Carmen Aristegui F.
Para Germán Dehesa.
MADRID.- El día de ayer se proclamó a los ganadores de los premios internacionales de periodismo Rey de España de prensa, televisión, radio, fotografía y digital; al Premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España y al trabajo merecedor del Premio Don Quijote de Periodismo, patrocinado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por el trabajo mejor escrito. Desde aquí informo, con alegría, que el ganador del Quijote resultó, por unanimidad, nuestro querido Germán Dehesa, autor de la Gaceta del Ángel del periódico Reforma por su trabajo "¡Ah, qué tiempos!", publicado el 22 de junio de 2007. El jurado destacó la "síntesis brillante" que hace entre el idioma español y el habla popular mexicana. Felicidades a Germán, a quien próximamente invitarán para recibir el galardón de manos del rey de España. Participé en mi calidad de periodista mexicana como parte de este jurado internacional. Álex Grijelmo, figura referencial de las mejores prácticas periodísticas, actual presidente ejecutivo de la Agencia EFE y, como se sabe, defensor apasionado del idioma español, convocó junto con la Secretaría de Cooperación Internacional a un grupo de profesionales para que deliberáramos, durante esta semana, en torno a más de 160 trabajos presentados. Junto a Jaime Abello de Colombia; Shmuel Hadas de Israel; Elarbi El Harti de Marruecos; Lucy Molinar de Panamá; Silvia Miró de Perú, y la presencia de Ana Vaca de Osma, Nemesio Rodríguez de EFE y Noemí Gómez de Cooperación Internacional nos dimos a la tarea de reconocer y reconocernos en los trabajos de nuestros colegas. Durante las largas jornadas de revisión, cualquiera podría preguntarse lo básico: ¿para qué sirve el periodismo? Ahí estaban las respuestas: para informar, dar cuenta de las cosas; señalar lo podrido y contar historias. Tocar donde duele. Los periodistas con mejores dotes denunciaron, de formas diversas, la desigualdad, la injusticia, pero sobre todo, la impunidad que prevalece en nuestros países. Muchos de ellos hicieron valer el poderoso papel que las democracias otorgan al periodismo. Algunos de ellos exhibieron y denunciaron los usos y abusos del poder y demostraron que, después de publicar, hay consecuencias de ello. Otros han revelado verdaderas atrocidades que han contado o con la indiferencia social o con la inacción de la justicia. O con las dos cosas. En el primer caso se encuentra el impresionante trabajo de la revista colombiana Semana, que dirige Alejandro Santos y en la que participa, entre otros, la periodista Martha Ruiz. Ganadores del Premio de Prensa por unanimidad con su trabajo "La Parapolítica" sobre los asesinatos cometidos por los paramilitares en Colombia. Es ésta una investigación sobre las conexiones entre políticos y paramilitares que ha convulsionado a ese país. Ejemplo rotundo sobre cómo el periodismo y la búsqueda de la verdad se convierten en un contrapeso absolutamente necesario para cualquier sociedad. Muestra la fuerza que puede llegar a tener la tarea periodística en la realidad de un país. Está también, el otro extremo. Cuando el periodista cimbra a la opinión pública con su tarea, pero la inoperancia institucional deja sin consecuencias políticas o judiciales claras a los responsables de los hechos. El ganador del Premio Internacional de Fotografía, el espléndido fotógrafo mexicano Raúl Alejandro Estrella del periódico El Universal capturó una imagen, hoy emblemática, del conflicto en Oaxaca. Publicada en octubre de 2006, muestra a un presunto delincuente amarrado a un poste tras ser capturado por los pobladores. Con el rostro cubierto y un letrero sobre el cuello, que decía "Estoy aquí por rata", nos hablaba del grado de descomposición y crisis de la justicia que ha imperado en Oaxaca desde hace ya demasiado tiempo. Una mención honorífica mereció el colombiano Felipe Caicedo Chacón por su foto "Las víctimas mostraron sus heridas". Se trata de las manos y brazos quemados de una víctima del terrorismo enlazados con la mano de la madre de Clara Rojas, ex candidata a la vicepresidencia recientemente liberada por las FARC.
México apareció con uno de sus peores rostros, en el trabajo de Fran Sevilla corresponsal en América Latina de Radio Nacional de España, quien mereció el galardón por un reportaje titulado "Las madres de Ciudad Juárez". Crudo retrato de esa herida abierta que avergüenza a todos. Juan Antonio Sacaluga, por su parte, fue premiado por una serie de reportajes de gran factura titulada "La lucha de las Mujeres". Desde las mujeres y el sida en África, hasta el machismo en México son temas que abarca este trabajo difundido desde la televisión española.
El brasileño Rodrigo Cavalheiro y el argentino Javier Drovetto en un gran trabajo conjunto de Zero Hora y Clarín ganaron el Iberoamericano después de armarla en grande con un reportaje sobre extorsiones de policías argentinos contra conductores y camioneros brasileños. En periodismo digital ganó eltiempo.com con "Los Yukpas, un pueblo guerrero", sobre una pequeña comunidad en donde nadie mide más de 1.40 de estatura. Muestra magnífica de los tiempos que llegaron para el periodismo en la era digital.
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