Alejandro Gutiérrez Las redes de poder económico y político que Marcial Maciel logró tender en una veintena de países con los Legionarios de Cristo comenzaron a tejerse en España gracias al apoyo del dictador Francisco Franco. Pero ahora, con su formidable imperio educativo de una decena de universidades y 145 colegios privados en el mundo, la cúpula protectora de la orden incluye a miembros de la familia real española y a poderosos personajes de la política y las finanzas. Por ejemplo, José María Aznar, Juan Villalonga y su esposa Adriana Abascal (casada antes con El Tigre Azcárraga) y Emilio Botín, presidente del Banco Santander… MADRID.- Es difícil que tras la muerte del padre Marcial Maciel se desate una lucha por el control de los Legionarios de Cristo, al menos en lo inmediato, porque “dejó una organización muy estructurada, con órganos de control muy sólidos, una cúpula con experiencia y relaciones bien amarradas con los grandes capitales, la monarquía y los políticos de España, de México y de una veintena de países”. Tal es la conclusión a la que llega, en entrevista con Proceso, el periodista y escritor Alfonso Torres Robles, autor de La prodigiosa aventura de los Legionarios de Cristo (editorial Foca, Madrid, 2001), quien el viernes 1, un día después de que se difundió la noticia de la muerte del fundador de los legionarios, revela que, por el contrario, esta monolítica organización “tiene los ojos puestos en China”. “He tenido oportunidad de acceder a documentos de los legionarios traducidos al chino, con una idea muy clara de ingresar a ese país, que es la economía a la que están volteando los ojos las grandes trasnacionales”, señala al reportero. “El movimiento” de los legionarios, que incluye numerosos “capitanes” empresariales y políticos de México, España, Chile, Italia, Irlanda y Estados Unidos, entre otros países, es “una orden religiosa clandestina que está más cerca de los negocios que de la religión”, asevera el autor, y suelta: “Hay exmiembros de la orden que me han dicho que piensan que Marcial Maciel parecía que no creía en Dios”. Desde su arribo al puerto de Bilbao, en octubre de 1946, los legionarios han tejido una amplia y sólida relación con la aristocracia española dueña del gran capital, como las familias Oriol (accionistas de Iberdrola, consorcio de la energía eléctrica y el gas), Botín (Banco Santander), Koplowitz (holding inmobiliario FCC) e inclusive con la Familia Real, cuya cabeza, el rey Juan Carlos de Borbón, “siempre hace ostentación pública de sus creencias católicas” pese a que es el jefe de un Estado laico. La orden católica creada en México, precisa Alfonso Torres, ha conseguido, por ejemplo, que “el príncipe Felipe de Borbón y las infantas Cristina y Elena presidan a título honorífico iniciativas de la legión o participan en algunas de sus actividades (…) Al menos nunca les han hecho ascos a los Legionarios de Cristo, sabedores del poder que éstos siguen teniendo en el Vaticano”. Recuerda que los Legionarios de Cristo, con su ideología ultraconservadora, disponen de “un arma poderosa e impresionante de control mental” de los individuos y de la organización, el llamado “cuarto voto”, que es “una práctica que llaman de expiación y a partir de la cual entre ellos mismos pueden identificar cualquier signo de crítica interna hacia los superiores”. Se trata de un código que les permite tener un control interno monolítico, absoluto. Como las acusaciones de pederastia contra Marcial Maciel representaron una fuerte presión para los legionarios, toda la estructura directiva y de base de la organización permaneció callada y sólidamente compacta. No obstante, continúa, “en mi opinión, la muerte de Maciel a los legionarios les representa liberarse de ese peso. Si bien era su fundador y el centro del movimiento, se había convertido en la piedra en el zapato”. Este investigador colombiano, con 30 años de residencia en España, lamenta que Maciel se haya ido sin pagar ante la justicia los cargos que se le hacían, lo que atribuye a que dicho movimiento “se mueve como pez en el agua” entre los grupos de poder. Los mecenas El padre Marcial Maciel y 34 seminaristas que le seguían salieron de México, rumbo al puerto español de Bilbao, la madrugada del 2 de septiembre de 1946, en el buque Marqués de Comillas, con boletos que les donó Claudio Güel, marqués de Santander y propietario de la Compañía Trasatlántica Española. Este mecenas les dio alojamiento en su residencia de verano, el Palacio de Sobrellano, y desde entonces buscaron “instaurar el reino de Cristo en la tierra”, según argumentaba Maciel, buscando nuevos seguidores, sobre todo “millonarios abiertos a colaborar con su causa”, explica Torres en su libro. Aunque describe las principales redes del poder económico de los Legionarios en México, España y Chile, Torres considera que “el caso de España resulta una de las columnas vertebrales de su crecimiento, porque representó la cabeza de puente para catapultarse hacia el resto del Viejo Continente”. Todo ello, según documentó, ha permitido que los legionarios cuenten con más de 500 sacerdotes –de 40 nacionalidades en no menos de 20 países–, 2 mil 500 seminaristas y un ejército de más de 50 mil miembros del Regnum Christi, su brazo secular. Además, han montado “un formidable imperio educativo (su principal forma de llegar a los gobiernos, las empresas y las familias), en el que cuentan con una decena de universidades para laicos, 145 colegios privados –incluidos algunos centros gratuitos para niños pobres de la cadena Mano Amiga–, 21 institutos superiores y 630 centros de apostolado en 92 ciudades”, según la publicación. Bajo su premisa de “cultivar, pedir y reconocer”, Maciel mostró su “obsesivo apego al poder, a las familias de rancio abolengo y a los grupos empresariales tocados con la vara del éxito económico”. Gracias a la ayuda que el gobierno de Francisco Franco les brindó a través del ministro de Justicia, Antonio María de Oriol y Urquijo, el sacerdote michoacano tuvo oportunidad de entrar al clan familiar, salvoconducto para establecer relación con otros apellidos poderosos, como los Ybarra, los Urquijo, los Díaz de Bustamante y los Primo de Rivera, entre muchos otros, que se convirtieron en benefactores de la orden. Es tal la religiosidad de la familia Oriol, que cinco de los hijos del patriarca Ignacio María de Oriol y Urquijo son religiosos de la orden. Se trata de los sacerdotes Ignacio, Alfonso, Santiago y Juan Pedro Oriol Muño. La hija Malen Oriol es consagrada del movimiento secular Regnum Christi y actualmente vive en México, donde está a cargo del colegio legionario Del Bosque; una hija más de esta familia es monja de las Carmelitas Descalzas. Así, los “padres Oriol” formaron parte del círculo más cercano de Marcial Maciel y de la cúpula dirigente de la orden mexicana, y un primo de ellos, Íñigo Oriol e Ybarra, quien estuvo al frente de Iberdrola –hoy presidida por José Ignacio Sánchez Galán–, se convirtió en miembro del Consejo Asesor del Centro Universitario Francisco de Vitoria, creado y dirigido por la legión. Un poco más discreta, pero no menos efectiva, es la relación de los Legionarios de Cristo con la familia del magnate Emilio Botín, presidente de Banco Santander, uno de los hombres más ricos de España que ha puesto sucursales de su banco en los colegios de la orden, como en la Universidad Anáhuac de México, donde también firmó un convenio para impartir el Master Universitario en Banca y Mercados Financieros, indica Torres Robles. En esta relación juega un papel importante Carlos Gómez y Gómez, presidente del Banco Santander Mexicano, quien como estudiante se formó en el Instituto Cumbres de la legión y fue presidente de la Asociación de Bancos de México (1998-2000). Fue justamente Gómez y Gómez quien, el pasado 21 de octubre, acompañó a Emilio Botín a la reunión que éste sostuvo con el presidente Felipe Calderón en Los Pinos. La estrategia educativa La estrategia educativa que los legionarios aplican en los colegios y universidades que dirigen no sólo los ha ayudado a “sembrar su semilla y aumentar sus adeptos, sino a llegar a nuevas familias de poder, a firmas de abogados y a nuevas empresas”. Excolaborador de la revista española Tribuna de Actualidad y del periódico colombiano El Tiempo, Alfonso Torres documentó también que Gustavo Villapalos, consejero de Educación del Gobierno de Madrid hasta el 20 de septiembre de 2001, y el secretario de Justicia, José María Michavila, favorecieron a los Legionarios cuando el primero era rector de la Universidad Complutense de Madrid, y el segundo secretario general de la misma, organizando foros para atraer a los científicos más importantes del mundo o recomendando a las trasnacionales a los alumnos más destacados. Esto lo hicieron mediante una organización privada de los legionarios, IUVE, que también se encargó del Curso de Orientación Universitario para los estudiantes de bachillerato. Con este expediente, los legionarios obtenían de los colegios la información de todos sus alumnos, principalmente datos familiares, domicilios y teléfonos, con lo cual conformaron un extraordinario banco de datos. En 1995, al salir Villapalos de la Universidad Complutense, IUVE perdió esas canonjías que ya antes, en 1993, habían sido otorgadas también a una de las principales cartas de presentación educativas de los legionarios en España, el Centro Universitario Francisco de Vitoria (Cufvi). Por gestiones de Villapalos, la Universidad Complutense de Madrid otorgó su adscripción al Centro Universitario Francisco de Vitoria que, dirigido por el padre Santiago Oriol, ha sido nutrido con apellidos como Domecq, Cabeza de Vaca, Espinoza de los Monteros, Koplowitz, Romero de Joséu, Masavéu, Méndez de Vigo, Alcocer, Fuster, Vega-Seoane, López de Carrizosa o Von Habsburg-Lothrin, e inclusive allí han estudiado descendientes del dictador Francisco Franco. El Cufvi, que finalmente obtuvo el rango de universidad, ha sido un importante instrumento de los legionarios en España para expandirse durante los últimos 15 años. “A través de esta universidad, los legionarios investigan a fondo a todos los estudiantes, sus redes familiares, las fortunas y su poderío político o influencia, y por medio del alumnado llegan a la familia, para ver cómo se pueden beneficiar. “Una de las estrategias de los legionarios es organizar Olimpiadas Internacionales entre el alumnado de sus propios colegios y universidades (…) buscan la mejor representación de los países, y logran atraer a gente poderosa que utilizan en las fotografías de los eventos. Esta estrategia, que ellos llaman ‘de yuxtaposición’, implica que otros poderosos también van a querer tomarse una foto convirtiéndose en facilitadores de esa vinculación...”, refiere. Los Legionarios de Cristo cuentan además con destacados consejos asesores. Por ejemplo, en el Departamento de Derecho de esta universidad tienen a su servicio a miembros de una decena de los más importantes bufetes de abogados de España. Uno de ellos, dice Torres Robles, es el bufete Añoveros y Pérez-Llorca, uno de los más influyentes de toda España, primero por el origen político de los fundadores, Jaime García Añoveros y José Pedro Pérez-Llorca, en la Unión de Centro Democrático (UCD), quienes fueron asesores del presidente José María Aznar. Pérez-Llorca, explica el escritor, fue uno de los padres de la Constitución de 1978 y el negociador para la entrada de España a la OTAN, así como vicepresidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank que ahora preside Aznar. El poder político Si bien es cierto que los Legionarios de Cristo lograron asentarse en España con el dictador Francisco Franco, fue precisamente la llegada de Aznar y el Partido Popular al gobierno español lo que les significó “sus mayores cotas de implantación en este país”, afirma Alfonso Torres. El autor documentó que la esposa de Aznar, Ana Botella, actual concejal de Empleo y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, y la hermana de ésta, Macarena, eran y aún son “relevantes colaboradoras” de los Legionarios de Cristo. Pero además un gran número de exmiembros del gabinete de Aznar e integrantes de la FAES están ligados a la organización de Marcial Maciel, como el exministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos (cuya esposa e hijos están igualmente vinculados con la legión); el exministro Marcelino Oreja Aguirre, y el mismo líder vitalicio del PP y expresidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga (exministro de Franco), quien impartió al menos una conferencia en la Universidad Anáhuac de la Ciudad de México. Uno de los excolaboradores de la FAES y amigo cercano de Aznar que ha colaborado estrechamente con los Legionarios es Juan Villalonga. Su cercanía con el entonces presidente español le permitió llegar a la presidencia de Telefónica –una trasnacional española que hoy tiene fuerte presencia en América Latina–, desde donde dispuso beneficiar a la asociación IUVE, de los Legionarios, con su programa “Un Kilo de Ayuda”. Villalonga es esposo de Adriana Abascal, la modelo mexicana que estuvo antes casada con el magnate de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre. También se encuentran involucrados en esta red personajes de la cultura y del deporte, como el tenor Plácido Domingo –quien ha colaborado en eventos e iniciativas de la orden religiosa– y la atleta Sandra Mayers. De acuerdo con el escritor, pareciera que el único círculo de poder que les está vedado en España es la propia jerarquía católica de este país, pues debido a que los Legionarios están dominados por religiosos mexicanos, cualquier intento de éstos por acceder a la cúpula sería frenado, pues los actuales jerarcas españoles, ultraconservadores también, se sentirían amenazados por los mexicanos... |
“México es paradisíaco e indudablemente infernal”, le escribe Malcolm Lowry a Jonathan Cape. A un amigo le confiesa: “México es el sitio más apartado de Dios en el que uno pueda encontrarse si se padece alguna forma de congoja; es una especie de Moloch que se alimenta de almas sufrientes”. JV.
martes, febrero 05, 2008
Imperio de la legión
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