Astillas

Julio Hernández López

Más glorias de la diplomacia (entreguista) en los tiempos de la cólera (social): La confirmación de la embajada en Canadá para el jefe boy scout, Emilio Goicoechea, también ratifica la alianza de complicidades entre un presidente ejecutor de un fraude electoral y un candidato beneficiado por esas trampas que luego, ya en el poder, no puede ni siquiera desmarcarse de su antecesor en un caso pequeño, pero significativo, como el del embajascout, porque corre el riesgo de seguir siendo desenmascarado por la chantajista lengua larga del vicentino conferencista ambulante que, luego de confesarse como vengativo operador electoral de 2006, ha visto fortalecidas sus pretensiones de sostener un minimato en Los Pinos. Goicoechea no tiene antecedentes diplomáticos, intelectuales, culturales o académicos como para ser enviado a representar a México a ningún lado, mucho menos a una sede dorada como es Canadá, pero esa moneda diplomática es un pago conjunto de la firma Fox-Cal a alguien que, entre otras trapacerías de guerra electoral sucia, usó la estructura gubernamental para enviar ríos de correos electrónicos para denostar a Andrés Manuel López Obrador. Quienes creen posible que Calderón, en un arranque independentista, un día de estos se decida a tocar con el pétalo de una investigación judicial a los pillos del Bajío (el padrastro, la mamá, los hijos u otros familiares), deberán tomar nota de que el beneficiario del crimen (electoral) ni siquiera se ha atrevido a vetar u obstruir a un miembro de la servidumbre del ex... Y, mientras el Frente Amplio Opositor ha iniciado acciones legales contra Bisonte Ox por el desquite electoral y las torcidas órdenes mineras, ¡feliz fin de semana, en espera de los resultados de la apuesta de Marcelo Ebrard, sin desfiles militares de por medio, contra centros emblemáticos de distribución de drogas!

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