Jessica Oliva
Basta conocer el perfil de clientes del Banco Compartamos, empresa financiera dedicada a otorgar créditos a los menos favorecidos, para descubrir que las mujeres son líderes y pieza clave en la economía del hogar. Del millón de solicitantes que posee esta institución, el 95 por ciento pertenecen al llamado “sexo débil”.
De acuerdo con Óscar Iván Mancillas, Director de Negocios de la organización, la gran mayoría de sus clientes son mujeres de 45 años de edad en promedio, aunque las hay de más de 80. Un alto porcentaje de ellas son madres solteras, comerciantes y dueñas de un pequeño negocio familiar.
Estas mujeres se caracterizan por ser emprendedoras, responsables, productivas y, por tanto, dignas de confianza. Esto se debe en gran medida a la metodología implementada en la organización, en la cual se desarrolla e impulsa la solidaridad y responsabilidad.
El Banco Compartamos tiene como objetivo principal contribuir a generar oportunidad y desarrollo, a fin de combatir la pobreza. Sus líneas de acción están encaminadas a crear oportunidades financieras para aquellos que no las han tenido nunca, principalmente habitantes de zonas rurales o semi-rurales.
Los créditos que ofrece pueden ser de varios tipos, pero generalmente se otorgan a grupos de 25 personas en promedio, en las comunidades rurales, y a grupos de entre cuatro y seis miembros en caso de que trabajen en la ciudad. Se trata de préstamos para capital de trabajo, con pago semanal durante un periodo de 16 semanas.
Para obtener un crédito, las o los solicitantes deben ser mayores de 18 años, así como haber residido en la comunidad el tiempo suficiente como para que los demás habitantes los conozcan bien. Asimismo, deben invertir en un negocio.
Parte importante de esta dinámica es lo que ellos llaman la garantía solidaria, diseñada para aquellas personas que no poseen ningún bien material o inmobiliario que puedan ofrecer como garantía.
La garantía solidaria funciona por la misma estructura y dinámica de los grupos: las mujeres y demás miembros se hacen responsables de que el grupo pague a tiempo. Si un miembro no puede pagar, los demás tendrán que pagar por él, a riesgo de que su crédito no sea renovado por no haber cumplido.
En este sentido, cada grupo tiene la capacidad de elegir a los nuevos miembros, y tiene la obligación de responder por ellos. La garantía solidaria está basada en el apoyo mutuo, y les ofrece nuevas oportunidades a las personas sin historial crediticio, pues en este proceso no tienen la obligación de poner un aval. Es accesible y fácil.
Este tipo de garantía es un factor de éxito en las comunidades mexicanas, pues, según Mancillas, se ajusta a su ideología, en especial a su sentido de compañerismo.
Otros productos que ofrece esta institución son los créditos individuales y los seguros de vida, los cuáles se hacen más populares conforme pasan los años. Asimismo, dentro de su portafolio también se encuentra el Crédito de la Mujer, mediante el cual las madres de familia pueden obtener un préstamo para la mejora de su casa, entre otros servicios.
Esta metodología, así como su dinámica de préstamos, también tienen como meta la generación de una nueva cultura, en la cual cambie el concepto que se tiene en ciertas comunidades del trabajo y, sobre todo, del papel de la mujer en la sociedad.
De esta forma, y gracias al Banco Compartamos, las mujeres han tenido la oportunidad de demostrar que ellas pueden ser las proveedoras en sus hogares, las que ahorran, las que administran, sin importar las limitaciones económicas en las que se desenvuelvan.
www.yoinfluyo.com
Basta conocer el perfil de clientes del Banco Compartamos, empresa financiera dedicada a otorgar créditos a los menos favorecidos, para descubrir que las mujeres son líderes y pieza clave en la economía del hogar. Del millón de solicitantes que posee esta institución, el 95 por ciento pertenecen al llamado “sexo débil”.
De acuerdo con Óscar Iván Mancillas, Director de Negocios de la organización, la gran mayoría de sus clientes son mujeres de 45 años de edad en promedio, aunque las hay de más de 80. Un alto porcentaje de ellas son madres solteras, comerciantes y dueñas de un pequeño negocio familiar.
Estas mujeres se caracterizan por ser emprendedoras, responsables, productivas y, por tanto, dignas de confianza. Esto se debe en gran medida a la metodología implementada en la organización, en la cual se desarrolla e impulsa la solidaridad y responsabilidad.
El Banco Compartamos tiene como objetivo principal contribuir a generar oportunidad y desarrollo, a fin de combatir la pobreza. Sus líneas de acción están encaminadas a crear oportunidades financieras para aquellos que no las han tenido nunca, principalmente habitantes de zonas rurales o semi-rurales.
Los créditos que ofrece pueden ser de varios tipos, pero generalmente se otorgan a grupos de 25 personas en promedio, en las comunidades rurales, y a grupos de entre cuatro y seis miembros en caso de que trabajen en la ciudad. Se trata de préstamos para capital de trabajo, con pago semanal durante un periodo de 16 semanas.
Para obtener un crédito, las o los solicitantes deben ser mayores de 18 años, así como haber residido en la comunidad el tiempo suficiente como para que los demás habitantes los conozcan bien. Asimismo, deben invertir en un negocio.
Parte importante de esta dinámica es lo que ellos llaman la garantía solidaria, diseñada para aquellas personas que no poseen ningún bien material o inmobiliario que puedan ofrecer como garantía.
La garantía solidaria funciona por la misma estructura y dinámica de los grupos: las mujeres y demás miembros se hacen responsables de que el grupo pague a tiempo. Si un miembro no puede pagar, los demás tendrán que pagar por él, a riesgo de que su crédito no sea renovado por no haber cumplido.
En este sentido, cada grupo tiene la capacidad de elegir a los nuevos miembros, y tiene la obligación de responder por ellos. La garantía solidaria está basada en el apoyo mutuo, y les ofrece nuevas oportunidades a las personas sin historial crediticio, pues en este proceso no tienen la obligación de poner un aval. Es accesible y fácil.
Este tipo de garantía es un factor de éxito en las comunidades mexicanas, pues, según Mancillas, se ajusta a su ideología, en especial a su sentido de compañerismo.
Otros productos que ofrece esta institución son los créditos individuales y los seguros de vida, los cuáles se hacen más populares conforme pasan los años. Asimismo, dentro de su portafolio también se encuentra el Crédito de la Mujer, mediante el cual las madres de familia pueden obtener un préstamo para la mejora de su casa, entre otros servicios.
Esta metodología, así como su dinámica de préstamos, también tienen como meta la generación de una nueva cultura, en la cual cambie el concepto que se tiene en ciertas comunidades del trabajo y, sobre todo, del papel de la mujer en la sociedad.
De esta forma, y gracias al Banco Compartamos, las mujeres han tenido la oportunidad de demostrar que ellas pueden ser las proveedoras en sus hogares, las que ahorran, las que administran, sin importar las limitaciones económicas en las que se desenvuelvan.
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