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jueves, junio 04, 2009

Memoria de una África vital

Leonardo Bastida Aguilar y Fernando Mino
Traducción Carla Tirado Mortiz

La escritura es un arma contra el olvido. En este caso no utilizado para saciar la fanfarronería de la posteridad, sino para darle salida a un genuino instinto vital, ánimo de dejar un recuerdo cuando se sabe que los días están contados. Millones de personas en África ven cercado su porvenir a causa del VIH, una infección más económica que viral, y la memoria es a lo único que pueden aspirar. Por eso hay personas que escriben unos libritos donde dejan a sus hijos —siempre pequeños, huérfanos casi antes de nacer— sus testimonios, sus huellas de vida.

El dramaturgo y escritor Henning Mankell se topó, en una visita a Uganda, con una niña que abrazaba uno de estos libros; acababa de perder a su madre y ese era su único legado: las páginas dibujadas con mariposas azules y otros signos ininteligibles para la niña analfabeta. Esa historia le dio impulso para escribir sobre la tragedia del sida en África. Su ensayo Moriré, pero mi memoria sobrevivirá (publicado en español por Tusquets en 2008), un lúcido recorrido por la vitalidad africana que se levanta por encima de la muerte, es motivo para esta charla.

En diferentes ocasiones usted ha mencionado que Europa ve a África como un lugar fatal. ¿Cómo es la África en la que vive Henning Mankell?

Veo pobreza, injusticia y enfermedades día con día que afectan todo y a todos. Pero también veo felicidad, risa y creatividad. La pobreza no es sólo mala, también hace que uses tu imaginación, pero es frustrante ver esta injusticia no sólo comparada con Suecia. En Maputo, la capital de Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, hay una gran cantidad de coches lujosos en las calles. En todo el mundo, aun cuando la pobreza se encuentra tan sólo a la vuelta de la esquina, los ricos pueden ser ricos solo porque los pobres son pobres.

¿Cuáles son las diferencias entre África y Europa en cuanto a maneras de ver la vida y el mundo?

La primera vez que me bajé del avión en África tenía una extraña sensación de haber llegado a casa. No sé por qué, quizá porque había leído y fantaseado mucho sobre África de niño. Se me hacía el lugar más exótico que podía concebir, y escribía historias sobre mis viajes imaginarios a ese lugar.

El hecho de alternar entre Suecia y África me ha concedido distancia y perspectiva. Es como tener dos torres de vigilancia y creo que puedo ver más desde dos torres que si viviera únicamente en un lugar. Eso me encanta y creo que me ha hecho un mejor escritor, al menos eso es lo que deseo.

Pero no es sólo el hecho de tener dos torres de vigilancia, también influye la manera en la que las personas, independientemente del tiempo y el espacio, están siempre marcadas por su ambiente. Mi trabajo con el Teatro Avenida ha sido uno de los retos más importantes en mi vida, y trabajar con personas de culturas diferentes me ha permitido entender que hay más cosas que nos unen que las que nos separan. Y aquí la gente tiende a reír más. Veo mucha más felicidad y escucho más risas espontáneas en las calles de Maputo que en las de Estocolmo. La risa es algo que tenemos y no cuesta nada. Un medio de sobrevivencia al que cualquiera tiene acceso. Me pregunto si acaso teníamos esa risa antes de que la riqueza y los créditos nos cubrieran como una sombría capa inerte.

Fuera de África vemos la situación del VIH como una emergencia preocupante, pero aún lejana. ¿Cómo se aprende a vivir tan cerca del VIH?

No se aprende a vivir cerca del VIH y jamás logras acostumbrarte. Es una catástrofe. La única manera es ayudando de cualquier manera en la que se pueda.

¿Existe un choque entre la idea occidental y la idea africana del VIH? ¿Cómo reducir la brecha entre una y otra sin incurrir en la imposición colonialista?

Yo tengo una posición bastante crítica hacia la apatía de Occidente en cuanto a resolver el asunto del VIH/sida. Un europeo con VIH tiene la posibilidad de llevar una vida relativamente normal y larga. En África la gente simplemente se muere. No puedo concebir una imagen más cínica de la injusticia. África me ha enseñado que la peor cosa en el mundo es el hecho de que existe mucho sufrimiento que es completamente innecesario. Podríamos detenerlo el día de mañana.

Enseñar a cada niño a leer y a escribir nos costaría la misma cantidad de dinero que la que gastamos en alimento para mascotas en Occidente. No digo que deberíamos dejar de alimentar a nuestras mascotas, simplemente utilizo esto como parábola para evidenciar qué tan pequeña es la cantidad de dinero que se requiere realmente. Eso no es el problema. El problema es que la voluntad de resolver esto es, desafortunadamente, demasiado débil.

El analfabetismo se relaciona directamente con la pobreza. Si se reflexiona en el hecho de que muchos de los jóvenes sin la posibilidad de leer tendrán dificultad para absorber información, podemos imaginar lo que esto significa para el tema del VIH. No es cuestión de sacrificio, sino de solidaridad y equidad. Para mí es un privilegio poder ayudar.

Su trabajo en el Teatro Nacional Avenida de Maputo le permite acercarse a la gente. ¿Cómo se ha recibido este proyecto?

Es difícil dirigir un teatro en uno de los países más pobres del mundo, sin embargo el grupo Mutumbela Gogo es reconocido. Han estado de gira alrededor del mundo y ahora la gente viene desde Sudáfrica para verlos. Es importante enfocarse, al igual que demostrarle al mundo, que también existe una África viviente y no sólo una que está muriendo.

miércoles, febrero 25, 2009

¿Podrías vivir con sólo 100 objetos?

Por Facundo García

No suena muy filosófico, pero para comprobar que al mundo le chifla el moño basta con mirar alrededor. Aparatos innecesarios, ropa que no se usa, computadoras que quedan obsoletas a los tres años, calzones sucios... Objetos. Uno piensa que los tiene, pero en realidad ellos lo tienen a uno. Para liberarse de esta tiranía de los cachivaches, David Michael Bruno se propuso una meta que comparte cada vez más gente a través de su blog www.guynameddave.com y de un grupo en Facebook. Esta especie de delirio personal se llama 100 Thing Challenge (“El desafío de las cien cosas”), y consiste en demostrar que se puede vivir un año con ese número de pertenencias, esquivando el bombardeo de las propagandas y haciéndole fuck you a los shoppings. “Es mi manera de combatir el consumismo”, escribe el chabón en un post. “¿Qué me impulsa? La fe en que las posesiones materiales pueden ser buenas cuando sirven a un propósito superior a la mera posesión. Quiero mostrar que una persona corriente no necesita toneladas de boludeces para pasarla bien. Por otro lado, espero que esto me sirva para entender mejor cómo funciona nuestra cultura.”

Ojo, el tipo no es un hippie. Labura como emprendedor web, es padre de familia y hasta se define como un republicano bastante religioso. Es decir que no sólo es estadounidense sino que es un estadounidense de derecha. Aun así, admite que seguir comprando maniáticamente nos meterá en problemas con la naturaleza y con otros seres humanos. “Más allá de lo que prometan las marcas, no podemos comprarnos una identidad”, sigue el iniciador del desafío, que comenzó el 12 de noviembre pasado. “Nuestro rol en la vida está infinitamente más marcado por nuestras acciones que por nuestras posesiones. ¿Querés ser un rebelde? Escapale al shopping. La vida real no pasa por las tiendas (...) Acá tenés una fórmula para resistir: esforzate por verte común y corriente, y volvete interesante a través de tus acciones.”

Al igual que las más de mil personas que se sumaron al grupo de Facebook, David asume que la lista que confeccionó es absolutamente personal y funciona según reglas propias. Todos sus libros, por ejemplo, se cuentan como uno solo; y un par de zapatos valen como una única pilcha. La casa y los muebles compartidos con la familia no se consideran. En cuanto al resto de los bártulos, ha tenido altibajos. Lo que menos esfuerzo le ha costado es negarse a la TV, medio que cataloga como “el factor número uno para convertirse en un consumista zombi”. “Prendé una tele en tu casa y la llenarás de basura”, asegura. Con esa actitud consiguió bajar sus posesiones a unas 93.

David sabe que hay meses especialmente peligrosos, en los que abuelitas o tías traen regalos y se sienten ofendidas si se los desprecian. La solución a eso fue sumar una nueva ley, que consiste en que una vez que le dan algo, él tiene una semana para evaluar si se lo queda, lo revende o lo dona. Pero ha decidido, para alegría de su esposa, considerar que todo el cajón de ropa interior es un solo objeto, de modo que puede cambiarse sin límites y cuando lo precise. Una medida inteligente que contrasta con la estupidez de seguidores como Cait Simmonds, quien a pesar de tener veinte pares de zapatos pidió gancho y los consideró un solo ítem. Ahora pensá: ¿cómo sería tu lista?

lunes, octubre 22, 2007

Los gandallas

Juan E. Pardinas

Para escribir este artículo busqué una definición semántica de la palabra "gandalla". La Real Academia de la Lengua no sirvió de mucho, ya que apenas ofrece dos definiciones insatisfactorias de "gandaya": "vida libre y vagabunda" y "redecilla de pelo". Busqué en el Diccionario Panhispánico de Dudas y sólo amplió mis ídem. Google y Wikipedia tampoco fueron muy útiles. Ante la frecuencia de su uso, asumo que el concepto se explica por sí mismo para cualquier lector mexicano de corazón o de nacimiento.

Apenas sale el sol y ya me topé con el primer gandalla de la mañana. Es de sexo masculino y maneja una camioneta en la Ciudad de México. Está sobre un crucero, tiene la luz verde del semáforo, pero frente a él hay 20 autos que no le permiten avanzar. Aún así, decide moverse los dos metros que lo separan de la defensa del carro de adelante. El gandalla hubiera podido dejar el paso libre, pero decidió no cooperar. Su iniciativa provocó un embotellamiento.

En julio de 2005, la revista Science publicó un número especial sobre las 125 preguntas científicas más relevantes que aún no reciben respuesta. Una de las grandes interrogantes de nuestra época, según la publicación, es ¿cómo evolucionó el comportamiento de cooperación? Los animales, desde las hormigas hasta los seres humanos, formamos grupos sociales que dependen del comportamiento altruista o no gandalla de sus miembros. La cooperación entre los integrantes de un grupo social es clave para la supervivencia de la especie. Gracias al trabajo en equipo, nuestros remotos antepasados pudieron cazar a un mamut, descubrir la agricultura o protegerse de predadores y fenómenos naturales. Una hipótesis que expone Science es que los seres humanos somos el animal dominante en el planeta Tierra por la capacidad de colaboración con nuestros semejantes.

La voluntad de cooperación no sólo puede determinar el éxito reproductivo de una especie, sino también el nivel de desarrollo económico de una sociedad o un país. La disposición de un individuo a cooperar para un fin colectivo depende de muchos factores, pero uno de los más importantes es la homogeneidad y cohesión del grupo social. Mientras más fragmentada sea una sociedad, por el nivel de ingreso o el acceso a oportunidades, mayor es la indiferencia individual hacia un fin común. La falta de cohesión social es un incentivo al gandallismo. Otro factor que determina la voluntad de cooperación es la confianza interpersonal. En un estudio reciente del Barómetro de las Américas, México ocupa el lugar número 16 en el nivel de confianza interpersonal entre 21 países del continente. Cuatro de cada 10 mexicanos confía poco o nada en los miembros de su comunidad. Un sector importante de nuestros compatriotas sospecha que el vecino y el prójimo son gandallas.

Uno de los grandes obstáculos a la acción colectiva es que el individuo-gandalla puede obtener grandes ventajas por no cooperar, pero aún así verse beneficiado por el esfuerzo colectivo. A la hora de pagar una cuota vecinal, en un embotellamiento, en una fila o en una carrera deportiva siempre habrá alguien dispuesto a romper las reglas para ganar una ventaja personal. ¿Qué sucede cuando el gandalla no es un anónimo en una camioneta, sino un maratonista que estuvo cerca de convertirse en presidente de la República? ¿Qué sucede con el pacto social, cuando nos enteramos que la ex primera dama se dedicaba al coyotaje y el tráfico de influencias desde la casa presidencial? Las trampas de Madrazo en Berlín, el Jeep rojo de Vicente Fox o los relojes Bulgari de los hermanos Bribiesca Sahagún son la confirmación empírica del proverbio más nefasto de nuestra idiosincrasia: el que no transa, no avanza. El gandallismo convertido en sabiduría popular.

El abuso se exhibe, pero no se castiga. La impunidad del agandalle es el mayor incentivo a nuestra falta de cooperación, es la semilla del cinismo y el contagio de la desconfianza. Sólo la ironía, esa fina armadura que protege la salud mental, permite mantener la esperanza en ese proyecto de acción colectiva que llamamos México.

lunes, marzo 19, 2007

Après les rencontres autour de San Salvador Atenco...

JPPG

A travers les paroles d'Aldo et Saúl, et la visualisation des documentaires sur la lutte des habitant-e-s des villages d'Atenco, d'abord contre la construction d'un aéroport sur leurs terres, puis lors de la terrible répression subie par toute une population début mai 2006, nombre d'entre nous ont été frappés par la puissance et la détermination de cette résistance populaire, sans commune mesure avec celles que l'on peut voir se développer ça et là dans notre pays.

Contre quoi se battent ces Mexicain-e-s ? Contre une politique neo-libérale, certes, mais les mots sont souvent un peu courts. Il s'agit bien d'un ensemble de mesures et d'actions visant à détruire les campagnes, encore relativement importantes là-bas (près de 30% de la population active), afin de permettre aux entreprises de l'agro-alimentaire et de la grande distribution d'acquérir la mainmise sur le marché de l'alimentation, par le biais notamment des importations ou des productions qui sévissent dans le nord du pays. La récente offensive sur le maïs, et les hausses vertigineuses du prix de la tortilla en fournissent un nouvel exemple.

A côté de la conquête du juteux marché de l'alimentation, qui exige donc la disparition de la concurrence représentée par les petits producteurs et l'éradication des traditions liées à l'autosuffisance alimentaire (la milpa, le champ de maïs familial, cultivé dans le cadre de la propriété ejidale ), il s'agit également de dégager une main d'oeuvre abondante et peu chère, indispensable au « bon fonctionnement économique » des villes et des campagnes, de l'industrie et des services dans les zones frontières ou aux USA voisins.

Enfin, les richesses végétales et forestières (la biodiversité notamment), hydrauliques (pour l'énergie et l'irrigation), minérales (pétrole, uranium, etc,) et touristiques (encore largement sous-exploitées) du Mexique attirent des investisseurs pressés de réaliser avec le moins d'entraves possibles des affaires d'autant plus lucratives qu'elles bénéficient d'un système politique corrompu et peu regardant sur les dégâts collatéraux. Ces investissements s'opèrent dans le cadre du Plan Puebla Panama. Eux aussi exigent que de larges espaces leur soient réservés, que de nombreux bras soient disponibles, et même que toute dissidence ou opposition soit gommée.

Rappelons enfin que le pouvoir politique mexicain s'est habitué, depuis les siècles de l'occupation coloniale, à mater avec la plus grande brutalité toute velléité de rébellion contre ses abus et exactions, toujours présentés sous des discours d' « évangélisation », de « justice », de « progrès » ou de « développement », durable ou non. L'histoire mexicaine, avant et après l'indépendance, est truffée de soulèvements, de répressions et de massacres.

Mais, si l'on comprend assez aisément contre quoi se soulèvent les pobladores d'Atenco et d'ailleurs, on ne saurait chercher à comprendre la vigueur de leur résistance sans se demander avec un peu plus de précision ce qu'ils défendent. A travers les témoignages de Saúl et Aldo, et les réponses aux questions qui leur ont été posées, quelques points reviennent assez systématiquement : le refus de l'arbitraire et de l'injustice, de la misère, de la répression, évidemment. Mais aussi l'exigence de la reconnaissance d'un double droit :

1) En premier, celui de décider, localement et collectivement, de ce qui se fera sur les terres communes (maintien ou non d'un gouvernant jugé corrompu et criminel, construction ou non d'un barrage, implantation d'une activité industrielle, construction d'une autoroute ou d'un aéroport, action de déforestation...), Il convient de remarquer que ce droit à décider est encore largement revendiqué, pratiqué et même reconnu au Mexique : le fonctionnement en assemblée générale, la permanence de structures collectives telles que le conseil ejidal (qui contrôle l'attribution et l'affectation des terres de l'ejido, partagées en parcelles dont les titulaires n'ont qu'un droit d'usage...) voisinent encore avec les traditions de désignation des responsables (à titre gratuit) de telle ou telle activité dans le village. Les institutions « démocratiques » modernes ne sont pas encore parvenues à étouffer totalement cette aspiration à s'occuper de ce qui les regarde qui caractérise les Mexicain-e-s, et ceci malgré la corruption, la violence et un matraquage médiatique incessant.
2) En second lieu, le droit de défendre leur autonomie, essentiellement en matière d'autosuffisance alimentaire, mais aussi en ce qui concerne la gestion de l'environnement, les questions de voisinage, etc.

La défense de ces droits se justifie et s'articule encore fortement autour d'une culture, de traditions bien définies. Ce sont elles, bien plus que des théories livresques, « socialistes », « révolutionnaires », voire « anarchistes », qui en constituent la base et le moteur.

La conception d'une « mère terre » dont il est impensable de se dire « propriétaire », le maintien des travaux collectifs (issus du tequio précolombien), celui du système de responsabilité rotative des cargos , encore présent dans la plupart des zones rurales (du moins en ce qui concerne les tâches liées à l'organisation des fêtes, et ce n'est pas rien), et enfin la vivacité d'une tradition essentiellement orale (considérablement renforcée dans certains cas par la survie des langues indiennes ), semblent constituer les éléments cruciaux de cette culture.
Dans les communautés indigènes, la survie ou la reconstitution des coutumes, de la langue et du mode de vie, a été rendue possible , en dépit des difficultés et de la misère, grâce à l'éloignement relatif des villes, à un certain dynamisme démographique. Grâce aussi à l'expérience, riche et variée, de leurs habitant-e-s, engagés dans une résistance de longue durée, parfois silencieuse mais toujours acharnée.

A Atenco, distante seulement d'une quarantaine de kilomètres de la capitale Mexico, de nombreux habitant-e-s dépendent de leur travail en zone urbaine, et ne conservent avec la terre qu'un lien qui se distend chaque année un peu plus. Ceci explique, selon Saúl, les hésitations et les craintes qui finalement ont empêché la pérennisation du municipio autonome proclamé pendant l'été 2002, au lendemain de la victoire contre l'expropriation.

En France, en Europe plus généralement, ces deux droits fondamentaux (celui de pouvoir régir localement notre environnement et nos conditions d'existence, et d'assurer notre autonomie alimentaire et matérielle) n'ont plus cours. A tel point que nous sommes en passe d'oublier qu'ils ont pu exister.

Quelles sont les causes d'une telle disparition ?
Tout d'abord l'acceptation de la division du travail, du fait que certains s'occupent exclusivement

[1] Propriété collective de la terre, suivant la tradition antérieure à la conquête espagnole, réintroduite dans la constitution mexicaine après la Révolution de 1910-1920.

[2] L'épisode de la maquiladora coréenne, relaté par Saúl, est significatif. En 2001, l'année même du décret d'expropriation, une entreprise s'est installée sur le territoire de la commune d'Atenco. Bâtiments neufs, extérieur impeccable avec même un terrain de basket, et au dedans des machines pour que les 300 femmes recrutées dans les alentours puissent s'adonner à l'activité émancipatrice de la couture de vestes, lesquelles repartaient ensuite, anonymement, pour recevoir une étiquette « made in USA » dans un coin de Californie. Dix heures de travail, avec une pause de 30 mn pour manger et le droit d'aller une seule fois aux toilettes au cours de la journée, pour un salaire hebdomadaire de 360 pesos (soit 26 euros). A la fin de l'année, surprise : contrairement aux généreuses traditions pratiquées dans la plupart des entreprises locales, pas de prime pour les ouvrières. Quelques unes de ces femmes ont fait appel aux membres du Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra , récemment créé, et ceux-ci sont venus en délégation exiger de la direction un traitement plus humain à l'égard des employées, en même temps que le paiement de la prime... Devant l'arrogance des dirigeants, les gens du FPDT ont rappelé que l'entreprise n'avait pas demandé au « conseil ejidal » l'autorisation de s'installer sur le territoire de la commune, et que sa situation était donc illégale... Quelques mois plus tard, après un certain nombre d'escarmouches, les coréens ont remballé leurs machines et sont allés porter le progrès ailleurs.

[3] Le cargo, la charge, est une fonction assumée par chaque individu dans son village, pour un temps déterminé, en général d'un an. Il s'agit à la fois d'une obligation et d'un honneur, et mieux on s'en acquitte, plus on sera sollicité par la suite pour des charges de plus en plus complexes et exigeantes.

[4] Des groupes humains ont été capables de résister au rouleau compresseur de la langue unique et centralisatrice, véhicule du « progrès » et de la « raison », et ont continué à utiliser pour nommer leurs rêves et leurs constructions sociales complexes, ainsi que les éléments fabuleusement inextricables de la nature environnante, les mots forgés avec sagesse et passion par les centaines de générations qui les ont précédés. On parle encore une soixantaine de langues précolombiennes au Mexique.

viernes, marzo 16, 2007

El espejo de los medios

Juan Villoro
Todo indica que los mexicanos ya nacen con un video pirata bajo el brazo. En los últimos 30 años los índices de lectura han aumentado muy poco. En cambio, la adicción a las imágenes prospera con mayor fuerza que el narcomenudeo.

Nuestra historia es, ante todo, iconográfica. En los siglos que van de los códices prehispánicos al encierro con cámaras de Gran Hermano nos hemos entregado al consumo visual. Llama la atención que en este esplendor barroco la Ciudad de México -surgida gracias a la búsqueda de una imagen- carezca de su propio canal de televisión. Es cierto que aquí se asientan las principales cadenas del país pero no hay un espacio destinado a los infinitos sucesos metropolitanos.

Sin otro mérito que ser televidente desde la edad de oro de Don Gato y su pandilla, voy a comentar lo que esperaría de ese empeño.

En primer lugar, habría que distinguir entre un canal público y uno oficial. Nada sería tan dañino como un espacio destinado a promover en forma abierta o velada al jefe de Gobierno de la capital. Una televisión pública debe distanciarse del uso partidista de los medios. Ernesto Velázquez, director de TVUNAM, ha comentado que en el sexenio pasado el presupuesto de Canal 22 equivalió al 5 por ciento de lo que la Presidencia gastó en publicidad. Durante seis años, Fox permaneció en campaña. El autobombo con que celebró su paso por Los Pinos agravió al erario y al sentido común. Calderón inició su mandato con mayor sobriedad y novedosos deseos de gobernar. Sin embargo, ya podemos oír un spot radiofónico que festeja sus admirables primeros 100 días de gobierno. ¿No es demasiado pronto para elogiarse con el dinero de los contribuyentes?

Durante la visita de Bush, Calderón optó por un protocolo sin falsos alardes amistosos y evitó abrazar a un huésped al que debía hacerle reclamos. Esta encomiable sobriedad podría extenderse al trato que se concede en los medios. La prudencia que lo llevó a no abrazar a Bush debería aconsejarle no abrazarse a sí mismo.

Urge diversificar la oferta televisiva. El binomio Televisa-TV Azteca ha producido un abrumador código de estereotipos, donde una rubia es más guapa que una morena, un homosexual es ridiculizable, un albur es gracioso y una noticia gritada es más auténtica que una hablada.

Para ofrecer otras opciones, resulta decisivo que la televisión entienda su papel de intermediaria entre el público y los creadores de contenidos. La cultura mediática ha creado una extraña ilusión: los conductores televisivos han dejado de ser facilitadores de información, intercesores entre los datos y el público, para convertirse, ellos mismos, en noticia. ¿Para qué entrevistar a alguien que sabe si el que pregunta puede opinar? Este criterio ha transformado al periodista televisivo en oráculo. El mediador es ahora el contenido. Y no sólo eso: respaldado por su telegenia, pasa a campos ajenos a la imagen; escribe artículos y libros con la paradójica autoridad de tener un espacio en la pantalla. Su prestigio es fácil de comprender en la sociedad del espectáculo, donde el hecho de aparecer en un programa es siempre superior a lo que se haga en él.

Espejo de Narciso, la televisión es buscada por quien desea existir en sociedad. El idealismo filosófico de Berkeley se cumple en la aldea global: existes porque eres percibido. La televisión reparte un poder simbólico instantáneo. En la voraz cultura del instante, su impacto se sobrepone a su condición perecedera.

Lo que mejor define a un periódico son las cartas de sus lectores. No hay medición más certera de lo que sus noticias significan. En este sentido, una televisión ciudadana debería brindar un espacio equivalente, un foro movedizo donde los espectadores dispusieran de 30 segundos de sinceridad y videoclip.

El futuro del país depende, en buena medida, de ciudadanizar la política, de transformar la democracia representativa en participativa. La televisión pública puede ser fundamental al respecto. Pienso, por ejemplo, en la impartición de justicia. La discusión de veredictos y el análisis sobre la posible corrupción de jueces, la fabricación de culpables, la tergiversación de pruebas o la condena de inocentes harían de la televisión un observatorio indispensable.

Los medios dependen de la dramatización en un doble sentido, la dramaturgia y la intensidad de los hechos. Vigilar los procesos judiciales es una urgencia ética que garantiza tensión dramática, según demuestra The Court Channel, dedicado por entero al principal hobby de Shakespeare: seguir juicios.

Hacer televisión significa divulgar pero sobre todo crear cultura. La BBC ha marcado una diferencia, no tanto por lo que refleja del mundo, sino por lo que le agrega. Hace falta una televisión que dé oportunidades creativas a directores, editores, fotógrafos, músicos, guionistas, una televisión concebida como original productora de DVD (¿cuántas series nacionales deseamos comprar hoy en día?).

La Ciudad de México se extiende como un tema inagotable para la televisión: archivo de la memoria (las calles que ya sólo podemos conocer por testimonios) y laberinto del presente colectivo. Para ser fiel a esta diversidad, el canal metropolitano debería considerar en todo momento que la realidad es más vasta que la televisión. "Hay que luchar contra el rating en nombre de la democracia", escribió Pierre Bourdieu. La frase encierra una verdad decisiva. Aunque muchas veces se asume como resultado de la voluntad popular, el rating suele derivar de una coacción del gusto ante la falta de opciones; tiene que ver menos con elegir que con acatar una dominación simbólica. La democracia exige variedad. Esto no significa darle la espalda al gusto de la gente o a la amenidad que reclama sino abrir el espectro de elección, pasar del rating como forma de la resignación al rating como coincidencia en la diversidad.

jueves, enero 18, 2007

Religión e identidad nacional, ¿un vínculo imprescindible?

Pedro Colchado

A la espada de Cortés siguió la pluma de Sahagún. Si bien la sangre indígena derramada por el conquistador colorea con tintes de dolor el suelo mexica, la tinta del franciscano lo fertiliza para dar vida a los primeros brotes de un sueño mestizo. Muerte y nacimiento, el eterno ciclo mítico conocido por los antiguos repite otra de sus rondas a la caída del último Tlatoani, y el inmediato advenimiento de la esperanza cristiana por fundar una Nueva Jerusalén indígena.

Lo religioso fue entonces la primera semilla hacia una nueva identidad. Muy pronto el franciscano percibe la necesidad de sincretismo ante el fuerte arraigo religioso del indígena por sus ídolos. A pesar de las denuncias del propio Sahagún, la orden franciscana da muestras de aceptar silenciosamente la presencia de símbolos y ritos prehispánicos dentro de su proceso evangelizador. Más tarde los jesuitas harían lo propio, aunque con fines más universalistas que utópicos. Sin aquél puente simbólico, la permanencia del indígena en el contexto de la Nueva España, así como la expansión del cristianismo en la misma hubieran sido prácticamente imposibles. Pero en su más pura esencia el puente simbólico no pretendía conciliar, sin poco a poco sustituir a las antiguas prácticas idolátricas.

Esta circunstancia no era nueva para la Iglesia. La conquista espiritual del México prehispánico a manos de los españoles no puede explicarse sin su antecedente más cercano: la expansión del mismo cristianismo en Europa. El ejemplo lo vemos en el intento de evangelizar a los anglos de la Britania de finales del siglo VI, cuando el papa San Gregorio ordena no destruir los templos y respetar el espacio sagrado de los paganos, permitiendo continuar con sus celebraciones tradicionales en las mismas fechas, pero bajo formas cristianas. Innumerables son también los ejemplos que en el terreno ritual y simbólico adoptó el cristianismo durante su paso por territorios paganos en Europa: el culto germánico al árbol cósmico trasladado a la celebración de la Navidad como equivalente simbólico de la trinidad cristiana; la celebración de la natividad efectuada en el mes de diciembre aprovechando las antiguas fiestas dedicadas a Saturno en la Roma Imperial; la invención de Santa Apolonia o de Santa Brígida de Irlanda, sustituyendo al antiguo dios griego Apolo y a la diosa celta Brigantia respectivamente; etc. Esto sin dejar de mencionar que es en su origen en donde el cristianismo concentra elementos rituales tan antiguos como la todavía discutida pero no menos inquietante concepción de la Eucaristía del pan y el vino como un eco de las prácticas primitivas de antropofagia ritual ("Tomad y comed todos de él... esto es mi cuerpo").

Antropólogos como Durand y su maestro Bachelard han defendido a capa y espada la idea de un homo simbolicus en lugar de la tradicional concepción llamada homo sapiens para referirse a este extraño animal conocido más comúnmente como ser humano. En este terreno de ideas, el poder del sincretismo en los símbolos religiosos como alimento de una identidad mestiza denota un claro ejemplo en el caso mexicano. Para muestra, bastan dos botones: el Escudo Nacional y la Virgen de Guadalupe.

El simbolismo que está presente en el Escudo Nacional, como sabemos es de factura mexica originalmente. Cada uno de sus elementos tenía un significado preciso dentro de la cosmovisión de nuestros antepasados: el glifo tetl, que significa "piedra", emergía de las aguas. Sobre este montículo, el noxtli o nopal, era considerado el árbol del sacrificio, que a su vez estaba cubierto de tunas, que simbolizaban los corazones de los sacrificados. Por su parte el águila se relacionaba con el dios solar Huitzilopochtli. La serpiente, elemento tan importante para toda cosmovisión mesoamericana, en este caso parece haber tenido un papel secundario, pues en algunas representaciones ni siquiera aparece ( Códice mendocino ) o es sustituida por un pájaro ( Códice Ramírez ).

El símbolo fundacional de la urbe mexica tendría después de la conquista una nueva interpretación simbólica para el cristianismo. Pero para explicar este audaz trabajo realizado principalmente por los jesuitas de la Nueva España en el siglo XVI, nuevamente debemos dar un vistazo aún más atrás a los primeros pasos del cristianismo en la Europa del siglo III. Como ya mencionamos antes, desde aquellos años el cristianismo ya había adoptado el símbolo del árbol cósmico presente en la mayoría de los pueblos paganos europeos. En este caso la cruz de Cristo, hecha de madera a partir del árbol del bien y el mal como explica la tradición, sustituyó a las imágenes de culto no cristianas dedicadas a los árboles. Sin duda una sustitución simbólica a la vez efectiva y necesaria para introducir en el inconsciente colectivo la nueva fe de Jesús.

Es así como en la Nueva España los jesuitas aprovechan la ecuación simbólica árbol-cruz-sacrificio de Cristo para reformar el significado del nopal mexica. Si bien para la cosmovisión mexica el tunal era considerado el árbol de los sacrificios humanos y las tunas significaban los corazones de los sacrificados, los religiosos jesuitas se atrevieron a interpretar al tunal como equivalente simbólico de la cruz ( símbolo del sacrificio de Cristo ), y asociando las espinas del nopal con la corona de espinas de Jesús. El águila, anteriormente relacionada con el dios solar mexica, fue concebida en esta nueva lectura como uno de los símbolos de la resurrección de Cristo.

Esta trama de equivalencias a manos del imaginario religioso permitió al emblema de México-Tenochtitlan permanecer hasta nuestros días y convertirse más tarde en el Escudo Nacional.

En el caso del culto a la imagen Guadalupana, si bien cualquier asunto que aquí se exponga será incompleto dada la complejidad de su historia simbólica, nos remitiremos a dar algunas referencias.

¿ Cómo podemos explicar el hecho de que en México la devoción por la Virgen de Guadalupe haya incluso superado a la devoción por el mismo Jesús ? Y no solo eso, sino que haya sido utilizada como estandarte pretendiendo dar legitimidad a algunos movimientos sociopolíticos de nuestra historia: la Independencia, el movimiento de Emiliano Zapata, la guerra de los Cristeros o incluso la llegada al poder de Vicente Fox en el todavía reciente año 2000, solo por mencionar algunos ejemplos.

Inevitablemente, una de las explicaciones a este fenómeno la podemos encontrar de nuevo el desarrollo del simbolismo religioso a través de los siglos. Desde los primeros rastros del culto a lo femenino, que pueden encontrarse a partir del neolítico, asociado con la fertilidad y coincidiendo directamente con la aparición de los primeros plantadores que inventaron la agricultura, daremos un salto gigantesco hasta el siglo V, cuando, en el Concilio de Éfeso, María fue entronizada como Theotokos (madre de Dios) por la Iglesia cristiana. No debemos dejar escapar el hecho de que en Éfeso se encontraba el centro de culto a la diosa Artemisa, el más importante del mundo grecorromano dedicado a la diosa de la caza.

A partir de ese momento, el culto a la Virgen María superó las grandes crisis religiosas del cristianismo: la Reforma, la Ilustración, el auge científico del siglo XIX y el siglo XX marcado por el escepticismo y el materialismo. La causa de que el culto a María se encuentre tan vivo en países como México está en el hecho de que ella, a diferencia de Jesús, cuenta con un perfil vagamente esbozado en los evangelios. La personalidad de Jesús se encuentra fuertemente delineada en la Biblia, lo que hace que su imagen se encierre en la dimensión histórica y geográfica de Jerusalén, dificultando que pueda tener advocaciones que se adapten a otros lugares del planeta. Por el contrario, la figura de María es demasiado imprecisa en los textos bíblicos, cosa que le permitió adaptarse a través del tiempo, encarnando diversos símbolos, funciones e incluso, facilitando a la Iglesia su utilización para anunciar apariciones (por ejemplo Fátima, Lourdes y Guadalupe) en distintos lugares del mundo.

De nuevo, vemos el ejemplo mexicano con la Virgen del Tepeyac. Como refiere fray Bernardino de Sahagún, después de la conquista empezó a venerase a Nuestra Señora de Guadalupe en el mismo lugar en donde antes se encontraba un importante santuario a la diosa Tonantzin Cihuacóatl ("Nuestra venerada Madre Mujer Serpiente" ). A partir de la publicación en 1649 del documento más antiguo que narra en lengua náhuatl la aparición de María en el Tepeyac, el llamado Nican Mopohua ("Aquí se narra") , la Virgen de Guadalupe se convirtió no sólo en un símbolo religioso venerado, sino en un medio para hacer notar que, según la Iglesia, la aparición daba legitimidad e identidad a la nación mexicana ante el mundo. De ahí que se adoptara en la iconografía guadalupana el versículo 20 del salmo 47 escrito en latín : Non fecit taliter omni nationi ("No hizo nada igual con ninguna otra nación").

Observando la tilma de Guadalupe, por sus detalles iconográficos es importante hacer notar que se trata de una virgen apocalíptica. Sabemos que el libro del Apocalipsis fue escrito por San Juan el Evangelista en la isla griega de Patmos. En Apocalipsis 12 se narra en términos simbólicos la aparición en el cielo de una mujer preñada con una luna a sus pies. Esta mujer es reconocida por la teología como María a punto de dar a luz a Jesús. Un dragón de siete cabezas (Satanás) amenazaba con devorar al hijo por nacer, pero el arcángel Miguel luchó junto con un ejército de ángeles contra este dragón para evitar la tragedia. Mientras esto ocurría a María le fueron dadas dos alas de águila para escapar de la presencia del dragón.

Quizás la lectura simbólica más ingeniosa del mito guadalupano asociado con el Apocalipsis la daría en el siglo XVII el bachiller Miguel Sánchez en su obra Imagen de la Virgen María, Madre de Dios Guadalupe. Las equivalencias que muestra son las siguientes:

Juan el Evangelista = Juan Diego
La isla de Patmos frente al mar Egeo = El Tepeyac frente al lago tezcucano.
Mujer del Apocalipsis = Virgen de Guadalupe
Arcángel San Miguel = Hernán Cortés
El ejército de ángeles = los conquistadores
El dragón = la idolatría que debía ser erradicada
Las alas de águila = el águila mexicana ( hoy presente en el Escudo Naconal )
La luna = México (una de las etimologías de México es "lugar de la luna": meztli, luna, co, lugar )

No debemos olvidar que por su parte el indígena interpretó a la imagen guadalupana como un códice, utilizando elementos de su propia cosmovisión, tal como ocurrió con el Escudo Nacional. Este tema merece todo un escrito aparte para tocarse con más detenimiento.

Para concluir, después de este incompleto estudio sobre la importancia que han tenido los símbolos religiosos en la formación de una identidad, retomo la pregunta planteada en un principio: ¿ es la religión un asunto ligado íntimamente a la identidad nacional ? Evidentemente, tanto para creyentes como para los que no practicamos un credo, el papel de la religión es un tema que debe considerarse con profundidad cuando se habla de una identidad mexicana.

viernes, enero 05, 2007

"En Venezuela se han creado condiciones para construir el Socialismo del Siglo XXI"

02-01-2007
Entrevista a Heinz Dieterich
Cristina Marcano
Rebelión

P. Profesor Dieterich, ¿Usted inventó el concepto “Socialismo del Siglo XXI”?
R. Sí. Lo elaboré a partir de 1996. Fue publicado junto con la teoría correspondiente en forma de libro, a partir del 2000 en México, Ecuador, Argentina, Centroamérica, Brasil, Venezuela y, fuera de América Latina, en España, Alemania, la República Popular de China, Rusia y Turquía. Desde el 2001 ha sido asimilado en todo el mundo. Presidentes como Hugo Chávez y Rafael Correa lo utilizan constantemente, al igual que movimientos obreros, campesinos, intelectuales y partidos políticos.
Junto con la teoría del socialismo del siglo XXI avancé la teoría de la transición latinoamericana que se plasmó en conceptos claves como el Bloque Regional de Poder (BRP), también ya de uso generalizado en América Latina. En cambio, el concepto Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) fue propuesto por un amigo venezolano, Douglas Pérez, en una reunión de trabajo hace tres meses.

P. En síntesis: ¿en qué consiste este nuevo socialismo?
R. Dicho en una frase: En que las mayorías tengan el mayor grado de decisión históricamente posible en las instituciones económicas, políticas, culturales y militares, que rigen su vida.

P. Hay políticos e intelectuales de izquierda que dicen que nadie sabe como construir el socialismo. ¿Por qué Usted sostiene lo contrario y por qué el Presidente Chávez pretende construir lo imposible?
R. Porque esa afirmación es plenamente falsa. Y por más que se repita, sigue siendo falsa. La ciencia contemporánea no deja ninguna incógnita sobre lo que es el socialismo del siglo XXI, o su diferencia con el capitalismo contemporáneo y el socialismo histórico. Y tampoco, como hay que construirlo hoy día. Es, simplemente, una posición epistemológica equivocada.

P. A su juicio, ¿ha habido algún país socialista en la época moderna?
R. Depende de los criterios que se usen para tal juicio. Como científico economista y sociólogo, prefiero los parámetros que utilizaron Marx y Engels: economía de valor y democracia participativa. Y bajo esos criterios no ha habido una sociedad socialista desde la Revolución Francesa, aunque sí, muchos heroicos y trágicos intentos de lograrla.

P. ¿Hay condiciones para implementar el socialismo del siglo XXI en Venezuela?
R. Sí, ahora sí las hay. Menciono solo algunos. Dos tercios de la población votaron por el Presidente con pleno conocimiento de su bandera del Socialismo del Siglo XXI. Esto es un mandato sustancioso de los ciudadanos. El avance del sistema educativo, económico y de la conciencia del pueblo han sido notables. La integración latinoamericana y la destrucción de la Doctrina Monroe parecen ya imparables. Las Fuerzas Armadas ahora son confiables y tres sectores claves de la economía nacional están en manos del gobierno: el Estado, PdVSA-CVG, y más de cien mil cooperativas.

P. ¿Cuál sería el paso decisivo que tendría que dar el Presidente para llegar al Socialismo del Siglo XXI en Venezuela?
R. Son dos: 1. reemplazar gradualmente el principio regulador de la economía de mercado, el precio, por el principio regulador de la economía socialista, el valor, entendido este como los insumos de tiempo (time inputs) necesarios para la generación de un producto; 2. avanzar la participación económica de ciudadanos y trabajadores en tres niveles: 1. en lo macroeconómico (p.e., el presupuesto nacional); 2. en lo mesoeconómico (municipio) y, 3. en lo microeconómico (empresa).

P. ¿La economía del socialismo del siglo XXI es, entonces, un trueque?
R. No, esto es tan erróneo como la afirmación de que nadie sabe como construir el socialismo del siglo XXI. El problema de la injusticia económica no reside en el dinero. No tiene que ver con que una economía sea monetarizada o si funciona con el intercambio en especie (por permuta). En la relación explotativa entre el esclavo y el amo, una vez amortizado el pago inicial, no interviene el dinero, y es una de las más brutales que conoce la historia.
Injusticia existe, cuando se intercambia un producto “A” por un producto “B”, y sus valores ---el tiempo laboral necesario para producir cada uno de ellos--- no son iguales; es decir, cuando no se cambian equivalentes. Si se monetariza ese intercambio de valores desiguales (esfuerzos laborales desiguales), es decir, si se expresa en forma monetaria o natural, es secundario.

P. ¿Cuál sería, entonces, el paso decisivo del Presidente?
R. No es la estatización generalizada de la propiedad privada, porque no resuelve el problema cibernético del mercado. No lo hizo en el pasado y no lo haría hoy. El socialismo hoy día es esencialmente un problema de complejidad informática. De ahí, que el paso trascendental consiste en establecer una contabilidad socialista (valor) al lado de la contabilidad capitalista (precio), en el Estado, en PdVSA-CVG, y en las cooperativas, a fin de construir un circuito económico productivo y de circulación paralelo al de la economía de mercado capitalista. La economía de las entidades estales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economía de valor y ganándole terreno al circuito de reproducción capitalista, hasta desplazarlo en el futuro. Dado que las escalas de valorización por precios, valores y también volúmenes, son comensurables, no hay rupturas en los intercambios económicos que podrían causarle un problema político al gobierno. En todo esto juegan un papel importante el Estado y las mayorías, pero ambas están hoy día mayoritariamente con el proyecto del Presidente.
Generar este circuito paralelo de la economía de valor sería relativamente fácil, porque los valores existen en forma subyacente en la actual contabilidad capitalista. De tal manera, que con el desarrollo de un software respectivo sería muy fácil establecer este circuito económico socialista al lado del capitalista. Sin este paso a la economía de equivalencia, no hay posibilidad de tener una economía socialista.

martes, diciembre 19, 2006

Todos somos mesías tropicales

Víctor M. Toledo

Durante siglos, las regiones tropicales del mundo fueron, para el imaginario de la civilización europea, las porciones más enigmáticas, paradisiacas, inexpugnables y peligrosas del orbe. Y no se trataba solamente de las zonas intertropicales del globo, que aloja montañas, sabanas y aun regiones áridas, sino especialmente de las áreas tropicales húmedas de las bajoplanicies, ahí donde la lluvia y la temperatura alcanzan sus valores máximos. La percepción fue, como casi siempre sucede, contradictoria. Por un lado el atractivo de un paraíso desconocido; por el otro el rechazo hacia un mundo que resultaba inhóspito e incomprensible.

La selva, y en su denominación más extrema, la jungla ­"el horno genitor donde las energías parecen gastarse con abandonada generosidad" (Alfonso Reyes)­ ha sido para el inconsciente europeo no sólo un mundo paradisiaco, sino la fuente de enfermedades, alimañas, monstruos, amazonas, leyendas increíbles, seres sobrenaturales, organismos exóticos.

El trópico húmedo, hay que recordarlo, es el hábitat originario, el magma vegetal de donde surgió la especie humana, pero también la raza negra, la magia, el exceso erótico, el vudú, el candomblé, la música que desquicia. Hubo que esperar tratamientos directos de artistas, escritores, antropólogos y científicos, para atenuar la "mitología tropical" generada desde los enclaves templados y fríos de la civilización urbana, y posteriormente industrial, gestada en Europa.

"Existen razones para pensar que todas las naciones que habitan más allá de los círculos polares o entre los trópicos son inferiores al resto." Esta frase, escrita por el filósofo David Hume en 1748, no es más que un ejemplo de las ideas que prevalecían entre una influyente porción de la intelectualidad europea del siglo XVIII. Esta impresión estaba especialmente dedicada a las culturas aborígenes americanas. En su afán por justificar un sistema de dominación, las elites dominantes siempre se han empeñado en demostrar la supuesta inferioridad de sus dominados. Esta falsa impresión que se encuentra arraigada en lo más profundo de la ideología de los dominadores (sean señores feudales, rancios nobles, emprendedores burgueses o tecnócratas modernos), tiende a tomar la forma de "teoría" una vez que encarna en las voces de sus "intelectuales orgánicos".

Durante el siglo XVIII y buena parte del XIX, las doctrinas del determinismo racial abonaron las ideas y el discurso de numerosos intelectuales europeos. Eran por supuesto los tiempos de la expansión de Europa a través de sus dos principales baluartes: uno económico (el capitalismo), el otro cognitivo (la ciencia y la técnica). Fue la época en el que el racismo popular tomó cuerpo de racismo científico al ser postulado, defendido y argumentado con evidencias supuestamente derivadas de un método. El número y la variedad de pensadores, naturalistas y filósofos que bajo diferentes matices asumieron la idea de la superioridad de una raza no deja de impresionar.

La lista incluye naturalistas tan connotados como Buffon, Galton, Darwin, Huxley, Agassiz, y toda una gama de filósofos que incluye a Hume, Voltaire, Raynal, De Paw, Comte y el apóstol de la filosofía europea de entonces, Hegel. En el campo de la antropología, las tesis del racismo científico fueron postuladas por James Cowles Prichard, nada menos que el más eminente antropólogo inglés de la primera mitad del siglo XIX.

En el caso de América, el desprecio hacia las culturas tropicales tuvo su origen en el "carácter inferior" de la naturaleza americana. Esta tesis fue postulada por Buffon hacia mediados del siglo XVIII, y aunque ahora parece descabellada, se convirtió en un fantasma que acompañó a todo naturalista estudioso del Nuevo Mundo, incluyendo a Humboldt y a Darwin. La "teoría" fue de inmediato extendida a los aborígenes americanos, a quienes Voltaire consideró poco industriosos además de estúpidos, y con "... menos sensibilidad, menos humanidad, menos gusto y menos instinto, menos corazón y menos inteligencia...", a decir de De Paw.

De la infinidad de argumentos esgrimidos para demostrar la supuesta inferioridad de los habitantes de América, finalmente encontramos el de su incapacidad para domeñar a la naturaleza y dar lugar a una civilización avanzada. La legítima paternidad de la supuesta inferioridad epistemológica corresponde a Francis Bacon a través de su tratado Novum Organum, publicado en 1620. "Existe una solución de continuidad ­afirma Eduardo Subirats­ entre la violencia conquistadora definida por el espíritu medieval de cruzada y la violencia epistemológica, crítica y racional, derivada de un concepto moderno de dominación técnica de la naturaleza".

Con todo esto de por medio, resulta más fácil comprender por qué Francis Hallé en su extraordinaria obra Une Monde sans Hiver documentó lo que parece ser una regla histórica: "... la colonización siempre ha progresado de las latitudes medias hacia las bajas, jamás a la inversa, no importa cuál haya sido la época o cuál sea la región considerada". La expansión europea sobre lo que Eric Wolf llamó los "pueblos sin historia" fue entonces realizada con la profunda convicción que lo que se imponía era "civilización" y "progreso".

Herederas de esa tradición invisible, las elites contemporáneas del "mundo desarrollado" tienden automáticamente a enviar a lo tropical y a sus habitantes al traspatio de la historia, pues se perciben como la expresión más acabada de lo salvaje. Lo salvaje es la antípoda de lo civilizado, de igual manera que lo excesivo lo es de lo mesurado. Para una civilización en donde el uso de la razón fue controlando, desplazando y finalmente aboliendo el mundo de la pasión, única manera de instrumentar un orden que permitiera el desarrollo de las ciudades, la eficiencia de la empresa, la disciplina de la industria y el rigor de la ciencia, el "espíritu tropical" terminó siendo sinónimo de lo irracional, de una fuerza indomable, incontrolable, primitiva y, por todo ello, incivilizada.

Nada peor para las elites, tras 24 años de aplicación continua de recetas neoliberales a los males del país (sin que estos cedieran), que la aparición de un dirigente tropical nacido entre las selvas, identificado con un pez de los pantanos de una región indígena, entrenado en las escuelas públicas y enrolado como profesionista con las luchas sociales de los más necesitados, para encabezar una opción electoral alternativa y crítica.

Quizás por ello, ningún otro candidato presidencial de la historia reciente ha sido tan furiosamente estigmatizado por la acción orquestada de sus opositores que Andrés Manuel López Obrador (AMLO): partidos políticos, medios masivos de comunicación, organizaciones empresariales, círculos religiosos, periodistas, intelectuales. El linchamiento ha sido, para decirlo con decencia, desusado. He registrado en vivo la rabia descomunal, incontrolada, contra el dirigente tropical en los rostros, palabras o letras no solamente de ciudadanos comunes y corrientes, sino especialmente de miembros de los sectores más privilegiados y exquisitos: profesionistas exitosos, empresarios, ex rectores, periodistas bien habidos. ¿Por qué desquicia tanto la figura de quien ideológicamente es un socialdemócrata más?

La clave está en la que sin duda es la obra maestra dentro de esta cruzada: el texto de Enrique Krauze Kleinbort, "El Mesías Tropical" (Letras Libres 90, junio del 2006). El ensayo, que trató de aparecer como un análisis objetivo e intelectualmente legítimo, es en realidad un complejo montaje ideológico dirigido a generar reacciones de temor entre las elites ilustradas (y no tanto), invocando una vez más los peligros de lo tropical.

El ensayista no sólo adoptó una clara posición ideológica y política (y el pecado no está en el atrincheramiento sino en la validez de sus argumentos), sino que instrumentó una pieza literaria en donde el mensaje final es de nuevo la exacerbación de la "pasión tropical" como causa de los males, en este caso la supuesta destrucción de la democracia o, para decirlo en sus propias palabras: "el descarrilamiento del tren de la democracia". Pieza ejemplar en la manipulación subliminal de una percepción inconciente construida a través de la historia, el ensayo de Krauze Kleinbort está a la altura de las nuevas creaciones psico-políticas generadas desde el Pentágono norteamericano o desde las nuevas y poderosas iglesias para influenciar y dirigir las mentes ciudadanas.

Su mayor virtud es que, como agudo intelectual de la derecha, supo captar con gran destreza aquellos rasgos de la historia y de la personalidad de AMLO que más inquietan, irritan y atemorizan a las minorías del país: "Tengo desconfianza de AMLO ­afirmó durante un seminario en el Centro Woodrow Wilson de Washington DC- y lo encuentro perturbador por razones de su personalidad y las razones no son razones morales sino razones psicológicas".

¿Cómo descalificar a un candidato presidencial mediante un análisis supuestamente psicológico, en vez de ofrecer argumentos, tesis o razonamientos sobre propuestas políticas o posiciones ideológicas? ¿No resulta extraño que la larga lista de artículos de opinión aparecidos en los últimos meses contra AMLO estén centrados justamente en sospechosos aspectos personales y casi nunca sobre sus planteamientos políticos contra el neoliberalismo? Uno lee serenamente el último discurso de AMLO (20 de noviembre) y lo que menos se observa, en el contenido y en la intención, es el desbordante "mesías tropical" construido por la imaginación de Krauze Kleinbort.

La validez del "mesianismo tropical" como categoría sociológica (y política), como fuente de una conflictividad que impide el desarrollo de la democracia y alienta la violencia humana es prácticamente indemostrable. Por un lado difícilmente pueden encontrarse temperamentos agresivos en las culturas originarias tropicales (en México destacan los tratos delicados y hasta elegantes de huastecos, totonacos, zoques, chontales o mayas yucatecos). Por el otro no puede soslayarse el hecho de que la palabra genocidio se inventó en 1944 en las tierras nada tropicales de Europa, donde tuvo lugar la etapa más violenta y destructiva de la especie: 103 millones de muertos en dos guerras mundiales. No son pues los temperamentos de la jungla, del calor, de los tambores y del baile los que esconden y acumulan energías destructoras de lo civilizado sino justamente sus contrapartes.

El ensayo de Krauze fue ampliamente difundido por su autor a través de puntuales entrevistas por cadenas de radio y televisión y en la prensa (véase Diario Monitor, junio, 13, 2006 y Milenio, junio, 11, 2006), reproducido en innumerables blogs de la derecha (incluyendo el proto-fascista "México en Peligro, 2006"), y alcanzó su cenit cuando fue enviado de manera gratuita a miles de clientes por el gerente de Banamex. Dicho con suavidad, no fue un texto digamos "intelectualmente neutro", como tampoco lo fue el manifiesto de 126 intelectuales confirmando la limpieza de las elecciones que fue usado por el PAN como parte de sus pruebas fehacientes en el Tribunal Electoral.

La lección develada es que hoy en día buena parte de las fuerzas intelectuales conservadoras y reaccionarias perviven ocultas (están disfrazadas) entre aquellos que mejor representan la "objetividad científica", el "triunfo de la racionalidad civilizatoria", la razón instrumental, el control de la pasión, la sujeción de lo incivilizado o, en suma, la "modernidad templada". Y esta manipulación epistemológica, que encarna una poderosa violencia sutil, es la heredera de una percepción geográfica e histórica que derivó en la sujeción de las regiones y poblaciones tropicales del mundo (Africa negra incluida) por sus contrapartes templadas.

Por todo lo anterior, habremos de ver cómo las elites atemperadas de los altiplanos centrales y nortes de México serán asediadas y sacudidas por la pasión política de quienes reclaman una vida digna y un país justo. AMLO será o no rebasado, pero la catarsis de tantas décadas de injusticia provendrá de las regiones más cálidas y húmedas de la República: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, las costas del Pacífico, la "tierra caliente" de Guerrero y Michoacán, la plataforma yucateca, las Huastecas, las junglas de Quintana Roo. Y probablemente, quién lo puede negar, entre los gritos de la muchedumbre uno será especialmente vigoroso: ¡Todos somos mesías tropicales!

APPOlogía

Gustavo esteva

A pesar de su inmensa visibilidad, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) sigue siendo un misterio. ¿Qué clase de organización es ésta? ¿Cuáles son la naturaleza y alcances de este peculiar animal político? Propios y extraños la siguen tratando como a cualquier organización política. Suponen que, como casi todas, tiene la mirada puesta en el Estado y reproduce la estructura del aparato que querría encabezar. Como él, sería vertical y jerárquica. Como los funcionarios elegidos o designados, sus dirigentes caerían a menudo en corrupción y protagonismo.

Conforme al prejuicio de que la gente no puede tomar iniciativas por sí misma, se sigue buscando la mano que mece la cuna de la APPO. Además de imaginar un personaje, grupo o partido que tiraría las piedras y escondería la mano, se intenta identificar o construir un líder o grupo que serían los responsables de manipular a las masas dóciles.

Este tratamiento habría sido plenamente justificado si se hubiera aplicado a la APPO recién nacida ­cuando nadie le daba mayor importancia. La sección 22 del sindicato magisterial es una organización vertical y jerárquica, cuyos dirigentes son frecuentemente acusados de protagonismo y corrupción. Ellos invitaron a dirigentes de organizaciones amigas, de características similares a las suyas, para crear la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (en singular) el 20 de junio. No tendría más función que apoyar la lucha del sindicato. En el acto fundacional, la APPO era muy poco más que esos dirigentes que habían traído a sus huestes. En las siguientes semanas se incorporaron a esa APPO dirigentes de organizaciones diversas, por lo general sin consultar a sus socios o "bases". Se trataba, por tanto, de una especie de coalición de dirigentes sociales y políticos, articulada por una Coordinadora Provisional de 30 personas que pasaba buena parte de su tiempo dirimiendo sus grandes contradicciones internas.

Pero se produjo una mutación. Poco a poco, al principio, y luego en avalancha, la gente y las organizaciones empezaron a tomar iniciativas por su cuenta bajo el manto de la APPO, que cambió su nombre al actual. La Coordinadora tenía que andar averiguando por dónde quería ir la gente, hacia dónde conducía el proceso y cómo era posible dar cauce al descontento y a los impulsos de transformación profunda. Empezó a mandar obedeciendo, como en los pueblos.

Las colonias populares fueron siempre un acertijo. El tejido comunitario generado desde la migración indígena se combinó con múltiples anarquismos ideológicos o vitales. Los colectivos de barricadas defendieron ferozmente su autonomía, a veces con propósitos aviesos y una carga de violencia difícil de encauzar, dada la previa acumulación de agravios desde el poder.

Los pueblos indios tardaron en hacerse presentes, pero lo hicieron con paso firme y decidido, dando nuevo cariz al movimiento, cada vez más sesgado hacia el espíritu autonómico y asambleario, que también se dejó sentir al aparecer en las regiones.

Algunos concejales parecen pensar que el Consejo es la APPO y que sin ellos ésta desaparecería. Los concejales afiliados a organizaciones locales o nacionales con su propia agenda política parecen desencantados porque no logran poner a la APPO al servicio de esa agenda. Otros más, sobre todo de la camada inicial, preparan nuevas estrategias protagónicas para el caso de naufragio de la APPO. Algunos, por último, buscan nuevos acomodos fuera y empiezan a atacarla.

Los concejales que de vez en cuando pueden reunirse, unos 50, deciden lo que pueden decidir, que no es mucho. De ahí surge la sensación de debilidad que produce satisfacción en las autoridades federales, triunfalismo en las filas de Ulises Ruiz y desesperanza en mucha gente.

La APPO real, mientras tanto, ese pueblo organizado en múltiples encarnaciones, parece llena de vigor. A pesar del terrorismo de Estado, que generó horrores que apenas se están haciendo visibles, la gente sigue tomando iniciativas inesperadas y promisorias y avanza en su reorganización.

El Consejo no controla verticalmente a la APPO ni puede asumir responsabilidad por cuanto se hace en su nombre, pero podría dar cauce y concertación eficaces a la fuerza popular desatada por el movimiento. Es el interlocutor apropiado para evitar la confrontación violenta y realizar las transformaciones cuya necesidad todo mundo reconoce. Pero debe ser tratada como lo que es, sin manías o prejuicios, sin atribuirle rasgos que sólo conservan algunos de sus integrantes.

A pesar de su corta vida la APPO merece ya una APPOlogía, un estudio riguroso de lo que es. Merece también una apología, un discurso que celebre sus notables hazañas, que apenas han empezado ­aunque muchos, incluso en su interior, quisieran ya darla por muerta.

viernes, diciembre 15, 2006

(!!) la maestra

martes, diciembre 05, 2006

Sobre el sociólogo Bourdieu

Habla Alain Accardo en entrevista...

Comme le soulignait avec raison Jacques Bouveresse dans un hommage à la mémoire de Bourdieu, celui-ci a été « un des rares intellectuels d’aujourd’hui à être encore capable de tirer des conséquences » de ce qu’il avait appris et compris. Mais parmi ceux qui ont connaissance de ses analyses, rares sont ceux qui les comprennent, au sens fort du mot comprendre, c’est-à-dire qui les intègrent à leur propre substance, les ajoutent à leur être, en tirent les conséquences théoriques et surtout pratiques et s’en trouvent effectivement changés dans leurs rapports à eux-mêmes et au monde environnant. S’approprier les analyses de Bourdieu équivaut en effet à entreprendre un interminable travail de « socioanalyse » personnelle, un travail sur soi-même qui conduit à prendre conscience non seulement de l’existence de mécanismes objectifs cachés de la domination sociale (cet aspect des choses est relativement facile à comprendre et à admettre), mais encore et surtout que les plus cachés, les plus obscurs de ces mécanismes objectifs sont en nous, sont nous-mêmes, sont devenus notre propre substance. En d’autres termes, quiconque veut critiquer sérieusement, avec cohérence et conséquence, la société environnante, doit assumer le devoir d’autoréflexivité ou, si l’on préfère, la dimension autocritique inséparable de toute critique sociale, puisque la société n’existe pas seulement autour et à l’extérieur de nous, mais qu’elle est aussi nous-mêmes et qu’il faut donc éclairer cette dialectique complexe entre le social fonctionnant à l’extérieur (le social objectivé ou histoire-qui se fait-choses) et le social fonctionnant à l’intérieur (le social incorporé ou histoire-qui se fait-personnes), l’un ne pouvant fonctionner sans l’autre. Et cet aspect-là des choses, il ne suffit pas d’être « de gauche » pour le percevoir et le prendre en charge. Comme le disait encore Bouveresse à propos de Bourdieu : « il avait sûrement raison de penser qu’en matière sociale, la volonté de ne pas savoir est aujourd’hui une chose plus réelle que jamais. » Et si, en dépit des hommages de principe qui lui sont rendus, la vision bourdieusienne du social est si peu partagée en pratique, c’est parce qu’elle oblige ceux qui la prennent au sérieux à combattre en eux-mêmes, péniblement, douloureusement, cette « volonté de ne pas savoir » qui est précisément l’une des manifestations profondes et les moins contrôlées de l’incorporation du système dans les individus et la marque de leur adhésion à ce système-là, au-delà (ou en deçà) des critiques partielles qu’ils peuvent lui adresser explicitement sur certains points. Quand le social s’incorpore et s’intériorise, il se transforme en inconscient social. Ainsi beaucoup de gens à l’heure actuelle savent parfaitement que la mondialisation capitaliste est une abomination, une entreprise criminelle organisée et planifiée. Ils en dénoncent les promoteurs et se mobilisent pour la combattre explicitement, dans certains de ses aspects objectifs les plus évidents. Mais entre deux manifestations pour une alter-mondialisation, nombreux sont ceux qui continuent à vivre ou à rêver d’une existence personnelle de plus en plus étroitement calquée sur le modèle de la petite-bourgeoisie américaine asservie au bonheur capitaliste, modèle dont ils ne réalisent pas, bien souvent, à quel point il est tributaire du capitalisme multinational et contribue en retour à diffuser, renforcer et imposer l’idéologie aliénante de la mondialisation capitaliste, ce qu’on pourrait appeler, avec Boltanski et Chiappello, Le nouvel esprit du capitalisme, cet esprit qui anime des millions d’hommes et de femmes des classes moyennes (et sans doute aussi de plus en plus des classes populaires) et qui en fait des complices qui s’ignorent du système capitaliste. La volonté de ne pas savoir n’est pas nécessairement une volonté expresse et délibérée de ne pas voir la réalité, de s’aveugler soi-même (encore que chez certains, à certains moments, on puisse en arriver à cette forme paradoxale de dénégation), c’est plutôt une volonté floue, diffuse, implicite, par défaut en quelque sorte, de préserver sa bonne conscience, son confort matériel, intellectuel et moral, en continuant à se raconter des histoires auxquelles on veut croire. Volonté de ne pas savoir et volonté de croire vont de pair. Trop de gens ne veulent changer du monde social que la place qu’ils y occupent. Ou bien sont prêts à révolutionner la société autour d’eux à condition de ne rien changer à eux-mêmes. C’est à travers ces stratégies équivoques que s’accomplit la logique d’un système qui excelle à changer pour mieux conserver.

Entrevista completa:

http://www.homme-moderne.org/societe/socio/accardo/entr0306.html

lunes, diciembre 04, 2006

Para JIS ...

DE NOTRE SERVITUDE INVOLONTAIRE
Lettre à mes camarades de gauche.
Alain ACCARDO

INTRO : « Ma lettre n’a pas pour objet de recenser une fois de plus les griefs que nous nourrissons à l’égard du système capitaliste… » « la question que je veux aborder, c’est justement celle de savoir pourquoi le combat que nous menons contre ce système n’est pas toujours à la hauteur de notre indignation »« la raison tient au fait que ce combat ne s’attaque pas aux racines du mal, faute de comprendre leur nature réelle »

UN CONCEPT TRONQUE : SYSTEME CAPITALISTE
Habituellement le « système capitaliste » est un « concept objectiviste et économiste : structures économiques de production, accumulation, répartition indépendantes des agents auxquelles elles imposent , de l’extérieur, leurs règles de fonctionnement et leur logique de domination. »
« Une telle définition est partielle et réductrice »

Elle conduit à l’action classique via les canaux : partis et syndicats.

INSUFFISANCE DU COMBAT TRADITIONNEL
Combat classique = Militantisme de partis ou syndicats, réunions, débats, tracts, collage, pétition, manifs, greve…
« la réduction économiste du système se double d’une réduction politiciste des combats »
Réduction entretenue par les médias, les sondages
Le combat politique nous masque la véritable nature du système qui ne consiste pas seulement en réalite economico-politique, objective , extérieure à nous même qui nous contraint du dehors, mais aussi une réalite intérieure qui opère du dedans »

« En vertu d’une conception de la lutte des classes qui a historiquement rempli une fonction mobilisatrice et permis de structurer un nouveau rapport de forces entre les détenteurs du capital et la masse des exploités, on s’est habitué à penser le combat anticapitaliste comme celui d’une armée de dépossédés montant à l’assaut d’une place forte économico-politique tenue par des possédants dont tout nous sépare. On imagine, non sans grande naïveté, que , des lors qu’on aura investi la citadelle, changé le drapeau sur le donjon et fait place nette des anciens seigneurs et de leur valetaille, la cause sera entendue, on en aura fini avec le système capitaliste. Rares sont ceux qui s’avisent que si on se borne à s’emparer des leviers du pouvoir économique et politique, le système aura tôt fait de se reconstituer à partir de sa dimension interne, subjective, c’est à dire de la force qu’il conserve dans les têtes et dans les cœurs qu’il a durablement façonnés. Quand le pouvoir change de mains il ne change pas nécessairement de logique. »

UNE VISION SOCIOLOGIQUEMENT FONDEE : LE SYSTEME CAPITALISTE ET SON « ESPRIT ».
La sociologie explique que la socialisation se traduit par la « structuration simultanée d’agents collectifs (groupes) et d’agents individuels (membres) ». Ainsi l’opposition individu/ groupe est non fondée.
Le social en dehors : institutions appareils techniques, codes etc et le social en dedans : dispositions personnelles, compétences tendances, …
Pour qu’un système social fonctionne il faut qu’il y ait « congruence », « isomorphisme », similitude entre dedans et dehors.

« Tel est le contenu sociologique minimum de la notion de social. »

Esprit du capitalisme : « adhésion subjective des individus qui engage, au delà des idées conscientes et sentiments explicites, les aspects les plus profonds et inconscients de la personnalité, façonnée par la socialisation DANS le système. »

Adhésion : « transformation d’une nécessité d’origine externe en disposition personnelle à agir spontanément dans une logique donnée. »

C’est ce que La Boetie appelle la servitude volontaire. Mais c’est inexact : plutôt une servitude involontaire.

Socio-analyse : analyse des entrées et sorties de la logique du système en nous.

« je considère que la critique du système capitaliste ne peut s’en tenir à la lutte contre les structures économiques et politiques mais doit mettre en même temps en cause la part que nous prenons personnellement, même et surtout si ce n’est pas intentionnel, à la bonne marche de l’ensemble. »

C’est une entreprise difficile car « elle ne peut que heurter la bonne conscience des opposants au système » alors que « le caractère partiel de la critique peut contribuer au fonctionnement du système. »

LA CRITIQUE COMME ADJUVANT DU SYSTEME
La critique sur l’aspect extérieur seul indique au système où il doit se renforcer.

IMPOSTURE SOCIAL DEMOCRATE
Service de déminage social du Capital.

CONNIVENCE
L’opposition dans le système (orchestrée par la social démocratie) s’appuie également sur la « tendance profonde de la classe moyenne , toutes catégories confondues, à ne pas « casser la baraque »
Connivence = complicité involontaire. Adhésions multiples et renouvelées au quotidien , l’ensemble correspondant au « style de vie ».
Exemple : les passionnés de musique qui échangent « gratuitement » des » tubes « via Napster sur Internet n’ont pas conscience de contribuer à la marchandisation de l’Art poursuivie par les Multinationales »

HEGEMONIE DU CAPITAL ECONOMIQUE
Système social = ensemble de champs
L’autonomie des champs dominés diminue avec la puissance du champs dominant.
la puissance du champs dominant : reconnaissance de la dépendance envers les propriétés du champs dominant (ici le capital)
Les champs ont des rapports de force qui résultent de la spéculation sur les besoins des autres champs.
La domination du champ Capital sur les autres implique un transfert de logique de fonctionnement , ici : la marchandisation dans les champs dominés.

PEDAGOGIE DU SYSTEME : PRODUCTION DE L’ILLUSION
« tout système soumet les populations qu’il gouverne à une socialisation adéquate, à la fois informelle et institutionnalisée : il s’agit de faire habiter le système par la population et la population par le système (domestication).
Exemple : individualisme compétiteur.
Toutes les pratiques sociales contiennent des effets pédagogiques implicites.
Trois dispositifs énormes de structuration de l’inconscient social : Ecole / Media/ Représentation démocratique..

ECOLE
Légitimation des dominants : « élites », méritocratie, racisme de « l’intelligence
Reproduction / Sélection des dominants : filtre culturel / culture de classe

MEDIAS
Officines de propagande du néo-libéralisme
Mise en scène des politiciens

REPRESENTATION
Vedettariat, realpolitik

LE BESOIN D’ILLUSION DES CLASSES MOYENNES :

ECOLE : « Illusion de « L’ÉGALITÉ DES CHANCES »
MEDIAS : « Illusion du pluralisme et de la liberté d’expression »
REPRESENTATION : « Illusion que le véritable pouvoir est encore politique et démocratique »

« INCONSCIENT social des classes moyennes :
-besoin de distinction
-besoin de reconnaissance sociale
-horreur du commun
-culte du nouveau
-peur de l’anonymat dans la masse populaire
-fascination pour les pratiques ostentatoires et le « chic », le « classe »
-style de vie hédoniste
-psychologisation des problemes sociaux ( « besoin de communication, dialogue »)
-inclination irrépressible au consensus et au compromis
-indéfinition identitaire
-identité pour la représentation de soi même applaudie par les autres »

CHANGER LE MONDE ET SE CHANGER
Le combat au dedans n’a rien à voir avec une recherche spirituelle d’une source transcendante. Il s’agit d’élucider où est le système en nous.

UN MONDE DE MYSTIFICATEURS MYSTIFIES
« Le système ne peut fonctionner conformément à sa logique ( PROFIT) qu’à condition de faire illusion, càd de faire ce qu’il fait comme il le fait , en feignant de ne pas le faire ou de le faire autrement. »

L’illusion ne marche que parce qu’il y a une » structure d’accueil » au dedans de nous. « Qui consiste à obéir objectivement en se donnant subjectivement des raisons socialement honorables de le faire ou de ne pas s’en apercevoir sans qu’on puisse parler d’hypocrisie pour autant »

POUR UN NOUVEL ART DE VIVRE
« Ce qu’il faut se résoudre à remettre en cause, et c’est la pire difficulté dans la lutte anticapitaliste, c’est l’art de vivre qu’il a rendu possible et désirable aux yeux du plus grand nombre. »

« pour nos classes moyennes, l’art de vivre pourrait se caractériser comme l’art de faire de sa vie une véritable œuvre d’art ». Les critères esthétiques étant devenus prépondérants sur les critères éthiques .

« le système capitaliste, parce qu’il est une structure d’accumulation insatiable de profit, a besoin sur le marché d’individus réduits à leur fonction consumériste »

« parce qu’il est une structure de domination, il a besoin de compétiteurs, d’appétit de pouvoir, même masqués par le « dialogue », » l’écoute » et la « communication »

La lutte sur le front intérieur doit donc passer par une auto-réforme des mœurs

« il s’agit seulement d’approfondir lucidement l’analyse de ce qu’est le système capitaliste et de ses conditions historiques et sociales de fonctionnement et de choisir de le servir, sciemment, ou de le combattre , mais sérieusement, pas à demi, pas dans cette tiédeur toujours prête au compromis, pas avec cette propension complaisante à composer avec la réalité et à en euphémiser les aspérités »

« Comme la Mafia, …une des conditions principales de son efficacité c’est que son fonctionnement reste , sinon dans l’obscurité totale, du moins dans une pénombre propice à toutes les confusions ; il faut donc faire la clarté. »

« et cette renaissance commence forcément ici et maintenant , dans notre vie de tous les jours, avec les efforts que nous consentons pour remédier à notre assujettissemnt par le système et nous affranchir toujours davantage de la servitude ou il nous tient »

« il faut que nos aspirations spirituelles l’emportent sur nos intérêts matériels et mondains . Mais n’est-ce pas, chers ami (e)s et camarades de gauche, le fondement même de notre identité est le ciment de notre parenté ?»

Alain ACCARDODE NOTRE SERVITUDE INVOLONTAIRE
Lettre à mes camarades de gauche.
Collection contre-feux. Ed°s AGONEDEPOT LEGAL 2001, 94 PAGES