■ “Quiero compartir mi versión de un país multicolor con todo el que quiera conocer su pulso”
■ Es indignante darnos cuenta de que hay pueblos afromestizos vivos y con muchas necesidades
Arturo Cruz Bárcenas
En el nuevo disco de Susana Harp, Fandangos de ébano, sexto de su carrera, la oaxaqueña interpreta chilenas, gustos, sones de artesa y corridos, así como otros “conjuros” relacionados con la cultura afromexicana y vinculados con comunidades como Pinotepa, El Ciruelo, Collantes, Corralero, Zapotalito, Cuajiniculapan y Juchitán, así como de Guerrero.
Esta producción pone fin a tres años de aridez discográfica de Susana, quien hizo una investigación entre las citadas comunidades del Pacífico. A esa tradición musical sumó piezas de la inspiración de Joaquín Pardavé, con su Negra consentida; David Haro, con Ariles del campanario, y los conjuros hechos bolero de su paisano de Costa Chica, Álvaro Carrillo.
“Ha sido un placer adentrarme en este otro México en busca de su tradición musical. Ante mis ojos se abrieron ritmos y colores de almas viejas, de corazones alegres. Ahora quiero compartir mi versión con todo el que quiera conocer el pulso de un país multicolor”, dijo Susana Harp, quien presentará su cedé en un concierto en el Teatro de la Ciudad el sábado 31 de mayo, a las 20 horas. Además de música habrá danza, fotografía y poesía.
■ Es indignante darnos cuenta de que hay pueblos afromestizos vivos y con muchas necesidades
Arturo Cruz Bárcenas
En el nuevo disco de Susana Harp, Fandangos de ébano, sexto de su carrera, la oaxaqueña interpreta chilenas, gustos, sones de artesa y corridos, así como otros “conjuros” relacionados con la cultura afromexicana y vinculados con comunidades como Pinotepa, El Ciruelo, Collantes, Corralero, Zapotalito, Cuajiniculapan y Juchitán, así como de Guerrero.
Esta producción pone fin a tres años de aridez discográfica de Susana, quien hizo una investigación entre las citadas comunidades del Pacífico. A esa tradición musical sumó piezas de la inspiración de Joaquín Pardavé, con su Negra consentida; David Haro, con Ariles del campanario, y los conjuros hechos bolero de su paisano de Costa Chica, Álvaro Carrillo.
“Ha sido un placer adentrarme en este otro México en busca de su tradición musical. Ante mis ojos se abrieron ritmos y colores de almas viejas, de corazones alegres. Ahora quiero compartir mi versión con todo el que quiera conocer el pulso de un país multicolor”, dijo Susana Harp, quien presentará su cedé en un concierto en el Teatro de la Ciudad el sábado 31 de mayo, a las 20 horas. Además de música habrá danza, fotografía y poesía.
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