domingo, octubre 05, 2008

Dos poemas

Anoldo Krauz

Vi la muerte

Vi la muerte en sus ojos.

Él lo sabía.

La víspera escribió:
“Mañana es demasiado.”

Él lo vivía.

Entre sus manos
quedó prensada
la última mariposa.

Él lo hizo.

Vi la muerte en su rostro.

Él la llamó.

Bebí su alma.

Él me la dio.

Antes del amanecer las flores
se habían marchitado.


De aire

De aire eres

De aire te imagino:
Transparente, volátil.

De aire te pienso:
Entre los poros de la piel,
junto a las aves que hablan
con las nubes. Como la arena
debajo del mar.

Inaprensible,
incorruptible.
Como el viento imposible de beber.

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