miércoles, febrero 13, 2008

¿Y si el volado de Pemex cae águila?

Julio Hernández López
Fax: 56 05 20 99 • juliohdz@jornada.com.mx

Si la política se moviera a partir de relojes checadores o ventanillas de recepción de documentos, Cuauhtémoc Cárdenas haría bien en tratar de contener los ánimos de lucha de segmentos sociales progresistas como los que antaño lo apoyaron (creyendo en su causa, sin exigir, para fundamentar su empuje, reportes notariados o constancias gubernamentales de los abusos o fraudes combatidos) y que hoy se alistan para librar una difícil y desigual batalla en defensa del petróleo mexicano y sus significados en materia de soberanía e independencia nacionales. Burocráticamente es cierto lo que dice el personaje michoacano (CC, no FC), pues aún (a esta hora, en estos minutos) no existe registro oficial de proyecto alguno relacionado con privatizaciones en el ramo energético (argumento de cronometría aprovechado de inmediato por comentaristas afelipados y legisladores asociados). Pero política y socialmente el ingeniero recién caído (en Morelia tuvo un lamentable tropiezo este lunes) está prestando un servicio extraordinario a las fuerzas empresariales y calderonistas que sabidamente, sin sombra de duda, habiéndolo declarado una y otra vez, están en proceso de presentar un proyecto de reformas legislativas que, según lo visto en otros procesos similares, serán aprobadas con suma rapidez por la alianza explícita fundada en intercambios de mutuos favores, entre PAN y PRI, más la corriente colaboracionista del PRD.


Pretender sordera frente a los tambores de guerra entreguista, y proponer flema inglesa (pachorra, modorra o asentimiento, dirían algunos) ante los anunciados propósitos de modificaciones legislativas arregladas, resulta sumamente controvertido si se toma en cuenta que de manera sostenida los Cárdenas (Cuauhtémoc y su hijo Lázaro) han mantenido un acercamiento político con su paisano controvertido, Felipe Calderón, al grado de que en esta etapa de estrategias derechistas petrolizadas se menciona con insistencia la posibilidad de que quien vive sus últimas horas como gobernador de Michoacán, o el propio padre nuevamente en circulación declarativa, pudiera encargarse de la dirección general de Pemex, o de otro cargo relacionado con el tema, para “avalar” los proyectos privatizadores impulsados sobre todo por el mencionado FC y el vicepresidente gallego JC Mouriño. Resulta, a la vista de lo que va sucediendo en el tema, que la mejor manera de allegarse coronas y campeonatos en esta guerra sucia es, justamente, haciendo boxeo desde las sombras.

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