Ricardo Jacob
MÉXICO, DF., 5 de mayo (Proceso).- Santa Sabina es la mejor banda de rock mexicano. Lo es no sólo por la calidad y complejidad lirica, armónica y rítmica de sus trabajos discográficos, sino porque en sus filas estuvieron siempre presentes dos de los más honestos personajes que ha dado la música mexicana: Rita Guerrero y Poncho Figueroa.
Con personalidades muy diferentes pero complementarias, su unión pudo ser divinamente premeditada para dejar una profunda huella en aquellos que supieron entender y valorar su arte. Amantes de lo sencillo, humanos sin poses falsas, Rita y Poncho fueron el núcleo de un grupo de rock que buscó comunicar su pasión por lo espiritual, lo simple y lo importante con poesía, teatro y música.
Santa Sabina nunca se convirtió en marca, no consolidó su presencia con el éxito financiero que merecían pero que nunca buscaron desesperadamente. Grupo que se mantuvo fiel a sus ideas, es ahí en donde radica el mayor éxito de su carrera: en la congruencia con ellos mismos.
A principios de 2010 la cantante se enteró de que padecía cáncer de mama. Mantuvo en secreto su estado de salud y sólo las personas más allegadas a ella sabían de su situación. En octubre la noticia se hizo pública y se convocó al concierto Rita en el corazón (Proceso 1778).
El 6 de diciembre nos reunimos varios compañeros músicos en el Teatro de la Ciudad para lo que fue un homenaje en vida a Rita y fuimos testigos, junto al público asistente, del último concierto de Santa Sabina. Ahí estuvieron Alex Otaola, Patricio Iglesias, Jacobo Lieberman, Juan Sebastián Lach, Pablo Valero, Leonel Pérez, Aldo Max y Julio Díaz, todos los que alguna vez formaron parte del grupo.
Ese día se dio cuenta del cariño que la gente sentía por ella. Todos la vimos profundamente agradecida por tanto amor disfrutando de estar nuevamente cantando en el mismo escenario junto a todos sus amigos.
Rita murió hace mes y medio, el 11 de marzo; Poncho recibió la noticia de su muerte en Cuernavaca una hora antes de comenzar a tocar con Los Jaigüey, su otro grupo de rock en el que somos compañeros. Empezamos a tocar cualquier cosa, Poncho con su bajo dirigió el camino para de repente cantar una canción de Santa Sabina que nunca habíamos ensayado:
Abre tu mente y piensa que
no estoy lejos.
Estando aquí no estoy…
Días después, él mismo se tomó la libertad de canonizar a Rita en un escrito en su página de Facebook llamándola Santa Rita Sabina Guerrera de la Luz. Escribió:
“Rita es una deidad, hoy ella está más cerca del gran espíritu ahora, pero fue un humano y eso es lo que nos acerca siempre con lo divino, es cosa de tomarlo sin preguntarle a nadie, es nuestro y hay que hacer, en base a un hecho tan fuerte, algo que trascienda en nuestra cotidianidad.”
Azul casi morado
Ojalá fuera tu voz
Olvido
Sueño con Serpientes
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