Por Alberto Híjar
General Porfirio Díaz, soldado de la Patria, es el nombre del Centro Administrativo de los poderes ejecutivo y judicial construido en las márgenes de Oaxaca con trece edificios para seis mil trabajadores, inaugurado por el gobernador Ulises Ruiz escoltado por las fuerzas vivas: representante del gobierno federal, empresarios, el jefe de la zona militar, jueces y magistrados, algún diputado local. Ruiz la emprendió contra el PAN pero exaltó reconocimientos como el Premio Internacional Dynamic Enterprice 2010 por la infraestructura que facilita y promueve las inversiones. Ulises Ruiz terminó entre bombo y platillos de las fuerzas más que vivas, vivales. El coro de la APPO de “Ulises ya cayó” le hizo lo que el viento a Juárez y bien puede aspirar a la Secretaría de Gobernación y por qué no, a la presidencia de la República.
El nombre de Porfirio Díaz no es lo de menos a pesar de que se incorpora a los miles de edificios, auditorios, calles y colonias con títulos infames como Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Fidel Velásquez. Es la flagrancia de la impunidad y la prepotencia de un gobernador distinguido por su brutalidad contra el pueblo organizado a la par de la innovación tecnológica entregada desde el principio a los consorcios trasnacionales en el Istmo de Tehuantepec para producir energía eólica en el punto extremo del canal seco, alternativo al de Panamá, que va de Coatzacoalcos a Salina Cruz para cumplir así una parte del sueño americano imperialista.
Del asesinato del periodista Brad Will no hay culpable luego que fue liberado el chivo expiatorio y que fueron ignorados los videos donde vimos a los paramilitares disparando contra el periodista solidario. De nada sirven ahora los reclamos de la ONU, Amnistía Internacional y las organizaciones defensoras de los derechos humanos para esclarecer el asesinato de la activista mexicana Beatriz Alberta Cariño y del finlandés Jyri Antero al intentar llevar ayuda al Municipio Autónomo de San Juan Copala sitiado por los paramilitares de UBISORT protegidos por el PRI oaxaqueño. El gobierno de Oaxaca y la Secretaría de Relaciones Exteriores han declarado que no era recomendable el viaje de la comisión de solidaridad porque hay un conflicto entre organizaciones triquis. O sea que la región está fuera de toda ley aunque lo cierto es que desde la fundación del Municipio de San Juan Copala en 2007, sufre el hostigamiento paramilitar ha sido constante e impune como los asesinatos de dos locutoras de la radio comunitaria de por sí acosada por las leyes protectoras de los monopolios, de funcionarios del Municipio, las balaceras y las invasiones de casas, las violaciones a las mujeres, el cerco para impedir el surtido de agua y alimentos.
Francisco López Bárcenas ha hecho la historia del problema triqui para descubrir la ingerencia del PRI desde hace más de cuarenta años. Con toda la protección de los gobiernos de Oaxaca a sus asesinatos y tropelías, las organizaciones priístas han promovido el paramilitarismo y con él la impunidad prepotente de los asesinos. El problema alcanza ahora dimensión internacional y la cadena de impunidades y prepotencias es fortalecida desde el gobierno central panista. Las dignas protestas de los solidarios europeos en las giras de Calderón, dan cuenta de la resistencia contra el borrón y cuenta nueva. Pero este es el problema porque Ulises Ruiz echa leña al fuego de la indignación al exaltar a Porfirio Díaz y seguir así la línea de historiadores deformistas como Enrique Krauze que nombra al criminal dictador como gran modernizador porque claro, creo infraestructuras como los ferrocarriles y facilitó las inversiones extranjeras.
No está solo Ulises Ruiz, forma parte de una tendencia dominante que premia con cargos públicos importantes a quienes se distinguen como facilitadores de negocios chuecos como César Nava exjefe jurídico de PEMEX o Gómez Mont, abogado de empresarios como Raúl Salinas o el exgobernador de Jalisco Ramírez Acuña, quien reprimió brutalmente al pueblo con la consigna de que Jalisco no es el Distrito Federal. Dineros, prestamos y transferencias económicas de esta elite de truhanes, enlistados por Gilberto Balam en POR ESTO! a propósito del enriquecimiento de García Luna el secretario de seguridad pública, están a resguardo por tecnócratas sicarios como los reunidos en el foro Compromiso por México del gobierno de Peña Nieto donde en la misma mesa estuvieron los exsecretarios de Hacienda Aspe, Francisco Gil Díaz, y Guillermo Ortiz.
La impunidad y prepotencia de Ulises Ruiz corresponde al cabildeo del gobierno de Calderón para impedir la discusión de los feminicidios en la reunión de la Unión Europea y América Latina del 17 y 18 de mayo. Raúl Romeva del Parlamento Europeo ha denunciado el afán de Calderón por maquillar la grave inseguridad y represión en México. Denuncia el nombramiento como Procurador General de Arturo Chávez “que se ha destacado precisamente por ningunear y por obstruir el proceso de investigación de la violencia contra las mujeres”. Andrea Medina del Comité de América Latina y El Caribe para la defensa de los derechos de la mujer, se ha sumado a la denuncia del gobierno de Calderón y su paramilitarización que corre al parejo del fuero militar. Dice: “con la situación de militarización se ha creado una mezcla de inseguridad en la que es muy difícil distinguir a los autores de estas amenazas” (contra los defensores de los derechos humanos). No es que sea muy difícil porque si, sino porque hay una red impenetrable de represión impune y prepotente que castiga a las víctimas como en el caso de Atenco o los del SME y encumbra a los criminales. Gracias a los grupos que denuncian esto en México, Europa y América aunque de poco sirva.
www.machetearte.com
General Porfirio Díaz, soldado de la Patria, es el nombre del Centro Administrativo de los poderes ejecutivo y judicial construido en las márgenes de Oaxaca con trece edificios para seis mil trabajadores, inaugurado por el gobernador Ulises Ruiz escoltado por las fuerzas vivas: representante del gobierno federal, empresarios, el jefe de la zona militar, jueces y magistrados, algún diputado local. Ruiz la emprendió contra el PAN pero exaltó reconocimientos como el Premio Internacional Dynamic Enterprice 2010 por la infraestructura que facilita y promueve las inversiones. Ulises Ruiz terminó entre bombo y platillos de las fuerzas más que vivas, vivales. El coro de la APPO de “Ulises ya cayó” le hizo lo que el viento a Juárez y bien puede aspirar a la Secretaría de Gobernación y por qué no, a la presidencia de la República.
El nombre de Porfirio Díaz no es lo de menos a pesar de que se incorpora a los miles de edificios, auditorios, calles y colonias con títulos infames como Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Fidel Velásquez. Es la flagrancia de la impunidad y la prepotencia de un gobernador distinguido por su brutalidad contra el pueblo organizado a la par de la innovación tecnológica entregada desde el principio a los consorcios trasnacionales en el Istmo de Tehuantepec para producir energía eólica en el punto extremo del canal seco, alternativo al de Panamá, que va de Coatzacoalcos a Salina Cruz para cumplir así una parte del sueño americano imperialista.
Del asesinato del periodista Brad Will no hay culpable luego que fue liberado el chivo expiatorio y que fueron ignorados los videos donde vimos a los paramilitares disparando contra el periodista solidario. De nada sirven ahora los reclamos de la ONU, Amnistía Internacional y las organizaciones defensoras de los derechos humanos para esclarecer el asesinato de la activista mexicana Beatriz Alberta Cariño y del finlandés Jyri Antero al intentar llevar ayuda al Municipio Autónomo de San Juan Copala sitiado por los paramilitares de UBISORT protegidos por el PRI oaxaqueño. El gobierno de Oaxaca y la Secretaría de Relaciones Exteriores han declarado que no era recomendable el viaje de la comisión de solidaridad porque hay un conflicto entre organizaciones triquis. O sea que la región está fuera de toda ley aunque lo cierto es que desde la fundación del Municipio de San Juan Copala en 2007, sufre el hostigamiento paramilitar ha sido constante e impune como los asesinatos de dos locutoras de la radio comunitaria de por sí acosada por las leyes protectoras de los monopolios, de funcionarios del Municipio, las balaceras y las invasiones de casas, las violaciones a las mujeres, el cerco para impedir el surtido de agua y alimentos.
Francisco López Bárcenas ha hecho la historia del problema triqui para descubrir la ingerencia del PRI desde hace más de cuarenta años. Con toda la protección de los gobiernos de Oaxaca a sus asesinatos y tropelías, las organizaciones priístas han promovido el paramilitarismo y con él la impunidad prepotente de los asesinos. El problema alcanza ahora dimensión internacional y la cadena de impunidades y prepotencias es fortalecida desde el gobierno central panista. Las dignas protestas de los solidarios europeos en las giras de Calderón, dan cuenta de la resistencia contra el borrón y cuenta nueva. Pero este es el problema porque Ulises Ruiz echa leña al fuego de la indignación al exaltar a Porfirio Díaz y seguir así la línea de historiadores deformistas como Enrique Krauze que nombra al criminal dictador como gran modernizador porque claro, creo infraestructuras como los ferrocarriles y facilitó las inversiones extranjeras.
No está solo Ulises Ruiz, forma parte de una tendencia dominante que premia con cargos públicos importantes a quienes se distinguen como facilitadores de negocios chuecos como César Nava exjefe jurídico de PEMEX o Gómez Mont, abogado de empresarios como Raúl Salinas o el exgobernador de Jalisco Ramírez Acuña, quien reprimió brutalmente al pueblo con la consigna de que Jalisco no es el Distrito Federal. Dineros, prestamos y transferencias económicas de esta elite de truhanes, enlistados por Gilberto Balam en POR ESTO! a propósito del enriquecimiento de García Luna el secretario de seguridad pública, están a resguardo por tecnócratas sicarios como los reunidos en el foro Compromiso por México del gobierno de Peña Nieto donde en la misma mesa estuvieron los exsecretarios de Hacienda Aspe, Francisco Gil Díaz, y Guillermo Ortiz.
La impunidad y prepotencia de Ulises Ruiz corresponde al cabildeo del gobierno de Calderón para impedir la discusión de los feminicidios en la reunión de la Unión Europea y América Latina del 17 y 18 de mayo. Raúl Romeva del Parlamento Europeo ha denunciado el afán de Calderón por maquillar la grave inseguridad y represión en México. Denuncia el nombramiento como Procurador General de Arturo Chávez “que se ha destacado precisamente por ningunear y por obstruir el proceso de investigación de la violencia contra las mujeres”. Andrea Medina del Comité de América Latina y El Caribe para la defensa de los derechos de la mujer, se ha sumado a la denuncia del gobierno de Calderón y su paramilitarización que corre al parejo del fuero militar. Dice: “con la situación de militarización se ha creado una mezcla de inseguridad en la que es muy difícil distinguir a los autores de estas amenazas” (contra los defensores de los derechos humanos). No es que sea muy difícil porque si, sino porque hay una red impenetrable de represión impune y prepotente que castiga a las víctimas como en el caso de Atenco o los del SME y encumbra a los criminales. Gracias a los grupos que denuncian esto en México, Europa y América aunque de poco sirva.
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