martes, diciembre 12, 2006

Ilusionismo endurecido

Julio Hernández López

Cual Jo Jo Jorge Falcón, el gobierno de la mano dura pide aplausos, aplausos (aunque sean grabados). Batallones de soldados y policías por todo el país, de ser necesario, para demostrar que no habrá conflicto social y político durante el Feli-pato que no merezca el envío de marciales medicinas que produzcan apariencias de mejoría tan duraderas como la presencia de los armados elementos externos en esos malestares locales. La política del miedo necesita escenarios para mostrarse, y entre más se exhiba el músculo castrense más funcionará la manipulación mediática que induce a la población a pedir y aplaudir la muy necesaria mano dura, el reino del tolete, la transición de la bota vaquera a la bota militar.

¿Problemas en Oaxaca? Envíense inyecciones intramusculares, métase en botes de alta seguridad los ingredientes supuestamente patógenos y aplíquense tratamientos traumáticos para que florezca El Mundo de la Caldera según Ulises. Allí está ya la paz del neoporfirismo: el gobernador protegido cambia de secretario de gobierno ­y abre con Teófilo Manuel García Corpus la puerta al grupo de Raúl Salinas de Gortari­ para aparentar con ese ingeniero agrónomo con maestría en derecho electoral ­Teófilo Manuel, no personalmente Raúl­ que en Oaxaca ya todo va en ruta de normalización. Tanto que la huelga en el periódico Noticias es levantada luego de una reunión entre directivos de ese diario con el gobernador repudiado. Tanto que ya se estudia la posibilidad de que la PFP deje la plaza en plenas posadas.

¿Problemas en el Michoacán lazarillo con La Familia que se ha evidenciado como el verdadero gobierno local? Pues miles de soldados en operación para demostrar que en el país hay mando, aunque evidentemente las operaciones de narcotráfico seguirán adelante porque forman parte de una realidad económica, política y social tolerada y aprovechada por las autoridades de todos los niveles, mismas que hacen como que combaten una actividad que en realidad administran. Llamaradas de verde petate o juegos de blanca nieve que establecerán en el mercado las nuevas reglas de la administración entrante.

Golpes mediáticos. Efectismo con la vista puesta en las cámaras (de televisión) y los micrófonos. El poder auténtico está en el gabinete de seguridad. Pero, ¿Cuántos soldados y policías serán necesarios para aparentar que el gobierno de la mano firme mete orden en cada caso conflictivo? ¿Cuánto está gastando el gobierno federal en las movilizaciones de miles de militares por el país? ¡Pinochet vive, la mano dura sigue!

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