Tomás Mojarro
Ahora sí, mis valedores: va en serio esta vez. Esta vez la agresión fue en contra de todos nosotros. En esa ocasión la violencia tomó como blanco no al gobierno, no a los de uniforme, no a militantes del cartel rival, sino a todos nosotros, las masas sociales. Sin más.
¿Y qué? ¿Ni con esa provocación, ni con esta sangre y este dolor colectivo vamos a reaccionar? ¿No habremos de decidirnos a buscar el remedio? ¿Ni con provocación tan atroz vamos a proceder como adultos? ¿Preferimos seguir como infantes, como adolescentes, como sociedad inmadura? ¿Vamos a delegar, una vez más, en un Sistema de poder que en mil y una formas y en mil y una ocasiones nos ha demostrado que no es, como lo definía el clásico, un gobierno que mande obedeciendo, al que obedecemos como sus mandantes? A tal gobierno sí podemos y debemos exigir, porque es nuestro gobierno, aliado de todos nosotros porque lo integramos con un candidato de todos nosotros, la denominada sociedad civil, y no como hasta ahora, que procede de alguno de los partidos políticos, parte integral del Sistema Esto, mis valedores, será posible después de crear estrategias con las que nos arroguemos ese poder popular que nos garantiza el 39 Constitucional.
Pero al no tener conciencia del cambio histórico que precisamos y que sólo nosotros hemos de efectuar, tampoco tenemos conciencia del enemigo histórico de ese cambio, y entonces, en nuestra ignorancia, vamos a los terrenos del tigre, con veladoras le iluminamos el escondrijo, y a gritos y sombrerazos le exigimos que deje de devorar carne humana.
Y sí, triunfantes después de arrancarle hasta 75 propósitos de enmienda, tan tranquilos volvemos a casa. Promesas más o menos, ¿el tigre va a volverse vegetariano? ¿Por amor a nosotros, que le aportamos el alimento? Después de lo acontecido la noche del 15 del mes en Morelia, ¿seguir delegando en el tigre, que es decir en el Sistema de poder? ¿Seguirle entregando ese nuestro poder, que nos garantiza el 39 Constitucional? Mis valedores: ya nos tomaron la medida; nos la tomaron por nuestra pura ignorancia..
Y ahora sí, ante los nuevos tiempos mexicanos, tiempos del terrorismo, el de Los Pinos convoca a las masas sociales:
“pueblo y gobierno unidos”, forma obvia, descarada, de diluir su responsabilidad. Y nosotros, una vez más, ¿caer en la manipulación y por comisión u omisión convertirnos en cómplices del enemigo histórico de nuestro cambio? Porque a ver: ¿quién es el responsable directo de cumplimentar los fines últimos del Estado al que, para eso mismo, desde los escarceos iniciales de la civilización entregamos un cacho de libertad personal y con ello rebasar el estado de naturaleza, la ley de la selva, la ley del más fuerte? Esos fines, recuérdenlo, se sintetizan en un par de vocablos: bienestar y seguridad. ¿Hoy mismo, en los tiempos que corren, ¿los cumple el Sistema de poder? Mis valedores…
Ante el reguero de niños, mujeres, viejos y adultos en la plaza principal de Morelia, ¿vamos a seguir ignorando, desperdiciando, la herencia del 1968, parteaguas que fue en la historia de México y en el que Morelia y su Universidad desempeñaron un papel fundamental en la Conferencia Estudiantil de 1963? ¿Vamos a seguir en la ignorancia de esas formas de organización celular autogestionaria que nos otorguen ese poder que pregona el 39 en la Carta Magna, y con ello hacer efectiva la democracia participativa que fue bandera del 68: plebiscito, referendo, revocación de mandato? O por contras, ¿a seguir con esa cultura que, para distorsionarnos, para borrarnos la memoria histórica, nos infiltra el Sistema de poder? “Ustedes exijan, sigan exigiendo, tomen la calle cuantas veces quieran. Ustedes y nosotros, los del Poder que debiera ser suyo y nos han entregado, vamos a crear comisiones de ciudadanos que vigilen las acciones del gobierno, y nos exijan cuando perciban que no cumplimos compromisos como los 75 de aquella noche de agosto cuando todos ustedes, ‘organizados’, iluminaron México“.
Ahora sí, mis valedores: va en serio esta vez. Esta vez la agresión fue en contra de todos nosotros. En esa ocasión la violencia tomó como blanco no al gobierno, no a los de uniforme, no a militantes del cartel rival, sino a todos nosotros, las masas sociales. Sin más.
¿Y qué? ¿Ni con esa provocación, ni con esta sangre y este dolor colectivo vamos a reaccionar? ¿No habremos de decidirnos a buscar el remedio? ¿Ni con provocación tan atroz vamos a proceder como adultos? ¿Preferimos seguir como infantes, como adolescentes, como sociedad inmadura? ¿Vamos a delegar, una vez más, en un Sistema de poder que en mil y una formas y en mil y una ocasiones nos ha demostrado que no es, como lo definía el clásico, un gobierno que mande obedeciendo, al que obedecemos como sus mandantes? A tal gobierno sí podemos y debemos exigir, porque es nuestro gobierno, aliado de todos nosotros porque lo integramos con un candidato de todos nosotros, la denominada sociedad civil, y no como hasta ahora, que procede de alguno de los partidos políticos, parte integral del Sistema Esto, mis valedores, será posible después de crear estrategias con las que nos arroguemos ese poder popular que nos garantiza el 39 Constitucional.
Pero al no tener conciencia del cambio histórico que precisamos y que sólo nosotros hemos de efectuar, tampoco tenemos conciencia del enemigo histórico de ese cambio, y entonces, en nuestra ignorancia, vamos a los terrenos del tigre, con veladoras le iluminamos el escondrijo, y a gritos y sombrerazos le exigimos que deje de devorar carne humana.
Y sí, triunfantes después de arrancarle hasta 75 propósitos de enmienda, tan tranquilos volvemos a casa. Promesas más o menos, ¿el tigre va a volverse vegetariano? ¿Por amor a nosotros, que le aportamos el alimento? Después de lo acontecido la noche del 15 del mes en Morelia, ¿seguir delegando en el tigre, que es decir en el Sistema de poder? ¿Seguirle entregando ese nuestro poder, que nos garantiza el 39 Constitucional? Mis valedores: ya nos tomaron la medida; nos la tomaron por nuestra pura ignorancia..
Y ahora sí, ante los nuevos tiempos mexicanos, tiempos del terrorismo, el de Los Pinos convoca a las masas sociales:
“pueblo y gobierno unidos”, forma obvia, descarada, de diluir su responsabilidad. Y nosotros, una vez más, ¿caer en la manipulación y por comisión u omisión convertirnos en cómplices del enemigo histórico de nuestro cambio? Porque a ver: ¿quién es el responsable directo de cumplimentar los fines últimos del Estado al que, para eso mismo, desde los escarceos iniciales de la civilización entregamos un cacho de libertad personal y con ello rebasar el estado de naturaleza, la ley de la selva, la ley del más fuerte? Esos fines, recuérdenlo, se sintetizan en un par de vocablos: bienestar y seguridad. ¿Hoy mismo, en los tiempos que corren, ¿los cumple el Sistema de poder? Mis valedores…
Ante el reguero de niños, mujeres, viejos y adultos en la plaza principal de Morelia, ¿vamos a seguir ignorando, desperdiciando, la herencia del 1968, parteaguas que fue en la historia de México y en el que Morelia y su Universidad desempeñaron un papel fundamental en la Conferencia Estudiantil de 1963? ¿Vamos a seguir en la ignorancia de esas formas de organización celular autogestionaria que nos otorguen ese poder que pregona el 39 en la Carta Magna, y con ello hacer efectiva la democracia participativa que fue bandera del 68: plebiscito, referendo, revocación de mandato? O por contras, ¿a seguir con esa cultura que, para distorsionarnos, para borrarnos la memoria histórica, nos infiltra el Sistema de poder? “Ustedes exijan, sigan exigiendo, tomen la calle cuantas veces quieran. Ustedes y nosotros, los del Poder que debiera ser suyo y nos han entregado, vamos a crear comisiones de ciudadanos que vigilen las acciones del gobierno, y nos exijan cuando perciban que no cumplimos compromisos como los 75 de aquella noche de agosto cuando todos ustedes, ‘organizados’, iluminaron México“.
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