martes, abril 08, 2008

Ingenio politécnico

Crean estudiantes del IPN un robot ecológico capaz de recoger y clasificar residuos sólidos y una estufa solar

Ariadna Cruz
El Universal

El área de ingeniería y robótica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se ha distinguido desde hace muchos años por su alto nivel de innovación tecnológica y calidad tanto nacional como internacional.

Algunas de sus últimas pruebas son un robot ecológico y una estufa solar.

Estudiantes de esta universidad pública desarrollaron un robot que es capaz de recoger y clasificar residuos sólidos, como botellas, latas de refresco o cerveza y pilas.

Con sólo 30 centímetros de largo “el robot está elaborado con aluminio y plástico para facilitar su movimiento y cuenta con cinco sensores de detección de obstáculos para circular con facilidad en el área de trabajo”, explica uno de sus creadores, Hugo Martínez Carrada.

Este diseño innovador fue presentado además por Francisco Atl Aceves, Eduardo Ovando Figueroa y Luis Armando Reyna como proyecto terminal para graduarse como Ingenieros Mecatrónicos, carrera que ofrec el IPN.

Luego de participar en el concurso Creación Joven recibieron 25 mil pesos como apoyo para la compra de sensores, circuitos, bandas y llantas.

Gracias a sus sensores el robot se detiene al toparse con algún residuo sólido, luego de recogerlo lo almacena en alguno de los ocho contenedores de plástico con los que cuenta para recordar en qué bote debe depositarlo posteriormente.

“Este prototipo puede tener otras aplicaciones en el sector industrial, entre las que destacan: Separador de desechos, clasificador de materia prima y paquetería interna”, afirma Francisco Atl Aceves.

Por otro lado, buscando abatir la tala excesiva en zonas rurales, investigadores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del IPN, crearon una estufa que se calienta con el sol llegando a los 80 grados centígrados.

Esta estufa cuenta con un juego de tres espejos que reflejan la luz solar hacia un depósito de cocción de alimentos, alcanzando la temperatura suficiente para cocinar alimentos y calentar agua.

De acuerdo con Pedro Quinto Díez, investigador en la ESIME, “estas estufas solares mejorarán la calidad de vida de la población rural en México, que asciende a poco más de 24 millones de personas”.

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