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jueves, marzo 17, 2011

Monopolios y doble moral

Voraces y desbocados, los monstruos económico-financieros creados por el poder político neoliberal se han salido de control. Presumidos por aquel como símbolo inequívoco de la modernidad mexicana (Salinas dixit) y del sólido avance de la democracia de, por y para los empresarios (Fox ídem), sus copatrocinadores ya no saben qué hacer con ellos ni cómo meterlos al redil. Sometido por su propia creación, el gobierno mexicano no hace nada para remediar esta situación, mientras la embajada estadunidense en México se dice sorprendida y preocupada por el sostenido avance y la creciente influencia de los barones autóctonos en la toma de decisiones en los ámbitos Judicial, Legislativo y Ejecutivo de México.

Lo detallan los cables de Wikileaks, publicados por La Jornada, y el panorama no es grato. El gobierno mexicano no atina a tomar decisiones para acabar con monopolios, duopolios y oligopolios, ante el peligro que para él representa quedar mal con alguno de los involucrados, cada uno de los cuales le significa un jugoso apoyo financiero para sus ambiciones electorales. A su vez, la preocupación de la legación estadunidense, y los intereses que ella representa, se enfoca en el sector mexicano de las telecomunicaciones (y por obvias razones en los consorcios dominantes: Telmex, Telcel, Televisa y Tv Azteca), tal vez por ser éste el único, a estas alturas, en el que sus grandes capitales no tienen acceso pleno al pastel, y no precisamente por los resabios legales en la materia o por el patriotismo gubernamental, sino por el hecho contundente de que tales monstruos representan un impedimento real para la apertura del mercado y para que las trasnacionales del ramo claven los colmillos en este exquisito negocio (que incluye una tercera cadena de televisión) hasta ahora reservado mayoritariamente a los nacionales, hoy en plena guerra por el control de los bienes otrora de la nación.

Pero ni el paralizado gobierno mexicano ni la preocupada legación estadunidense tienen qué reclamar. Desde la supuesta oposición, los panistas apoyaron con todo la política privatizadora de Salinas y Zedillo (de la banca a los ferrocarriles, sin olvidar la telefonía) y a los monstruos empresariales de ella resultantes. Fox sólo llegó cínicamente a poner la cereza al pastel, mientras los vecinos del norte aplaudían la modernidad económica mexicana y celebraban la transición (con el indeleble sello del Consenso de Washington) de los monopolios del Estado a los monopolios privados. Felipe Calderón estaba entre los aplaudidores, pero tiempo después se le cruzó una candidatura a Los Pinos, y en campaña prometió estimular la competencia mediante el combate a monopolios, duopolios y oligopolios, aunque en los hechos sólo los ha fortalecido.

¿Por qué hasta ahora la preocupación de la embajada estadunidense en torno a monopolios, duopolios y oligopolios?, de acuerdo con las puntuales revelaciones de Wikileaks-La Jornada. ¿Sólo a estas alturas registró que diez magnates concentran 12 por ciento del PIB mexicano, controlan las áreas más productivas de la economía y ejercen creciente influencia en la toma gubernamental de decisiones? Sería una reacción por demás tardía de la diplomacia norteña, toda vez que el desmantelamiento del aparato productivo del Estado mexicano comenzó casi tres décadas atrás, con Miguel de la Madrid, aunque fue en el salinato cuando se pisó a fondo el acelerador, sin hacer menos al zedillato. Así, la productiva fábrica de monstruos concentradores de riqueza e ingresos no se limita a la telefonía y a la televisión (nacida ésta desde el poder en tiempos de Miguel Alemán). El abanico es enorme, e incluye banca, telecomunicaciones, minería, ferrocarriles, líneas aéreas, acero, azúcar, gas, satélites, carreteras, aeropuertos y mucho más, por mucho que la legislación vigente lo impida, sin olvidar la existencia de una institución antimonopolio, la Comisión Federal de Competencia, que tampoco atina ni se anima a poner orden.

No es un hecho novedoso ni aislado lo que ahora preocupa a la embajada estadunidense. Es la historia de los últimos cinco lustros. En política no hay casualidades. Tampoco en los negocios. Por eso llama especialmente la atención uno de sus despachos (correspondiente a 2007 y registrado por Wikileaks-La Jornada), por medio del cual la legación reporta a Washington que en manos de Calderón estaría la autorización de una tercera cadena televisiva, lo que parece una visión simplista de la realidad mexicana. ¿Quién toma las decisiones en el caso, por ejemplo, de las telecomunicaciones mexicanas?

El siguiente ejercicio, que resume cómo estaba armada la telaraña de intereses en el sector en ese mismo año de 2007, nos da una idea de quién, en realidad, las toma: Cemex es el monopolio cementero en México, y su cabeza visible es Lorenzo Zambrano, quien también participa en Televisa, la cual es presidida por Emilio Azcárraga Jean, empresario presente en el consejo de administración de Teléfonos de México, de Carlos Slim, magnate que a su vez forma parte del consejo de administración de Televisa, consorcio en el que tenía asiento María Asunción Aramburuzabala (esposa del ex embajador Tony Garza), del Grupo Modelo, del duopolio cervecero en el país, en el que sobresale Valentín Díez Morodo, a su vez participante en el consejo de administración de Kimberly Clark, que preside Claudio X. González Laporte, en su momento presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, éste con asiento permanente en Teléfonos de México y Televisa, emporio en el que aparece Germán Larrea, cabeza del Grupo México, consorcio en el que también participan Claudio X. González Laporte y Valentín Díez Morodo, todos ellos beneficiarios de la reprivatización de Banamex, al igual que Roberto Hernández (también integrante del consejo de administración de Televisa), quien vendió a Citigroup por medio de la Bolsa Mexicana de Valores, en las que todas las empresas citadas participan.

El gobierno de Estados Unidos conoce a la perfección cómo se manejan las cosas en México, quién toma las decisiones y quiénes son los capos, pero ahora se dice preocupado por el juego del monopolio y la falta de competencia, especialmente en el sector de las telecomunicaciones. ¿Casualidad?

jueves, noviembre 19, 2009

México SA


El resultado pudo ser mucho peor –como lo planeó el inquilino de Los Pinos–, aunque en los hechos tampoco fue el mejor. No se sabe si la decisión fue para tapar el ojo al macho, o porque en el limbo cronológico que vivieron los diputados (el ya famoso reloj legislativo) alguna neurona funcionó en el momento preciso, pero al final de cuentas lo rescatable es que evitose el descarado tijeretazo calderonista en el presupuesto federal a universidades e institutos públicos de enseñanza superior, si bien los enjundiosos muchachos de San Lázaro no autorizaron los aumentos, más que espectaculares, necesarios para el crecimiento y desarrollo de este estratégico sector educativo.

De sobra es conocido que los panistas en general, y el inquilino de Los Pinos, en particular, no son precisamente admiradores de las universidades públicas. De allí su insistencia –de Fox a Calderón– en adecuar y acotar (léase recortar) sus presupuestos y destinar los recursos públicos no a la educación científica y tecnológica que beneficie al país, sino a obras más pías y menos críticas con el régimen, como en el caso del gran capital. El gobierno, entre otros tantos dineros, destina anualmente –desde 2001– cerca de 4 mil 500 millones de pesos en subsidios fiscales para estimular la investigación y el desarrollo de tecnología en beneficio de los grandes consorcios (nacionales y extranjeros).

A contrapelo de la intentona calderonista de recortar (léase asfixiar) el presupuesto de las universidades públicas, los diputados incrementaron en 9 mil 300 millones de pesos las asignaciones para la educación superior, pero al mismo tiempo dejaron manos libres al inquilino de Los Pinos para que en 2010 mantenga su generoso programa de subsidios fiscales a los grandes consorcios para que desarrollen su propia tecnología, a costillas del erario, sin beneficio alguno para el país. Entonces, 9 mil 300 millones adicionales a la educación superior y en beneficio de los mexicanos, contra 4 mil 500 millones para los proyectos tecnológicos del gran capital, que sólo a él favorecen, no parece ser la mejor de las salidas.

Aun así, e inmerso en la filosofía de lo perdido, lo que aparezca, el rector de la UNAM, José Narro, aplaudió la sensibilidad de los diputados por asignar esos 9 mil 300 millones adicionales a la educación superior, de los que sólo 630 millones se canalizarán a la máxima casa de estudios, monto que si bien canceló el pretendido recorte calderonista, a todas luces es insuficiente. Por ello, el puma mayor subrayó que México tiene que dar un paso muy grande, a escala global, en favor del crecimiento de la cobertura y de la educación superior, y ahora se debe pensar en la próxima década, por lo que es necesario elaborar un proyecto para el sector que incluya presupuestos multianuales.

Algo similar sucedió con el director general del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa Rivera, quien en un tono más dulce dijo que el Congreso decidió apoyar con 447 millones de pesos al IPN; es un incremento importante, y hay que reconocer a los diputados y a la gestoría hecha por diferentes entidades del gobierno federal. Con todo, detalló que no atendieron la solicitud original, siempre en el entendido de que en este tipo de instituciones los dineros “nunca van a ser suficientes… Hubiera deseado tener los 850 millones para que la próxima administración comenzara con mayores posibilidades de fortalecimiento”.

Y mayor fortaleza es lo que requiere el IPN, toda vez que Enrique Villa Rivera vive una coyuntura distinta a la del rector Narro, en pleno ejercicio del cargo, pues le restan poco más de tres semanas al frente de la oficina principal del Poli, al término de las cuales (12 de diciembre) su remplazo tomará posesión como nueva cabeza del Instituto Politécnico Nacional para el periodo 2009-2012, designación que corresponde al inquilino de Los Pinos. Así, no es lo mismo que lo mesmo, y además de contar con un estrecho presupuesto, el IPN está en pleno proceso de relevo en su dirección general, tras dos periodos consecutivos de Enrique Villa Rivera al frente.

Como acontece en estos casos, hay muchos tiradores, pero muy pocos con que responder a las necesidades académico-administrativas de la institución fundada por Lázaro Cárdenas. Así, por ilógico que parezca, uno de los aspirantes es Jaime Domingo López Buitrón, quien desde la Subsecretaría del Trabajo en tiempos de Fox presumía que el gobierno del cambio generaba un empleo cada 15 segundos. Tiene dos sellos indelebles que lo descalifican para ocupar la dirección general del Poli: ex director del Cisen en tiempos foxistas, y uno de los más ligados al desaparecido monseñor Carlos Abascal y su pía obra en las secretarías del Trabajo y de Gobernación (donde también fue subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos). Ya en el calderonato, regresó a la subsecretaría del Trabajo, con el porro Lozano.

En un contexto distinto aparece Marco Antonio Flores Sánchez, egresado de la ESCA del IPN. Su participación en el sector educativo ha sido amplia. Entre otros cargos, oficial mayor de la SEP; en Conacyt, director de administración y finanzas, contralor interno y coordinador de asesores del director general; en la misma institución integró el primer consejo asesor de Conacyt, con los científicos más prominentes del país, que posteriormente pasó a ser el consejo consultivo de ciencias de la Presidencia de la República; coordinador del proyecto Conversión a organismo descentralizado, en la dirección general del Instituto Politécnico Nacional; profesor titular en el IPN y la UIA. Es coordinador de asesores del oficial mayor de la Secretaría de Economía.

También Oscar Escárcega, médico por la ESM, y director de área en la SEP. En 2003 fue secretario de servicios educativos en el IPN, designado con el apoyo del ex secretario particular de Fox, Alfonso Durazo, pero renunció y su lugar fue ocupado por Enrique Villa Rivera, quien terminó en la dirección general del instituto. Además se menciona a Luis Eduardo Zedillo Ponce de León, hermano del ex presidente; Efrén Parada Arias, secretario general del Politécnico; Yoloxóchitl Bustamante, secretaria académica; Mario Alberto Rodríguez Casas, secretario de administración; Raúl González Apaolaza, ex director de la ESIME, y Víctor Alcerreca, egresado de la ESIQIE y ex diputado priísta.

Las rebanadas del pastel

Mientras llega el día de la madre Tonatzin, cuando se sabrá quién es el nuevo director del Poli, el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, descubrió el caldo de habas: ante la crisis, el desempeño del gobierno mexicano fue deficiente... uno de los peores en el mundo.

viernes, septiembre 04, 2009

Calderón gastó en el "Informe" lo que recortó a la UNAM

Carlos Fernández-Vega

Quebrar una empresa, del tamaño que se imagine, es relativamente fácil. Todo depende de las carencias y excesos de su dueño o de quién esté a cargo de su administración, pero resulta verdaderamente complicado quebrar a un país, como lo ha hecho (uno de sus "logros", hay que reconocerlo) Felipe Calderón y su "muy buen equipo económico, tal vez uno de los mejores del mundo" (según la atinada definición del propio inquilino de Los Pinos en la más reciente cumbre en Davos), quienes en vez de manejar las finanzas nacionales como tales y en beneficio de sus dueños, los mexicanos, lo han hecho como si se tratara de una empresa prestada, lejana.

Como si no se hubiera dado cuenta, como si se tratara de algo imprevisto, de una suerte de rayo letal salido de quién sabe dónde, ahora Felipe Calderón advierte que la situación de las finanzas públicas "es verdaderamente preocupante". Lerdo reconocimiento del inquilino de Los Pinos, que se añade al ya famoso shock que de las mismas recientemente reconoció el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, justo cuando aplicaba el segundo tijeretazo del presupuesto de egresos correspondiente a 2009.

Consciente como está de la gravedad del problema, al sorprendido Calderón no se le ocurrió mejor idea que lanzar la susodicha advertencia en pleno acto faraónico disfrazado de "mensaje a la nación" (al cual, por cierto, muy pocos mexicanos dedicaron tiempo y atención en televisión y radio; 1.7 puntos de rating, según los primeros resultados), el cual, de acuerdo con cifras conservadoras, costó al erario algo así como una tercia de cientos de millones de pesos (espots incluidos), lo que revela el elevadísimo grado de conciencia sobre la gravedad del estado de salud de las finanzas públicas.

Entre frase y frase (la de Calderón y la de Carstens) y en medio de una feroz crisis tardíamente reconocida por quienes debieron ser los primeros en actuar, alrededor de 85 mil millones de pesos fueron recortados del presupuesto de egresos correspondiente al presente año, y aplicaron la tijera justo donde no debían –algo usual en los gobiernos neoliberales mexicanos–, como por ejemplo el sector educativo, al que le "borraron" alrededor de 3 mil millones de pesos (para dar una idea, costó más el faraónico "informe" calderonista que el "ahorro" por el recorte a la UNAM). La justificación de ambos fue "no hay dinero", luego entonces es necesario "ahorrar" y se fueron por los citados 85 mil millones de pesos.

Pues bien, como "no hay dinero" y la situación de las finanzas públicas es "verdaderamente preocupante" (Calderón dixit), una cantidad idéntica a la recortada presupuestalmente –85 mil millones de pesos– resulta de lo que los mexicanos pagaron por atender puntualmente las voluminosas, ofensivas, faraónicas prestaciones de los llamados "servidores públicos" (los sueldos y salarios se contabilizan aparte), en el entendido de que a mayor cargo, mayores beneficios.

Para el primer semestre del año el secretario Carstens anunció –luego de proceder, desde luego, y con la venia del inquilino de Los Pinos– un recorte al gasto público por 35 mil millones de pesos, es decir, el monto prácticamente exacto de lo que a los mexicanos les costó pagar, puntualmente, las prestaciones de los "servidores públicos". Ya encarrilado, el doctor "catarrito" procedió a tijeretear 50 mil millones adicionales dadas las "carencias" reportadas en el segundo trimestre de 2009, monto por demás coincidente con los poco más de 50 mil millones de pesos que se pagaron, en igual lapso, a la heroica cuan resultona burocracia nacional por concepto de prestaciones.

Así es, la situación de las finanzas públicas es "verdaderamente preocupante". En plena crisis, con el citado shock a todo lo que da, 85 mil millones de pesos en prestaciones no sólo es un insulto, sino una verdadera agresión a los mexicanos, y a ese monto falta agregar lo recibido –que no es poco– por los igualmente resultones integrantes de los poderes Legislativo y Judicial, amén de las percepciones de quienes cobran en el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y demás organismos que también manejan los recursos de la nación.

Sólo por prestaciones, donde duerme el señor Calderón gastaron más de un millón de pesos diariamente (incluidos sábados, domingos y días festivos) a lo largo del primer semestre del año, de los que más de 85 por ciento se destinó al pago de las prestaciones de quienes ocupan las primeras posiciones en la nómina. Lo anterior sin considerar otros gastos corrientes, como la sedienta cuan multimillonaria adquisición de agua embotellada, refrescos y bebidas espirituosas; el oneroso mantenimiento de macetas, galletitas y café, entre tantos otros, que sin duda son prioritarios para la nación, al igual que el vergonzoso gasto en propaganda. Y si el recorrido se amplía a las dependencias del Ejecutivo, especialmente las principales oficinas del gabinetazo, las erogaciones son verdaderamente insultantes para quienes pagan al rey y su corte: los mexicanos, a los que ni siquiera tienen la delicadeza de recomendarles que coman pasteles.

México ocupa la última posición en la OCDE en calidad educativa; nuestros niños sufren, y mucho, cada que se presenta la prueba PISA; no levantan en ciencias, lectura y/o matemáticas, pero eso es lo de menos, porque la Secretaría de Educación Pública, con Josefina Vázquez Mota de encargada, se da el lujo de gastar 256 millones de pesos para celebrar el día del maestro 2009, mientras Elba Esther eroga 50 millones para comprar camionetas de lujo y distribuirlas entre sus cuates. ¿Y la capacitación del magisterio? Para eso no hay lana, ergo, nuestros niños sufrirán más y junto a ellos la nación. Y así por el estilo, donde uno apriete.

¿En serio no se dieron cuenta? Entonces, doblemente ineficientes, por llamarle de alguna manera.

miércoles, agosto 19, 2009

El sacrificio que pide Los Pinos: los mexicanos ponen el dinero y ellos lo gastan alegremente

Carlos Fernández-Vega

Las "nuevas" bancadas partidistas en San Lázaro –que asumirán sus respectivas curules el primer día del próximo septiembre y serán las responsables de aprobar, modificar o rechazar el paquete económico que les presente el inquilino de Los Pinos y su "muy buen equipo económico, probablemente uno de los mejores del mundo" (y los hechos lo demuestran a cabalidad)– comienzan a pronunciarse en torno a la brillante "estrategia" promovida por la dupla Calderón-Carstens, en el sentido de aplicar nuevos impuestos y/o aumentar los existentes en 2010, con la finalidad de "enfrentar" el “shock de las finanzas públicas”. A la par, el inquilino de Los Pinos exige "un sacrificio más de todos" para amortiguar el efecto de la crisis. Y tiene razón: "todos" ponen el dinero, y ellos alegremente se lo gastan.

Pero en cualquiera de los casos –el de los legisladores o el del exigente de Los Pinos–, la única opción real –viable y deseable– para enfrentar el desplome de las finanzas públicas es erradicar los regímenes tributarios especiales, aquellos que permiten a los grandes empresarios nacionales y extranjeros (entiéndase: grandes por sus fortunas y sus excesos, no por su contribución al desarrollo del país) evadir "legal" y abultadamente casi la totalidad de impuestos existentes en México, mientras los apergollados causantes cautivos (léase "todos", a quienes va dirigida la citada exigencia de Calderón) no tienen la menor posibilidad de hacer lo propio.

Los propietarios de los grandes consorcios que succionan a la nación y a quienes en él habitan, lejos, muy lejos de aportar al fisco y contribuir al desarrollo nacional, exprimen descaradamente a las finanzas públicas, y lo hacen a tal grado que, por ejemplo, los impuestos, derechos y aprovechamientos petroleros son utilizados para llenar los "huecos" (cráteres, en realidad) tributarios por ellos abiertos, con la anuencia de los generosos gobiernos neoliberales y la aprobación del Legislativo, dejando a "todos" –con ingresos infinitamente menores a los obtenidos por los citados barones– la tarea de inyectar recursos a las famélicas arcas nacionales.

El balance es igual de sencillo que de aterrador: los dineros provenientes del petróleo han sido utilizados para garantizar "inmunidad" fiscal a los "grandes señores" de la iniciativa privada, de tal suerte que nadie en la clase gobernante puede llamarse sorprendido por el shock en las finanzas públicas. Y con información de Pemex y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público es posible ponerle números a esta atrocidad: en el transcurso de la administración calderonista (hasta junio pasado), de cada peso que ingresó a las arcas nacionales por concepto de impuestos, derechos y aprovechamientos petroleros, 94 centavos se destinaron a llenar el "hueco" fiscal dejado por los regímenes tributarios especiales.

Para colmo de males, ha caído, y seguirá haciéndolo, el volumen petrolero exportado, a la par que el precio internacional del crudo mexicano, o lo que es lo mismo, no hay con qué mantener el privilegiado estatus fiscal para los barones. De allí la brillante idea –una más– de Felipe Calderón: "todos" deben "sacrificarse más", según su idílica pretensión. Pero resulta que "todos" están peor de jodidos ahora que el año pasado, y tampoco tienen con qué garantizar –por la gracia gubernamental– los regímenes tributarios especiales de los que goza su monarquía empresarial. El IVA a medicinas y alimentos entra en este esquema, aunque representa la menor proporción.

¿Qué hacer entonces? ¿A quiénes cobrar más impuestos y/o a clavar nuevos gravámenes? No hay salida posible. Dice la siempre cursi Josefina Vázquez Mota –"nueva" coordinadora de la banca panista en San Lázaro, por la gracia calderonista– que "buscaremos incorporar a aquellos actores que en este momento no pagan impuestos, además de una revisión en el presupuesto de los partidos políticos". No hay que buscar nada, a menos que la ex vendedora de pinturas y sus ovejitas blanquiazules sólo tengan ojos para buscar víctimas entre los descobijados que sobreviven en el sector informal de la economía –los que lo hacen en el formal ya pagan impuestos– y les "exijan" (Calderón dixit) que le entren con su chivo, porque las finanzas públicas están en shock y la monarquía empresarial requiere mantener el estatus. ¿Qué tasa impositiva estarían obligados a pagar, por ejemplo, un lanzador de fuego, un vendedor de chicles o un payasito que mueve las nalgas en las esquinas de la ciudad de México?

Si realmente quieren solucionar el problema, oxigenar las finanzas públicas y democratizar la injusta estructura tributaria imperante en el país, no hay más que enterrar los regímenes tributarios especiales, porque ningún país puede soportar financieramente, ni tolerar socialmente, que de cada peso que ingresa a las arcas nacionales por medio de su principal industria estatal (Pemex, en el caso mexicano) 94 centavos se destinen al mantenimiento fiscal de los monárquicos señores de la "gran" empresa, a la transferencia de recursos del Estado a los barones.

En lo que lleva el michoacano sentado en Los Pinos, las arcas nacionales recibieron un billón 690 mil 85.3 millones de pesos por impuestos, derechos y aprovechamientos petroleros; en igual periodo, por regímenes tributarios especiales el erario dejó de captar un billón 585 mil 945.15 millones, o lo que es lo mismo, 94 por ciento del citado ingreso petrolero en el mismo periodo. Para 2010 (si los señores diputados siguen, como dice Chepina, "buscando" donde no deben) la Secretaría de Hacienda estima que por lo mismo los grandes empresarios dejarán de aportar al fisco algo así como 502 mil millones de pesos (4 por ciento del PIB), es decir, un monto mayor al "hoyo" (Carstens dixit) en las finanzas públicas, o si se prefiere una cantidad seis veces superior al recorte presupuestal hasta ahora practicado, porque "no hay dinero".

Lo mismo sucedió con el ahora astrólogo Vicente Fox: los ingresos petroleros se los comieron los grandes empresarios que gozan de los regímenes tributarios especiales, y si algo sobró para eso estaba el gobierno del "cambio", para derrocharlo, para pagar los vestidos de Martita y las estupideces del entonces inquilino de Los Pinos y fauna que lo acompañaba.

Las rebanadas del pastel

Los únicos felices en este país son los banqueros trasnacionales: en el primer semestre de este fatídico 2009 obtuvieron utilidades netas por 32 mil 388 millones de pesos, 7.38 por ciento más que en igual periodo de 2008. Lo anterior, a pesar de que el crédito total por ellos otorgado se redujo 1.52 por ciento y el índice de morosidad se elevó de 3.43 a 3.84 por ciento... Igual de científico, acertado y profundo que Fox, el panista Gustavo Madero asegura que la crisis se debe a "la mala suerte".

cfvmexico_sa@hotmail.com y mexicosa@infinitum.com.mx

miércoles, agosto 12, 2009

Se derrumban las "verdades" oficiales

Carlos Fernández-Vega

Una tras otra se han derrumbado las "verdades" oficiales (en los hechos descaradas mentiras gubernamentales) sobre la trágica realidad económica nacional y la "crisis externa" que nos hacía lo que el viento a Juárez. Así, el "presidente del empleo" a duras penas mantiene el suyo; las "sólidas finanzas públicas" presumidas por Calderón y Carstens registran su momento más crítico en 30 años; el agujereado "navío de gran calado" zozobra; la "blindada" economía mexicana se desmorona en proporciones no vistas en casi ocho decenios, mientras el retórico "gran futuro" económico y social prometido por los dos gobiernos panistas se configura como la primera década perdida para los mexicanos en el nuevo milenio.

Aún no concluye este caótico 2009, cuando los mismos que diagnosticaron un "catarrito" económico para el país y pasmados vieron la debacle hoy se dicen preparados para "reflotar" el barco y prometen "un leve crecimiento" en 2010, para lo cual utilizarán el mismo recetario que ha mantenido estancado al país a lo largo de tres décadas. El próximo será un año en el que "se tomarán decisiones difíciles", dijo ayer Agustín Carstens, aunque en los hechos, más que "difíciles", serían mortales. Por ejemplo, como la recaudación tributaria se desplomó a lo largo del presente año, toda vez que las empresas reventaron y los empleos desaparecieron, entonces la mejor idea gubernamental es incrementar los impuestos o crear adicionales "para compensar", dice, la pavorosa caída en la captación fiscal registrada en 2009. Sin duda, una excelente idea del calderonato que terminaría por derrumbar lo que el "catarrito" no alcanzó a destruir en su primer paseo.

El secretario de Hacienda participó ayer en el "nuevo" foro organizado por el Senado de la República (La evolución de la crisis económica y las medidas emergentes para enfrentarla que deben considerarse en la agenda legislativa), donde fue a repetir las sobadas recetas para que el país salga de la crisis, aunque en los hechos cada día lo hunden más. Es la familia feliz instalada en esa mágica dependencia pública, en la que se niegan a reconocer que el de México no es un "problema coyuntural", sino que a todas luces es estructural; que sin golpe de timón el barco se seguirá hundiendo y que tres años son muchos, y muy peligrosos, si se aferran al modelito. Con bombos y platillos el doctor "catarrito" promete "un leve crecimiento" económico para 2010, tal vez de 3 por ciento, proporción que en el lejano caso de concretarse sólo confirmaría –por si alguien dudara– que el sexenio calderonista ha sido un desperdicio político, económico y social.

En ese mismo foro en el que "para encontrar soluciones a la crisis" participan muchos de los que negaron su existencia (el propio Carstens, el ágil Gerardo Ruiz Mateos, el simpático Javier Lozano Alarcón y el eficiente Javier Molinar Horcasitas), pero que se dicen dispuestos "para enfrentarla". Otros, que nunca la negaron y que, por el contrario, no han quitado el dedo del renglón, asistieron para decir lo que el gobierno calderonista se niega a oír, como en el caso del rector de la UNAM, José Narro Robles, quien subrayó que "la crisis no es sólo coyuntural, sino que tiene raíces estructurales, por lo que requerimos cambiar un modelo que se ha agotado y que ya no muestra ser el conveniente para México. Invito a emprender la refundación de la República, y para ello el Senado es el espacio privilegiado para hacer el llamado para establecer un mecanismo que permita acordar los consensos necesarios para diseñar la nueva estructura del país. En el modelo seguido están las causas de la crisis y de una de sus expresiones: la disminución de los ingresos tributarios. Sin la acción compensadora del Estado, el mercado no puede regularse por sí mismo y menos resolver las injusticias sociales. El bienestar de la población y su seguridad social son los puntos más importantes, con el apoyo de la educación y la investigación".

Pero Carstens como quien oye llover. Insistió en su tesis de aumentar impuestos o aplicar nuevos en 2010, qué más da, pues la idea es "recuperarse" del desplome en la recaudación fiscal 2009. “La brecha de financiamiento del próximo año será de cerca de 300 mil millones de pesos, y se estima emplear 60 por ciento de los fondos de estabilización en 2009, lo cual implica que el remanente que quedará para 2010 será mucho menor. Por ello, ante el shock financiero más grande que ha recibido el país en los últimos 30 años, será necesario proponer un déficit público moderado que se reduciría al recuperarse la economía y la recaudación, para cerrar de nuevo con presupuesto balanceado en 2012. Esta medida procuraría atender la reducción transitoria en la recaudación tributaria”, según dijo.

Además, recortar el gasto público en prácticamente todos los renglones, menos en los superfluos, en las grandes comilonas, elevados salarios y portentosas prestaciones; en la "conservación" de macetas presidenciales o en las galletitas predilectas de la first lady, mucho menos en los vergonzosos emolumentos de ministros, comisionados, consejeros, integrantes del gabinetazo y demás fauna que dice gobernar este país, entre ellos los ineficientes partidos políticos, los cuales a pesar de todo no dejarán de recibir lo suyo. No se recorta eso, pero sí habrá más impuestos para que paguen los de siempre, si es que sobreviven a 2010, año a todas luces peor que este caótico 2009.

Mientras el doctor "catarrito" repetía su estribillo, el inquilino de Los Pinos hacia lo propio: "hemos evitado que una crisis económica tan severa, la más grave, quizá que se tenga registro en el mundo, arrasara con el empleo en México como pudo haberlo hecho. Sí nos impactó, desde luego, lo sabemos (pero) en dos meses se han logrado generar más de 35 mil plazas". Qué bueno, porque ya sólo faltarían 665 mil de ellas para recuperar el nivel de empleo registrado en 2007, el que, desde luego, tampoco se alcanzará en 2010.

viernes, junio 12, 2009

La propiedad del Estado concebida como cabaret

Carlos Fernández-Vega

Cuando en 1983 Miguel de la Madrid inauguró la venta de garaje de los bienes de la nación –atendida y promovida por los cuatro gerentes que lo sucedieron en Los Pinos– justificaba su proceder con la siguiente frase: "el Estado no puede ni debe administrar centros nocturnos", de tal suerte que "se deshará de sectores no estratégicos". A partir de ese momento toda, absolutamente toda la propiedad de la nación fue inventariada como "cabaret no estratégico" y, consecuentemente, "desincorporada" (léase privatizada).

Poco más de un cuarto de siglo después de aquel sólido argumento del otrora inquilino de Los Pinos –ahora gagá, según la versión oficial–, prácticamente toda la propiedad de la nación está en manos privadas, pero no en todas, sino las pertenecientes a oligopolios y monopolios, a familias de abolengo y/o con los amigos políticos indicados en el momento preciso, a empresarios metidos a políticos, o viceversa. En el balance, pues, la venta de garaje ha sido rotundamente exitosa, para ellos.

En ese cuarto de siglo se ha privatizado (en el discurso oficial difícilmente se encuentra ese término; a cambio, reitera e indistintamente aparecen "desincorporación", "modernización", "redimensionamiento", "concesión", "permiso", "autorización", "licencia" y otras igual de creativas para ocultar la verdadera intención) prácticamente todo: de las carreteras a los servicios de limpieza en instituciones públicas; de la Conasupo a los comedores en el aparato de gobierno; de los satélites a la venta de leche Liconsa; de los ferrocarriles a las pensiones; de la banca y las minas a las gasolineras y el gas; de la Presidencia de la República a los juegos y sorteos; de las líneas aéreas a la energía eléctrica; de los servicios portuarios a las guarderías del IMSS, por citar sólo algunos casos.

¿Qué han obtenido a cambio los mexicanos? Entre otras gracias, nulo crecimiento económico, inexistente desarrollo, mayor concentración del ingreso, menores salarios, raquítica generación de empleo (cuando se registra), mayor deuda social y desvalijamiento de la propiedad de la nación. ¿Qué no han obtenido, ni obtendrán, pero sí pagarán? El rotundo fracaso del modelito económico, a la par que los miles y miles de millones de pesos que los gobiernos vendedores han canalizado, y canalizan, al "rescate", "salvamento" y "saneamiento" de las mismas empresas que privatizaron (bancos, ingenios azucareros, carreteras y las que se queden en el tintero), por ser, aseguraban, "una carga para las finanzas públicas".

Los beneficiarios de la privatización pertenecen a un reducido número de empresarios y poderosos grupos de la iniciativa privada nacional y extranjera que han adquirido los consorcios de primer nivel, verdaderamente estratégicos para el crecimiento del país (de cualquier país), generadores de jugosas utilidades y con garantía plena en lo que a fortalecimiento del poder se refiere. No hay que buscar mucho: donde se apriete, aparecen los mismos.

Ahora el escándalo, la "sorpresa" es por la subrogación de guarderías infantiles, una práctica que se puso en marcha 12 años atrás. El problema es que sólo "nos damos cuenta" hasta que sucede una tragedia, aunque nada sucede en consecuencia. ¿Hacia dónde va el país?

viernes, mayo 15, 2009

Nuevas facetas de CSG

Carlos Fernández-Vega

En su nueva faceta de médico, sicólogo, geriatra, abogado y vocero de la familia De la Madrid, Carlos Salinas de Gortari decidió desmentir lo dicho por su antecesor en Los Pinos –e impulsor de su propia estancia en la residencia oficial–, porque aparte de gagá –según su propia aseveración–, en la entrevista con Carmen Aristegui don Miguel mostró la limitación de sus capacidades y el deterioro de sus facultades.

Dada su virulenta reacción tras las declaraciones de Miguel de la Madrid y su sesudo análisis, queda la impresión de que el hijo predilecto de Agualeguas, Nuevo León, aprovechó muy bien su dorado exilio, porque todo indica que Carlos Salinas de Gortari no se dedicó a la tenebra ni a salvar su dinero y a su hermano –en ese orden–, sino a cursar la carrera de medicina en alguna universidad irlandesa, con posgrado en sicología y mención honorífica en geriatría. Cuando menos a esa conclusión invita el detallado diagnóstico que él mismo divulgó el miércoles por la noche sobre el deplorable estado de salud que guarda el limitado de sus capacidades.

Quién lo dijera. Se suponía que Salinas de Gortari era un maquiavélico grillo profesional, el perverso inventor de las concertacesiones y el prianismo, el coleccionista de mascotas (como La Ardilla), el vendedor de favores por excelencia, el grano en el culo de todos los gobiernos que lo sucedieron. Pero no. Su esmero con Miguel de la Madrid y su estado de salud demuestran que es una blanca paloma, siempre atento a las necesidades de la familia (léase famiglia). Más rápido que un rayo, con la ayuda de su enfermero Federiquito, el doctor CSG clarificó el panorama: “el ex presidente De la Madrid se encuentra delicado de salud... familiares y amigos cercanos han comentado que desde hace varios meses el ex presidente está somnoliento en las reuniones y casi no conversa con sus allegados. Al principio supusieron que se trataba de lo que se conoce como ‘senilidad prematura’, cuyos síntomas principales son pérdida de memoria y confusión, provocados por el envejecimiento de las funciones de un tejido específico, en este caso partes del cerebro. Algunos familiares han comentado que en realidad el ex presidente padece de un enfisema pulmonar muy avanzado, lo que ha generado problemas de oxigenación y circulatorios. Esto ha derivado en irrigación insuficiente en el cerebro... ha provocado pequeños infartos cerebrales... Se trata de un mal degenerativo y avanzado, por lo que estiman que la oxigenación insuficiente ha provocado la pérdida de un tercio de su función cerebral”.

Sin embargo, el profesionalismo del galeno Salinas de Gortari quedó de manifiesto sólo tras las declaraciones de Miguel de la Madrid que lo acusaban de corrupción, y a sus hermanos de ligar con el narcotráfico. Antes de tal denuncia, el geriatra de la familia permaneció en silencio.

Tal vez por la urgencia de desmentir lo dicho a Carmen Aristegui, en su sesudo diagnóstico del miércoles por la noche Salinas de Gortari olvidó citar un comunicado de la oficina de MMH (distribuido por el pasado 9 de mayo por Gabriela Román, asistente de la oficina particular del ex mandatario) en el que queda claro lo siguiente: en referencia a la noticia sobre el estado de salud del licenciado Miguel de la Madrid Hurtado nos permitimos hacer de su conocimiento que se encuentra bien de salud, rechazando toda noticia surgida al respecto.

Y toda noticia surgida al respecto no fue otra que el intento adelantado de demeritar lo que Miguel de la Madrid declaró a Carmen Aristegui el pasado 15 de abril y divulgado por la periodista el miércoles 13 de mayo en su noticiero matutino de MVS, es decir, la denuncia de que Carlos Salinas de Gortari se robó la mitad de la partida secreta, al que calificó de delincuente, con un gobierno extremadamente corrupto y unos hermanos dignos de la película de El Padrino.

Así es. Al mismo personaje que criticó la divulgación de las declaraciones de Miguel de la Madrid (me parece un abuso de la confianza del ex presidente el exponerlo en su delicada circunstancia, y creo que también es abuso para las audiencias el hecho de ocultar estos datos sobre el estado de salud de un hombre prominente con un serio problema de salud, para establecer los alcances de un intercambio como al que fue sometido), se le olvidó citar las propias fuentes del ex mandatario, por medio de las cuales asegura que se encuentra bien de salud rechazando toda noticia surgida al respecto.

Algo le falló al geriatra, quien también reclama por el medio robo de la partida secreta, la cual, dice, fue objeto de amplias investigaciones y resoluciones definitivas de tribunales mexicanos, los cuales concluyeron en 2004 que no se habían cometido desvíos hacia cuentas particulares o personales... Si bien la secrecía que exige el mandato constitucional no permite informar con detalle sobre su contenido, en distintos medios informativos se ha publicado que entre los destinatarios de la partida se encontraban servidores y ex servidores públicos, intelectuales, partidos, personajes nacionales e internacionales, dirigentes, legisladores, entre otros. Cierto, quienes investigaron, juzgaron y fueron salpicados son miembros de la famiglia, o lo que es lo mismo quienes garantizan y legalizan la impunidad.

Y de la ·exoneración del hermano incómodo, pues ya Carlos Ahumada dio cuenta de cómo, con quién y a cambio de qué se obtuvo, siempre bajo la máxima de exoneráos los unos a los otros.

Las rebanadas del pastel

De la lectoría, sobre el tema: “México pasa de ser un estado de derecho a un estado de desecho. De las componentes principales que definen a un estado, una de ellas debe ser desechada completamente: el gobierno, que a nadie gobierna. Los mexicanos hemos perdido el control y gobierno de nuestro propio destino, lo hemos dejado en manos de unos sicarios que particularmente se dedican al secuestro, la usura, el agio, el terror mediático, el bandolerismo, y ahora practican el deporte político nacional: el cinismo. Estos sicarios, que en México se conocen como el ‘cártel de la política’, tienen secuestrado al país y amenazan con liquidarlo. Necesitamos una real política ciudadana que pase de los dichos y denuncias a los hechos reales de transformación” (Dr. Edmundo A. Gutiérrez, INAOE, Departamento de Electrónica, Puebla, edmundo@inaoep.mx)

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jueves, mayo 14, 2009

Tras los escándalos, sólo impunidad

Carlos Fernández-Vega

Escándalo tras escándalo, lo único que queda claro no es la sempiterna corrupción de la clase política mexicana, sino su impunidad. Uno tras otro, y se denuncie lo que se denuncie, nada sucede, nadie es tocado y el presunto ilícito cometido se mantiene fuera de las investigaciones. Aún no se apaga el ruido causado por el libro de Carlos Ahumada, cuando surge el promovido por el maratonista de lujo Roberto Madrazo, el cual Miguel de la Madrid no dejó florecer por su propia denuncia en contra de Carlos Salinas de Gortari y sus hermanos, embarrados todos por robo al erario, tráfico de influencias y el narcotráfico.

Ex presidentes, candidatos a la silla de Los Pinos, funcionarios, legisladores, partidos políticos (en el gobierno y en la oposición), empresarios triple A (antes priístas de hueso colorado, ahora panistas ídem) y demás cómplices y personeros aparecen salpicados en las declaraciones de Miguel de la Madrid a Carmen Aristegui. Son prácticamente los mismos que han sido embarradas en denuncias y publicaciones anteriores. Y nada pasa. Lo involucrados se mantienen impunes.


La llamada oposición se lava las manos en cada escándalo (cuando uno de los suyos no está involucrado), y se limita a exigir que se investigue el ilícito denunciado (que de cualquier suerte ya era de dominio común), sin importarle si alguna autoridad le hace caso. Tampoco se moviliza para ser ella misma la que presente la querella respectiva. Sólo le interesa que los medios registren tal exigencia, que aparezca la nota, y si es en la portada qué mejor.

Que nadie tiemble ni se entusiasme: se apagará el escándalo provocado por Miguel de la Madrid, como sucederá con el de Carlos Ahumada y el de Roberto Madrazo, tal cual sucedió con el de Lino Korrodi, los Amigos de Fox, el Pemexgate, el niño verde, los hijos de Marta, el de la pareja presidencial, el del rancho en San Cristóbal, las ligas de Bejarano, el de haiga sido como haiga sido, el gober precioso, Elba Esther, Carlos romero Deschamps, los empresarios involucrados en el trasiego de Raúl Salinas de Gortari, y los que faltan mencionar en este rosario de impunidad acumulado en décadas.


Y se apagará no sólo porque no tarda en surgir un sustituto, sino, especialmente, porque nadie actúa, nadie va más allá de la declaración que amerite el escándalo en turno, sin comprometer un milímetro más, y ninguna autoridad justifica su existencia. Uno tras otro, y no pasa nada, salvo lo común: que los públicamente exhibidos se mantengan en el gobierno, cogobernando, en el asalto a la nación o recibiendo doctorados en universidades extranjeras, por citar algunos casos.

La denuncia de Miguel de la Madrid sólo confirma, por si hubiera duda, que una de las urgencias de la República es la renovación integral de su clase política. La actual (panistas incluidos, y si no que lo reclame Diego), lleva años, muchísimos, saqueando al país, y junto a ella –de hecho, como parte de ella– la elite empresarial (la cual no sólo apoyó a Carlos Salinas y participó en los jugosos negocios del hermano ahora más incómodo que nunca, sino que ha hecho lo mismo con cambio y continuidad), a la que tampoco nadie toca.

Ya en el exceso, en este nuevo sainete de la renovación moral el primero en recular ha sido el propio denunciante. Al filo de las 18:30 horas del miércoles, por medio de un comunicado (difundido en la edición electrónica de El Universal), Miguel de la Madrid asegura que sí dijo lo que dijo, pero que carece de validez, porque me encuentro convaleciendo de un estado de salud que no me permite procesar adecuadamente diálogos.

Más tardó el ex mandatario en soltar al perro, que su hijo Federico de la Madrid Cordero (con amplios y jugosos antecedentes en eso de los escándalos ligados al tráfico de influencias en el sexenio de papá, y en el siguiente con el tío Charly) en amarrar a progenitor y can. El vástago firma como responsable del comunicado que se menciona, en el que asegura que su padre no está en condiciones de hablar en público, por lo que hace decir a MMH que la fragilidad de su estado de salud se constata en las grabaciones difundidas por la señora Aristegui, en las que mi tono de voz se escucha débil y confuso; dejo en claro que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud.

Un sainete similar, aunque con menores decibeles, se armó allá por marzo de 2002, cuando el ex presidente Carlos Salinas acusó a su sucesor de lo mismo que ayer lo acusó Miguel de la Madrid (ahora arrepentido, según el comunicado de Federiquito). En aquel entonces, el hijo predilecto de Agualeguas, Nuevo León, denunció a Ernesto Zedillo por haber recibido dinero de mi fondo secreto.

Por aquellos no lejanos ayeres comentamos en este espacio que en sus respectivos gobiernos y por medio de la llamada partida secreta –que de secreta no tenía nada porque estaba consignada en el presupuesto de egresos de cada año– ambos personajes –pertenecientes a la misma cueva– tuvieron acceso a miles de millones de pesos del erario y discrecionalmente hicieron uso de ellos como si fueran propios, considerándolos depósitos en sus chequeras personales. Por medio de tal asignación (sólo por el programa de erogaciones contingentes del ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación asignado al jefe del Ejecutivo e independiente de los recursos presupuestales canalizados a la Presidencia de la República), Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo dispusieron –en sus respectivos sexenios– de alrededor de 12 mil 500 millones de pesos del erario, aunque aproximadamente 84 por ciento (10 mil 500 millones) correspondieron a Salinas y el 16 por ciento restante (cerca de 2 mil millones) a Zedillo.

La partida secreta alcanzó su máxima expresión en 1993, con Salinas en Los Pinos: alrededor de 600 millones de dólares, al tipo de cambio de entonces, y cierto es que Zedillo se benefició de ella, como Salinas de la que ejerció Miguel de la Madrid, y éste de la que correspondió a José López Portillo, y junto a ellos su respectivo grupo compacto. Así, ¿quién tiene calidad moral para aventar la primera piedra?

Las rebanadas del pastel

El ganón de este sainete podría ser Luis Téllez, a quien Calderón corrió de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por afirmar que Salinas se robó la mitad de la partida secreta. Entonces, el osito puede reclamarle a Felipe y exigirle la devolución del hueso. Así dejaría la presidencia de la BMV, y los bolsistas podrían elegir a quien ellos decidan.

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miércoles, abril 08, 2009

Va de nuevo: el erario al servicio de la IP

Carlos Fernández Vega

Por decisión del inquilino de Los Pinos será la empresa privada y no los grandes centros de investigación y desarrollo de tecnología del Estado la que reciba recursos del erario para tal fin, en un intento de disfrazar el rotundo fracaso que para el país, no para la IP, significó el invento foxista de un Comité Interinstitucional (integrado por representantes del Conacyt y de las secretarías de Hacienda, Economía y Educación Pública) "para la aplicación del estímulo fiscal a los gastos e inversiones en investigación y desarrollo de tecnología, equivalente a 30 por ciento de los gastos e inversiones realizados en un ejercicio dado por los conceptos referidos", por medio del cual el fisco sacrificó alrededor de 20 mil millones de pesos entre 2001 y 2008.

Como se trata de hacer lo mismo que Fox, pero (mal) disfrazado, ayer el inquilino de Los Pinos detalló el "nuevo" mecanismo por medio del cual las arcas nacionales seguirán pagando la investigación y el desarrollo de tecnología a la iniciativa privada, nacional y extranjera, que opera en el país. En lugar de que tales dineros se destinen a la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y demás universidades y centros de investigación del Estado, con el subsecuente beneficio para México, el michoacano insiste en que sea el capital privado el que "encabece" tal esfuerzo, por más que las ganancias, económicas y científicas, sean exclusivamente para el propio capital privado y no para la nación.

Así, ya no será a través de "estímulos fiscales" a las empresas privadas, sino por medio de "estímulos directos" a las mismas como pretende "impulsar" la investigación y desarrollo de tecnología (IDT) "en beneficio del país", según dice y Fox contradice. Para tal fin, en 2009 del erario saldrán otros 2 mil 500 millones de pesos para que la iniciativa privada desarrolle tecnología para sus propios fines, haciendo a un lado, una vez más, a los grandes centro de investigación propiedad de la nación, como en el caso de la UNAM, institución a la que el año pasado el gobierno calderonista descaradamente exigió recortar su presupuesto para atender los caprichos del inquilino de Los Pinos (obvio es que la respuesta puma fue mandarlos a recolectar a otra parte).

Dijo ayer el "innovador" inquilino de Los Pinos que "transformamos el esquema de estímulos fiscales en un sistema de estímulos directos para impulsar con mayor fuerza la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación en las empresas mexicanas; se trata de un mecanismo de incentivos más eficiente, más focalizado, que en estos momentos beneficia, especialmente, a las empresas con problemas de liquidez. Concretamente, a partir de este año los fondos que estamos aplicando presupuestalmente permiten a través de tres fondos específicos fomentar la innovación empresarial con una inversión, no recuperable para el gobierno, de 2 mil 500 millones de pesos que no tiene precedente". De hecho, sí hay precedente, y no es otro que el citado Comité Interinstitucional y los cerca de 20 mil millones de pesos que para el mismo propósito y con idénticos beneficiarios autorizó su antecesor, Vicente Fox.

Una vez más, pues, el dinero de la nación no es para ésta y quienes la habitan, sino para fines particulares, y si son de cúpula qué mejor. Por decisión del Señor de Los Pinos (en turno), el erario no sólo "rescata" negocios y paga deudas privadas, sino que también financia la investigación y el desarrollo de tecnología de las empresas particulares que explotarán en su propio beneficio, en un país en el que la inversión en este prioritario renglón a duras penas roza 0.4 por ciento del PIB, por mucho que desde hace cinco administraciones gubernamentales el "compromiso" ha sido incrementarla a uno por ciento.

En julio de 2008 (los días 4 y 5) México SA documentó las empresas privadas a las que los gobiernos foxista y calderonista (en su primer bienio) autorizaron subsidios fiscales cercanos a 20 mil millones de pesos. Va un rápido recorrido, en el entendido que la mayoría de esas empresas son famosas, entre otras tantas cosas, por sus elevadísimas utilidades y su raquítica contribución al fisco. En fin, las siguientes, que no son todas pero sí las principales, recibieron (y seguirán recibiendo) "subsidios fiscales" (ahora "estímulos directos") para investigación y desarrollo de tecnología, según la versión oficial:

Bachoco (propiedad de la familia Bours, la del gobernador de Sonora); Banco Azteca, de Ricardo Salinas Pliego; Bimbo y su subsidiaria Barcel (de la siempre pía familia Servitje); las trasnacionales automotrices General Motors, Daimler-Chrysler, Volkswagen, Nissan y Ford Motors Company; Arca, uno de los grupos embotelladores de Coca-Cola en México; Cadbury Adams; Laboratorios Astrazeneca; Bayer; Bombardier Transportation; Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, de FEMSA, uno de los ex propietarios del "rescatado" y extranjerizado Bancomer; Du Pont; Abbott Laboratories; Grupo Gamesa y Sabritas, subsidiarias de Pepsico; Grupo Posadas (que compró Mexicana de Aviación); Banamex-Citigroup (que se quedó con Aeroméxico y se benefició con la ilegal decisión de Calderón-Carstens); Teléfonos de México y Televisa, entre otras.

Las empresas más importantes del país, las de multimillonarias utilidades y gigantescos beneficios del SAT, ¿realmente necesitan "subsidios fiscales" para investigación y desarrollo de tecnología? Desde luego que no, aunque, por meras casualidades de la vida y del régimen, muchas de ellas (con sus dueños en primer plano) aparecen inventariadas en un sin fin de "rescates", "salvamentos", "apoyos", "subsidios", "créditos fiscales", "líneas de crédito" y demás "contribuciones" del erario, a la par que como grandes "aportantes" a ciertas campañas políticas, con los resultados que "haigan" sido.

miércoles, abril 01, 2009

En el Fondo, una vez más

Carlos Fernández-Vega

Pues nada, que al "catarrito" y a la "gripa" no les quedó otro remedio que tocar a la puerta del Fondo Monetario Internacional, porque esta economía "sólida", "pujante", de "gran calado" y que "nunca más" registraría una crisis, de plano no da para más: en su periplo londinense, el inquilino de Los Pinos anunció que solicitará una línea de crédito al FMI por 30 mil o 40 mil millones de dólares, lo que de entrada obliga a su gobierno a firmar una nueva carta de intención con el organismo, de cuyos efectos los mexicanos pueden dar cátedra.

Las vueltas que da la vida: Felipe Calderón terminó justo en el mismo sitió que tanto cuestionó, junto con su partido, desde la paradisiaca oposición, es decir, en el fondo y en la puerta del abominable organismo financiero internacional, la misma en la que, uno tras otro, los "gobiernos populistas" y los del priato neoliberal tocaron insistentemente para pedir clemencia y crédito, a cambio de llevar a cabo una interminable serie de draconianos "ajustes" y "reformas estructurales", con nulos resultados económicos y un brutal costo social.

Y de nueva cuenta aquí está la "autoridad" pidiendo lo mismo y al mismo, en el inagotable circuito de crisis y recontra crisis, y siempre en el entendido que gratis ni el saludo, porque el FMI no concede crédito nada más porque sí, sin condiciones, sin "reformas" y "ajustes" adicionales. A ese "catarrito" (Carstens dixit) y a esa "gripa" (Calderón ídem) en el país de "aquí no pasa nada", pues "el problema es externo", se les desplomó la actividad económica, a la par que los ingresos fiscales, los petroprecios, las remesas, la inversión extranjera y demás divisas que mediocremente permitían sobrellevarla con una sonrisa y un discurso diametralmente opuesto a la realidad. Todo para que 30 años después el país esté en el Fondo, una vez más.

Qué dirá ahora el inquilino de Los Pinos de aquella no lejana declaración de uno de los cuatro secretarios de Energía que tuvo Vicente Fox en su gabinetazo, el único michoacano, que el último día de octubre de 2003 presumía: "si tuviéramos que recurrir al Fondo Monetario Internacional para llevar al país nuevamente a una irresponsable política de endeudamiento (...), entonces sí entraríamos otra vez a un esquema de dependencia de los organismos internacionales... La presión de este organismo la tuvimos cuando políticas irresponsables hicieron que el país se endeudara más allá de su capacidad, y eso hizo que estuviéramos sometidos a las políticas que se generaban en ese organismo. Nosotros no les debemos nada. Por primera vez en muchísimos años; bueno, no digo que este año, pero ya llevamos un buen rato que no le debemos un centavo al FMI. Al contrario, ahora le estamos poniendo hasta directivos y ejecutivos".

Qué dirá Calderón de sí mismo, porque en realidad ahora esos "directivos y ejecutivos" despachan en la oficina principal de la Secretaría de Hacienda, y juntos, el de la "gripa" y el del "catarrito", humildemente tocan a la puerta del FMI, al que piensan deberle todo.

La historia se repite: heredado por el echeverriato, que cubrió la factura política para limpiarle el camino a José López Portillo, puso en ejecución el primer programa de ajuste con el FMI de la temporada, en las postrimerías de 1976, por medio del cual se pretendía, entre otras cosas, "corregir las causas del desequilibrio económico y restablecer un proceso sano de crecimiento". Seis años después, el gobierno de JLP resumía los resultados obtenidos: crisis del aparato productivo, fuga de divisas sin precedentes (hasta ese momento), abultado endeudamiento externo, declaratoria formal de moratoria de pagos durante 90 días a la banca acreedora internacional, devaluación del peso cercana al 500 por ciento, rigurosa pérdida del poder adquisitivo del salario y creciente desempleo.

JLP procedió como su antecesor y pagó la factura política de la crisis económica para cubrir a su sucesor. El 10 de noviembre de 1982, 20 días antes del cambio de gobierno, hizo pública la firma de una nueva carta de intención con el FMI, con el objetivo de "recuperar el nivel sostenido de crecimiento de la economía y el empleo, reducir la tasa inflacionaria, mejorar el desequilibrio externo y sanear las finanzas públicas".

Pero a Miguel de la Madrid no le resultó suficiente una carta de intención y a mediados de 1986 firmó otra, con la finalidad –dijo– de "restaurar el crecimiento sostenido de la economía en un ambiente de estabilidad financiera, reducir el crecimiento desproporcionado de los precios y resolver los desequilibrios económico-financieros internos y externos".

En 1988, el saldo de la administración de MMH fue brutal: la peor crisis económica y financiera (hasta ese momento), incluyendo el crack del mercado bursátil y el desvalijamiento de miles de pequeños inversionistas, devaluación del tipo de cambio en aproximadamente 3 mil por ciento, inflación superior a 4 mil por ciento en el periodo, crecimiento cero del PIB, incremento sustancial de la pobreza y la marginación, desplome de los salarios, aumento en la concentración de la riqueza, abundante desempleo, desmantelamiento del aparato económico del Estado y, eso sí, riguroso pago puntual de la deuda externa.

De la Madrid no heredó más que la bancarrota. Por ello, el gobierno salinista firmó una nueva carta de intención con el FMI (mayo de 1989), mediante la cual las autoridades mexicanas y las del organismo financiero se esforzarían (¡sorpresa!) para "restablecer el crecimiento económico, consolidar la estabilidad de precios y promover la recuperación gradual del salario".

Los resultados de la herencia económica del salinato los siguen padeciendo millones de mexicanos, pero no fue suficiente. El gobierno zedillista insistió, y el 26 de enero de 1995 envió al FMI un nuevo "memorándum de entendimiento", que antecede a la carta de intención. El programa planteado fue igual: "defensa del empleo, planta productiva, el salario, y el crecimiento", como "imperativos indeclinables para superar la crisis".

Resultado concreto: en tres décadas, 2.3 por ciento de "crecimiento" promedio anual, millones de mexicanos expulsados de su tierra por razones económicas, desempleo creciente en el país, salarios de hambre, desmantelamiento de la planta industrial y lo que guste agregar.

Las rebanadas del pastel

Y ahora Calderón.

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viernes, marzo 06, 2009

Banamex, en la mira

Carlos Fernández-Vega

Sonriente y feliz como nunca antes, el 17 de mayo de 2001 Roberto Hernández anunció con bombo y platillo la venta del aún mexicano Banamex a la trasnacional financiera Citigroup. Cómo no estarlo. Tenía ante sí una oportunidad dorada: 12 mil 500 millones de dólares (mitad en efectivo, mitad en acciones del corporativo estadunidense) para él y su pandilla, el gracioso aval del gobierno foxista y la plena garantía de éste que la operación no le costaría un centavo en términos fiscales.

En aquella maravillosa fecha (para él, desde luego) el tuxpeño no dejó de exaltar lo sólido que era Citigroup, lo honestos que eran sus directivos y la gran oportunidad que a los mexicanos se les presentaba por contar con una trasnacional financiera que venía e expoliarlos como parte de una "realidad innegable" que es la globalización. Aquí y allá, abundantes inserciones en los medios de comunicación, risas y abrazos repartió el que algunos años atrás entre sus allegados era mejor conocido como "la perra flaca", por carecer de los recursos necesarios para mantener el tren de vida que le exigía el pomposo mundillo bursátil del país.

"Nuestra integración con Citigroup asegura que México cuente con un banco fuerte que continúe compitiendo eficientemente en el cambiante escenario mundial y que las compañías y consumidores mexicanos tengan el respaldo de un banco excepcionalmente fuerte y competitivo a nivel mundial", subrayaba Roberto Hernández aquel 17 de mayo, el mismo que no mucho tiempo atrás juraba que Banamex se mantendría en manos mexicanas.

Así, tras 117 años de operación, el Banco Nacional de México –que se fundó el 2 de junio de 1884– pasó a formar parte del inagotable inventario de filiales y subsidiarias del Citigroup, la institución financiera más importante del mundo y con una trayectoria por demás sucia, que por primera vez entró de lleno en el mercado financiero nacional, a pesar de que fue el primer banco extranjero en establecerse en el país, en 1929, y se convirtió en el primer emporio extranjero que cotizó en la Bolsa Mexicana de Valores, por medio de la cual se concretó la operación de compra-venta de ciento por ciento de las acciones del Grupo Financiero Banamex (patrimonio cultural incluido), obvio es que libre de impuestos para Roberto Hernández y su pandilla. En aquella ocasión el tuxpeño aseguró que "la venta no se concreta por debilidad o carencia de recursos". Por el contrario, el Fobaproa, indebidamente, ya le había soltado miles de millones de pesos y el Citigroup le daba miles de millones de dólares.

Pues bien, el numerito se repite ocho años después de aquella extraordinaria fecha, pero en sentido contrario. Apenas unos días antes de conocerse la intervención del gobierno estadunidense en Citigroup y de que a partir de ese momento la Casa Blanca se convertía en accionista mayoritario de la trasnacional financiera (36 por ciento de las acciones), y por ende, del otrora Banco Nacional de México, el mismo Roberto Hernández utilizó a sus jilgueros para difundir la versión de que "no" estaba interesado en la recompra de Banamex, para inmediatamente después proceder, junto con su pandilla, a la adquisición de algunos paquetes de las muy devaluadas acciones de ese grupo financiero "excepcionalmente fuerte y competitivo a nivel mundial", papeles que por primera vez en su historia se cotizan por abajo de un dólar.

Sin embargo, por muy baratos que cuesten esos papeles, para lograr ese objetivo Roberto Hernández deberá pagar algo más que los 7.5 millones de dólares que hasta ahora reconoce. Lo anterior, porque de acuerdo con el informe anual que el Citigroup entregó a la SEC de Estados Unidos, al cierre de 2008 el corporativo estadunidense tenía registradas 5 mil 450 millones de acciones en circulación. Si el gobierno de Obama invirtió 45 mil millones de billetes verdes por 36 por ciento de ese universo accionario, el tuxpeño tendrá que echar cuentas para conocer de a cómo el control de Banamex. Sin duda cuenta con una pandilla de inversionistas (los mismos que se beneficiaron de la venta y de la exención fiscal, como Manuel Medina Mora) que pueden hacerlo fuerte a la hora de pujar (por los papeles aún propiedad de la trasnacional), aunque el problema que tiene es que muchos de sus integrantes acarrean sus propias broncas con los consorcios que encabezan, como es el caso de Lorenzo Zambrano y Cemex.

Tampoco hay que perder de vista que el enemigo más sonado, temido y repudiado de Roberto Hernández es Carlos Slim, quien ya salió de shoping en pos de las acciones baratas de Citigroup, enfocado al jugosísimo negocio llamado Banamex. No hay que olvidar que en la carrera empresarial de ambos el de apellido libanés ya le ganó Telmex al tuxpeño y que, en el inventario Forbes de multimillonarios mexicanos, el catastrofista siempre ha ocupado la primera posición, y por mucho, mientras el otrora risueño y feliz RH no ha pasado de la penúltima.

El citado trasiego se da libre e impunemente ante la vergonzosa inacción (que no sorprende, desde luego) de la Secretaría de Hacienda y su organismo especializado la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ante el caso Banamex, ahora propiedad mayoritaria de un gobierno extranjero (por muy "amigo" y "socio" que sea), o lo que es lo mismo una operación total y abiertamente ilegal para efectos mexicanos.

Si ahora Roberto Hernández adquirió 6 millones de acciones de Citigroup por las que pagó 7.5 millones de dólares, a 1.25 por unidad, pues tendrá que invertir mucho más para hacerse del control de Banamex. A pesar de ello, el tuxpeño debe estar tranquilo y quitarse de la cabeza todo tipo de preocupación: para retomar el control de la joya que ocho años atrás vendió, puede utilizar, al igual que su pandilla, los impuestos que el gobierno foxista nunca le cobró por la venta del Banco Nacional de México a las trasnacional estadunidense.

Suceda lo que suceda, los que nunca verán un sólo centavo de beneficio serán los que en los últimos 27 años han pagado, quiéranlo o no, por ese enorme fardo, económico y social, en que se ha convertido la banca privada que opera en el país, uno de los más sólidos poderes fácticos a los que la clase política no osa incomodar.

Las rebanadas del pastel

Negocio redondo: en 1991, Roberto Hernández y pandilla pagaron (se supone) cerca de 2 mil 300 millones de dólares por Banamex; 10 años después obtuvieron 10 veces más, libre de impuestos; y ocho años más tarde pueden recuperarlo por mucho menos de la mitad, mientras Hacienda "interpreta" la ley. Todo en familia.

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lunes, enero 26, 2009

Lenta reacción de organizaciones populares al encarecimiento de productos y servicios

Carlos Fernández-Vega
cfvmexico_sa@hotmail.com y mexicosa@infinitum.com.mx

■ Continúa este año el tiroteo al maltrecho bolsillo de la mayoría de mexicanos

Más vale tarde que nunca, reza el conocido refrán, pero lo cierto es que extremadamente lenta ha sido la reacción, si así puede calificarse, de las organizaciones populares ante el apabullante encarecimiento de los productos y servicios que ha destrozado el de por sí maltrecho bolsillo de la mayoría de los mexicanos. El sexenio del “cambio” se despidió con abultados aumentos en los precios de leche popular, gasolina, diesel, tortilla, gas y tarifas eléctricas, cuando menos. El de la “continuidad” redobló esfuerzos y se estrenó con la llamada “crisis de la tortilla”, a la que siguió la de los alimentos, la de las tarifas eléctricas, la del gas, la de las gasolinas y el diesel, hasta llegar a la crisis de la crisis, por mucho que prometiera que de éstas “ni una más” en el país.

Ante ese panorama, surge, tardíamente, un intento de reacción de las organizaciones populares para contener la escalada de precios en bienes y servicios. El bolsillo de los mexicanos, de siempre horadado por la política económica del gerente en turno, ha sido terroríficamente apabullado en los dos últimos años. Tal ha sido el deterioro, que hasta la estadística oficial tímidamente reconoce los destrozos. Entonces, si hasta los indicadores gubernamentales (luego de la clásica cuan mañosa mezcla de promedios, ponderaciones, comparaciones, maquillajes y conexos) reconocen dicha situación, es que de plano la cosa está que arde.

Las rebanadas del pastel

Ayuda de memoria. ¿Alguien recuerda quién es el autor de la siguiente frase de campaña?: “les vamos a pagar la mitad de sus recibos de luz y gas, con posibilidad de llegar a 100 por ciento en ambos casos” (Veracruz, 19 de junio, 2006). Cualquier duda, favor de consultar al inquilino de Los Pinos...

jueves, diciembre 11, 2008

Cinco premios para La Jornada

Carolina Gómez Mena

En el marco del 38 Certamen Nacional de Periodismo que organiza cada año el Club de Periodistas de México, La Jornada fue galardonada ayer con cinco premios por su compromiso con causas como “la equidad, justicia y denuncia”, así como por los “acuciosos” estudios existentes en sus columnas y artículos de problemas financieros y políticos, y porque en su información y análisis “pone el dedo en la llaga en torno a la simulación y la mentira”.

Carlos Fernández-Vega recibió el premio por su columna México SA, la cual publica de lunes a sábado, en la que que se denota una “investigación imprescindible” para entender la realidad del país, mientras que a John Saxe-Fernández se le otorgó el galardón en la categoría de análisis internacional por sus artículos publicados en este diario, los cuales “crean precedente en el ámbito de la comunicación, tanto a nivel nacional e internacional”, se dijo durante la ceremonia.

También este periódico fue premiado por la sección Sociedad y Justicia y obtuvo otro galardón por su sección editorial. Estas preseas fueron recibidas en nombre de la directora, Carmen Lira, por Mireya Cuéllar, jefa de la sección Estados. El fotógrafo Alfredo Domínguez Noriega recibió el premio por la foto más oportuna, trabajo que publicó por una semana en este diario sobre el huracán que devastó Tabasco en noviembre de 2007.

También obtuvo un galardón René Drucker en la categoría de Investigación y coordinación para la divulgación de la ciencia. Drucker –quien escribe en la sección Opinión– fue reconocido por su papel “invaluable en el ámbito académico y de investigación científica”, esto durante su labor docente, sus intervenciones radiofónicas y por lo que escribe en este diario.

“Somos pobres porque no invertimos en ciencia”

Drucker señaló que se dice que México por ser un país pobre no invierte en ciencia, “y es totalmente al revés, somos pobres porque no invertimos en ciencia”.

De igual forma, Enrique Galván Ochoa –el cual también es colaborador de La Jornada– fue premiado por su comentario financiero radiofónico, el cual es difundido en el noticiario de Jacobo Zabludovsky.

Durante la ceremonia –en la que se mencionó que fueron recibidos 7 mil 31 trabajos– se hizo hincapié en que actualmente está “amenazada” la libertad de expresión y que “México no puede ser un país democrático mientras en él se mate a sus periodistas, se les hostigue por difundir la verdad y la corrupción en altos niveles de gobierno”.

Mario Méndez Acosta, presidente del Club de Periodistas, comentó que “se persigue a muchos periodistas porque son percibidos como personas que pueden afectar los intereses más poderosos, y en ese sentido la libertad de expresión está totalmente amenazada”.

Se galardonó también a Tv-UNAM, Facultad de Medicina e Ikarus por el trabajo “Historia de la medicina en México”; a Raúl Carrancá y Rivas, quien recibió el premio nacional por Análisis jurídico, y a Michel Chossudovky por el Mejor portal de investigación internacional. Durante su participación dijo que “en este nuevo orden mundial está amenazada la libertad de prensa y ciertos gobiernos tienden a esconder la realidad, con lo que se corre el riesgo de que se nos presente un mundo de ficción”.

viernes, octubre 24, 2008

Tranquilidad de la clase política

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

Para “mejor momento” se habría dejado la privatización de la industria petrolera nacional. Es un breve descanso, porque con lo aprobado ayer en el Senado logró contenerse, por ahora, la intentona calderonista (que se anexa a las cuatro previas, de Miguel de la Madrid a Fox), aunque mañosamente permanecen resquicios legales por donde, más adelante, sin duda, lo pretenderá de nuevo.

Parte del “consenso” alcanzado por quienes la aprobaron es que la “reforma”, si bien aligerará algunos fardos financieros, no es precisamente la que requiere Petróleos Mexicanos, sino la que dejó momentáneamente tranquila a la clase política, quien ahora se presenta no sólo como inmaculada, sino como eficiente, negociadora y propositiva, imagen que les costará unos miles de pesos más a los contribuyentes, porque el Congreso ha decidido auto promoverse por medio de una costosa campaña propagandística.

Es, según dicho de las cabezas visibles de la negociación, la “reforma” que pudieron, no la que debieron, tal cual hicieron con la fiscal del año pasado, (la del gasolinazo, que ni ellos mismos han respetado, igual de estrecha, como tantas otras). Son “reformas” pequeñas, limitadas, de corto plazo, que nunca cierran las puertas traseras para los grandes negocios privados, a través de las cuales y por años prácticamente todo se ha colado en el sector energético (comenzando por lo constitucionalmente prohibido), pero finalmente son resultonas para la clase política, porque le permiten auto celebrar que “en este país es posible alcanzar consensos” y que ella “sí cuida el interés nacional”, aunque, por ejemplo, el corporativismo sindical permanezca incólume.

Algunos integrantes de la siempre feliz clase política se apresuraron a presumir que la citada “es la reforma más importante desde la expropiación petrolera”, pero más allá de la ostentosa exageración, todo indica que no pasará mucho tiempo para que de nueva cuenta se boten tornillos y tuercas de la industria petrolera nacional, porque en los hechos nada hicieron para corregir y encontrar alternativas a la cada vez más peligrosa dependencia que del ingreso petrolero mantienen las finanzas gubernamentales.

Hay “reforma petrolera”, pues, “la que se pudo” no la que requieren la principal industria del país y la primera empresa nacional, pero qué le vamos a hacer: primero están los “consensos” de la clase política, y mucho después, si hay tiempo, las urgencias reales. ¿Cuánto tiempo transcurrirá para que se necesite una nueva “reforma histórica” de Pemex, por encontrarse financieramente a punto de reventar?

Ninguna de las modificaciones legales anteriores en el renglón energético alteró el texto constitucional. Tampoco, aparentemente, la “reforma” aprobada ayer en el Senado de la República. Hasta allí, una maravilla, pero resulta que a pesar de ello por la puerta de atrás ha entrado prácticamente todo el capital privado (generación eléctrica, gas natural, comercialización de petrolíferos, contratos de riesgo, etcétera, etcétera).

Por lo anterior, no parece fuera de lugar la petición de Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de incluir en el dictamen de la Ley de Petróleos Mexicanos “la precisión de que no se suscribirán contratos de exploración y producción que contemplen el otorgamiento de bloque en áreas exclusivas”. Y no lo es, porque sin cambios en la Carta Magna y siempre por medio de leyes secundarias (las cuales, a toda luz, violentan el espíritu constitucional), el complejo gasífero de Burgos es explotado por el capital privado, mayoritariamente trasnacional; alrededor de 40 por ciento de la generación eléctrica está en manos de la iniciativa privada; el gas natural es comercializado por un grupúsculo de empresas –españolas, sobre todas–; el caso de la trasnacional Repsol y su gran negocio en las Islas Coronado, con su mega contrato de 15 mil millones de dólares, y así por el estilo. Todo, sin cambios constitucionales.

¿Realmente resulta ofensivo, dañino y/o peligroso añadir al texto aprobado por los senadores “no se suscribirán contratos de exploración y producción que contemplen el otorgamiento de bloque en áreas exclusivas”? La adición de esa frase no sólo hubiera garantizado legalmente inversiones, negocios y muchas otras cosas relativas a la industria petrolera nacional, sino, sencillamente, hubiera desarmado a varios.

Los inquilinos de Xicoténcatl también aprobaron, en recinto alterno, los llamados “bonos ciudadanos”. Si en términos legales se comparan valores similares emitidos tres décadas atrás, los Petrobonos, aparentemente es correcto retomar la idea, porque ahora como antes se pretende “repartir equitativamente la riqueza petrolera”. Ahora que si la comparación es en términos reales, el acaparamiento de estos títulos, como antes, será brutal, por mucho que la legislación “acote” sus montos y tenencia.

Cuando en 1977, en el arranque del gobierno lopezportillista, se colocó (2 mil 200 millones de pesos de entonces) la primera de muchas emisiones de Petrobonos (cuya ley también “acotaba” montos y tenencia), los bancos privados (mexicanos por ese entonces) se quedaron con 0.6 por ciento de las emisiones; tres años después, en 1980, acaparaban 87 por ciento de los valores, en un año en el que precio del barril nacional andaba cerca de las nubes, dos años después, en plena crisis, tal tenencia se había reducido a 0.7 por ciento, de acuerdo con los informes anuales del Banco de México.

Otro ejemplo, aunque no relacionado con el petróleo, es el de los certificados de aportación patrimonial (CAP) puestos en circulación por Miguel de la Madrid, o lo que es lo mismo la reprivatización de 34 por ciento de la banca expropiada por JLP. Estos valores resultaron igual de “democráticos” que los Petrobonos y, ahora, que los “bonos ciudadanos”. Legalmente todos podían tenerlos; un grupúsculo, en la realidad.

Entre otras gracias, los CAP generaron la mayor especulación, hasta ese momento, en la salvaje historia financiera de México, el posterior crac bursátil y la no muy lejana devaluación, todo en el sexenio de MMH. ¿Quién acaparó los “democráticos” CAP´s?: no hay que buscar mucho, porque fueron quienes poco después se apropiaron de la banca reprivatizada, en su totalidad, por el salinismo. Y lo mismo sucedió con los Tesobonos, por citar algunos casos.

Entonces, ¿alguien medianamente sincero cree que con los “bonos ciudadanos” no se repetirá la historia?

Las rebanadas del pastel

Se mantiene la sangría de reservas internacionales para “contener”, “estabilizar” y “fortalecer” al peso. Ayer más de mil millones de dólares se fueron al barril sin fondo, y ¿el tipo de cambio? Bien, gracias, en las nubes, mientras el mercado bursátil está como el perro de la tía Cleta.

viernes, septiembre 12, 2008

El piloto y los navegantes

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

Cómo estarán las cosas en este heroico país, que una parábola escrita por un mexicano ilustre en pleno siglo XIX cae como anillo al dedo para describir el salvaje comportamiento de nuestra inefable cuan oportunista clase política en la primera década del siglo XXI, amén de la cerrazón y torpeza de quien supone “gobierna”, y “muy bien”, el “navío de gran calado”.

Francisco Zarco no sólo fue un mexicano sobresaliente, sino un visionario, y su parábola El piloto y los navegantes (escrita en 1852) es muestra fehaciente de ello. Sólo falta anotar los nombres de los actuales protagonistas (ya sabemos quiénes son las víctimas), para lo cual no hay que ser adivino ni caerse de la bicicleta (versión oficial). Así, por cortesía de Martha León (martha.leon@maximus-int.com.mx), que lo envió a México SA, va el texto del duranguense:

“En otro tiempo, varios hombres construyeron una barca para atravesar los mares e ir a buscar fortuna en apartadas regiones. Y desde que comenzó la construcción arreglaron que uno de ellos había de ser piloto para dirigir la nave y llevarla a un buen puerto. Y como todos tenían iguales derechos a esas importantes funciones, convinieron en elegir libremente al piloto el mismo día en que abandonaran las playas de la patria. Y convinieron también en que el elegido fuera respetado y obedecido, y en que además recibiera dones y homenajes de todos los navegantes.

“Entre ellos había marinos valerosos e inteligentes, que parecían a propósito para dirigir el timón, y que por una larga experiencia conocían el curso de las corrientes, los peligros de los escollos y de los bancos de arena. Pero estos tales eran modestos, y no quisieron mendigar los sufragios de sus compañeros.

“Y había otro ignorante, orgulloso y lleno de ambición, que aspiraba a honores que no merecía. Un día que sopló la tempestad y silbó el huracán, y las olas embravecidas subieron a la playa amenazando llevarse la barca a medio construir, el ambicioso huyó despavorido y dejó a los demás el cuidado de salvar la nave. Pero cuando pasó la tempestad volvió sonriendo y se excusó diciendo: que como él tenía poder sobre los vientos no quiso estar presente a la hora de la tormenta. Y comenzó a implorar de todos que lo nombraron piloto, jactándose de que sabía vencer la tempestad, prometiendo que siempre llevaría la nave viento en popa y que no abusaría del poder que le otorgaran. Y como había muchos que no creían en sus palabras, ofreció a algunos dividir con ellos su autoridad y partir el fruto de los dones de los navegantes. Y por interés gritaron que era inteligente y activo. Y estos hombres interesados gritaron tanto, que hicieron callar a los demás, y a fuerza de intrigas y amenazas y promesas, el hombre ambicioso fue nombrado piloto y sonrió de gozo, y sólo pensó en ser respetado y ensalzado. Y así es como la ambición se sobrepone al mérito, la intriga a la inteligencia, y la bajeza a la virtud.

“Concluyose la barca; levaron anclas, el viento soplando suave y sereno infló las velas, y todos se alejaron del puerto contentos, esperando unos que el piloto pensara sólo en cumplir con sus deberes, y otros que realizara sus promesas. El buen tiempo continuaba, y la barca se deslizaba sobre las aguas blandamente. El piloto a cada instante decía: ´¿Veis cómo es cierto que sé conjurar la tempestad y que sin mí ya hubierais perecido?´

“Y los que dividían con él los dones de los navegantes, fingían creer que al piloto se debía el buen tiempo, y los otros callaban. Y el piloto tenía autoridad para castigar, y no castigó al ebrio ni al maldiciente, sino a aquellos que en tierra habían dudado de su ciencia. Y se hizo amigo de todos los intrigantes, y seguía diciendo: ´A mí debéis no perecer´. Pero cuando él ejercía venganzas y quería humillar a los que lo habían elevado, se vio en el horizonte un punto negro, un punto que poco a poco crecía y era ya una nubecilla lejana.

“´Anuncio de tempestad´, gritaron sobre cubierta. ´Me insultan esos que creen que puede haber tempestad cuando yo dirijo el timón de una barca´. Y castigó e insultó a los que temían la tempestad. Pero la nube crecía, y el miedo hacía que todos dijeran: ´Nada vemos´. Y el viento sopló enfurecido, y levantó las olas como montañas de espuma, y la barca se vio azotada por todos lados, y el miedo hacía que todos dijeran: ´Nada sentimos´. Y el cielo se oscureció, y el mar bramó, y el rayo estalló, y el trueno ensordecía, y el miedo hacía que todos dijeran: ´Nada oímos´. Y el piloto decía: ´buen tiempo tenemos´, y no sabía qué hacer, y se enfurecía contra los que conocían el peligro. Y la barca se extraviaba y estaba entre escollos, y arrecifes; entre rocas y bancos de arena. Y la navegación se prolongaba, y los víveres se acababan, y los navegantes tenían hambre y sed. Cuando alguno se atrevía a murmurar del piloto y a indicar el peligro, lo mandaba echar al agua.

“Cayó un rayo sobre el mástil, y todos se asustaron, y el piloto dijo: ´Cayó el mástil; pero la barca está bien´. Se estropeó la quilla, y el piloto dijo: ´No importa; la barca está bien´. Y entraba agua a todos los camarotes, y las velas estaban destrozadas, y los cables rotos, y el piloto siempre decía: ´La barca está bien, a mí me debéis el buen tiempo, yo sé conjurar la tempestad´.

“Pero al fin, el agua entró a la cámara del piloto y él se estremeció, y temiendo que se hablara del peligro y que se clamara contra su torpeza, puso mordazas a los que querían salvarse y salvarlo. Y el desaliento o el miedo, la poca fe o la apatía, dominaba a los navegantes. Cualquiera de ellos podía salvar la barca, aún era tiempo; pero mientras pensaban en lo que habían de hacer, la tempestad siguió, la barca se estrelló contra los arrecifes, se hizo pedazos, y no quedó ni una tabla de salvación. Navegantes y piloto perecieron; el mar se tragó a los que habían conocido el peligro y a los que habían querido disimularlo.

“Y en verdad os digo, que merecieron su suerte, porque navegantes que sufren pilotos descuidados, vanos e ignorantes, y que ven llegar el peligro y no procuran salvarse, con ellos han de perecer en medio de la tempestad”. (* Fechado en 1852. Apareció en La Ilustración Mexicana, Tomo III, página 442; Tomado de: Antonio Avitia Hernández; Relatos de plumas ausentes; resaltos, cuentos y recuento de los narradores de Durango. Edición del autor. México, primera edición 2006, 288 pp.)

Las rebanadas del pastel

Un fuerte y solidario abrazo para Chema y Lilia, por el lamentable deceso de doña Alicia Pérez Abreu de Pérez Gay.

viernes, septiembre 05, 2008

También en los ingenios la tónica es socializar las pérdidas y privatizar las ganancias

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

En el cuento de nunca acabar, un nuevo “acuerdo coyuntural” entra al “rescate” –por enésima ocasión– de los barones del azúcar, el cual, como es costumbre, involucra recursos públicos para proteger intereses privados. Aún se desconoce, a detalle, el costo que para el erario implicó, implica, la “expropiación” de 27 ingenios azucareros ordenada por Vicente Fox el 3 de setiembre de 2001, cuando ya opera un “salvamento” adicional en este sector que destaca por ser uno de los barriles empresariales sin fondo que agobian a las finanzas nacionales.

Se trata del clásico “problema de coyuntura” (socializar pérdidas y privatizar ganancias) que acumula varias décadas. Los barones de la industria azucarera (muchos de ellos, también, de las bebidas “refrescantes” y de la “panadería industrializada”) son participantes destacados y recurrentes en el privilegiado cuan costosísimo circuito estatización-privatización-reestatización-reprivatización (etcétera, etcétera) practicado por gobiernos tricolores y blanquiazules, que al erario no sólo le ha significado un severo dolor de cabeza (por no hablar de ronchas en sagradas partes), sino una permanente sangría de recursos en detrimento de ya saben quiénes.

martes, agosto 05, 2008

Barones del dinero se apoderan del patrimonio nacional

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

Escondidos tras una enorme telaraña de corporativos, fideicomisos privados que explotan bienes públicos, filiales, subsidiarias y conexos que hacen perder la pista de los dueños reales y la procedencia original del capital, los barones del dinero, otrora adictos a placearse en las páginas de sociales, han hecho del patrimonio nacional su propio negocio, no sin el visto bueno y la complicidad de las supuestas autoridades (federales, estatales y municipales).

Sin duda, mucho han aprendido desde aquellos no muy lejanos tiempos del Ficorca, cuando los “rescates” personales se comenzaron a vestir de “salvamentos empresariales”, para después depurar la técnica hasta llegar al Fobaproa, un monumento a la corrupción y opacidad con la que se manejan los dineros de la nación. A pesar de ello, tarde que temprano aparecen algunos nombres de empresarios involucrados en este tipo de operaciones, más famosos por su asalto a la nación que por su aporte al desarrollo económico del país.

Tal es el caso denunciado ayer por La Jornada (“Megadesarrollo amenaza la ecología de Tulum”, nota de Mireya Cuéllar), en el que las “autoridades” de nueva cuenta “ceden” el patrimonio nacional para que los barones lo exploten y sus intereses prevalezcan, en una vieja cuan vergonzosa historia de despojo, delito ecológico y apartheid económico.

Esa enorme red de intereses y complicidades ha extendido su telaraña hasta el recién constituido (tres meses atrás) municipio de Tulum, en Quintana Roo, para la construcción de una megadesarrollo (así le llaman) turístico para bolsillos triple A en zona costera, un jugoso negocio en el que aparecen barones como Roberto Hernández (mejor conocido como Mister free tax, uno de los hijos predilectos del Fobaproa y dueño ya de buena parte de la península de Yucatán), Emilio Díaz Castellanos (Grupo Dicas, dedicado a la comercialización de automóviles de lujo, y la Inmobiliaria Chablekal, que también pasó por el Fobaproa), Rodolfo Rosas Moya (Comercializadora Ronac, asociada a cualquier cantidad de escándalos inmobiliarios en la sagrada zona del Mayab) y un oscuro “representante legal” de nombre Manuel Jesús Palma Rodríguez, todos ellos congregados en un consorcio conocido como MayaZamá, sin dejar a un lado que por allí danza el ex gobernador yucateco y hoy titular de la Profepa, Patricio Patrón Laviada, y las flamantes “autoridades” del nuevo municipio quintanarroense Víctor Mass Tah (presidente) y Gonzalo Arcila (síndico), quienes antes de ocupar el puesto público promovieron el susodicho megadesarrollo.

¿Qué oculta este proyecto turístico, que el gobierno de Quintana Roo se niega a informar al respecto? A solicitud ciudadana para conocer cuál es la intención y alcance del misterioso corporativo MayaZamá, la Unidad de “Transparencia y Acceso a la Información” Pública del Poder Ejecutivo de la entidad contestó: las características “no pueden serle proporcionadas, toda vez que dichos documentos contienen información reservada”. Una respuesta clásica de la “autoridad” federal, estatal o municipal cuando los bienes de la nación son entregados a intereses privados.

El consorcio MayaZamá fue creado ex profeso para el referido megadesarrollo, apenas unos días antes de comenzar el papeleo con el gobernador Félix González Canto, al que algunos no dejan fuera del negocio. Originalmente, la Semarnat (26 de mayo, 2008) rechazó el estudio de impacto ambiental presentado por el misterioso grupo empresarial, “por no contar con los elementos técnicos necesarios para su correcta evaluación y resolución”. Mágicamente, unos cuantos días después la delegación federal en Quintana Roo le otorgó el tan ansiado sí, aunque la información permanece “reservada” en aras de la “transparencia”.

Fresco e irresuelto aquel jugoso negocio (2004) que Fonatur, con John McCarthy a la cabeza (“no importa de dónde venga el dinero, sea de John Smith o de Juan Pérez... el enfoque será netamente empresarial, sin ponerle nacionalidad a los capitales”), concretó con terrenos federales a favor del cuñado de Emilio Azcárraga Jean, en materia de megadesarrollos turísticos a costillas de los terrenos de la nación la mugre salta a la vista.

¿Qué ofrece, socialmente, MayaZamá y su desarrollo en el flamante municipio de Tulum? El consorcio nos regala el detalle: “Downtown Tulum es un proyecto de desarrollo inmobiliario que se comercializa con el nombre de Aldea Zamá y que incluirá, en una primera etapa (78 hectáreas) zonas residenciales, condominios de lujo, multifamiliares y centros comerciales. Para una segunda: hoteles, canales navegables y un campo de golf. Todos los socios de MayaZamá nacieron, crecieron y se educaron en Estados Unidos, Europa y México, y han estado en los negocios los últimos 30 años en la península de Yucatán… para que las futuras generaciones disfruten. Es un grupo privado de inversionistas para el desarrollo inmobiliario que mejor conoce el balance y sustentabilidad comunidades creadas en la península de Yucatán. MayaZamá es conocida por su portafolio de inversiones de alta rentabilidad en propiedades que incluyen la Yucatan Village & Resort, calidad reconocida como la mejor resort & residencial comunidad en México en 2007. Su portafolio incluye condominios, edificios de oficinas, retail complexes, renta de apartamentos y hoteles de calidad como el Hyatt Regency Mérida, Reef Yucatan, Holiday Inn Playa del Carmen y Holiday Inn Mérida. Adicionalmente, el grupo es propietario de varias distribuidoras de automóviles, incluyendo General Motors, Cadillac, Saab, Hummer, Volkswagen y Peugot. Aldea Zamá, adyacente a las legendarias ruinas de Tulum, con el pulso de una nueva generación. MayaZamá es una meca turística creada para respetar y preservar la importancia histórica y cultural de la región. Este nuevo desarrollo está destinado a ser un enclave exclusivo para sus residentes, visitantes y huéspedes que vengan a disfrutar esta tajada de paraíso. Es una oportunidad dorada para invertir en el futuro promisorio de una nueva aventura…”

Las rebanadas del pastel

Otra muestra de los “tesoros” promovidos por el gobierno, de la “transparencia” y el “acceso a la información” de la cosa pública, y ejemplo adicional de cómo los campesinos quintanarroenses también se guanajuatizan.