba empapado. Me vi tirado en la cama delirando por los calenturones. Llegué al lugar de la fuga. En la esquina de Pachuca y Alfonso Reyes, una fuente brotante de gran presión se elevaba a tres metros de altura. No exagero, escribí tres metros de altura, el ancho no pude calcularlo, pero una anaconda sería delgada. Los trabajadores de aguas miraban el chorro como si hubieran terminado una obra de arte, no tan fugaz por cierto. Tardaron más de tres horas en controlar el derramamiento de las aguas potables.

Regresé a casa arrastrando jirones de plástico enfangado. Recapitulé. Durante semanas, cuadrillas de trabajadores del Gobierno del Distrito Federal han horadado las calles de la colonia Condesa para cambiar fragmentos de la tubería de agua potable. Mientras creaban hoyos, un trabajador desmañanado picó en el lugar equivocado. No dudo que se trate de una obra necesarísima, pero parece al menos extraño que los trascabos y los taladros rompan el asfalto de todas las calles al mismo tiempo. Con esta lógica indómita las autoridades del Distrito Federal han colapsado la ciudad, la idea de la secuencia no está entre sus armas mentales: Circuito Interior, Mixcoac, Tacubaya, Zacatenco, el Metrobús. El caos es el patrimonio de nuestras obras públicas.

El agua bajó de nivel antes de que empezáramos a acarrear el agua con jergas y cubetas. La zona parece bombardeada por fuerzas enemigas, el polvo todo lo cubre. Jorge Angarís, el director de Obras y Servicios del gobierno del DF, afirma que si tuviera que calificar su trabajo él se pondría entre ocho y nueve. Caramba, la autoestima del licenciado está a la alta. Les recuerdo que tenemos que comprarnos botas de hule para uso rudo, las vamos a necesitar.

miércoles, noviembre 26, 2008

Una de cada tres mujeres sufre abusos

BBC Mundo

Una de cada tres mujeres sufre abusos al menos una vez durante sus vidas, dijeron las Naciones Unidas en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

Por eso, varias organizaciones alrededor del mundo aprovechan este día para denunciar las violaciones, los abusos sexuales y las agresiones que en el ámbito doméstico sufren miles de mujeres.

Es probable que al menos una de cada tres mujeres sea golpeada, obligada a tener relaciones sexuales o sufra otro tipo de malos tratos a lo largo de su vida
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que pese a que algunos países realizan esfuerzos por cumplir con sus obligaciones en el marco legal para proteger a las mujeres, son necesarias medidas más concretas para combatir lo que han denominado como una "pandemia global de abuso".

El funcionario se comprometió a lanzar una nueva campaña para finalizar con la violencia de género, un problema que -según mencionó Ban- no sólo afecta las vidas de miles de mujeres, sino que menoscaba la paz, la seguridad y el desarrollo de sociedades enteras.

En un caso dramático, Oxfam señaló que en Kenia la mitad de las mujeres han denunciado ser víctimas de violencia doméstica.

"A mí no me pasa"

"Es probable que al menos una de cada tres mujeres sea golpeada, obligada a tener relaciones sexuales o sufra otro tipo de malos tratos a lo largo de su vida", dijo a principios de este año Ban.

Según estadísticas del Banco Mundial, mencionadas por la ONU en un informe publicado en febrero de 2008, "las mujeres entre 15 y 44 años de edad corren mayor riesgo de ser violadas o maltratadas en casa que de sufrir cáncer, accidentes de vehículos, guerra y malaria".

América Latina

En Colombia, una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja cada seis días, según encuestas que citó la instancia multilateral en ese informe.

De acuerdo con la agencia oficial de noticias de Argentina, Telam, que toma en cuenta datos de la ONU, en los primeros 10 meses de 2008 la violencia de género provocó la muerte de 110 mujeres en ese país.

En los primeros diez meses del 2008, se registraron 52.351 denuncias de maltratos a mujeres, lo que representa -según el Ministerio de Seguridad de Argentina- un aumento de 266% con respecto a las denuncias procesadas en 2006.

En Perú, cuatro de cada 10 mujeres sufren violencia física por parte de su pareja y 9 mujeres son asesinadas al mes por su esposo, pareja o ex compañero, según informó el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social.

En Guatemala, en lo que va de 2008 se han producido 626 asesinatos de mujeres, mientras que en 2007 se registraron 590 muertes, según informó la agencia de noticias EFE.

Hablando

En México, la encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares, realizada en 2006, reflejó que "67 de cada 100 mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia (de pareja, comunitaria, laboral, familiar o docente) a lo largo de su vida".

Según este estudio, la forma de violencia más frecuente es la de pareja, que fue declarada por 43,2% de las mujeres encuestadas.

Muchas organizaciones en México recuerdan las decenas de mujeres que fueron violadas y asesinadas en Ciudad Juárez y en sus alrededores. p> En algunas zonas de Haití, explica la ONU, el 50% de las mujeres jóvenes han sido violadas o agredidas sexualmente y de las pocas que apelan a la justicia, una de cada tres es menor de 13 años.

De acuerdo con el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad en Uruguay, entre 2006 y 2007 las denuncias relacionadas con violencia hacia las mujeres aumentaron 50%.

Lo que todas las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres piden es no esperar a cada 25 de noviembre para luchar contra la violencia de género, pues es tarea de todos los días.

CIFRAS DE LA VERGUENZA

Colombia: una mujer asesinada por su pareja o ex pareja cada 6 días
Argentina: 110 mujeres asesinadas en los primeros diez meses de 2008
Perú: 9 mujeres asesinadas cada mes por su pareja o ex compañero
Guatemala: 626 asesinaros en lo que va de 2008
México: 67 de cada 100 mujeres mayores de 15 años habían padecido algún incidente de violencia
Lo que muchas organizaciones dedicadas a promover los derechos de las mujeres plantean es que ninguna mujer está exenta de sufrir algún tipo de maltrato intrafamiliar.

jueves, noviembre 20, 2008

jueves, octubre 30, 2008

Que se siente...

... ser un guardia en Guantánamo
POR CHRISTOPHER ARENDT

Me gustaba trabajar en el turno noche, porque cuando estaban despiertos, sólo quería pedirles perdón. Mientras dormían, en cambio, eso no me preocupaba, y podía ir y venir por los pasillos toda la noche.

Era siempre uno el detenido que comenzaba el llamado a la plegaria de las cinco de la mañana. Era siempre el detenido de la última celda. Cantaban de una manera hermosa. Era escalofriante escuchar a cuarenta y ocho detenidos despertarse para cantar al unísono esta canción increíblemente hermosa que nunca pude entender, porque el árabe está lejos de mis posibilidades.

El Campo Delta se encuentra en un acantilado frente al mar. Nunca había visto el océano antes. Y no fueron pocos los momentos en el ejército en que se superponían las atrocidades que sucedían y lo hermoso del lugar. Mirar a los detenidos prepararse para su plegaria mientras el sol asomaba en el horizonte fue uno de los momentos más confusos de mi vida.

Cada día caminás ese pasillo con cuarenta y ocho personas en dos filas de veinticuatro celdas, y no tenés idea de por qué están ahí. Uno los alimenta, y si se ponen locos, los rocía con este spray químico a base de petróleo. Después, entran cinco tipos para molerlos a palos.

Crecí en Charlotte, Michigan. Esta fue la primera vez que conocí a una persona musulmana. Mi familia vivía en un trailer, sobre una plantación de choclo, al costado de un camino. Me enrolé a los 17, el 20 de noviembre de 2001. Y, mi Dios, conocí a mucha gente nueva en el ejército.

Había comprado dos porno antes de salir para Cuba, y no imaginaba que me deprimiría tanto que ni esas películas me interesarían. Terminé rompiéndolas y empapelando la pared con las cubiertas. Mi madre me había enviado unos stickers de dinosaurios, así que cubrí las zonas más obscenas con ellos y me pasé horas contemplándolos.

Durante los meses que estuve ahí, pasé más de la mitad del tiempo de trabajo cuidando a los prisioneros. Fue tiempo suficiente para quebrarme. Até una soga al ventilador de techo de mi habitación y traté de ahorcarme, pero el ventilador se zafó. Eso fue dos meses antes de volver a casa.

Lo que extraño son los vasos. A los detenidos sólo se les permitía tener unos vasos de poliuretano, en los que dibujaban y escribían. Aunque no estoy del todo familiarizado con la cultura musulmana, aprendí que no dibujan la figura humana, y dibujan muchas flores. Cubrían los vasos de flores. Y después nosotros debíamos retirarlas. Era ridículo: ¡las enviábamos a la oficina de Inteligencia Militar! Ahí las miraban y las tiraban. Yo amaba esos vasos.

... ser un prisionero en Guantánamo
POR MURAT KURNAZ

Le pegaban a todo el mundo. Estaba este tipo, realmente viejo, que ya no podía ver, ni oír. Si los guardias le daban una orden y el viejo no la acataba porque no escuchaba, entraban en su celda y lo molían a palos. Después de un rato, lo sacaban a rastras y lo metían en aislamiento. Lo mismo me hicieron a mí, montones de veces.

No es necesario un motivo. Primero usaban un spray de pimienta. Quema. Es caliente. Tenés problemas para respirar y abrir los ojos. Te arde la cara, los ojos, especialmente, y la nariz por dentro. Te hace toser. Cuando te agachás, te golpean con los codos. Después llenan el formulario con el motivo del escarmiento.

Nos permitían rezar, pero ponían música por los altoparlantes al mismo tiempo. A veces rock, pero en general el himno americano. O nos pateaban las puertas mientras rezábamos.

Lo peor era vivir en esas celdas minúsculas. La mayor parte del tiempo no había nada ni nadie ahí adentro conmigo. A veces estaba sólo en shorts. Mis shorts y yo.

Nunca perdí la esperanza. No perder la esperanza es una parte importante de mi religión.

Estos dos testimonios fueron publicados en Internet por la revista Esquire para su sección “Qué se siente...”. Christopher Arendt tiene 24 años. Murat Kurnaz, 26, y es el autor de Cinco años de mi vida: un hombre inocente en Guantánamo, publicado en inglés.

viernes, octubre 17, 2008

La suerte de ser minera

La incorporación de las mujeres al mercado laboral ofrece los fulgores de la independencia económica, pero también secuelas de explotación y abusos. En estas páginas dos reportajes recorren el norte y el sur del trabajo femenino, de la industria establecida (la minería en Sonora) a la ilusión de las maquilas (la mezclilla de exportación en Puebla).

Por Carole Joseph

A las siete de la mañana el Sol ya cubre la arena del desierto de Caborca, en Sonora. En el páramo se reflejan las sombras de los tractores gigantescos y las diminutas siluetas de 35 mujeres de uniforme azul, quienes apresuradas forman filas para maniobrar durante ocho horas los enormes trascabos para extraer oro y plata del desierto. Se trata de la Mina La Herradura, de la empresa Fresnillo PLc, la productora de plata más grande del mundo.

La escena contraría un antiguo proverbio chino —muestra de una misoginia que los avances culturales merman mas no derrotan: “Salan el trabajo de las minas y obstruyen el hallazgo de metales preciosos”. En México la proporción de mujeres trabajando en la industria minera es de una por cada 10 varones. Un trabajo poco común, pero que ya es visto por las jóvenes de esta región de Sonora como una oportunidad muy atractiva para desarrollarse. “Ser mujer minera aquí en Sonora es algo de lo mejor que puede pasarte”, confía entre sonrisas Andrea Susana López, minera de La Herradura.

Un trabajo rudo (nunca más masculino)

Karla Janet Corral tiene 21 años. A diario sale de Caborca a las cinco y media de la madrugada para iniciar el largo camino —90 minutos— que conduce a La Herradura. Karla es una minera que maniobrará bajo la luz intensa del sol un inmenso tractor en medio de los saguaros y el polvo de este lugar del desierto. A Karla no le importa romper con el estereotipo del minero rudo: “El chiste es sentirse y verse muy bien”, dice entre risas. “No importa el trabajo que hagas, yo siempre quise manejar un aparato de estos”, dice.

La Herradura es un yacimiento de oro y plata al aire libre descubierto hace una década. Cada día se excavan más de 200 toneladas de tierra, para tan sólo rescatar 18 gramos de oro. Con todo, el enorme boquete a mitad del páramo sonorense tiene al menos 10 años más de vida. Por el momento da empleo a unos 600 habitantes —70 de ellos mujeres— de Caborca, ciudad de casi 70 mil personas.

“En esta mina, a diferencia de las subterráneas, vamos abriendo un cono y toda la explotación va hacia abajo”, narra el ingeniero Alonso Luna, supervisor de La Herradura. “Las mujeres desempeñan el mismo trabajo que los hombres, manejan los mismos tractores”, dice. Los riesgos que enfrentan son los comunes con el uso de maquinaria pesada, como el desprendimiento de rocas o que se derrapen los vehículos en las superficies mojadas. No obstante, sí hay labores restringidas para ellas, como la manipulación de perforadoras durante el embarazo, pues hay riesgo de aborto por la vibración, de acuerdo con Luna.

¿Sexo débil yo? ¡Qué va!

Maricela Tapia Hernández, de 28 años, pesa 60 kilos y conduce cada jornada un camión de 190 toneladas bajo temperaturas de hasta 45 grados centígrados. “Parece complicado, pero es sencillo, tuve una asesoría de tres meses”, cuenta Maricela, quien antes de ser minera trabajaba en Guasave. “Esto es mucho mejor que ser maestra, aquí pagan muy bien, como 225 pesos diarios”.

Para ella, al igual que sus compañeras, ser minera no trastorna en nada sus costumbres. “Vamos a pasear, llegamos a casa, comemos, ayudamos en los quehaceres. Hacemos lo mismo que cualquier otra mujer”, cuenta.

Por su parte, Adriana Gálvez Valenzuela, psicóloga y ahora minera de 27 años, asegura: “Al principio es un poco pesado porque aquí la costumbre es que los hombres hagan este trabajo, yo tuve algunos contratiempos con los muchachos por el hecho de ser mujer y andar sola en la mina”, cuenta. “Ya después hubo más respeto. Te cuidan y te protegen”.

No es inusual que algunas de las mineras —todas jóvenes de no más de 30 años— sostengan noviazgos o relaciones más duraderas con uno de sus 400 compañeros de trabajo. Andrea Susana López, quien cubre el horario nocturno de la mina junto con su esposo, cuenta: “Aquí no importa eso de que las mujeres mineras somos como hombres, eso no es cierto, yo estoy muy feliz con mi marido”. Para Adriana Gálvez es común el cortejo. “Te echan piropos, te gritan de cosas, —dice— pero a final de cuentas son muy educados”.

La igualdad laboral permite a las mujeres relacionarse en términos de igualdad con sus compañeros, sin renunciar al rol tradicional, como cuenta Adriana: “No dejamos de hacer todo lo que hace una mujer, como arreglarnos y ser femeninas”. No obstante, el machismo se impone tras el matrimonio: algunas de las mineras abandonan sus labores como excavadoras después de casarse debido al mandato de sus maridos.

martes, septiembre 16, 2008

Tinieblas, el gigante sabio

Raúl Mejía

Yo fui aficionado al pancracio. Un devoto del costalazo.

No recuerdo la edad a la que adquirí tan apasionante adicción. No más de once años, seguro. Fue cuando mi papá discurrió llevarnos al inicio de la temporada un domingo a la Plaza de Toros, “la más taurina de América”, en Morelia. Antes de esa primera incursión, seguía las aventuras de los gladiadores a través de la Revista de Box y Lucha que, inefables, estaban dispuestas en la peluquería de Huape y en los posters que algunos domingos salían en Novedades. Los anuncios pegados en las esquinas cumplían la función de potenciar el deseo que parecía devenir incompleto (y por lo tanto verdadero deseo). Así, Blue Demon, Santo, El Nazi, Dorrell Dixson eran sólo posters que tapizaban mi recámara... hasta que mi papá nos dijo “nos vamos a ver a Blue Demon” y supe que estaría en las estrellas.

Me gustaban las luchas. Por mucho tiempo mi padre hizo de las luchas la razón de nuestro domingo: relevos australianos, parejas, mano a mano, luchas de mujeres (La Malinche, Marina Rey) y de enanos. De todo. Mi favorito era un luchador perfectamente desconocido: Raffles, el manos de seda. Un acróbata del cuadrilátero.

Nunca me sentí más impactado, sin embargo, como cuando empecé a saber de la existencia de un verdadero gladiador (los demás eran meras aproximaciones) cuyo nombre era inolvidable: Tinieblas. Supe de él, claro, por las revistas de Huape. Todo en él era diferente. Incluso Anibal y El Solitario, mis máximos de ese momento, quedaban minimizados ante la visión estética de Tinieblas, quien además, ahora lo puedo decir sin ambages, era un intelectual. Su sección “Usted pregunta, Tinieblas responde” se convirtió en consulta obligada y semanal en la peluquería, por diez centavos la alquilada de la revista de box y lucha (sin “peluqueada” no había derecho a la literatura). ¡Cuántas cosas sabía este luchador! Casi puedo decir que Santo, el enmascarado de plata, por poco es relegado con todo y sus portentosas películas en donde invariablemente funge como investigador, científico, galán, luchador y buen hombre. Lo raro del caso es que Tinieblas casi nunca luchaba. ¿Existía Tinieblas? Los expertos, Huape entre ellos, cuyas doctas opiniones sobre el género yo tomaba como las tablas de la ley y cuyas sentencias las convertía en mantras, sentenciaban que era una farsa; El Solitario y Anibal no le dedicaban ni una palabra.

Sobra decirlo: se convirtió en mi héroe en un momento en que mis delirios lucheriles estaban a punto de ceder ante el empuje de nuevas referencias: otros iconos empezaban a reclamar mi atención: el rock. Los Beatles no podían seguir siendo ignorados y se corría el rumor de que Abbey Road era su última producción discográfica. Yo pasé horas absorto en la portada del disco que me prestaba Alejandro, en cada uno de los detalles de los greñudos de Liverpool cruzando una calle que, treinta y dos años después, yo cruzaría extasiado ante la mirada circunspecta de Maya que no entendía por qué tanta ilusión por cruzar una calle londinense... por mucho y que hubiesen sido Los Beatles los que sentaron el precedente iconográfico; cuestión generacional, claro.


El caso es que cuando Tinieblas ya era todo un mito y que su máscara amarilla, sin boca ni ojos y sí un abismo negro por cara, formaba parte de mi devoción clásica, se dio el milagro: Tinieblas lucharía en Morelia y justo cuando mi papá había dado por terminado el interés por el pancracio y asistir al magno evento era una cuestión, en sentido estricto, crematística, es decir, de dinero.

¿Cómo le hice? No recuerdo pero ahí estaba, en ring side, babeando expectante ante la llegada del gigante sabio. No escuchaba nada, todo en mí era santidad. La algarabía de mi alrededor me resultaba indiferente. El marco de la presentación de mi héroe se daba en silencio. Lo anunciaron y llegó como lo hacen los grandes: saltando de un impulso atlético las cuerdas y saludando al respetable.

Cuando la lucha terminó, no sé, no recuerdo cómo logré colarme al pasillo que lleva a los vestidores, pero ahí me encontré. A lo lejos, el gigante se acercaba rodeado de fans y repartiendo autógrafos. Por alguna conjunción estelar favorable a Capricornio, el tipo quedó frente a mí. Seguramente me estaba mirando, pero ¿cómo saberlo si no había cara? Recuerdo haber balbuceado “Tinieblas” y él, magnánimo, me revolvió el pelo, se alejó y me rozó con su corpachón. Incluso recuerdo haber tocado su bíceps que era duro como el cemento.

Treinta y cinco años después, o más o menos esa cantidad monstruosa de años, releo una añeja entrevista al luchador. Efectivamente era un producto comercial (como lo fueron Los Monkees , la respuesta gringa y fallida a Los Beatles). Nunca fue campeón ni tuvo un historial digno en el pancracio. Era, eso sí, un tipo con cierto sentido de la mesura: eso de que le ofrecieran vender su personaje para convertirlo en un luchador ciego y que rechazara tal infamia habla bien del viejo Tinieblas... pero intentar después –¿a los sesenta años?– hacer de él un ser de otro planeta, elegido para proteger, modestamente, al universo, cinematográficamente y en comic, fue para mí una pequeña decepción.

En aquellos remotos 1968, 1969, 1970, yo tenía entre doce y catorce años. Hoy tengo cincuenta y dos y sigo con la misma sensación de júbilo cuando recuerdo mi encuentro con este gladiador de más de metro noventa de estatura, que me dice sus humanas experiencias en una revista de cultura, cuando simulaba ser un gigante letrado.

viernes, julio 11, 2008

Los mexicanos “somos como el burro: aguantamos todo”

Arturo Cruz Bárcenas

Vestida como las adelitas de los tiempos de la Revolución –atavío que la hacía verse más sensual, exquisa y provocadora de ideas pecaminosas–, la actriz de teatro-cabaret Regina Orozco zarpó al frente de tres trajineras de Xochimilco (una de ellas llamada Lupita, por supuesto). En una de las naves, marimberos generaron sonidos que embrujan el trópico y ella cantó La borrachita, mientras algunos invitados se echaban un jarro de pulque y otros comían un taco de mole.


Se trató de una conferencia de prensa sui generis que la fémina boteresca ideó para anunciar que volverá a montar su espectáculo Rosa mexicano (lado B) recargado, depurado y aumentado, desde mañana y hasta el domingo en el Teatro de la Ciudad. La megabizcocho dijo que este espectáculo fue el “más nice” de 2007.

El oleaje estuvo calmo y Orozco, inspirada, cantó A la orilla del palmar. Sauces llorones, verdor, decenas de trajineras, chalupas y hombres que empujan sus embarcaciones hicieron un paisaje que recordaba imágenes de Gabriel Figueroa.

No pasa nada

Rosa mexicano es para sentirse orgulloso de haber nacido en la tierra de Cuauhtémoc. En el ambiente rélax de Xochimilco, una vez que las trajineras levaron anclas, Regina dijo que su espectáculo tendrá ahora “básicamente las mismas escenas y estructura, pero como es cabaret se agrega lo que está sucediendo en México.

“Todo está muy tranquilo, pues ya no hay narcotráfico y el petróleo es nuestro. Es más, ya no voy a hacer crítica. Vamos a narrar la historia de México, desde los toltecas hasta hoy; nosotros y la Virgen de Guadalupe.

“El vestuario está más a lo indígena, a la Revolución. Voy a cantar La Adelita, Valentina. Vamos a tener un invitado especial, muy peludo y viril: un burro real en escena.

“Me voy a montar en él. Habrá una trajinera y también unas misses México –antes era yo solita, la única miss. La escenografía es de Juan Larios. ¡Vamos a ponerlo más bonito! ¡Más chundo!”

–¿Ya practicó montarse en el burro?

–No, porque todavía no lo conozco. He montado caballos; burros, no.

–¿Qué significa este animal en escena?

–Así como que qué significa, pues no. Es emblemático mexicano, no porque seamos burros, sino por viriles. Ayuda mucho a que las cosechas se puedan llevar a los pueblos. Es indispensable en el campo mexicano; resiste todo... como la mayoría de los mexicanos: aguanta todo.

“Con este espectáculo me la puedo seguir hasta los festejos del bicentenario de la Independencia y de la Revolución.”

Regina Orozco siguió cantado, rodeada de las notas del Dueto Tijuana, que regularmente toca en los tradicionales canales de Xochimilco.

Directos del hambre a la obesidad

El sobrepeso se convierte en epidemia también en los países emergentes - El estilo de vida urbano y la comida basura alteran la dieta tradicional

JORGE MARIRRODRIGA

En los países pobres ya no sólo se muere de hambre, sino también por comer demasiado. En un planeta donde cada dos minutos la falta de comida mata a un niño, la obesidad evitable se está convirtiendo en una pandemia.

Desde diversos organismos internacionales se ha lanzado una voz de alarma que advierte de que ya no se trata sólo de un problema sanitario de los países ricos, sino que también en los llamados emergentes el número de obesos aumenta sin freno. Mientras unos 300 millones de personas en todo el globo sufren graves problemas de salud debido al excesivo sobrepeso, a otros 815 millones les pasa lo mismo pero por falta de alimento. Y lo peor es que muchas veces ambos grupos conviven dentro de las mismas fronteras. El fenómeno comienza a ser conocido como "la obesidad de la escasez".

No hay que engañarse ni estigmatizar. Obesos habrá siempre porque se trata de una característica genética. Una situación que más allá de las consideraciones estéticas, pasajeras según las épocas, afecta a la esperanza de vida y a su calidad. La obesidad fatiga el sistema vascular y a algunos órganos, lo que produce su deterioro prematuro. Hasta aquí el problema. El escándalo llega cuando esa obesidad aparece en personas que no deberían serlo y llegan hasta ello por lo que parece la aplicación sistemática de un régimen destinado a acortar su vida. Sobrealimentación y sedentarismo están en la base del fenómeno, y a estos dos factores se unen, dependiendo de la región del mundo, otros de carácter sociocultural.

El Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el organismo de Naciones Unidas encargado de luchar contra el hambre, detectó a finales de los años noventa un alarmante aumento de personas con sobrepeso -que estrictamente no es obesidad pero sí el paso previo- en los países en vías en desarrollo, en los que hay zonas donde existe la subalimentación. Así, en China en sólo tres años el sobrepeso aumentó en un 15%, y en Brasil hasta en un 40%. El mismo fenómeno se repetía en los países del África subsahariana donde abunda el hambre. La FAO constató además que la enfermedad de la obesidad avanzaba a medida que aumentaba el nivel de ingresos: afectaba sobre todo a mujeres de zona urbanas y formación escolar. Por el contrario, en lugares como Latinoamérica las personas de clase acomodada son más delgadas que las de menores ingresos.

La FAO lo dice claro: lo primero es combatir el hambre en el mundo. Pero no por ello considera un riesgo menor el sobrepeso y la obesidad, que en algunas zonas como Oriente Próximo y el norte de África afecta casi al 50% de las mujeres.

Una de las razones que se apuntan para este desequilibrio no es sólo la introducción en los países emergentes de estilos de vida propios de los países desarrollados, sino también de alimentos producidos en estos últimos o según sus estándares: comidas sobresaturadas de grasas o azúcares con abundante empleo de otras sustancias como hormonas de crecimiento rápido, antibióticos o estabilizantes, colorantes y saborizantes. Todo ello además promocionado de manera avasalladora. Baste como ejemplo que la industria alimenticia gasta al año en torno a los 40.000 millones de dólares en publicidad. Una cifra superior al total de los ingresos del 70% de los países del mundo y 500 veces más de la cantidad que todos los Estados juntos gastan en promover programas para convencer a la población de que siga una dieta sana.

Y a ello hay que unir la tradición en unos casos y la necesidad en otros. En la cultura mediterránea siempre se ha considerado que la gordura de los niños es síntoma de salud. De hecho, donde hay más niños con sobrepeso es en Portugal, España, Grecia, el sur de Italia y Oriente Próximo.

Según la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, de los 75 millones de menores que viven en la Unión Europea, 22 millones presentan sobrepeso y más de cinco millones sufren obesidad. Cada año, unos 300.000 jóvenes ingresan en las estadísticas del sobrepeso sin que exista ninguna iniciativa a escala comunitaria para hacer frente al problema. Hay veces en que la excesiva gordura viene marcada por la tradición centenaria. En el Pacífico Sur la obesidad es indicio de nobleza y son famosas las anécdotas de los monarcas de las islas Tonga y sus asientos especiales para aguantar su peso.

Pero hay otros ejemplos más dramáticos. En África el subconsciente colectivo ha decidido combatir una pandemia con otra. Ante el avance imparable del sida que está diezmando poblaciones, muchas mujeres y hombres optan por estar obesos como símbolo no sólo de prosperidad económica sino sobre todo de salud. En lo que constituye un dramático y peligroso engaño, se considera que una mujer o un hombre obesos no pueden tener el sida porque esta enfermedad es identificada con personas extremadamente delgadas, algo real únicamente en los últimos años de vida de los enfermos pero no cuando son seropositivos y pueden contagiar el virus VIH.

El problema afecta prácticamente a todos los países del mundo, pero se hace especialmente paradójico en aquellas naciones donde existe la desnutrición. En el norte de Argentina, en la región de Chaco, los profesores salieron a las calles hace menos de un año para denunciar que los niños se dormían en clase de hambre y que las escuelas estaban cambiando su papel de ser lugares de enseñanza por el de comedores donde los pequeños en muchas ocasiones ingieren su único alimento diario. En paralelo, el Congreso se encuentra tramitando una ley para que la obesidad sea considerada una enfermedad por la seguridad social, y por tanto su tratamiento quede sujeto a ésta. La iniciativa parlamentaria que se discute establece como "de interés nacional" la prevención y control de los trastornos alimenticios.

En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha optado por editar millones de copias de un recetario contra la obesidad. Las autoridades estiman que si no se modifican los hábitos de alimentación en dos años, el país azteca puede tener hasta 14 millones de obesos mayores de 35 años. El propósito del Gobierno es evitar que sus ciudadanos se entreguen a la comida basura, allí denominada comida chatarra.

Y la luz roja también se ha encendido en otro país emergente como Perú, donde el Gobierno ha constatado cómo la población pobre cada vez es más obesa pero no precisamente por una buena alimentación, sino por el abuso de grasas saturadas y poco consumo de agua.

De esta manera abrupta, las administraciones públicas de los países emergentes que tienen que dedicar un importante porcentaje de sus recursos a tratar de sacar a importantes sectores de su población de la pobreza -por ejemplo, de los 180 millones de brasileños el 23% son pobres- se ven obligadas a hacer frente a un problema de salud pública de primer orden que, lejos de apagarse, va in crescendo.

Y en las televisiones y diarios ya no se comentan en tono de broma iniciativas como la adoptada por el Gobierno japonés de multar a las empresas que contratan empleados con sobrepeso. El Ministerio de Sanidad, que tiene que realizar ingentes esfuerzos para lograr que la atención primaria llegue a toda la población, se pregunta de dónde sacará los recursos para hacer frente al estallido de diabetes que la Organización Mundial de la Salud augura en todo el planeta para 2020 por culpa del sobrepeso.

La receta contra esta situación es repetida una y otra vez desde todos los estratos académicos y gubernamentales: alimentación equilibrada sin abusar de grasas y azúcares y ejercicio moderado. El problema es cómo acomodar esta teoría a un modo de vida cada vez más sedentario, con menos tiempo para preparar los alimentos y con la tentación siempre a mano de una comida rápida, barata, al alcance de todos, aunque no sea sana. Eso, y lo que aseguran cada vez más autores y estudiosos del tema: el hombre del siglo XXI está encerrado en un cuerpo del paleolítico y uno de los dos no está preparado para aguantar la combinación tal y como se está estableciendo en las mesas de todo el mundo hoy día.

miércoles, mayo 28, 2008

Vie de merde

Libé a fait un article sur un site internet dénommé "vie de merde", où chacun vient raconter ces soucis.

Témoignages du samedi 19 avril 2008

«Aujourd'hui, ça fera un an que mon copain m'a gentiment larguée après m'avoir sautée une dernière fois. Quelques jours plus tard, j'annonce à ma mère qu'il m'a quittée. Elle demande : "C'est parce que t'es grosse ?"
… Vie de Merde.»

«Aujourd'hui, et après une longue série d'examens, je viens d'apprendre que je suis stérile... Ma femme est enceinte de notre deuxième enfant... Je pense que je vais avoir des questions à lui poser…
VDM.»

«Aujourd'hui, ma fille de 9 ans que j'élève seule devait faire une rédaction sur la personne de sa famille qu'elle admire le plus. Elle a eu 9/10 en composant un texte très émouvant sur Skippy, son cochon d'Inde...
VDM.»

«Aujourd'hui, j'attendais tranquillement un ami à la gare, assis par terre car aucun siège. Un homme âgé est arrivé et m'a insulté comme quoi si la France va mal c'est à cause de chômeurs comme moi qui vivent sur le dos des autres. Je suis étudiant…
VDM.»

«Aujourd'hui, ma copine m'a offert le bouquin : le Sexe pour les nuls…
VDM.»

«Aujourd'hui, pour faire plaisir à mon mari, j'ai mis un porte-jarretelles et des bas résilles, il m'a dit que je ressemblais à un rôti de porc ficelé !
VDM.»

«Aujourd'hui, je voulais faire peur à ma petite femme, en me cachant derrière une porte et surgir tel un zombie. Elle m'a dit : "Arrête il y a ton ventre qui dépasse."
VDM.»

«Aujourd'hui, mon patron m'a demandé :"Est-ce que je peux te faire une petite critique constructive ?" Je lui ai dit oui. Il me dit alors : "C'est vraiment de la merde ce que tu fais. T'as aucun talent et j'ai du mal à comprendre pourquoi je t'ai embauché…"
VDM. »

«Aujourd'hui, mon tout premier stage d'externe en médecine, mon tout premier patient de toute ma vie, il est mort alors que j'étais en train de lui faire une prise de sang…
VDM.»

«Aujourd'hui, ma fille (5 ans) me regarde m'habiller dans la salle de bain et me demande : "Dis maman, quand mes «tétés» auront poussé est-ce qu'ils tomberont comme les tiens ?" VDM.»

«Aujourd'hui, j'allais annoncer à mon ami que j'étais enceinte. Juste avant notre rendez-vous, ma meilleure amie, en larmes, a débarqué pour me dire qu'elle couchait avec lui depuis deux mois…
VDM.»

«Aujourd'hui, je reçois une lettre de la CAF me signalant que je leur dois 250 euros. Ne comprenant pas ce qui se passe, je décide de les appeler : effectivement il y a une erreur, je leur dois 1 200 euros…
VDM.»

«Aujourd'hui, j'ai reçu deux SMS de ma copine. Le premier pour me dire que tout était fini, le second pour me dire qu'elle s'était trompée de destinataire…
VDM.»

«Aujourd'hui, j'ai mis des commentaires sur mon propre blog avec des pseudos différents pour faire croire aux gens que j'ai des amis...
VDM.»

«Aujourd'hui, comme hier et comme tous les jours depuis vingt-cinq ans, je m'appelle Sandy... Je suis un homme...
VDM.»

«Aujourd'hui, j'ai eu une évaluation de 100 mètres haies. A l'arrivée, la prof me dit : "C'est mauvais ! Comment tu feras si les flics te courent après ?" Je suis Tunisien…
VDM.»

«Aujourd'hui, une amie à moi a décapité son chat en fermant sa baie vitrée.
VDM.»

«Aujourd'hui, j'ai ramené un copain à la maison et j'ai voulu le présenter à mon père. Ne le trouvant pas, j'ai cherché dans toute la maison "Papa ??? Papa ???" Et là, venant des toilettes, la grosse voix de mon père a rugi : "Je chie !"
VDM.»

«Aujourd'hui, mon boss rentre dans le bureau et me demande : "Alors en ce moment t'es sur quoi ?" Je lui réponds : "Sur le départ." Il a dû oublier que je venais de me faire licencier...
VDM.»

miércoles, abril 02, 2008

Los pueblos indios en alerta

Ojarasca

Con el panismo en el poder, especialmente en este régimen calderonista, los pueblos indígenas encuentran algunos de sus más peligrosos enemigos en las dependencias gubernamentales que presuntamente trabajan para su bien. Es el caso de la denominada Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi), sembrada sobre los últimos restos del indigenismo nacionalista, que mal que bien duró hasta los años ochenta. Aún bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari hubo una suerte de indigenismo cooptador, manirroto, “en solidaridad”, pero al menos “consideraba” a los pueblos y les daba por su lado, aunque ya empedrándoles el camino del infierno.

Los pueblos tienen enemigos declarados y descarados, desde caciques y propietarios locales hasta medios de comunicación, prelados, juzgados, empresas de preferencia transnacionales, think tanks contrainsurgentes embozados en las academias. Avanzada suya suelen ser los cuerpos policiacos y las tropas federales que actúan sobre el terreno: ocupan, detienen, torturan, violan, patrullan, amenazan y humillan regiones y comunidades. Sobre todo si son de aquellas que no se dejan, que por defender sus tierras y sus vidas, llegado el caso, pelean.

Pero ante la acción de la “amigable” CDI, de la mano de actores tan conspicuos como las secretarías de Turismo, Medio Ambiente y Comunicaciones y Transportes (SCT), uno concluye que sus esfuerzos y dineros son para abrir paso a la voracidad capitalista en los territorios indígenas: rurales, sagrados, marinos, ribereños y hasta los “intangibles” de la cultura.

Llama la atención que los promotores de la integración turística y modernizante de los pueblos, la punta del lanza del genocidio silencioso en ciernes, sean dos destacados actores del abortado proceso de paz en Chiapas como miembros de la Cocopa “histórica”: el titular de CDI, Luis H. Álvarez, y el de Turismo, Rodolfo Elizondo (apóstol de esa payasada de los “pueblos mágicos”, como si supiera algo sobre lo mágico).

Algo aprenderían en su experiencia chiapaneca, que con la llave del presupuesto transexenal ayudan a los negocios de los Mouriños y Bribiescas por venir, mientras ensayan una suerte de “solución definitiva” para el “problema indígena”. Sobre el terreno se alían con la SCT, encabezada por el salinista Luis Téllez Kuenzler, y dedican su verbo y sus presupuestos a pavimentar, empedrar, enladrillar, cercar, aplanar, allanar los territorios indígenas. Con agresividad “nunca antes vista” según el Congreso Nacional Indígena.

Hoy, la política indigenista está representada en las aplanadoras y motoconformadoras de las empresas constructoras de carreteras, represas, “ciudades rurales” y centros turísticos. A su paso, deja una estela de corrupción, división y engaño que genera tensión, violencia y desquiciamiento en los pueblos indios de México.

Las resistencias brotan por doquier, dignas y firmes, pero sufren. El enemigo va en serio. Sin trivializar el grave sentido de la palabra, se trata de una verdadera guerra. Una que no sólo dispara contra ellos, también viene disfrazada de “apoyos” buena onda pero con ánimo de quebrar su identidad y su matriz civilizatoria.

Están amenazados como nunca antes territorios y riqueza ancestral de tzeltales, wixaritari, purépechas, zapotecas, coras y tantos otros. Para ellos, las carreteras son puñaladas. Tan sólo en territorio jalisciense wixárika, el progreso y el narco amenazan el centro del mundo, Teakata, la convergencia de ríos, la cañada de todas las cañadas. Una golosina ecoturística.

Así la cuenca de los ríos Agua Azul, Tulijá y Bascán en el Chiapas tzeltal, donde los heraldos calderonistas planean abrir gasolineras, represas, un recreativo “X’ca­ret” fluvial y los negocios subsecuentes. Sólo que, chin, las comunidades que viven allí son zapatistas, están en resistencia, no se van a dejar. Como no lo harán muchísimos oaxaqueños del Istmo de Tehuantepec, mixtecos, comca’ac, yoreme, ñahñú, rarámuri. Ni los 36 presos políticos tzeltales y tzotziles en huelga de hambre en las cárceles de Chiapas.

Los medios y la opinión pública no miran hacia acá, uno de los frentes donde se libran batallas definitivas por la soberanía, la resistencia civil, la construcción de alternativas humanas para superar el catastrófico fin del capitalismo. Los pueblos indios resisten por todos los mexicanos, hasta por los hijos de sus enemigos. Se lo toman en serio. Sobre sus hombros llevan el peso del mundo. Es su cargo, su servicio, su responsabilidad sagrada.

domingo, marzo 16, 2008

"Yo disparé al avión de Saint-Exupéry"

El piloto alemán Horst Rippert confiesa, 64 años después, que abatió al escritor con un caza Me-109

OCTAVI MARTÍ / JUAN GÓMEZ

El 31 de julio de 1944 el avión Lightning P-38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, el autor del mítico El principito, cayó en el Mediterráneo, no lejos de la costa, a la altura de la ciudad de Toulon. Durante años se ha especulado sobre si se trataba de un suicidio, de un accidente o del resultado de un combate aéreo. La última hipótesis parece cobrar fuerza tras las declaraciones de Horst Rippert, un alemán de 86 años que, durante la II Guerra Mundial, fue un as de la Luftwaffe. "Todo ocurrió cerca de Toulon. Él volaba 3.000 metros más alto que yo, que estaba efectuando una misión de reconocimiento. Vi sus insignias tricolores y maniobré para instalarme a su cola y derribarle", ha explicado Rippert a los periodistas franceses Vanrell y Pradel. Éstos publicarán el próximo día 20 un libro titulado Saint-Exupéry, l'ultime secret.

El misterio de la desaparición de Saint-Exupéry, que había sido aviador para los servicios de correo aéreo francés durante años, parece, pues, definitivamente aclarado. En 1998 un pescador encontró entre sus redes una pulsera de oro con el nombre del escritor grabado. Dos años más tarde se localizaron los restos del que se suponía era su aparato, suposición que quedó confirmada tres años después, cuando un submarino rescató los restos del fondo del mar y se pudo comprobar el número de serie del avión y constatar que se trataba del mismo que había despegado del aeropuerto corso de Borgo pilotado por Saint-Exupéry.

El vuelo de Saint-Exupéry se producía 15 días antes del desembarco aliado en la Provenza, tras el gran desembarco en Normandía, en junio. Se trataba de una operación destinada a obligar a las tropas alemanas a emprender la retirada definitiva hacia su país, creándoles un segundo frente en territorio francés que iban a ser incapaces de resistir. El escritor tenía como misión fotografiar las defensas germanas en la zona.

Ahora Rippert, tras ser localizado por los periodistas franceses, explica la situación en el aire ese día de julio de 1934. "Me dije que si no se largaba iba a derribarle. Disparé y vi cómo le alcanzaba y caía, derecho al agua".

Rippert, que entonces tenía 20 años y era un piloto con muchas victorias en su palmarés, no encontró grandes dificultades para abatir el avión de su rival. El Masserchmidt ME-109 que tripulaba era más rápido y potente que el aparato del francés. Durante años Rippert ha ejercido como periodista, trabajando para la televisión pública alemana ZDF.

Saint-Exupéry a los mandos de su Lightning

Rippert declaró ayer en conversación telefónica que él había volado en una misión de reconocimiento el mismo día que desapareció el escritor. "Sé que derribé un avión como el de Exupéry. A él no lo vi. En pleno vuelo no se puede mirar en la cabina de otro avión".

Recuerda que pilotaba un caza Me-109 con base en Aix-en-Provence. "Era un día precioso, soleado. Despegué en una misión de reconocimiento. Debía vigilar la zona. Entonces entró Exupéry con su aparato, se puso en medio y yo disparé como era mi deber. El trasto se fue al agua, no tuvo tiempo para reaccionar", relata el que fuera piloto hasta el final de la guerra y posteriormente periodista de deportes en la segunda cadena estatal de la televisión alemana.

Añade, en su intento de explicar lo que ocurrió entonces, que los disparos contra el avión del escritor se enmarcaban en una acción de guerra. "Fue uno de mis 28 derribos. Yo nunca apunté contra personas, y le diré más: de haber sabido que Saint-Exupéry iba en ese avión, no hubiera disparado. Ya entonces había leído todos sus libros, era un escritor célebre. Pero yo no lo sabía, ni siquiera hoy puedo estar del todo seguro".

martes, febrero 19, 2008

Contra el 14 de Febrero y la Banalización del Amor

Por Juan Carlos Castrillón

Pero ahora "entre el hambre, el revólver, la prisión
¿Dónde resguardar al amor?
Se venga de nosotros, escapa, lo hemos perdido.
Rosario Castellanos.

Que pena da ver a nuestro pueblo, a nuestros jóvenes consumiendo multitudinariamente ridículos globitos con forma de corazón, chocolates de mala calidad y alto precio, y rosas de plástico de pésimo gusto, o perpetuando la innombrable cursilería (esa torpeza del alma humana que en su incapacidad para nombrar correctamente a las cosas recurre a la hartante repetición de lugares comunes) de las tarjetitas de felicitación, como si el Amor fuera solo cosa de bobalicones. En la calle, en los andenes del metro miramos decenas de personas uniformadas, aborregadas, convertidas en masa indiferenciable, en bloque de carne enajenada por la comercialización malsana. ¿Cómo?

Nos preguntamos, ha caído vilmente nuestra supuesta civilización en ésta artera superficialización de ese sagrado sentimiento mueve-montañas, de esa enorme fe en el ser humano, de esa pasión solidaria llamada Amor. El consumismo, es bien sabido, no respeta absolutamente nada en su afán de ganancia económica. Ahora, para amar verdaderamente se necesita hacer lo contrario, recuperar nuestra individualidad más distintiva, nuestra personalidad más inalienable, ser-con toda la carga política y existencial que implica ésta acción-únicos, ser individuos, ser HUMANOS, aunque el peso inmisericorde del mundo amenace con quebrar nuestros hombros y hasta nuestras piernas. Ahora se hace urgente amar, porque hoy más que nunca el verdadero amor es revolucionario; amar se vuelve subversivo, amar al niño, al joven, al viejo, reconocerse en el que sufre, en nuestra compañera explotada y degradada por la codicia de una terca minoría, amar con las viseras ardientes al semejante que lucha a nuestro lado, al que levanta la voz, la pluma, la risa, la canción, la conciencia o cualquier cosa que tenga a su alcance en contra de un sistema injusto por naturaleza. Ese mismo sistema político-económico basado en el sucio dinero y la cada vez más imposible propiedad privada, que pretende llevarnos con su sobreexplotación y contaminación de la naturaleza a la absurda extinción de nuestra única especie, la especie humana.¿ Por qué el hombre siendo capaz de optar por las más bellas y heroicas tareas se sigue arrastrando bajo este abyecto yugo? y, ¿Hasta cuando haremos cumplir la voluntad de la madre tierra que da frutos para todos sin distinción de razas o de credos?

Por eso, invitamos, exigimos a la juventud, a todo aquel que guarde alguna nobleza en el fondo de su músculo cardiaco, a amar plenamente, y sin cursilerías. Y les dejamos las palabras del novelista francés Albert Camus:

Quienes se aman, los amigos, los amantes, saben que el amor no es solamente una fulguración, sino también una larga y dolorosa lucha en las tinieblas por el reconocimiento y la reconciliación definitivas.

Confiamos en que sabrán entenderlas.

sábado, febrero 16, 2008

Sobre amor, besos y amistad...

Machetearte
http://www.machetearte.com/

Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz. George Sand (1804-1876) Escritora francesa.

Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender. Françoise Sagan (1935-2004) Escritora francesa.

Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción. Joaquín Sabina (1949- ) Cantautor y poeta español.

El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos. Proverbio turco

Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad. Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) Filósofo, físico y matemático alemán.

El más difícil no es el primer beso sino el último. Paul Géraldy (1885-1983) Poeta y dramaturgo francés.

La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido. Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio.

jueves, febrero 14, 2008

Revelan científicos que el amor dura máximo cuatro años

Notimex

16:27 El amor dura máximo cuatro años y se caracteriza por ser un "estado demencial temporal", dijeron hoy, un día antes de la celebración de San Valentín, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que analizaron las implicaciones neurológicas de este sentimiento.

El amor debe distinguirse del apego y del atractivo sexual, porque el enamoramiento activa sustancias químicas en el cerebro que ocupan todas las neuronas y no se puede sino pensar en el ser amado, afirmó en un comunicado Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM, la mayor universidad de Latinoamérica.

Montemayor, que dirige un grupo de investigación sobre el tema, explicó que cuando un individuo se enamora "se accionan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro singulado y las partes del sistema límbico".

Este estado físico químico también acaba, aseguró la especialista. "Suele durar un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y solo pervive el apego o la compañía hacia una persona", afirmó.


En la medida en que piensa recurrentemente en la misma persona, la condición sicológica del enamorado puede ser comparable "con un estado obsesivo compulsivo", sostuvo.

Ello lleva a Montemayor a concluir categóricamente que "solo se puede estar enamorado de una persona a la vez", al contrario del apego o del deseo sexual.

En sus inicios, el amor deviene en una obsesión de tales dimensiones "que las personas dejan de ser productivas (...) de hecho las grandes obras de arte nunca se crearon cuando los autores estaban apasionados, sino después, en el proceso del desamor".

La especialista en anatomía precisó que las personas entran y salen de ese estado de enamoramiento porque el cerebro no podría resistir tanto desgaste si se mantuviera así constantemente.

"Lo asombroso es que el encéfalo se acostumbra a las sustancias liberadas, por lo que en su caso, está a la espera de que otra persona inicie este proceso", puntualizó.

"Aunque ello no tiene sustento moral, le sucede a todos los humanos", apuntó.

Sin embargo, advirtió que el amor romántico "es tan fuerte como el impulso de ingerir alimentos o tener sed, se puede controlar en las primeras etapas, pero una vez activado es imposible detenerlo inmediatamente, aunque es temporal".

En cambio, desenamorarse de una persona, según la investigadora mexicana, se explica en que el cerebro aumenta los niveles de oxitocina, la llamada hormona del apego, "incompatible con la pasión romántica, que se convierte en el cariño familiar", dijo.

Para la experta "el amor tiene un precio. Por principio, se pierde la libertad y también se vuelve dependiente de otra persona, por ello, se debe recordar que el desamor libera".