J. JESÚS ESQUIVEL
Ninguno de los capos mexicanos de la droga se siente verdaderamente amenazado por la guerra desatada en su contra por el gobierno de Felipe Calderón, porque les resulta fácil comprar protección de las propias autoridades, lamenta el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido. Si bien afirma que México ganará esta lucha, advierte que antes de eso los ciudadanos "pagarán un precio alto" por la narcoviolencia. En entrevista con Proceso, Placido revela una de las preocupaciones actuales de Washington: las reiteradas alusiones a los nexos criminales de los colaboradores más cercanos del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
WASHINGTON.- Para la Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), la narcoviolencia y el grave problema de corrupción por narcotráfico en las más altas esferas del gobierno mexicano se deben a que "ninguno de los capos de los cárteles de la droga" se considera realmente en riesgo ante las acciones del presidente Felipe Calderón.
Y "la razón principal por la que no se sienten amenazados es porque tienen un amplio poder de corrupción que les brinda un tipo de inmunidad, digamos, garantizada", explica Anthony P. Placido, el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, en entrevista con Proceso.
Añade que el gobierno de Calderón se esfuerza para erradicar la corrupción por narcotráfico, pero acabar con esa práctica, dice, tomará tiempo y provocará luchas sangrientas.
"La situación que vive México en estos momentos es similar a la que se vivió en Colombia a principios de la década de los ochenta", afirma. Y vaticina: "El reto del gobierno mexicano es transformar una amenaza a la seguridad nacional en un problema que pueda ser resuelto por la policía civil. Y, desde nuestro punto de vista, ese es el rumbo que está siguiendo México, pero tomará tiempo y se requerirá de un mayor sacrificio de la gente en ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Culiacán y otros puntos del estado de Sinaloa donde hay demasiada violencia. Allí la situación empeorará un poco antes de que se resuelva el problema".
Placido refiere que la DEA incluso podría aceptar acuerdos con narcotraficantes mexicanos, similares a los que pactó en Colombia para facilitar que los capos se entreguen, aunque, dice, por ahora no ve condiciones para ello.
"Si están dispuestos a rendirse en términos que sean aceptables para nosotros, estaríamos felices de aceptar sus propuestas, (pero) ninguna de las organizaciones criminales mexicanas se rendiría en estos momentos, a menos que se sientan realmente amenazadas por las operaciones del gobierno mexicano."
A finales de los años ochenta y durante casi toda la década de los noventa, varios capos de los principales cárteles de Colombia (Medellín, Cali y Norte del Valle) negociaron, por medio de la DEA, su rendición ante las autoridades estadunidenses.
"La gente que por años ha estado involucrada en el narcotráfico y acepta cooperar ofreciendo información y evidencias para resolver el problema, puede recibir una reducción en su sentencia, y eso, creo, es una de las formas más apropiadas para acceder a negociar con los narcotraficantes", subraya el encargado de planear y operar las acciones de la DEA contra el narcotráfico a escala mundial.
El inquietante García Luna
El narcotráfico en México, indica Placido, cuenta con un poder de corrupción gubernamental que le proporciona ventajas, lo cual le preocupa mucho al gobierno de Estados Unidos.
Explica que por esa razón en el Congreso estadunidense hay voces que rechazan respaldar abiertamente a las autoridades mexicanas en una lucha común. De hecho, apunta, decenas de legisladores en el Capitolio se oponen ahora a darle a México los mil 400 millones de dólares pactados como parte de la Iniciativa Mérida.
"Nos preocupa, por ejemplo, que de manera constante se mencione que varios de los colaboradores más cercanos del secretario (de Seguridad Pública) Genaro García Luna podrían estar involucrados con grupos criminales como el de los (hermanos) Beltrán Leyva", acota, y evita dar nombres o más detalles sobre este rumor que inquieta al gobierno de Barack Obama.
El jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA señala que, pese a ello, el gobierno de Obama confía en Calderón porque está actuando con transparencia y determinación en el desmantelamiento de las redes gubernamentales corrompidas por el crimen organizado.
"Honestamente, el gobierno de Estados Unidos no estaría invirtiendo mil 400 millones de dólares en la Iniciativa Mérida si no estuviéramos seguros de que se está moviendo en la dirección correcta", destaca Placido, que también fue jefe en México de la DEA:
-¿Cuál es el cártel más poderoso de México?
-La federación del cártel de Sinaloa es la más asesina y poderosa. Ciertamente, el cártel del Golfo sigue siendo violento; el de los Arellano Félix está luchando por su sobrevivencia, apoyado en una sola pata; las facciones del cártel de Sinaloa, como la de los Beltrán Leyva, se están alineando con Vicente Carrillo Fuentes (del cártel de Juárez). Pero sin duda podemos decir que Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán son los capos más poderosos de México.
Las más recientes investigaciones de la DEA sobre la federación del cártel de Sinaloa, que lideran El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán, concluyen que esta organización criminal controla toda la costa del Pacífico y las principales rutas del trasiego de cocaína y heroína de México.
"Les da más poder el hecho de que son los dueños absolutos de las zonas de arribo a México de la cocaína procedente de Sudamérica, pero además poseen el lucrativo mercado de la mariguana, que les permite conseguir mucho dinero en efectivo y les cubre las pérdidas que sufren cuando se les confiscan los cargamentos de cocaína, heroína y otras drogas aquí en Estados Unidos o en México", subraya.
Con todo, Placido no comparte el punto de vista del Comando del Estado Mayor Conjunto del Pentágono según el cual México es un "Estado fallido" por su incapacidad para contener al narcotráfico.
"No creo que estemos cerca siquiera de decir que el gobierno de México ha fracasado y que los narcotraficantes han salido victoriosos, o que México es una tierra sin leyes y sin un gobierno que lo controle... No hay duda que en México hay mucha violencia, pero es el resultado de los esfuerzos del gobierno para detener el poder y la impunidad del narcotráfico", afirma Placido, quien hace una pausa para recapacitar en lo que dice y luego hace una anotación:
"Ciertamente, sí podría aplicarse lo del Estado fallido a lugares de México como Ciudad Juárez o Tijuana, donde hay un muy alto nivel de violencia. Pero al decir esto no quiero que se piense de ninguna forma que intento minimizar el gran problema de la violencia que sufren los mexicanos en otros lugares del país.
"Mi pronóstico sobre lo que puede pasar en México es que la gente primero pagará un precio alto por esta violencia, pero el gobierno va a ganar la guerra y romperá el circulo de impunidad que disfruta el narcotráfico y acabará con su influencia de corrupción y poder de intimidación."
Penetración en EU
Al jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA se le inquiere sobre la presencia de los cárteles mexicanos en 195 ciudades de Estados Unidos. Responde que la DEA y otras agencias federales de su país están haciendo todo lo posible por desmantelar a estas células, aunque reconoce que se expanden con rapidez y que es cada vez más difícil descubrirlas.
"Son una fuerza poderosa en Estados Unidos", acepta Placido, y explica que a partir de que los narcotraficantes colombianos comenzaron a utilizar a los operadores mexicanos para transportar droga en este país, grupos como el de los Arellano Félix, el de Vicente Carrillo Fuentes y el de El Chapo Guzmán empezaron a convertirse en los dueños absolutos del mercado estadunidense.
Por ejemplo, dice, "el mercado de drogas de Miami se proveía de los cargamentos que metían los colombianos por barco o por aviones procedentes de varios puntos del Caribe y Sudamérica. Actualmente esta droga es llevada por los narcotraficantes mexicanos en camiones de carga que salen de varios puntos de la frontera con México; El Paso, Texas, es uno de ellos", ejemplifica Placido, quien señala a Atlanta, Georgia, y a Los Ángeles, California, como dos ciudades donde los cárteles de México tienen un dominio "muy consolidado", y desde donde lanzan sus redes de distribución para las costas este y oeste.
"Aquí están activos todos los cárteles mexicanos. Entre ellos están compitiendo por el control de las ciudades, pero aún no se desata una guerra sangrienta como la que hay en México por esta situación; digamos que aquí son menos violentos", añade.
Sentado ante una pequeña mesa redonda en el noveno piso de las oficinas centrales de la DEA, Placido no se atreve en esta ocasión a pronosticar cuándo podría ser arrestado El Chapo Guzmán, uno de los criminales más buscados por la agencia estadunidense.
Considera que, ante la ola de narcoviolencia que afecta a casi todos los estados de la República Mexicana, no es este el momento indicado para hacer sus acostumbrados vaticinios. Y revela:
"Han sido varias, muchas, las ocasiones que (en territorio mexicano) hemos estado muy cerca y a punto de atrapar a El Chapo; pero al final algo pasa que nos impide su detención. Por alguna razón (El Chapo) recibe algún pitazo de que estamos cerca de él y se escapa en el momento preciso."
Aclara que en todas las operaciones de este tipo los agentes de la DEA van siempre acompañados de agentes federales y de soldados mexicanos, quienes son los encargados de ejecutar los arrestos.
Y advierte: "Nosotros simplemente proveemos de información de inteligencia, como parte de las acciones bilaterales y compromisos de intercambio de información que mantenemos con México en la guerra contra el narcotráfico".
Para el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, "el éxito de México (en esta lucha) es el éxito de Estados Unidos, pero sin duda este triunfo se consolidará el día que arrestemos a los capos del narcotráfico mexicano y cuando sean extraditados a Estados Unidos".
Ninguno de los capos mexicanos de la droga se siente verdaderamente amenazado por la guerra desatada en su contra por el gobierno de Felipe Calderón, porque les resulta fácil comprar protección de las propias autoridades, lamenta el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido. Si bien afirma que México ganará esta lucha, advierte que antes de eso los ciudadanos "pagarán un precio alto" por la narcoviolencia. En entrevista con Proceso, Placido revela una de las preocupaciones actuales de Washington: las reiteradas alusiones a los nexos criminales de los colaboradores más cercanos del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
WASHINGTON.- Para la Agencia Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), la narcoviolencia y el grave problema de corrupción por narcotráfico en las más altas esferas del gobierno mexicano se deben a que "ninguno de los capos de los cárteles de la droga" se considera realmente en riesgo ante las acciones del presidente Felipe Calderón.
Y "la razón principal por la que no se sienten amenazados es porque tienen un amplio poder de corrupción que les brinda un tipo de inmunidad, digamos, garantizada", explica Anthony P. Placido, el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, en entrevista con Proceso.
Añade que el gobierno de Calderón se esfuerza para erradicar la corrupción por narcotráfico, pero acabar con esa práctica, dice, tomará tiempo y provocará luchas sangrientas.
"La situación que vive México en estos momentos es similar a la que se vivió en Colombia a principios de la década de los ochenta", afirma. Y vaticina: "El reto del gobierno mexicano es transformar una amenaza a la seguridad nacional en un problema que pueda ser resuelto por la policía civil. Y, desde nuestro punto de vista, ese es el rumbo que está siguiendo México, pero tomará tiempo y se requerirá de un mayor sacrificio de la gente en ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Culiacán y otros puntos del estado de Sinaloa donde hay demasiada violencia. Allí la situación empeorará un poco antes de que se resuelva el problema".
Placido refiere que la DEA incluso podría aceptar acuerdos con narcotraficantes mexicanos, similares a los que pactó en Colombia para facilitar que los capos se entreguen, aunque, dice, por ahora no ve condiciones para ello.
"Si están dispuestos a rendirse en términos que sean aceptables para nosotros, estaríamos felices de aceptar sus propuestas, (pero) ninguna de las organizaciones criminales mexicanas se rendiría en estos momentos, a menos que se sientan realmente amenazadas por las operaciones del gobierno mexicano."
A finales de los años ochenta y durante casi toda la década de los noventa, varios capos de los principales cárteles de Colombia (Medellín, Cali y Norte del Valle) negociaron, por medio de la DEA, su rendición ante las autoridades estadunidenses.
"La gente que por años ha estado involucrada en el narcotráfico y acepta cooperar ofreciendo información y evidencias para resolver el problema, puede recibir una reducción en su sentencia, y eso, creo, es una de las formas más apropiadas para acceder a negociar con los narcotraficantes", subraya el encargado de planear y operar las acciones de la DEA contra el narcotráfico a escala mundial.
El inquietante García Luna
El narcotráfico en México, indica Placido, cuenta con un poder de corrupción gubernamental que le proporciona ventajas, lo cual le preocupa mucho al gobierno de Estados Unidos.
Explica que por esa razón en el Congreso estadunidense hay voces que rechazan respaldar abiertamente a las autoridades mexicanas en una lucha común. De hecho, apunta, decenas de legisladores en el Capitolio se oponen ahora a darle a México los mil 400 millones de dólares pactados como parte de la Iniciativa Mérida.
"Nos preocupa, por ejemplo, que de manera constante se mencione que varios de los colaboradores más cercanos del secretario (de Seguridad Pública) Genaro García Luna podrían estar involucrados con grupos criminales como el de los (hermanos) Beltrán Leyva", acota, y evita dar nombres o más detalles sobre este rumor que inquieta al gobierno de Barack Obama.
El jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA señala que, pese a ello, el gobierno de Obama confía en Calderón porque está actuando con transparencia y determinación en el desmantelamiento de las redes gubernamentales corrompidas por el crimen organizado.
"Honestamente, el gobierno de Estados Unidos no estaría invirtiendo mil 400 millones de dólares en la Iniciativa Mérida si no estuviéramos seguros de que se está moviendo en la dirección correcta", destaca Placido, que también fue jefe en México de la DEA:
-¿Cuál es el cártel más poderoso de México?
-La federación del cártel de Sinaloa es la más asesina y poderosa. Ciertamente, el cártel del Golfo sigue siendo violento; el de los Arellano Félix está luchando por su sobrevivencia, apoyado en una sola pata; las facciones del cártel de Sinaloa, como la de los Beltrán Leyva, se están alineando con Vicente Carrillo Fuentes (del cártel de Juárez). Pero sin duda podemos decir que Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán son los capos más poderosos de México.
Las más recientes investigaciones de la DEA sobre la federación del cártel de Sinaloa, que lideran El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán, concluyen que esta organización criminal controla toda la costa del Pacífico y las principales rutas del trasiego de cocaína y heroína de México.
"Les da más poder el hecho de que son los dueños absolutos de las zonas de arribo a México de la cocaína procedente de Sudamérica, pero además poseen el lucrativo mercado de la mariguana, que les permite conseguir mucho dinero en efectivo y les cubre las pérdidas que sufren cuando se les confiscan los cargamentos de cocaína, heroína y otras drogas aquí en Estados Unidos o en México", subraya.
Con todo, Placido no comparte el punto de vista del Comando del Estado Mayor Conjunto del Pentágono según el cual México es un "Estado fallido" por su incapacidad para contener al narcotráfico.
"No creo que estemos cerca siquiera de decir que el gobierno de México ha fracasado y que los narcotraficantes han salido victoriosos, o que México es una tierra sin leyes y sin un gobierno que lo controle... No hay duda que en México hay mucha violencia, pero es el resultado de los esfuerzos del gobierno para detener el poder y la impunidad del narcotráfico", afirma Placido, quien hace una pausa para recapacitar en lo que dice y luego hace una anotación:
"Ciertamente, sí podría aplicarse lo del Estado fallido a lugares de México como Ciudad Juárez o Tijuana, donde hay un muy alto nivel de violencia. Pero al decir esto no quiero que se piense de ninguna forma que intento minimizar el gran problema de la violencia que sufren los mexicanos en otros lugares del país.
"Mi pronóstico sobre lo que puede pasar en México es que la gente primero pagará un precio alto por esta violencia, pero el gobierno va a ganar la guerra y romperá el circulo de impunidad que disfruta el narcotráfico y acabará con su influencia de corrupción y poder de intimidación."
Penetración en EU
Al jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA se le inquiere sobre la presencia de los cárteles mexicanos en 195 ciudades de Estados Unidos. Responde que la DEA y otras agencias federales de su país están haciendo todo lo posible por desmantelar a estas células, aunque reconoce que se expanden con rapidez y que es cada vez más difícil descubrirlas.
"Son una fuerza poderosa en Estados Unidos", acepta Placido, y explica que a partir de que los narcotraficantes colombianos comenzaron a utilizar a los operadores mexicanos para transportar droga en este país, grupos como el de los Arellano Félix, el de Vicente Carrillo Fuentes y el de El Chapo Guzmán empezaron a convertirse en los dueños absolutos del mercado estadunidense.
Por ejemplo, dice, "el mercado de drogas de Miami se proveía de los cargamentos que metían los colombianos por barco o por aviones procedentes de varios puntos del Caribe y Sudamérica. Actualmente esta droga es llevada por los narcotraficantes mexicanos en camiones de carga que salen de varios puntos de la frontera con México; El Paso, Texas, es uno de ellos", ejemplifica Placido, quien señala a Atlanta, Georgia, y a Los Ángeles, California, como dos ciudades donde los cárteles de México tienen un dominio "muy consolidado", y desde donde lanzan sus redes de distribución para las costas este y oeste.
"Aquí están activos todos los cárteles mexicanos. Entre ellos están compitiendo por el control de las ciudades, pero aún no se desata una guerra sangrienta como la que hay en México por esta situación; digamos que aquí son menos violentos", añade.
Sentado ante una pequeña mesa redonda en el noveno piso de las oficinas centrales de la DEA, Placido no se atreve en esta ocasión a pronosticar cuándo podría ser arrestado El Chapo Guzmán, uno de los criminales más buscados por la agencia estadunidense.
Considera que, ante la ola de narcoviolencia que afecta a casi todos los estados de la República Mexicana, no es este el momento indicado para hacer sus acostumbrados vaticinios. Y revela:
"Han sido varias, muchas, las ocasiones que (en territorio mexicano) hemos estado muy cerca y a punto de atrapar a El Chapo; pero al final algo pasa que nos impide su detención. Por alguna razón (El Chapo) recibe algún pitazo de que estamos cerca de él y se escapa en el momento preciso."
Aclara que en todas las operaciones de este tipo los agentes de la DEA van siempre acompañados de agentes federales y de soldados mexicanos, quienes son los encargados de ejecutar los arrestos.
Y advierte: "Nosotros simplemente proveemos de información de inteligencia, como parte de las acciones bilaterales y compromisos de intercambio de información que mantenemos con México en la guerra contra el narcotráfico".
Para el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, "el éxito de México (en esta lucha) es el éxito de Estados Unidos, pero sin duda este triunfo se consolidará el día que arrestemos a los capos del narcotráfico mexicano y cuando sean extraditados a Estados Unidos".
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