Si le preguntan a Carlos Slim por el perro a que se refiere la enigmática frase "todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro", quizá contestaría que se trata del can de don Vicente MegaSpot. Es una de las descalificaciones predilectas que cuelga a sus adversarios: "no saca el perro de la milpa", solía decir de Francisco Labastida Ochoa. Sin embargo, es una frase acuñada por el escritor checoslovaco Franz Kafka (1883-1924). Slim no tiene por qué saberlo, difícilmente lee otra cosa que reportes financieros y scores de beisbol, su pasatiempo favorito. Pero tal vez escuchó por ahí en algún Sanborns que lo kafkiano se refiere a lo absurdo y se le hizo fácil decir que los campamentos que montó gente de izquierda en Paseo de la Reforma, como protesta contra el fraude electoral, fueron una "locura kafkiana", ya que la ciudad tiene un gobierno de izquierda y se metió un autogol. Quizá tiene razón Slim. A muchos nos pareció una desmesura. Pero ¿no es kafkiano también que en un país con 30 millones de pobres exista un hombre dueño de una fortuna de 30 mil millones de dólares? Ya dijo en memorable ocasión el filósofo de Zacualpan de Amilpas: "lo que es bueno para Slim es malo para México".
Gabinetitis
En los recientes sexenios no fue importante cuál general ocuparía la secretaría de la Defensa o cuál almirante se haría cargo de la de Marina. Es más, entre los altos mandos tenían su escalafón y decidían entre ellos a quién le tocaba, y el presidente simplemente hacía suya su propuesta. Como efecto de la gabinetitis que se ha desatado -aunque será hasta noviembre cuando desvelen el nombre de los elegidos-, parece que Felipillo está pensando con mucho detenimiento si este procedimiento es el conveniente para su sexenio. Al menos los primeros tiempos serán de constante -y riesgosa- agitación, y quizá un militar ambicioso viera la oportunidad de hacer a un lado al gobierno civil y asumir el poder. ¿Sueño guajiro? Lo es. ¿Imposible? No tanto. Inclusive, se dice que Felipillo está considerando dejar en sus puestos a los actuales -y confiables- jefes del Ejército y la Marina, el general Clemente Vega García y el almirante Marco Antonio Peyrot. Lo trae pensativo un dato: la tropa votó por AMLO.
Gabinetitis
En los recientes sexenios no fue importante cuál general ocuparía la secretaría de la Defensa o cuál almirante se haría cargo de la de Marina. Es más, entre los altos mandos tenían su escalafón y decidían entre ellos a quién le tocaba, y el presidente simplemente hacía suya su propuesta. Como efecto de la gabinetitis que se ha desatado -aunque será hasta noviembre cuando desvelen el nombre de los elegidos-, parece que Felipillo está pensando con mucho detenimiento si este procedimiento es el conveniente para su sexenio. Al menos los primeros tiempos serán de constante -y riesgosa- agitación, y quizá un militar ambicioso viera la oportunidad de hacer a un lado al gobierno civil y asumir el poder. ¿Sueño guajiro? Lo es. ¿Imposible? No tanto. Inclusive, se dice que Felipillo está considerando dejar en sus puestos a los actuales -y confiables- jefes del Ejército y la Marina, el general Clemente Vega García y el almirante Marco Antonio Peyrot. Lo trae pensativo un dato: la tropa votó por AMLO.
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