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jueves, marzo 20, 2008

Quelques infos et réflexions en espagnol sur ce que nous avons vu à Oaxaca, en réponse à la demande de copains du DF. Au cas où ça vous intéresse...

Primeras y breves impresiones personales después del paso de la CCIODH por Oaxaca.

Estuvimos allá atendiendo a la gente, en la Iglesia de los Pobres, entre el domingo 10 de febrero (llegamos a las 5 de la madrugada, así que nos perdimos una noche de sueño) hasta el jueves 14 (porque salimos a la una de la mañana...o sea otra noche sin casi pegar un ojo)

La visión que doy aquí es parcial y limitada. No estuve en las entrevistas con los presos (entre otros David Venegas y Flavio Sosa), ni con representantes de grupos indígenas (además no nos fue posible ir a las distintas regiones de las sierras, la costa y el istmo). Para conseguir datos más amplios de la visita, os aconsejo esperar que se publique el informe de la comisión, aunque ya se pueden ver cosas muy interesantes sobre su sitio web (www.cciodh.pangea.org).

La cantidad (y calidad) de personas y grupos que pidieron entrevistarse con nosotros muestra bien la importancia de este trabajo, por más limitaciones que se le puedan atribuir.

Participé por mi parte en varias entrevistas (unas 12 sobre las más de 150 que tuvimos en Oaxaca). He aquí unas cuantas, las más significativas para mí :

1/ Con familiares y amigos de Lauro Juárez, el indígena chatino que desaparecieron en diciembre pasado, y hace una semana o poco más fue encontrado muerto. Después de que la policía dijera que fue visto en varios de los pueblos de la zona, borracho y parando a la gente para que le pagaran mezcal. Cuando él, según sus familiares y compañeros , no tomaba por motivos religiosos (era evangelista , además de miembro del Frente Popular Revolucionario), y habla muy poco el español. Habló un comisionado de su pueblo (Santa María Temaxcaltepec), y la abogada que los asesora.

2/ Con uno de los hermanos Sosa, allá en la Alameda, cerca de la catedral y del zócalo, donde la APPO tenía su plantón.

3/ Con X. X.. Es psicóloga, una mujer muy interesante en sus análisis y acción junto con las víctimas de la represión.

4/ Con una persona muy próxima a una de las personas de APPO que tuvieron que escapar, por las amenazas de muerte que recibieron. Es de la sección 22, y tuvo un papel importante en las radios.

5/ Con comerciantes del Centro Histórico (interesante porque después de haber considerado a la appo como su principal problema se dieron cuenta de que el gobernador intentó dividirlos mediante las peores maniobras, incluso amenazas...para tratar de impedir que pongan una denuncia al gobierno estatal por las pérdidas ocasionadas durante el conflicto de 2006.

6/ Con representantes del FPR (un dirigente estatal, Florentino López, y Senén Bravo Castellanos, el diputado que tienen en el parlamento del estado, elegido con etiqueta del partido Convergencia, creo). Poco relevante, sólo hablaron de la represión en su contra (aunque es innegable el acoso contra ellos también).

7/ Con el Secretario de Gobierno del estado de Oaxaca
'' el Secretario de Educación " " "
'' Una señora cuyo título exacto de Derechos humanos en el gobierno de URO (no es la comisión estatal de ddhh) no recuerdo, ni quiero recordar.

8/ Con la Comisión para la Reforma del Estado. Un montón de personas, juristas y otros doctores, algunas de ellas con cara de gente bien intencionada, muy críticas hacia el « viejo sistema » que, prometemos, vamos a reformar... bajo los auspicios de Ulises Ruiz.

La impresión que saqué de esas entrevistas, y de discusiones que tuve con más gente (de appo en particular), es que el gobierno de U.R.O. sigue golpeando fuerte. Una represión menos masiva, por supuesto, pero más selectiva, y con el objetivo de terminar el trabajo, instalar el miedo entre la gente que destacó en la lucha. O sea, se está afinando la guerra de baja intensidad en la ciudad y el estado de Oaxaca. Además, parece que, igual que en otros lugares del país, el espectro de las desapariciones está volviendo a Oaxaca. O sea los métodos de la guerra sucia de los años 70.

El gobierno ha aprendido. El secretario de gobierno, por ejemplo, no es ningún tonto, se conoce muy bien los temas y tiene unas capacidades de expresión, negociación y manipulación enormes. Lo que despunta en su discurso, a mi juico, es la voluntad de acabar con el sistema de representación política basado en los usos y costumbres indígenas (reconocidos en la constitución y todavía vigentes en la mayoría de los municipios del estado, pero desconocidos en muchísimos casos por el PRI, que logra imponer a sus agentes en casi todas las presidencias municipales). Según el secretario, y aunque no lo dice tan claramente, son básicamente esos usos y costumbres la causa del retraso y la pobreza, de la oposición cerril a los proyectos de desarrollo económico, energético, turístico, social...

No tuve la ocasión de hablar con gente de grupos indígenas (Ucizoni, Cipo, Multi, Loxicha, etc.) que encontré en otras ocasiones. Y de todas formas, es muy difícil sacar información y entender realmente cuál puede ser el grado de organización y coordinación entre los pueblos indígenas, que son numerosos y activos, pero muy diversos y por supuesto no benefician de una fuerza como es el EZ.

A nivel de lo que es la zona urbana, varias entrevistas y diálogos concuerdan en que la appo se está reorganizando. En los barrios y desde abajo. Para hacer frente a la represión y sus consecuencias, para desarrollar toda clase de acciones e iniciativas colectivas solidarias. Mucho valor, mucho dinamismo y esa vitalidad increíble. Ahora bien, también están los partidos políticos, con su capacidad organizativa y económica, su influencia, su voluntad de control sobre el movimiento.

Lo más inquietante para mí es que de momento es difícil imaginar un proyecto global de vida en los barrios populares. La gente depende demasiado del sistema económico. La autonomía en términos de alimentación, vivienda, salud y educación, etc. es un tema que más bien sigue alejándose de una población urbanizada como la de la ciudad y los suburbios. .

Pienso que estamos asistiendo (al igual que en Chiapas, pero con una resistencia mucho menos organizada y coordinada) a un choque entre dos mundos. El mundo industrial capitalista, ultra mayoritario ya en el país en cuanto al número de personas involucradas (que no beneficiadas), que recibe un consenso muy amplio en la sociedad, incluso en los sectores populares, y saca su fuerza de unos valores que son : progreso, desarrollo, dinero, individualismo, educación para salir de pobres, y deserción del campo...

Los objetivos de las "élites" son claros : vaciar esos campos, para recuperar las tierras más interesantes (o las riquezas del monte, del subsuelo, hidráulicas, de la biodiversidad, hasta el viento lo quieren aprovechar para saca ganancia), para disponer de una mano de obra barata y dócil (la que no salió para el Norte) , para conseguir ganancias rápidas (incluso con actividades, producciones y métodos puramente mafiosos).

La fuerza principal capaz de resistir la constituyen sin duda las comunidades indígenas. Ellas tienen todavía esta cultura que les hace saber que existe otro modo de desarrollo, otra organización económica, social y política, autónoma. Estrechamente ligadas con una tierra venerada, poseída, cultivada y aprovechada de forma colectiva.

El resto de la población de Oaxaca, la parte urbanizada, aún cuando vive en condiciones muy difíciles, no tiene ya, pienso, este tipo de cultura y de alternativa que defender. Resiste sólo contra los atropellos, las injusticias y miserias más brutales. Ha demostrado una capacidad de rebeldía, autoorganización de la lucha, solución de problemas colectivos (abastecimiento, salud, limpieza, comunicación, etc.) verdaderamente impresionante. Pero se puede suponer que ha perdido de vista el objetivo de la autonomía colectiva global que comentaba más arriba, ya que ha salido de los lugares en los cuales tiene la posibilidad concreta de construirla. Mira hacia otro lado, es difícil evitarlo. Como debe ser difícil medir con precisión la fuerza de atracción representada en el seno de las capas más bajas por la esperanza de una vida material mejor, donde se mezclan aspiraciones muy legítimas de alimentación, salud y vivienda digna, con las de entrar en un sistema de condición asalariada y consumo, que divide, atomiza y priva de esa autonomía y ese empoderamiento sobre el destino colectivo.

Bueno, son sólo impresiones, y bien sé que no se puede ser tan tajante. Tampoco se trata de idealizar a los indígenas, por ejemplo. Ni en Oaxaca, donde el éxodo rural golpea duro, ni en ningún lugar. Sólo intentar entender qué está pasando a un nivel otro que el inmediato.

Ya ven, son impresiones un poco subjetivas, no sé en qué pueden servir. Si quieren elementos más concretos, díganlo. Aunque, les repito, pronto va a salir el informe, y permitirá tener una visión más amplia.

JPPG

lunes, noviembre 06, 2006

Solidaridad con el pueblo de Oaxaca y comunicado de prensa: Toulouse













Toulouse, Francia. 4 de noviembre 2006.- El día sábado pasado se llevo a cabo en la plaza central de esta ciudad, llamada el Capitole, la instalación de una ofrenda conmemorativa del día de muertos. En ella se recordaron al periodista recientemente abatido en Oaxaca, Brad Will, a la abogada defensora de derechos humanos y de los pueblos indios Digna Ochoa, al estudiante activista Pavel González, y a los tantos muertos caídos estos últimos meses en la defensa del pueblo de Oaxaca contra la represión ejercida por el gobernador Ulises Ruiz a través de grupos paramilitares.

Se repartieron más de 200 volantes de información y varios trípticos recopilando los 5 meses de resistencia del pueblo Oaxaqueño, organizado en la sección 22 del magisterio y en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca – APPO.

Se instalaron varias mamparas conteniendo periódicos murales para informar a la población de Toulouse, así como varias fotos de la situación y los enfrentamientos que han ocurrido entre la población y la Policía Federal Preventiva – PFP.

La ofrenda recordó al revolucionario Emiliano Zapata y a la figura de la "soldadera" que viajaba, con tantas otras, en la lucha de 1910 con Pancho Villa. De esta manera los franceses y mexicanos en Toulouse, nos congregamos para manifestar nuestra indignación y rechazo a la represión ejercida contra el pueblo Oaxaqueño.

No existe medio legal que justifique la permanencia de un gobernante represor ante la manifestación legítima de un pueblo, pues los gobernantes que solo buscan la permanencia en el poder, no tienen vocación ni principios para servir a un pueblo digno.


La PFP, de Atenco a Oaxaca

Miguel Ángel Granados Chapa

La PFP está en Oaxaca en apoyo del gobernador Ulises Ruiz, aunque el gobierno federal se empeñe en sostener lo contrario. Está abierto por lo tanto el riesgo de que sus agentes y mandos repitan las conductas desplegadas en Atenco.

Ya que es impropio hablar de los ausentes, no dilucidaré por ahora si el presidente Fox -que se encuentra en Montevideo, en su última cumbre iberoamericana- es distraído, carece de información o se dejó atrapar por la mala fe. El hecho es que, antes de ordenar la ocupación policiaca de Oaxaca, predijo que el conflicto en esa entidad terminaría bien, como Chiapas y Atenco. Al referirse a este municipio mexiquense, supongo que Fox recordaba la decisión de no construir en Texcoco el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, a causa de la protesta de los habitantes del vecino San Salvador Atenco. Precedido de un pésimo manejo político, por el desdén con que se imaginó a los afectados por las expropiaciones correspondientes, el caso pudo haber evolucionado hasta una tragedia de gravísimas proporciones, de haberse el gobierno empecinado en un proyecto que suscitó la enérgica oposición de innumerables pobladores, que blandieron machetes convertidos de instrumentos de trabajo en armas.

Supongo que a ese Atenco se refirió el Presidente al presentarlo como ejemplo de buena solución. Sería el colmo que la situación que considera modelo sea la ocurrida hace exactamente seis meses en esa cabecera municipal mexiquense, porque al contrario lo ocurrido allí el 4 de mayo debería ser tenido como conducta a evitar. Aquel jueves, hace un semestre, la Policía Federal Preventiva, así como la Agencia de Seguridad Estatal, protagonizaron uno de los episodios más vergonzosos en la historia del orden público mexicano. Nadie en sus cabales soslaya la importancia, ni cohonesta la actitud violenta asumida en la víspera de aquel día infausto por activistas que, luego de impedir la vigencia de ordenamientos municipales texcocanos, sacaron de ese lugar el conflicto, cancelaron el paso en la carretera Lechería-Texcoco y practicaron una resistencia que en más de un momento se convirtió en guerra de agresión a la fuerza pública: Nadie olvidará la golpiza, cruel e innecesaria -convenientemente propagada a través de la televisión, por lo demás- que activistas asestaron a un agente de la autoridad. Pero ningún exceso o delito de particulares justifica y ni siquiera explica la aterradora actuación de las policías local y federal en aquel acontecimiento, que ahora ha sido expuesta pormenorizadamente por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la Recomendación 38/2006, dirigida al secretario federal de Seguridad Pública, al gobernador del estado de México y al director del Instituto Nacional de Migración.

El extenso documento, compuesto principalmente por 212 expedientillos referidos a igual número de personas que padecieron violaciones a sus derechos humanos, refiere no sólo las atrocidades de los cuerpos policiacos contra activistas y otras personas ajenas al conflicto, sino que se denuncia también que en las primeras horas del 4 de mayo "elementos de la Policía Federal Preventiva de la Secretaría de Seguridad Pública impidieron el libre tránsito a los visitadores adjuntos" de la CNDH, "para ingresar al lugar en el que se llevaban a cabo las detenciones y dar fe de los procedimientos que implementaban los cuerpos policiacos".

Puesto que la PFP está en Oaxaca en apoyo del gobernador Ulises Ruiz, aunque el gobierno federal se empeñe inútilmente en sostener lo contrario, y está abierto por lo tanto el riesgo, que ya ha comenzado a actualizarse, de que sus agentes y sus mandos repitan las conductas que desplegaron en Atenco, en este resumen de la recomendación subrayo lo relativo a esa corporación policiaca. Eso no implica, en modo alguno, cohonestar la actuación de las policías locales, en especial de la Agencia de Seguridad Estatal, encabezada por el almirante Wilfrido Robledo, uno de los fundadores de la PFP, cuyos agentes protagonizaron los repugnantes ataques y vejaciones a 23 mujeres, a bordo de vehículos oficiales.

En Atenco estuvieron presentes 700 miembros de la Policía Federal Preventiva, y 67 resultaron heridos. A su vez, alguno de esos agentes provocó uno de los dos peores resultados de aquellas jornadas, la muerte de Alexis Benhumea, un muchacho en cuyo cráneo dio una bomba de gas lacrimógeno, que le provocó un traumatismo por el que perdió la conciencia y finalmente la vida, varias semanas después. Un ataque semejante, procedente de un arma similar, causó hace una semana la muerte del enfermero Jorge Alberto López Bernal, miembro de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.

En sus observaciones, la CNDH recuerda el principio elemental de que "la intervención de la fuerza pública está sometida a límites precisos, pues sólo puede realizarse en el marco de la legalidad y respetando los derechos de las personas; por lo que, cuando la autoridad ejerce su labor desbordando sus atribuciones y traspasando sus límites, se convierte en un nuevo factor de violencia que contribuye a agravar la situación en lugar de resolverla, y en virtud de esto, la actuación de los elementos de la policía debe estar regida por los principios de legalidad, congruencia, oportunidad, proporcionalidad y no discriminación. Así, resulta claro que la finalidad buscada por la fuerza pública consiste en prevenir la comisión de un delito o detener al infractor, por lo cual la desviación en dicho cometido generaría un uso desmedido del poder público".

La CNDH explica a los funcionarios a quienes se destina la Recomendación el contenido de esos principios:

"La legalidad... se refiere a que los actos que realicen dichos funcionarios o servidores públicos encargados de hacer cumplir la ley deben estar expresamente previstos en las normas jurídicas. La congruencia es la utilización del medio adecuado o idóneo que menos perjudique a la persona y a la sociedad. La oportunidad consiste en que los funcionarios deben actuar inmediatamente, con su mejor decisión, rapidez y eficacia cuando la vida u otro bien jurídico de alto valor estén en grave o inminente peligro y no haya más remedio que neutralizar con la fuerza o con las armas. La proporcionalidad, por su parte, significa la delimitación en abstracto de la... adecuación entre medio y fin en las hipótesis imaginables de uso de fuerza y armas de fuego y la ponderación de bienes en cada caso concreto".

La Recomendación 38/2006 pide al secretario de Seguridad Pública, respecto de los hechos consumados, que dé vista al Ministerio Público federal "a fin de que se inicie la averiguación previa que proceda por la comisión de ilícitos penales en que, de acuerdo con las evidencias de este asunto, probablemente incurrieron los elementos de la Policía Federal Preventiva", así como que "se instauren... los correspondientes procedimientos administrativos de responsabilidad en contra de los servidores públicos que entorpecieron las labores de investigación de esta Comisión Nacional al proporcionar información contraria a la verdad histórica de los hechos". En un plano más general, y con miras a evitar que se repitan las conductas del mayo atenquense, la CNDH recomienda al secretario Eduardo Medina Mora instruya "a quien corresponda" para establecer "ejes y acciones para la adecuada prevención del trato cruel y/o degradante, así como de tortura, a través de la capacitación de los elementos de la Policía Federal Preventiva, extendiendo dicha capacitación a los elementos que en vía de apoyo y colaboración sean comisionados a esa Secretaría a su cargo y a la Policía Federal Preventiva, por cualquiera otra dependencia de seguridad pública".

Tal como hicieron el domingo pasado, las autoridades se ufanaron en mayo de haber realizado una operación limpia, con saldo blanco. Para sostenerse en su dicho, en aquel caso negaron las evidencias en contra que, sin embargo, se han abierto paso hasta imponerse, como se aprecia en esta Recomendación. En Oaxaca la PFP se comporta como lo hizo en Atenco. Para presentar un caso concreto, refiero la arbitraria detención de Daniel Gildardo Mota Figueroa, un reportero detenido sin causa el lunes, segundo día de la presencia federal en Oaxaca. Sin mayor motivo que observar el despliegue de la PFP fue detenido en el Parque del Amor, golpeado a bordo de un vehículo de esa fuerza que lo condujo a la zona militar, donde actuaba el Ministerio Público y de allí al penal de Tlacolula. Habiéndolas padecido él, se le va a enjuiciar por lesiones, que a nadie causó.


Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com

viernes, noviembre 03, 2006

Oaxaca en Resistencia

(fotos de Breffni O'Dubhghaill)
Custodiando los campamentos, antes de la entrada de la PFP

El gober cacique, corrupto, asesino, ratero, represor de URO


La dignidad del pueblo oaxaqueño



La cara de la resistencia

Barricadas durante la ocupación para impedir el paso de la PFP

¿Pero qué hago aquí escuchando esto que no me gusta oír?

Luz Maceira Ochoa en Oaxaca
(Amiga de una amiga, ambas feministas)
Octubre 2006

¿Y qué hago con estas historias que me conmueven hasta las entrañas y que expresan situaciones frente a las que no puedo más que sentirme impotente e indignada? Somos veintidós feministas que vinimos a Oaxaca, hoy miércoles 25 de octubre, a encontrarnos con compañeras de organizaciones civiles, de la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas 1º de agosto, parte de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, y con algunos de sus líderes, para mostrarles nuestra solidaridad y para “conocer la situación”. Para “entender”. Sin embargo, mientras más escucho sus experiencias y la situación que viven, menos entiendo. No tiene sentido la injusticia, no tienen sentido las peores arbitrariedades, no tiene sentido el dolor extremo.

Vinimos a mostrar nuestra solidaridad a estas compañeras y lo más que puedo ofrecerles es un estúpido pañuelo para que nos sequemos las lágrimas silenciosas que se nos escapan primero discretamente y luego manifiestamente expresivas de todo eso que se nos duele y sólo nos duele porque no se puede entender.

Son cerca de sesenta mujeres de la Coordinadora quienes vinieron a reunirse con nosotras, profesionistas: una abogada, una bióloga, una médica; universitarias, amas de casa, maestras de educación preescolar y básica -algunas de ellas pertenecientes a la Sección 22-, mujeres indígenas y no indígenas, campesinas o “serranas” como se dicen ellas, y también urbanas. Muchas de ellas están en este movimiento porque reivindican las demandas de su gremio, otras porque se han solidarizado a lo que consideran una causa justa, y más que nada, una necesidad de sobrevivencia: resistir conjuntamente a las agresiones de un gobierno, y a una situación sociopolítica y económica insostenible. Junto con ellas, están también quienes además han sido particularmente afectadas por la tiranía gubernamental: mujeres jóvenes y mayores cuyos hermanos, parejas, papás, compañeros universitarios, amigos de lucha, líderes locales, o vecinos han sido desaparecidos, secuestrados y torturados, encarcelados.

Escucho lo que dicen, empezando por la situación sistemática de hambre extrema que viven los niños y niñas de preescolar que motiva a la docente a lanzarse a la lucha social, que ya es suficiente para causarme cierta aprehensión, o el asesinato en plena luz del día de algún otro civil, que aumenta notablemente mi tensión, hasta el más aterrador de los episodios de secuestro, tortura y detención ilegal de un maestro, de un líder social o de un simple ciudadano capturado y destrozado físicamente sólo para que sirva como “mensaje” a los líderes.

Son las 4 de la mañana y tengo la certeza de que mi corazón desapareció y todo mi esternón se ha volcado, derrumbado más bien, hacia dentro de mi cuerpo, lo cual me produce un frío terrible y mucho dolor. Despierto. Estoy empapada de sudor. No están fuera de lugar mi corazón ni mis costillas, pero sí mis sentimientos y mis certezas. Estoy viviendo la opresión, el desamparo. Y eso que sólo escuché unas horas a esas mujeres, que no he tenido a ningún familiar ni conocido en una situación ni remotamente cercana a la que narran, que no estoy siendo, como ellas, amenazadas, seguidas, y continuamente “avisadas” ya sea a través de mensajes que saturan sus celulares o de llamadas telefónicas a cualquier hora, con el breve pero claramente violento e intimidatorio: “ya párele” o “deje de hacer tanto escándalo”. Sin embargo, no dejo de pensar en lo que compartieron con nosotras, las que queríamos “entender”, y quienes nos solidarizamos con un pañuelo.

“Mi marido”, “Ramiro”, “mi compañero”, “mi papá”, “mis hermanos”… No están en sus casas ahora. Fueron asesinados. Están desaparecidos. Están en la cárcel. En este caso, en grandes operativos, con motos, tsurus, patrullas, camionetas blindadas, y hasta helicópteros, han sido secuestrados maestros, líderes comunitarios, sindicales, o indígenas. Quienes son llevados en helicópteros, son amenazados con ser aventados al mar. Pasan horas siendo trasladados de un sitio a otro hasta que llegan a una cárcel en donde se les niegan todos sus derechos: no sólo se les niega la posibilidad de hacer una llamada telefónica, o de conseguir un abogado particular, sino incluso de saber en qué lugar están. Algunos han sido llevados hasta La Palma. Se les tortura física y psicológicamente, y bajo estos procedimientos se consigue que firmen desde cartas en donde se niegan a aceptar visitas o a recibir alimentos diariamente, hasta falsas declaraciones. Permanecen en celdas de castigo, con capuchas, y permanecen sin contacto durante días. El control sobre ellos es extremo, son obligados a entregar las semillas de una manzana, para que puedan comer otra. Evidentemente el objetivo de esto es meramente la vejación, el ejercicio del poder. A veces, sacan a estos presos-secuestrados para “leerles sus expedientes”, hay casos en que el expediente, siempre extensísimo, hasta de 600 fojas, cambia dos o tres veces por semana si se niegan a firmarlo. Puede haber algunos con cargos que van desde el robo de autos, hasta el tráfico de drogas o de armas. Muchos son delitos denunciados por la policía local.

Esta parte es importante, no sé si jurídicamente, pero sí en términos del sentido, el profundo, que tiene para ellos y ellas esta lucha en la que están en la disposición de perder todo, y de hecho, lo pierden: bajo cargos de delincuentes se tiene y –a veces- se procesa a los presos políticos. A los que fueron emboscados y acribillados, la “Procuraduría de Justicia” los presenta como muertos en “riña callejera, ocasionada por exceso de alcohol”. Es una operación simbólica fuerte por la cual se elimina de la responsabilidad política a los agresores, que son parte del gobierno, por la que se desvirtúa la acción y lucha política de las víctimas, y por la que se mancilla la memoria social de un movimiento.

Respiro profundo. Vuelvo a pensar en los operativos. Esos que describí antes son como de película gringa. Es muy fuerte que existan aquí y que se financien en uno de los estados más pobres de la República Mexicana. Hay otro operativo que me impactó mucho más por el despliegue de autoritarismo y la burla que representa: Irrumpe la policía el día del tequio o trabajo comunitario, para llevarse a algunos líderes. La comunidad, cuyo trabajo de esa jornada giraba en torno a la construcción, se defiende con ladrillos. Después de horas de lucha, de balas contra ladrillos, la policía se va. Quedan muchos heridos. Son llevados al centro de salud donde, por falta de medicamentos y equipo, no pueden ser atendidos. Llaman a las ambulancias. Después de unas horas llegan las ambulancias y se llevan a los heridos. En ellas venían “judiciales vestidos de doctores”. Esos heridos despertaron amarrados a una cama de hospital y están presos.

Sobra decir que no hay ningún porro ni escolta del “gobernador” –que son parte importantísima de los operativos violentos que emprende el gobierno-, ni tampoco ningún policía, en la cárcel o ni siquiera acusado por las agresiones y asesinatos que cometen, pues después de algunas horas, salen libres “por órdenes del gobernador”.

La injusticia es extrema. Tampoco es sólo de ahora, hay presos que llevan 2 o 3 meses en la cárcel, producto de los operativos de Ulises Ruiz, pero hay otros que llevan más tiempo, 4 años, 9 años. La miseria, la manipulación, el cacicazgo, el autoritarismo, la falta de un estado de derecho, datan de muchísimos años atrás en Oaxaca (y en muchas otras partes del país).

Regreso a la voz de las mujeres. Observo en ellas la profunda necesidad de hablar, con nerviosismo, con llanto, con angustia, con rabia, pero sobre todo, con mucha claridad. Aunque empiecen sus narraciones con un “yo no sé por qué…, “…estoy aquí”, “…este año me involucré más que otros”, o un “no tengo ni idea por qué….”, “…se lo llevaron”, ”…desapareció”, tienen la seguridad de que requieren luchar. Muchas reconocen años de lucha y liderazgo locales de sus familiares, pero siempre expresan un “no sabíamos a quien nos enfrentábamos” o un “no estábamos preparados”, la injusticia, la persecución y castigo gubernamentales sobrepasan todo límite pensable, y aunque tienen miedo, saben que no pueden echarse para atrás. Hasta ahora, 11 asesinados, 8 torturados y 5 detenidos, son el saldo que hasta el 25 de octubre contaba la APPO en los últimos 3 meses, cuando se desató con tremenda violencia la represión en la ciudad de Oaxaca. Sumemos ahora los otros que la entrada de la Policía Federal Preventiva ha dejado y dejará.

Pienso en lo que sienten esas mujeres que van buscando a sus familiares en distintas penales durante días sin que nadie “les diera razón”. ¡Qué frase!, ¿es que alguien puede dar razón ante esta situación totalmente irracional?

Yo nunca había estado cerca de la guerra. Por eso me impacta y me enferma. Pero lo que más me impacta, es cómo la lucha y la necesidad de sobrevivir empiezan a normalizar situaciones que son extremas e intolerables para quienes estamos fuera: decir “por suerte no está tan torturado”, como si hubiera parámetros más o menos aceptables de tortura, o referirse al paso de las “caravanas de la muerte” (camionetas blindadas que secuestran o matan gente) como se habla de cualquier otra cosa, evidencian la cercanía y habitualidad de cosas que no deben tomarse como usuales ni como norma. Es una más de las sinrazones.

Junto a todo este horror, siempre aparecen también con igual, de hecho, con mayor contundencia, la dignidad, la fortaleza humana capaz de enfrentarse a todo, de sobreponerse, de construir, de luchar. Un ejemplo son las mujeres de la Coordinadora que espontáneamente han formado barricadas, comités de vigilancia, de defensa, de movilización, de apoyo a campamentos, brigadas móviles, tomas de oficinas, y de muchas otras cosas para defenderse, para evitar que trasladen a los presos, para cuidar sus calles, sus esposos, sus hijos, su propia vida. Mujeres que tras una marcha para mostrar su repudio al “gobernador” Ulises Ruiz y al régimen opresor bajo el que viven, y ante el hartazgo producido por la indiferencia y la manipulación de los medios de comunicación, que sólo “difaman” al movimiento, tomaron las instalaciones de tele y radio locales, y echaron a andar la radiodifusora. Mujeres que, sin nunca haber visto un micrófono, se convirtieron en comunicadoras y en activistas políticas que luchan por la libertad, que recuerdan a “los caídos”, que politizan a la gente, que les permiten expresarse. Mujeres que quieren seguir luchando, que no se cansan, a quienes les duelen sus esposos, padres, hermanos desaparecidos o presos, pero a quienes más les duelen las condiciones de vida que tienen y por eso se entrega a la lucha.

En Oaxaca no ha habido clases, pero cómo nos enseñan esas mujeres y hombres valientes que luchan por justicia y una vida digna. Escribo esta memoria personal como muestra solidaria con esas mujeres a quienes me uno para denunciar la injusticia, la violación sistemática a todos los derechos humanos y garantías constitucionales, y la violencia extrema como forma de mal gobierno, y a quienes agradezco profundamente este aprendizaje doloroso que comparten con nosotras.

¡FUERA ULISES RUIZ!, ¡ALTO A LA REPRESIÓN!, ¡PRESOS POLÍTICOS, LIBERTAD!

jueves, noviembre 02, 2006

Oaxaca y los nuevos Rurales de la Federación

por Lorenzo Meyer
Reforma

En Oaxaca hay un PRI que lleva 77 años ininterrumpidos en el poder y también una lección de la que todos deberíamos sacar las conclusiones apropiadas.

Historia
En el porfiriato maduro, el Cuerpo de Rurales de la Federación, unos 5 mil, era el brazo ejecutor de última instancia de la política del régimen. Hoy, ese lugar pareciera ocuparlo la Policía Federal Preventiva (PFP). Los Rurales, creados en 1861, eran un cuerpo militarizado dependiente de la Secretaría de Gobernación, con uniforme gris, muy móvil, bien montado y armado -características no muy distintas de la PFP-, que le sirvió bien a don Porfirio para apagar los fuegos sociales que estallaron con regularidad en varias partes del país a fines del siglo XIX e inicios del XX. El profesor Paul J. Vanderwood en su libro Desorden y progreso (México, Siglo XXI, 1986) los llamó "la policía del presidente". De nuevo, a la PFP le viene al pelo la caracterización de sus antecesores.
Paradojas
Es significativo que los carros antimotines adquiridos por Carlos Salinas en 1994 -el año de la aparición de los rebeldes neozapatistas y del asesinato de Luis Donaldo Colosio- se hayan finalmente empleado ahora, justo al concluir el primer gobierno de un nuevo régimen político y que se supone estaría comprometido con lograr que México pase definitivamente del viejo y prolongado autoritarismo a la nueva democracia. Sin embargo, es aún más revelador que el empleo de los carros y de "la policía del presidente" haya sido para retomar la ciudad de Oaxaca con el fin de devolver el poder a un gobernador del PRI que lo había perdido meses atrás como resultado de una movilización social iniciada por maestros pero secundada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), cuyo objetivo central es poner fin a un sistema de gobierno local cuyas raíces siguen enterradas y nutridas en una tradición premoderna y antidemocrática.Tampoco puede dejar de llamar la atención y ser revelador el que la toma de Oaxaca por "los federales" haya tenido lugar el mismo día que en Brasil se llevó a cabo una elección sin problemas y donde el electorado, en una segunda vuelta y con muy alta participación, reconfirmó a la izquierda como la encargada de conducir los próximos cuatro años al mayor país latinoamericano. En fin, el pasado domingo se pusieron de manifiesto, una vez más, las paradojas y contrastes latinoamericanos.A punto de entregar el gobierno y tras haber pospuesto por cinco meses, de manera tan evidente como poco imaginativa, el enfrentar la parte que le correspondía, Fox finalmente recurrió a la PFP para intentar cortar de tajo el nudo gordiano en que se dejó convertir el conflicto oaxaqueño. Hoy, el zócalo de la vieja Antequera está ocupado pero el resto de la ciudad y de la entidad no están en paz ni el problema está resuelto, como afirma el Presidente. ¿Solución o administración del problema? La historia muestra numerosos conflictos políticos complicados donde el problema no se resuelve, simplemente se administra. Y posiblemente eso es lo que estamos viendo en este caso. Pero ¿qué posibilidades y alcances puede tener este tipo de "administración"? La pregunta es obligada pero la interrogante es imposible de responder con certeza.En un análisis de lo inmediato, el factor que explica que 5 mil efectivos de la PFP, apoyados en el trasfondo por elementos militares, hayan tenido que ocupar Oaxaca, es la muerte el viernes 27 de tres personas que tuvo lugar en esa ciudad, entre ellas la de un ciudadano estadounidense, un camarógrafo y activista neoyorquino: Bradley Roland Will. Los muertos, incluido el señor Will, quedaron en el lado insurgente. No fueron esas, desde luego, las primeras víctimas, pero sí la primera vez que la embajada norteamericana pidió cuentas y el esclarecimiento de un hecho que, por otra parte, no tiene nada de misterioso: quienes dispararon ya fueron identificados como miembros de una estructura local del poder que está cuestionada.Es posible imaginar, aunque no asegurar, que ese incidente violento fue premeditado, que buscaba ser la justificación de una intervención supuestamente definitiva, aunque seguramente el asesinato de Will no era parte del esquema. Los otros factores explicativos inmediatos son: a) el arreglo económico al que llegó el gobierno con los maestros para que estos últimos tuvieran el aumento salarial demandado -lo que solucionaría el motivo original de la disputa- y abandonasen las filas de los malcontentos y b) la cercanía del cambio de gobierno.En efecto, al Presidente saliente, al entrante, al partido de ambos y a los muchos y muy poderosos intereses que apoyan al grupo actualmente en el poder -empresarios, iglesias, el SNTE, etcétera- les interesaba que el conflicto en Oaxaca no pusiera en peligro el apoyo condicionado que el viejo PRI está negociando con el gobierno saliente y el entrante. Para este último, con el respaldo de apenas un 35 por ciento del electorado, es vital que legisladores y gobernadores priistas faciliten la toma de posesión del 1o. de diciembre. De lo contrario, el segundo gobierno del nuevo régimen haría su primera entrada al escenario en condiciones de peligrosa debilidad.La ocupación de la ciudad de Oaxaca por la PFP en apoyo de un gobernador priista incapaz de sostenerse por sí mismo pudiera, aunque no sin dificultades, resolver en lo inmediato para el gobierno federal, el problema de la rebelión del sur. Sólo le es necesario sostener la situación por 28 días más. Esa solución se facilitaría aún más si el gobernador impugnado decidiera, finalmente, pedir licencia o renunciar, como ya lo demandan incluso algunos priistas. Sin embargo, aun en ese caso, el problema de fondo estaría sin resolverse. En Oaxaca, la PFP es apenas un vendaje que mal cubre una herida social y política profunda, en donde la infección permanece.
Lo que hay bajo el vendaje
El choque inicial que ha llevado a la situación actual en la antigua Antequera se dio el 22 de mayo entre el gobernador y la sección 22 del sindicato de maestros (SNTE) por una disputa salarial. Sin embargo, el contexto de ese conflicto tiene una historia larga que parte de un escenario de rezago social inexcusable. Fue en mayo de 1980 y en Oaxaca -en este análisis simplemente sigo a Víctor Raúl Martínez del IISUABJO- cuando surgió el Movimiento Democrático Magisterial que luego se transmutó en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, disidente del SNTE. Desde entonces, el magisterio de Oaxaca ha seguido un camino propio, que se refleja en su acción sindical, misma que está influida por su peculiaridad social: la de contar con una importante raíz indígena y campesina.El motor de la acción sindical reciente del magisterio oaxaqueño ha sido conseguir la "rezonificación" (pasar de la zona 2 a la 3 para tener un aumento salarial por concepto del costo de vida, como sucedió en Chiapas). El 22 de mayo los profesores oaxaqueños estallaron la huelga al confrontarse su demanda por mil 400 millones de pesos con los apenas 60 millones ofrecidos por el gobernador. Cuando en julio llegaron las elecciones presidenciales, el millón de votos prometidos al PRI por el gobernador de Oaxaca se redujeron a sólo 450 mil; el viejo partido de Estado perdió nueve de los 11 distritos en juego y las dos senadurías de mayoría. No obstante tener una base política tan mermada, el mandatario estatal, con el soporte de los presidentes municipales priistas y de ciertos empresarios y comerciantes, ordenó a la fuerza pública acabar con el plantón de los maestros el 14 de junio. Pero su fuerza de 800 policías resultó no sólo insuficiente, sino contraproducente, pues fue derrotada a palos y pedradas y el enfrentamiento callejero con el magisterio transformó un conflicto sindical en otro de carácter político y social. En palabras de Martínez Vásquez, los maestros se convirtieron en un "catalizador de la inconformidad y protesta social contra el régimen autoritario y despótico de Ulises Ruiz". Así nació la APPO y el conflicto de Oaxaca se catapultó al plano nacional.Sin el control de los estados aún en su poder, el PRI sería casi nada, de ahí la defensa numantina de un gobernador de tiempo atrás incapaz de gobernar pero que explota a fondo la necesidad que el gobierno tiene de su apoyo. Pero ese apoyo mutuo PAN-PRI tiene costos. En situaciones normales, problemas como el oaxaqueño se podrían haber administrado, y quizá resuelto, sin violencia. No fue el caso, por impericia y complicidades se le dejó crecer hasta convertirse en crisis. Hoy en Oaxaca hay un PRI que lleva 77 años ininterrumpidos en el poder y también una lección de la que todos deberíamos sacar las conclusiones apropiadas.

Oaxaca: culpables, las víctimas

Marcos Roitman Rosenmann

Conforta sentirse gobernado por dirigentes responsables. Vivir en un mundo donde todo parece estar en orden. Es un desasosiego para el espíritu. La certidumbre suscita un placer difícil de explicar. Todo está controlado, nada se escapa al sistema y la vida se desarrolla sin sobresaltos. Más aún cuando las noticias que recibo, en este mi primer mundo de residencia, me alertan de los malos tiempos que corren en países aferrados a un pasado bronco y sus actores forman parte de un complot para retrasar la llegada de la globalización. El encabezado comienza ubicando el problema Oaxaca, México. Así, nos enteramos, es la periferia. Aunque ya estamos acostumbrados. En ese país, dicen los gachupines, hace tiempo suceden cosas extrañas. Izquierdistas, populistas, insurgentes, indios, zapatistas, los de abajo, ahora unos maestros se han tomado esa ciudad. Unos violentos han decidido romper con las buenas maneras de hacer política. Contra ellos, no se puede ni debe tener contemplaciones. Ya se fue indulgente, han transcurrido cinco meses, la paciencia tiene un límite. Es necesario actuar, anticiparnos a otra desgracia mayor. La ética de la responsabilidad obliga a tomar decisiones en nombre de la razón de Estado y la ingobernabilidad. Ser complaciente es de papanatas. Alguien debe pagar haber puesto en peligro la vida de tantos ciudadanos honrados que viven angustiados en una ciudad sin ley. El poder debe tomar conciencia y no dejar para mañana los deberes. El nuevo presidente debe encontrarse con un país en calma. ¿Se refieren a Felipe Calderón?

El mensaje enternece, cala hasta los huesos y cabe solidarizarme con quienes padecen el caos. Malditos sean los otros, los hacedores de tanto oprobio. Los maestros y sus aliados, los pueblos indios, los estudiantes, las amas de casa, los pobres y explotados. Son unos terroristas, se han tomado la ciudad e instaurado un poder popular vandálico. Gentes que han roto la estabilidad del buen gobierno del Estado ejercido democráticamente por el PRI en la figura de don Ulises Ruiz, un hombre controvertido, pero apegado a la legalidad. No crean que me he vuelto loco. Ese es el contenido de las noticias que emanan los medios de comunicación social en Madrid. Quien consuma la prensa escrita, escuche la radio y vea la televisión pública o privada se forma esa imagen. Es indiferente si se trata de la cadena de emisoras del episcopado la COPE, del grupo Prisa la SER, del periódico El Mundo, La Razón, el ABC o El País. También RTVE, Antena 3, Telemadrid, CNN, La cuatro, o Tele 5. Cualquier medio presenta el problema de esta manera: salvo retoques, los responsables son las víctimas. Es decir, el pueblo de Oaxaca y su asamblea: la APPO. Como ejemplo, sirva el editorial de El País del domingo 29 de octubre.

El editorialista se despacha a gusto, manifestando que ya era hora que las fuerzas de orden público intervinieran ante tanta dejación. Eso sí, no pierde ocasión de echar un rapapolvo al presidente Fox por no haber apoyado con prontitud al gobernador Ulises Ruiz a pesar de su torpeza. Esto es lo que escribe: "El presidente saliente Fox, en una actitud de dejación ejemplar alimentada por su temor a ser recordado como represor, ha dejado pudrirse la crisis, alegando hasta ayer su respeto por la hace meses desaparecida jurisdicción local".

¿Qué debe pensar un español que lee semejante afirmación y apenas sabe dónde esta ubicado Oaxaca? En un alarde de buen lector, toma aliento, deja volar su imaginación y construye el escenario. Visualiza un territorio sin ley, con muertos en las calles, en una ciudad colonial sin orden sitiada por energúmenos. No hay salida. Es necesario revertir la situación. De lo contrario se avecina una insurrección. La ingobernabilidad no puede continuar. Los subversivos y la violencia se han adueñado de las calles. La paz debe reinstaurarse y hay que detener y castigar a los responsables. Alguien debe asumir la culpa de haber dejado a los niños sin escuela, a los empresarios sin sus ganancias, a los bancos sin sus transacciones, a los turistas sin sus visitas guiadas, a los beatos sin sus misas, a las putas sin la prostitución, a los vendedores de favores sin vender su dignidad, a los políticos de feria sin inauguraciones. Se hace necesario acudir a la fuerza. Así, el editorialista nos lleva por el camino deseado. Nos pone en bandeja cómo pensar. La conclusión es evidente y se tiñe de sangre: "Cuatro muertos a balazos en una noche, entre ellos un periodista estadunidense, han hecho finalmente irrumpir la realidad de Oaxaca en los corredores del poder. Más vale tarde que nunca. Bienvenidas las fuerzas federales si su presencia sirve para zanjar urgente y civilizadamente una crisis que jamás debió alcanzar sus dimensiones actuales".

Respiro tranquilo. Me siento mejor. Todo parece volver a la normalidad. Las fuerzas federales han actuado. Las noticias subsiguientes son tranquilizadoras. Ya no hay problemas en Oaxaca. Los insubordinados pierden fuerza y se van diluyendo mientras el orden se restablece. Gracias a la firme decisión del gobierno federal, las autoridades recuperan el mando de la ciudad. Hay detenidos por alteración de la paz ciudadana. Al día de hoy, sólo los defensores de los derechos humanos reclaman su violación. Es la estrategia de siempre. Se trata de cuestionar el buen hacer de las fuerzas policiales federales. Unos mentirosos y antisistémicos. Para el mundo oficial no existe otra realidad ni hay otra explicación. Contra las barricadas: tanquetas, balas y fuerza policial. Los subversivos no entienden otro lenguaje.

Pocos hablan de las causas del conflicto. Del significado de la huelga del SNTE y su sección 22. De su gestación, la emergencia de la APPO y la protesta popular. De la total falta de sensibilidad política para dar solución a los problemas. De la corrupción de un gobernador y la complicidad del PAN en su mantenimiento para sacar rédito político en la siguiente legislatura. Del uso y abuso de la fuerza enviando provocadores y pistoleros para romper el movimiento popular. De la mentira como arma política y del asesinato como mecanismo para justificar la intervención militar, encubierta bajo la policía federal. Lamentablemente, en el primer mundo, gracias a la información internacional, un sector importante de la población, ya se formó su opinión: los culpables del conflicto son sus víctimas. Por favor encarcelarlos a todos. Al igual que no hubo fraude electoral, tampoco hay problemas con el gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca. ¡Orden y progreso!

Alarma entre comunicadores y artistas

Estamos extremadamente alarmados de ver que en vez de tomar severas medidas contra los violentos paramilitares que han lanzado constantes ataques contra el pueblo de Oaxaca, el presidente Vicente Fox usa los asesinatos como pretexto para escalar la violencia contra la organización de base del pueblo.

Como compañeros trabajadores de la comunicación y artistas, honramos la memoria del periodista independiente, documentalista y respetado activista Brad Will, quien fue brutalmente asesinado mientras filmaba el movimiento popular en Oaxaca. Junto con Brad, en esta última semana murieron al menos otras seis personas a manos de agentes del ilegítimo gobierno de Ulises Ruiz y las fuerzas federales que ahora ocupan Oaxaca, entre ellas, Emilio Alonso Fabián (profesor), José Alberto López Bernal (enfermero), Fidel Sánchez García (albañil) y Esteban Zurita López.

Finalmente, en solidaridad con el pueblo de Oaxaca añadimos nuestras voces a estas demandas:

1. ¡Ulises Ruiz fuera de Oaxaca!

2. Retiro inmediato de las fuerzas federales de ocupación en Oaxaca!

3. ¡Libertad inmediata e incondicional a todos los detenidos!

4. ¡Justicia para todos los compañeros asesinados y castigo para todos los culpables en todos niveles!

5. ¡Justicia, libertad y democracia para el pueblo de Oaxaca!

Noam Chomsky, John Berger, Arundhati Roy, Antonio Negri, Naomi Klein, Howard Zinn, Eduardo Galeano, Alice Walker, Michael Moore, Tariq Ali, Mike Davis, John Pilger, Michael Hardt, Alessandra Moctezuma, Anthony Arnove, Bernadine Dohrn, Camilo Mejía, Roxanne Dunbar Ortiz, Daniel Berger, Danny Glover, David Graeber, Eve Ensler, Francis Fox Piven, Gloria Steinem, Gustavo Esteva, Jeremy Scahill, Mira Nair, Oscar Olivera, Roisin Davis, Starhawk y Wallace Shawn.

miércoles, noviembre 01, 2006

Oaxaca desde los Estados Unidos

Bandas ligadas a políticos priístas siembran la violencia en Oaxaca

-La intención es culpar a la APPO y que fracasen las acciones de la PFP: fuentes gubernamentales
-Se inicia la segunda fase del operativo con el patrullaje federal por toda la capital del estado
GUSTAVO CASTILLO, ENRIQUE MENDEZ; OCTAVIO VELEZ ENVIADOS Y CORRESPONSAL

Oaxaca, Oax., 31 de octubre. El gobierno federal detectó que grupos ligados a políticos priístas han cometido actos delictivos y de violencia en distintos puntos de esta capital, con la intención de que se culpe de esos hechos a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y fracasen las acciones de la Policía Federal Preventiva (PFP), revelaron mandos de las fuerzas federales.

Los funcionarios indicaron a La Jornada que en las próximas horas la PFP realizará patrullajes por toda la capital, como parte de la segunda fase de la operación policiaca iniciada el domingo pasado. Una tercera fase comprende cumplimentar más de 200 órdenes de aprehensión libradas por jueces federales y locales en contra de los líderes del movimiento.

En ese escenario, los agentes federales y militares ya no sólo vigilarían el zócalo de esta ciudad, sus calles aledañas y los principales accesos a la capital oaxaqueña, sino que realizarían rondines a partir de mañana.
Surgen más barricadas

Los elementos de la PFP tendrán la encomienda de evitar el levantamiento de nuevas barricadas o bloqueo de vialidades por parte de la APPO o cualquier otra organización ciudadana o política. Por ello, este martes comenzó el retiro de vehículos quemados, limpieza de calles, recolección de piedras y basura, y la discreta vigilancia de aquellas zonas donde miembros de la Asamblea Popular -o ciudadanos que simpatizan con su movimiento- levantan barreras con fragmentos de tabique o piedras pequeñas cada vez que alguna unidad policiaca las destruye.

La segunda fase del plan de la PFP comprenderá todas las vialidades -excepto las arterias cercanas a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO)-, a fin de evitar confrontaciones (en este momento) con estudiantes, docentes y trabajadores de esa casa de estudios, así como colonos afines a las exigencias de las organizaciones sociales.

A decir de los mandos entrevistados ''nadie en la APPO o la sección 22 (del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) ha dado la justificación para terminar de tajo con su movimiento: el uso de un arma de fuego. Nuestro deseo es que todo siga así, porque no se ha desplegado toda la capacidad que tenemos. Pero tampoco somos una fuerza de ocupación. Simplemente buscamos que se termine con esos grupos que en este momento se encuentran fuera de control y buscan reventar la labor de la corporación y dañar el movimiento magisterial y social'', indicaron.

En ese contexto se inscribe, dijeron, el hecho de que los grupos de ''delincuentes han sido enviados para sembrar miedo y desconcierto en la ciudadanía, y desconfianza en la policía, para que se responsabilice a integrantes de la APPO por actos no cometidos. Sin embargo, las labores de inteligencia que se realizan desde hace varias semanas nos han permitido ubicar que grupos de jóvenes se hacen pasar por universitarios o miembros de la APPO, pero en realidad obedecen a ex funcionarios, ex legisladores o políticos en funciones afines al PRI''.

Uno de los comandantes a cargo de la distribución de pelotones de la policía -y que participa en la toma de decisiones- dijo que, por ejemplo, en las horas recientes ''un grupo de jóvenes ha recorrido diversas avenidas a bordo de varios vehículos y cometen ilícitos como robo de cajeros automáticos, a transeúntes, a comercios, y también destruyen el patrimonio municipal, estatal y federal''.

De acuerdo con las versiones obtenidas, la intención de la PFP en esta segunda etapa es hacer que los habitantes de la capital de Oaxaca piensen que todo quedó atrás y se recupere la confianza para salir a las calles. En cuanto a la tercera fase, su aplicación dependerá del tiempo que duren las negociaciones entre la Asamblea Popular, la sección 22 del SNTE y el gobierno federal.

Esta etapa comprende que, además del patrullaje que realice la PFP (sin el apoyo de policías estatales o municipales), se buscará cumplimentar más de 200 mandamientos judiciales que han sido librados y que señalan la comisión de delitos del fuero común y federal. Entre los ilícitos existen acusaciones que no permitirán la libertad bajo fianza, por ser considerados graves, indicaron los funcionarios.

En esta fase se decidirá finalmente el tiempo que la Policía Federal Preventiva permanecerá en Oaxaca; sin embargo, ''estamos para permanecer el tiempo que sea necesario y pueden ser meses'', señalaron los entrevistados.

Respecto a la presencia de la PFP en el zócalo oaxaqueño, los comandantes revelaron que en apariencia cualquier grupo (en este caso de la APPO) puede meter en una ratonera a los agentes, sin embargo, cabe recordar que por ello se han distribuido en círculos de control.

Los elementos están en pleno zócalo y a lo largo de varias calles para evitar que cualquier grupo, trátese de priístas u opositores al gobernador Ulises Ruiz, llegue a la plaza; la presencia en ese lugar, aunque es mera cuestión simbólica, no se dejará pasar, dijeron los funcionarios.

Para tener el control de la entidad informaron que si bien su despliegue abarca en este momento todos los accesos carreteros al estado, y primordialmente su capital, apenas una cuarta parte de los efectivos que llegaron entre viernes y sábado se encuentran visibles.

Por otra parte, se dijo que suman 32 las personas detenidas como parte de estas acciones policiacas, de las cuales 22 están encarceladas en Miahuatlán y el resto -aprehendidas el pasado lunes cuando se dirigían a la capital de Oaxaca- fueron interceptadas por elementos de la PFP en el municipio de Nochixtlán y enviadas al penal de Tlacolula, acusadas de robo agravado (de ocho autobuses).

En los próximos días se definirá la situación jurídica de Víctor Manuel Alejo Plata, ex dirigente del Consejo General de Huelga durante el movimiento estudiantil de 1999 en la UNAM; Manuel Villegas Mora, integrante de la dirigencia provisional de la APPO; Pedro Osorio Nicolás, secretario general de la sección magisterial en Tlaxiaco; Sergio Carlos Reyes, así como los profesores Cuitláhuac Santiago, Nahúm Ojeda García, Omar José Pérez, Sergio Barrios Robles, Usiel López Aparicio y Claudio Martínez Chávez.

Hasta el momento no se reporta ningún detenido por delitos del fuero federal. Mientras, la procuraduría del estado inició la averiguación previa 1311/CH/06 por el delito de robo específico, supuestamente porque los detenidos en Nochixtlán viajaban en compañía de otras 70 personas aproximadamente, y al llegar a la terminal en Tlaxiaco se llevaron tres autobuses Cristóbal Colón y dos de la línea Sur, por lo cual el representante legal de la empresa, Clemente de Jesús Ruiz Pacheco, presentó una denuncia y se giró oficio de colaboración con la PFP.

Según la versión de las autoridades locales, la madrugada del pasado domingo los autobuses fueron interceptados a la altura del poblado de Nochixtlán -por elementos de la Policía Federal Preventiva- y los líderes fueron puestos a disposición de la procuraduría estatal e internados en el penal de Tlacolula.
El Ministerio Público tiene hasta este miércoles para consignarlos y determinar su situación jurídica.

martes, octubre 31, 2006

Zócalo oaxaqueño secuestrado por PFP

Oaxaca de mis Dolores







Una Imagen dice mas ...

Oaxaca, Oax. Una anciana reclama a miembros de la Policía Federal
Preventiva que se mantienen en uno de los accesos al Zócalo. Ap

Muerte en Oaxaca!

lunes, octubre 30, 2006

Arde Oaxaca

Que pasa en Oaxaca,despues que la PFP,entro en la ciudad

Oaxaca, soledad en llamas

Estoy de acuerdo con el autor. El movimiento proamlo no es mas que un movimiento electorero que perdera su fuerza si no hace compromisos reales o al menos se solidariza con la sociedad que se organiza.
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Adolfo Gilly

El conjunto de organizaciones políticas y sindicales institucionales, pese a sus diferencias entre sí, en la hora de la prueba están dejando a Oaxaca en la soledad. Nada de las grandes manifestaciones que salieron a detener la guerra contra el zapatismo en 1994, ni siquiera de las que se alzaron contra la masacre de Acteal. La rutina electoral, es decir, la lógica de las instituciones existentes, así sea para vituperarlas de labios para afuera, los ha ganado a todos. Declaraciones hay, protestas también, pero de movilizar fuerzas como pudieron hacer muy poco ha en la disputa electoral, nada.

El PRD está absorbido por la disputa parlamentaria. En el Congreso pidió desaparición de poderes y juicio político. Si no se pudo, ni modo, ya salvamos nuestro honor y nos vamos de puente. Los gobernadores elegidos por el PRD, todos, incluido el del Distrito Federal, firmaron en la Conago junto a Ulises Ruiz. La CND, motivo de tantas ilusiones y encandilamientos, ha demostrado su inexistencia a todos los efectos prácticos, salvo la recolección de votos y la disputa por ellos.

El viejo pacto entre el PAN y el PRI, movilizado ahora en defensa de Ulises Ruiz y contra el pueblo oaxaqueño, ya lleva 15 muertos en Oaxaca para sostener a un gobernador repudiado y oponerse a un legítimo movimiento social del pueblo oaxaqueño. Ahora han metido a la PFP y a elementos militares disfrazados de PFP, una muestra más de su impotencia y descrédito para alcanzar soluciones políticas, como en cambio solían lograrlo en el pasado.

El pacto PRI-PAN no es una novedad. Viene desde la fundación del PAN en 1939, como heredero legal del sinarquismo y voz política de la jerarquía eclesiástica y de los conservadores mexicanos. Nunca dejó de funcionar en los momentos cruciales: en la represión a la huelga ferrocarrilera de 1959, el movimiento estudiantil popular de 1968, la guerra sucia de los años 70, la restructuración neoliberal desde 1982, el fraude de 1988 (con su secuela de cientos de muertos del PRD y otros, porque la resistencia entonces no fue juego), la quema de las actas en 1991, la liquidación de los artículos 27 y 130 constitucionales, la firma del TLCAN, la represión en Chiapas desde 1994, la ruptura de los acuerdos de San Andrés y el voto contra la ley Cocopa, el Fobaproa, el pacto de bufones donde 360 diputados de ambos partidos votaron unidos el imposible desafuero de López Obrador, la negativa a que se verificara el resultado electoral de 2006 en un nuevo conteo de los votos. La lista es interminable y no registra fallas importantes.

Hoy el PRD con sus dos máscaras, la institucional llamada Frente Amplio Progresista y la parainstitucional llamada Convención Nacional Democrática, no quiere ni puede movilizar, en defensa de Oaxaca y contra la represión del gobierno federal, a las fuerzas populares que apenas en septiembre reunió en el Zócalo contra el fraude electoral. Por fortuna La Jornada y varios otros medios (uno de ellos, Indymedia, ya pagó con la vida de uno de sus reporteros), así como incontables voces individuales, mantienen la información, la protesta y la indignación (¡salud, Blanche, siempre en el lugar!). Pero su tarea no es, no puede ser, organizar la movilización. Ella corresponde a quienes tuvieron en julio 15 millones de votos y cuentan, como entonces se vio, con el aparato adecuado. Pero por este lado, nada. Repiten con Oaxaca lo mismo que hicieron con la represión sobre Atenco, que ya anunciaba cuáles serían los métodos en adelante.

La carta de Andrés Manuel López Obrador, publicada el domingo 29 de octubre en La Jornada, no es aceptable. Se limita a denunciar la acción policial, el pacto entre el PAN y el PRI y el gobierno "siniestro y represor" de Ulises Ruiz. Declara que la renuncia de éste es la única solución posible y recuerda que en la elección de julio pasado la mayoría de los oaxaqueños votó por su candidatura. Es todo.

La secuela de estas constataciones puede suponerse que sería llamar a una gran movilización en el Distrito Federal y en otros lugares de la República en defensa del movimiento oaxaqueño, contra los asesinatos de los paramilitares de Ulises Ruiz y contra la represión del gobierno federal. Un llamado así, viniendo de quien tuvo 15 millones de votos, llenaría a desbordar el Zócalo y otras muchas plazas de la República. Una mera denuncia tardía y nada más, como es el contenido de aquella carta, no sirve para nada.

Cuando escribo estas líneas, Oaxaca está siendo ocupada por las fuerzas federales que el gobierno del PAN ha lanzado en defensa de un gobernador asesino del PRI. Hoy hay dos muertos más. No pido a los dirigentes de la CND que movilicen sus fuerzas en las plazas y los centros de trabajo y estudio de la República, primero porque no lo harán, segundo porque tampoco disponen de ellas. Tampoco lo pido al jefe de la oposición, Andrés Manuel López Obrador, porque su carta dice que tampoco tiene intención de hacerlo.

Ante la indignación y el pasmo del pueblo mexicano, que contempla atónito como una vez más las fuerzas represivas del gobierno federal atacan a un movimiento popular masivo y legítimo y tratan de acorralarlo y empujarlo a los extremos y a los desmanes; y ante la protesta, las denuncias y las movilizaciones de organizaciones populares, de derechos humanos y otras, que hoy por hoy no disponen de fuerzas mayores, el silencio y la pasividad de las grandes organizaciones deja a Oaxaca librada a sus propias fuerzas, a su coraje, a su capacidad de maniobra y a su propio y antiguo entramado organizativo.

Como en el verso inolvidable del poeta de Muerte sin fin, Oaxaca es hoy la "soledad en llamas". El pueblo-pueblo de Oaxaca podrá salir de esta prueba golpeado, pero posiblemente más organizado. Los recolectores de votos, por su parte, ya tendrán ocasión de recordar otros versos: "Arrieros somos y en el camino andamos / y cada quien tendrá su merecido".

domingo, octubre 29, 2006

Oaxaca: crisis de derechos humanos

Editorial de La Jornada

La violencia que el estado de Oaxaca vivió el pasado 27 de octubre es el punto culminante de una grave crisis en materia de derechos humanos. Una crisis que se agravó con la llegada de Ulises Ruiz al gobierno del estado hace más de un año, pero que le precede.

El ejercicio de la autoridad gubernamental en la entidad se caracteriza por sus prácticas arcaicas, verticales y autoritarias. Desde hace más de 20 años Amnistía Internacional ha mostrado en sucesivos reportes el deterioro profundo en el que se encuentran los derechos humanos en la entidad. En su informe México: bajo la sombra de la impunidad, publicado en marzo de 1999, reportaba cómo la violación a las garantías fundamentales se había agravado en México, particularmente en los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, donde se habían presentado casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones políticas. La situación era tan delicada que la Federación Internacional de Derechos Humanos, la misma Amnistía Internacional, la Organización de Estados Americanos y la Organización de las Naciones Unidas enviaron delegaciones al país para investigar los agravios cometidos.

Graves violaciones a los derechos humanos se perpetraron en la entidad durante el gobierno de Diódoro Carrasco (1992-1998), entonces militante del Partido Revolucionario Institucional, hoy diputado del gobernante Partido Acción Nacional y uno de los personajes interesados en capitalizar en su favor la crisis actual. Estas transgresiones fueron particularmente alarmantes en la región de los Loxicha, donde, con pretexto de combatir a la guerrilla, indígenas fueron detenidos arbitrariamente, torturados y obligados a firmar en blanco confesiones de delitos que no cometieron. Simultáneamente, en la región aparecieron grupos paramilitares con armas de alto poder, que asesinaron a disidentes sin que los militares y las policías que cohabitaban con ellos lo impidiesen.

Hechos similares se vivieron en Oaxaca durante el gobierno de José Murat (1998-2004). Una veintena de organizaciones sociales e indígenas organizaron en 2003 un juicio político contra el entonces gobernador por violaciones a los derechos humanos. Entre las muchas agresiones denunciadas en su contra se encuentran la matanza de Agua Fría, el secuestro y tortura de indígenas en Tanetze, la violencia contra San Pedro Yosotato, San Isidro Vistahermosa y San Isidro Aloapam.

La terrible situación que los derechos humanos vivían en la entidad se agravó aún más con la llegada de Ulises Ruiz a la gubernatura. Desde su inicio, se suscitaron severas violaciones a las garantías individuales, que llamaron la atención de organismos nacionales e internacionales. En unos cuantos meses el mandatario recibió recomendaciones y observaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, el Departamento de Estado de Estados Unidos, Amnistía Internacional, la Sociedad Interamericana de Prensa, la Oficina Ecuménica por la Paz y la Justicia de Alemania, y a escala local, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Solamente en 2005 dicha comisión emitió tres recomendaciones al gobierno del estado de Oaxaca, por violar el derecho a la libertad de expresión y el derecho colectivo de la sociedad a recibir información; por violar la seguridad jurídica y retención ilegal, y por la violación a los derechos de libertad de expresión e información.

El saldo de la violencia en el estado durante los primeros meses de su mandato fue escalofriante: encarcelamiento de dirigentes sociales, desalojo brutal de protestas ciudadanas, persecución policial de luchadores populares, detención de negociadores de movimientos sociales cuando se dirigían a pláticas con el gobierno, derramamiento de sangre en varios municipios, aplicación discrecional de la ley a insumisos. Durante los primeros seis meses de la administración de Ulises Ruiz llenó las cárceles de líderes populares.

Los organismos civiles han denunciado que el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en el estado está identificado plenamente con el gobernador, de quien fue asesor jurídico cuando éste desarrollaba su campaña electoral. Con su nombramiento, el gobierno del estado violó una serie de convenios y tratados internacionales y pasó por alto acuerdos internos en materia de organismos públicos defensores de las garantías fundamentales. La CEDH ha sido señalada de ser una institución decorativa. Su función ha quedado subordinada a los intereses del gobierno en turno.

El asesinato de civiles opositores a Ulises Ruiz el pasado 27 de octubre a manos de policías sin uniforme, no es más que el reciente eslabón de una cadena represiva inadmisible. La posible intervención de la Policía Federal Preventiva en la entidad no puede ni debe soslayar un hecho fundamental: Ulises Ruiz debe abandonar su cargo inmediatamente.

Simpatizantes de Ulises Ruiz (gobernador de Oaxaca) agrediendo a los integrantes de la APPO (el pueblo de Oaxaca)!

Denuncian a:
Juan Carlos Soriano Velasco “El Chapulín” (playera roja), policía;
Manuel Aguilar (chamarra oscura), jefe de personal del municipio,
y Avel (sic) Santiago Zárate (camisa roja), regidor de Seguridad Pública.

Muertos en Oaxaca de la Sociedad Civil por manifestarse contra el gobierno que reprime y roba!

Dignificar la vida, es honrar la muerte!
No olvidar su lucha que es nuestra,
es vivir en rebeldía construyendo la dignidad,
que aquellos que asesinan, no conocerán jamás!
Emilio Alonso Fabian

Esteban Zurita

“CONTRA EL OLVIDO Y EL SILENCIO: LA DIGNIDAD REBELDE”
Marcos García Tapia
Andrés Santiago Cruz
Pedro Martínez Martínez
Octavio Martínez Martínez
José Jiménez Colmenares
Gonzalo Sisnero Gautier
Lorenzo San Pablo Cervantes
Arcadio Hernández
Alejandro García Hernández