jueves, mayo 10, 2007

Entre bazucas y cortinas ahumadas

Marcela Gómez-Zalce:

La esperanza y el miedo, mi estimado, son inherentes. Ayer se cerró otro oscuro capítulo más de la mentada política ficción encabezada por el villano favorito, Carlos Salinas de Gortari, y uno de sus operadores (desechables), Carlos Ahumada Kurtz. Otrora célebre ¿empresario? que, gracias a su original cercanía amorosa con la entonces jefa de Gobierno, Rosario Robles, logró encumbrarse, hacer controvertidos y millonarios negocios para después lanzar al mundo entero la atractiva tenebra de videos donde el sexo, la política y el dinero rasgaron, cambiando para siempre, la vida política nacional.

Videos, my friend, que fueron utilizados como la primera, de muchas partes, de esa accidentada maniobra para darle flit al puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador. Videos que, aunque no se han hecho públicos todos, mostraron el poder del cash para corromper a políticos. Videos donde algunos empresarios, citados en la famosa sala de juntas del polémico personaje, desarrollaron sugestivas conversaciones. Videos que cambiaron la vida de muchos. Videos que generaron seductora expectación. Videos que terminaron en la isla del hoy simpático Fidel Castro —donde está la verdadera historia, en más de 40 horas de grabación, del tamaño del complot contra el incómodo tabasqueño— y que quizá alguna vez le regalen al público mexicano.

Porque más allá del proceso judicial que deberá ser revisado contra esta lacrita, my friend, Ahumada sabe, y bien, que (debe andarse por la sombrita) sus patrocinadores encabezados por Rosario Robles de la manita con Salinas de Gortari (¿remember aquella divertida cita en Londres para orquestar travesuras?), Diego Fernández de Cevallos y una bola de revoltosos más incrustados en el gobierno de Vicente Fox, lo olvidaron, traicionándolo.

Y quizá estén pensando que mejor borrón... ¿sin cuenta nueva?

Ahumada, hoy que goza de su libertad, le debe al entretenido respetable la historia completa sin tapujos (que aprenda de Tunick). Con lujo de detalles, pues. Es más, como muestra de good will, debería comenzar por platicar los detalles de su conversación telefónica, ayer, con el autor de la conspicua política ficción quien asesora su ameno tour mediático, de sus múltiples contactos, aún estando tras las rejas, con Fernández de Cevallos quien hizo originales esfuerzos por negociar su salida al término de la gestión de López Obrador.

Contar sus experiencias (salvo las XXX) sobre los amagos, pero no de la administración local y de las lacritas amarillas, algunas ocupando hoy cargos en la administración de Marcelo Ebrard, invitadas a su estupendo reventón de corrupción, no, no, mi estimado, de aquellos que saben las derivaciones y el tamaño del culebrón que incluyó viajes al extranjero, contactos internacionales, ¿lavado de dinero?, videograbaciones aéreas, relaciones presidenciales, atrayentes arreglones y, of course, su estancia en la divertida isla caribeña con todo pagado.

Curiosa la forma en que se abrió la cortina ahumada concentrando los reflectores mediáticos justo cuando arrecia la guerra, literal, contra el cártel incómodo, justo cuando el discurso oficial de dar certidumbre a la inversión extranjera se derrumba ante la delincuencia organizada y justo cuando en algunos pasillos de poder & somewhere else se comenta la delicada presencia de escuadrones de la muerte, perfectamente adiestrados, que ejecutan a diestra y siniestra, limpiando la plaza, ante los ojos de los Operativos whatever.

Aciagos tiempos que vive el país donde el inquilino de Los Pinos ha definido que mejor sean las fuerzas armadas las que lleven, con la ausencia de un claro marco jurídico, la batuta contra el crimen organizado. O sea, mano firme a bazucazos.

Delicado porque la descomposición es vertiginosa en otros ámbitos y en algún momento... las cosas van a salir mal. Y la sombra de los excesos verde olivo, con tufo a venganza, aparece ya en el volátil panorama... y la historia nos ha enseñado que alguien, tarde o temprano, pagará la costosa factura. Una vez más, cuidado.

Las guerras necesitan estrategias y no golpes espectaculares. Hoy ante la inédita ausencia de los responsables civiles de las áreas de seguridad, se está pavimentando un peligroso camino donde el retorno está, digamos, comprometido.

Parecen olvidar, my friend, que el régimen apenas lleva 159 días y la pradera nacional está seca...y hace calor, mucho calor.

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