Tiene razón el presidente Calderón, cuando dice que la reforma a la Ley del ISSSTE representa un triple éxito. Para él, es un triunfo de la política, la economía y la democracia. Para otros, sin embargo, el primer éxito es del ex gobernador mexiquense Arturo Montiel, cuyos presuntos delitos quedaron sin perseguir. El segundo corresponde al gober poblano, Mario Marín, también impune. Y el tercero es del gober de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien sigue en su puesto a pesar de la revuelta popular que ha costado más de 20 vidas. Creen que tenemos mala memoria, pero la jerarquía priísta ya había advertido que no apoyaría las reformas de Calderón si se atrevía a tocar a sus gobernadores.
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