jueves, marzo 17, 2011

El sueño y los accidentes

Armando Castorena Maldonado *

MÉXICO, D.F., 16 de marzo.- La conmemoración del Día Mundial del Sueño es un evento reciente (2008), instituido por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño, con el objetivo de estimular la atención de todos los sectores, tanto públicos como privados, acerca del impacto del sueño en la salud colectiva.

Aprovecharemos la próxima conmemoración del 18 de marzo para destacar una de las consecuencias más devastadoras del mal dormir: los accidentes.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 30% de los accidentes están relacionados con la somnolencia excesiva diurna y el cansancio, que son los síntomas típicos de las desveladas. Asimismo, la Junta para la Seguridad en el Transporte estadunidense ha reportado que 18% de los accidentes carreteros, 36% de los aéreos, 16.5% de los de tranvía, 18.7% de los marítimos y 9.9% de los ocurridos en gasoductos fueron claramente asociados al efecto del mal dormir (privación o trastornos del sueño).

A nadie le sorprendería saber que un accidente puede haber sido provocado por la ingesta de bebidas alcohólicas, pues todos tenemos información de que esa es una de las principales causas; sin embargo, es menos conocido el hecho de que una persona con el desvelo de una sola noche tiene el mismo efecto adverso que el producido por el consumo de alcohol en una concentración similar a la no permitida para conducir. Es decir, dentro de los factores de riesgo reconocidos para accidentes está el uso de alcohol y drogas, así como la distracción por uso de teléfonos celulares, pero el cansancio y la somnolencia diurnos, aunque bien identificados en la literatura científica, son poco conocidos por la población general y las autoridades.

Diariamente los accidentes de tránsito provocan poco más de 3 mil muertes y 139 mil heridos en el mundo. El significado en la salud colectiva es que representan la novena causa general de mortalidad, y lo más preocupante es que, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, para 2020 se convertirán en la tercera causa de decesos en el mundo y en una carga para las economías de todos los países, principalmente para las naciones en vías de desarrollo, donde existen menos políticas preventivas. Estos datos obligan a todos los sectores de la sociedad a adoptar acciones para la prevención de accidentes derivados del mal dormir.

Los grupos de alto riesgo son los jóvenes menores de 26 años de edad (ellos están presentes en 55% de los accidentes automovilísticos), los pacientes adultos con trastornos como las apneas del sueño (roncar y dejar de respirar al momento de dormir, muy ligado a la obesidad) y los que tienen insomnio crónico. La educación de la población general y la atención médica a los pacientes pueden prevenir todos los accidentes provocados por la privación del sueño y sus trastornos.

El 18 de marzo es una oportunidad para dar la importancia debida a los efectos del mal dormir en la salud pública y, por otro lado, para recordar que un buen dormir es sinónimo de felicidad.

El lema de este año es “Dormir bien, Crecer y Madurar Saludablemente”. En todas las edades, el dormir es necesario para una vida saludable. l



* El doctor Armando Castorena Maldonado es jefe de la Clínica de Trastornos Respiratorios del Sueño, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas”. (Ciudad de México. Teléfono: 56-66-86-40)

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