Ya se supo: los capos de los cárteles del PRI en las cámaras de Diputados y de Senadores, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, con la bendición de la presidenta del partido, Beatriz Paredes, le dieron el toque final a la reforma fiscal calderonista: se bajará la CETU –contribución empresarial a tasa única– a 14 por ciento (el proyecto de Agustín Carstens proponía 16) y para nivelar el presupuesto se asestará a las clases medias y populares un gasolinazo de 35 centavos por litro. No es mala idea que se baje el impuesto a las empresas del país, lo habíamos sugerido en esta sección, pero es un atraco que se haya negociado a cambio del gasolinazo. La recaudación que se obtenga será destinada a los gobiernos de los estados, es decir, a los gobernadores, y supuestamente a los municipios les tocará también una parte. La mayoría de los gobernadores son priístas. Tomen nota, amigas y amigos, de quiénes son algunos de los que resultarán directamente beneficiados con el dinero que tanto trabajo les cuesta ganar a ustedes: el góber precioso de Puebla, Mario Marín; el atrabiliario Ulises Ruiz, de Oaxaca; el mapache Fidel Herrera, de Veracruz, y el próspero Eduardo Bours, de Sonora.
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