miércoles, agosto 22, 2007

El cambio climático: amenaza y oportunidad

por Gustavo Ampugnani
Director de campañas de Greenpeace México

El efecto invernadero es el proceso por el cual la atmósfera atrapa parte de la energía solar, calentando la Tierra y moderando nuestro clima. Un aumento de los gases de efecto invernadero provocado por los seres humanos está incrementando artificialmente este efecto, elevando las temperaturas globales y afectando el clima. Entre los gases de efecto invernadero se encuentra el bióxido de carbono (CO2), producido por la quema de los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) y la deforestación. El metano (CH4) y el oxido nitroso (N2O) son los gases liberados por la prácticas de agricultura intensiva o industrial que también contribuyen con el cambio climático.

En el caso de México, las emisiones de CO2 provienen principalmente del uso de combustibles para la generación de energía y transporte, la deforestación y el cambio del uso del suelo.

De acuerdo con el Panel intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC), en los próximos cien años la temperarua promedio del planeta puede aumentar hasta 5.8ºC, un aumento mucho más rápido que el experimentado hasta ahora en la historiad de la humanidad. Estos expertos, sin embargo, han advertido que con apenas 2ºC de incremento en la temperatura global las consecuencias para la vida como la conocemos serán catastróficas. Actualmente, la temperatura global se ha incrementado en 0.6ºC y es importante que hasta ahí se quede.

Con este incremento de 0.6ºC, el cambio climático ya está afectando a la gente y a los ecosistemas, y México es un país altamente vulnerable a esto. Los impactos en nuestro país se traducen en riesgos en materia de salud pública, producción de alimentos básicos, disponibilidad de agua, protección de ecosistemas, infraestructura y asentamientos humanos; además existen grandes riesgos de incrementarla probabilidad de incendios. Es alarmante la falta de atención y la carencia de políticas públicas para disminuir la vulnerabilidad de la población frente a huracanes, sequías, olas de calor y los diversos impactos producidos por el cambio climático.

La Organización Mundial de la Salud ha señalado que actualmente mueren 160 mil personas cada año debido a este fenómeno y que esta cifra se duplicará para el 2020. Las muertes ocurren en Asia, África y América Latina, principalmente. De avanzar el cambio climático, 100 millones de personas podrían estar en calidad de refugiados ambientales o climáticos debido a las sequías, inundaciones, impacto de huracanes o lluvias intensas.

En el caso de nuestro país, al menos 20 millones de personas viven en zonas de riesgo como las márgenes de los ríos, laderas de montañas, viviendas precarias, áreas con escasez de agua, con graves problemas de contaminación o que cultiva tierras de temporal, que carece de alimentos, asistencia en la salud y servicios. Es decir, que todas estas personas sufrirán en mayor grado los efectos y alteraciones derivadas del cambio climático.

Pero esto no es todo. De acuerdo con el "Primer Taller Estudio País, México ante el Cambio Climático ", 97% del territorio es suceptible de grado moderado a alto, a la desertificación y a la sequía, fenómenos que redundarían en la reducción de la producción de alimentos.

El 40% de la superficie del teritorio nacional es apta para el cultivo de maíz y los especialistas advierten que esta superficie disminuirá a sólo 25% debido al cambio climático. A su vez 50 % de la costa del Golfo de México es suceptible a un aumento del nivel del mar y se calcula que en algunas zonas el mar llegará a cubrir hasta 40 kilometros tierra adentro.

Estas son sólo algunas consecuencias del cambio climático para nuestro país.

Si bien recientemente se presentó una "Estrategia Nacional contra Cambio Climático", la realidad es que ésta carece de metas y objetivos claros. Tampoco contempla una asignación clara de recursos financieros para darnos pistas de cómo México va a enfrentar el cambio climático o fomentar el uso de las energías renovables. La falta de una estrategía clara frente al cambio climático es , también, un caldo de cultivo para el fomento de proyectos que no redundan en una reducción efectiva de CO2 enviado a la atmósfera y, además, agravan otros problemas como el de dependencia alimentaria. Es el caso de la promoción de los biocombustibles de etanol a partir del maíz. México debe pronunciarse por excluir la producción de etanol a partir de maíz de cualquier esquema de subsidios y por dirigirlos hacia soluciones más integrales y amigables con el ambiente. Por ejemplo, esas soluciones deben encaminarse a promover la eficiencia y uso inteligente de la energía o hacia un enfoque combinado de eficiencia energética y agrícola, como al reproduccion de biomasa a partir de desperdicios agrícolas (bagazo de caña).

Debido a los recientes aumentos del precio del petróleo la seguridad en el suministro se ha convertido en el tema más importante de la agenda política en materia de energía. Una de las razones de este aumento de precios es el hecho de que los suministros de todos los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) están siendo cada ves más escasos y su producción más costosa. Los días de "petróleo y gas barato" están llegandoa su fin. El uranio, el combustible de la energía nuclear es también un recurso finito, además de que este tipo de energía es muy insegura. Por el contrario, el potencial de los recursos renovables técnicamente accesibles en todo el mundo son suficientemente grandes ccomo para poder proporcionar hasta 6 veces más de la energía que consume actualmente el mundo, y para siempre.

La madurez técnica y económica de las tecnologías de energías renovables varía de unas a otras, pero son fuente que ofrecen opciones cada ves mas atractivas. Estas fuentes incluyen a la energía eólica, la biomasa, la fotovoltaica, la termosolar, la geotérmica, la de las olas y la hidroeléctrica. todas ellas tienen algo en común: producen cantidades muy pequeñas o ninguna cantidad de gases de efecto invernadero y se basan en fuentes naturales prácticamente inextinguibles como "combustible".

El desafío del cambio climático nos exige una revolución energética. La piedra angular de esta revolución es una transformación completa en las formas en que hoy producimos la energía, su distribución y su consumo. entre los expertos existe el consenso de que este cambio fundamental debe comenzar cuanto antes y que gran parte del mismo debe hacerse durante los próximos 10 años para que podamos evitar los peores impactos del cambio climático. Sólo una verdadera revolución energetica nos permitirá limtiar el calentamiento global a menos de 2 grados centígrados, por encima del cual los impactos serán devastadores.

Una verdadera revolución energética ofrecería una reducción de emisiones globales del 50% para el año 2050 en comparación con los niveles de 1990 , con una reducción de las emisiones de dióxido de carbono per cápita a menos de 1.3 toneladas por año. Estas reducciones son las necesarias para que el aumento de la temperatura global no supere los 2 grados centígrados. Un segundo objetivo es el desmantelamiento de las centrales nucleares. Para lograrlos, el escenario resalta los importantes esfuerzo que habrá que realizar con el fin de explotar plenamente el gran potencial de la eficiencia energética. Al mismo tiempo, todas las fuentes rentables de energías renovables deben ser utilizadas para la generación de calor y de electricidad, así como en la producción de combustibles.

Para lograr esto, es necesario poner fin a todas las subvenciones de combustibles fósiles y energia nuclear e internalizar los costos hoy no considerados (ambientales, sociales, etc..).

Es hora de actuar para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que la temperatura media global del planeta supere los 2 grados centígrados, ya que de otro modo las consecuencias serán devastadoras para la vida en este planeta tal como lo conocemos. El cambio climático es la mayor amenza que enfrenta el planeta, es un problema que no admite demagogia, miopía ni dilaciones. Tenemos un escaso margen de maniobra y debemos aprovecharlo.

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