miércoles, diciembre 22, 2010

¿Y si Latinoamérica (sic) dominase al mundo?

El abogado colombiano Óscar Guardiola-Rivera, con un doctorado en filosofía, ahora profesor de la Universidad de Londres (sección Birkbeck), publicó un libro de título temerario: ¿Y si Latinoamérica dominase al mundo? Cómo el sur desplazará al norte en el Siglo XX (Bloomsbury, Londres, 2010) –que valió el bautizo de Richard Gotten, The Guardian (3/7/10).

Es probable que la atracción del libro provenga de la fascinación británica por el dominio mundial, ahora que está en boga repartirse el féretro de EU, como revela otro libro: Cuando China domina al mundo, de un colaborador de The Guardian, Martin Jacques.

The Globalist (11/12/12) toma un extracto que titula en forma impactante Estados Unidos de Latinoamérica (sic), cuyo argumento nodal radica en que a pesar de sus diferentes niveles económicos ahora, Estados Unidos y Latinoamérica comparten varias similitudes. Y al contrario de lo que el mundo desarrollado piensa, estas similitudes pueden significar que América Latina pueda (sic) emerger como el líder del nuevo mundo económico.

Según Guardiola-Rivera, Latinoamérica hace sentir su presencia al haber perdido el temor (sic) de dar la espalda a algunos (sic) vigentes puntos de vista económicos que han perdido ahora su valía.

Luego de describir una serie de similitudes libertarias con culturas diferentes –que pueden ser aceptadas o rechazadas (da igual, no es el punto del debate)–, aduce que el constante intercambio de bienes, poblaciones y territorios (sic) son la fuente de sus diferencias desoladoras (sic). EU es rico, mientras Latinoamérica es comparativamente pobre. Estados Unidos combate guerras en otros lados del mundo. América Latina, no.

Empieza lo interesante: Conforme la clase media de EU amenaza en derrumbarse bajo el peso de la crisis económica, se encontrará en un territorio político que sería familiar a muchos al sur. Mientras las clases medias de Brasil o Colombia parecen más confiadas sobre los prospectos para el futuro. Muchos de los jóvenes banqueros y hombres de negocios de Brasil detentan posgrados de las escuelas de negocios de EU. ¿Qué tan formativo será?

Lo óptimo: La decisión de Latinoamérica de formar una Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que también encuentra su inspiración en el sueño de la Unión Europea, es crucial (sic) para entender el orden mundial que nos llevará al siglo entrante.

Considera que la Celac se ha reunido alrededor del objetivo de redefinir el sistema monetario internacional en el nombre de la soberanía nacional y los polos regionales (sic), por un lado, y la filosofía de la igualdad de las relaciones comerciales adentro (sic) como entre (sic) sus sociedades, por otro lado.

Por lo visto, quienes coligen la geopolítica, como el británico Richard Gotten, se han asombrado de la cumbre celebrada en Playa del Carmen, Quintana Roo, este año para formar la Celac, de 33 países, desde un sur que excluye a EU y Canadá y desafía el existente orden financiero y económico controlado por el norte .

Richard Gotten aduce que todos (sic) saben que cosas interesantes (sic) están pasando en Latinoamérica, aunque su exacto (sic) significado no es siempre aparente inmediatamente (sic) y cita a los notables mandatarios del sur, de acuerdo a su predilección ordenada (que perturbará de envidia y rabia a la fauna neoliberal): Chávez, Lula, Evo, Correa y Cristina. No cita siquiera al falso anfitrión, más ligado a los designios del norte que a la grandiosa odisea del sur: Calderón, un hombre ahistórico y sin atributos, si le aplicamos la clasificación de Robert Musil.

A su juicio, la obra de Guardiola-Rivera desenmaraña, desde los rincones más oscuros y recónditos de la prehistoria –cuando aztecas, incas y habitantes del Amazonas eran sus propios agentes históricos– hasta los más recientes recortes de prensa, el prodigioso desarrollo de Latinoamérica: cuando los países más ricos del mundo han estado temblando al borde de la bancarrota y el colapso (sic), muchos (sic) de los anteriormente ignorados gobiernos de Latinoamérica, firmemente (sic) apoyados por movilizaciones de masas (sic) de sus pueblos, han estado construyendo una alternativa radical (sic), local y sustentable (sic), a las recetas que les fueron impuestas hasta el final del siglo XX por los falsos profetas del Banco Mundial y el FMI.

Richard Gotten pone en evidencia la razón del título del libro de Guardiola-Rivera, quien predice la inminente captura hispana de EU, antes de la mitad de este siglo. EU se encuentra ya en camino de convertirse en un país latinoamericano (¡extra-súper-sic!), con inmensas marchas proinmigrantes de los años recientes en ciudades estadunidenses que se parecen a las amplias movilizaciones populares que han llevado al cambio político en Latinoamérica.

Guardiola-Rivera predica una frase maravillosa: Puede existir confusión, pero existen pueblos en el mundo que no se sientan a esperar por un algún sacerdote para decirles adónde ir.

Richard Gotten concluye que el libro de Guardiola-Rivera es perverso (sic) y complicado, pero coloca las soluciones a la presente crisis económica del mundo rico en su propia perspectiva global.

Conclusión

En contraste con la propaganda muy aburrida (de más de un cuarto de siglo) de los latinófobos, quienes aspiran y suspiran tanto por la deslatinización de Latinoamérica como a su doble israelización y estadunización, en la presentación de mis dos libros más recientes en la FIL de Guadalajara (El híbrido mundo multipolar: Un enfoque multidimensional y El fin de una era: Turbulencias en la globalización, ambos de Editorial Orfila/Jorale; 2010) –que ya está en youtube (página web: alfredojalife.com)–, aludí a una de las tendencias regionales del incipiente nuevo orden multipolar, donde no solamente el norte del hemisferio se estaba latinizando demográficamente –sin contar la parte latina de Québec–, sino que, sudamérica, en particular (cuando EU controla militarmente el eje que va del Plan Colombia a la calderonista Iniciativa Mérida), se ha convertido prodigiosamente en el polo de la latinidad global (por encima de la decadencia de su matriz cultural europea) y donde México, por necesidad ontológica e imperativo geopolítico, debe representar un puente civilizatorio entre ambos polos del norte y el sur sin renegar su latinidad, la cual debe ser reafirmada intensivamente, y con la tarea obligatoria de ejercer al máximo su poder cultural incomparable en todo el continente apabullantemente latino.

Este debate no es menor y es francamente definitorio del porvenir mexicano cuando Sudamérica, inundada por los óptimos estadistas de su historia, ha emprendido su fulgurante odisea histórica, ya muy difícil de detener, mientras el México profundo (re) clama y (ex) clama su redefinición latina.

No hay comentarios.: