lunes, abril 11, 2011

Balance de la jornada

Carlos Hernández

Si Chivas representó el triunfo de la cantera sobre la cartera, la victoria de Pumas significó la supremacía del juego ofensivo sobre el defensivo, en un buen domingo para los que –como decía Ángel Fernández– quieren y aman al futbol.

Más allá de la utilización política que los involucrados quisieron hacer del clásico nacional, los juveniles rojiblancos ratificaron que es mejor invertir en fuerzas básicas y tener a jugadores como Érick Torres y Marco Fabián que tirar los dólares en elementos como Matías Vuoso, Miguel Layún, Topo Valenzuela y prácticamente todo el mediocre plantel de las humilladas Águilas.

Es benéfico para nuestro balompié un triunfo de un equipo de jóvenes sobre un plantel formado (mal formado) con el poder que supuestamente da el dinero. Y parece exagerado comparar a Torres con Javier Hernández, pero de lo que no hay duda es de que algo debe estar haciendo bien el polémico Jorge Vergara para que el Chicharito esté triunfando en la Liga Premier y el Cubo haya anotado en su primer gran clásico y sume seis goles en su campaña de debut.

América sigue quedando a deber en los partidos grandes. No puede con acérrimos rivales como Cruz Azul, Pumas y Chivas, con todo lo que eso implica para su sufrida afición.

Para colmo, Carlos Reinoso confundió ayer el americanismo con faltas arteras sobre el juvenil Torres. Una cosa es ser canchero –meter la pierna fuerte en momentos claves– y otra tratar de intimidar de mala manera a un jugador de 18 años. Pero a eso y a más deberá sobreponerse el Cubo si quiere seguir siendo considerado el heredero del Chicharito, nominado esta semana como novato del año de la Premier.

También fue un buen clásico para Marco Fabián. Apenas la semana pasada José Luis Real lo sacó a balcón al decir que ya debe crecer, que deje de ser Marquito, y ayer Fabián demostró que tiene talento y ganas de crecer, mientras Adolfo Bautista se quedará en una eterna promesa y. al pasar más tiempo en la banca, ya piensa en el retiro.

Por su parte, Pumas está de regreso. El triunfo sobre Tigres despejó las dudas que pudieron surgir por el tropiezo ante Jaguares.

Durante 89 minutos, el futbol mezquino de Ricardo Ferretti estaba dando resultados hasta que Israel Castro le puso justicia al partido. El actual capitán auriazul casi no anota, pero cuando lo hace sus goles son recordados, como aquel marcado al Real Madrid en el Bernabeu.

El zurdazo de Castro en Ciudad Universitaria representó el triunfo del maestro ante el alumno, pero principalmente la victoria del futbol ofensivo sobre la defensiva a ultranza que planteó el Tuca, a pesar de tener elementos desequilibrantes como Lobos, Álvarez, Danilinho y Mancilla.

Antes del duelo de ayer, el cuadro de la UANL sólo había recibido cinco goles en 12 partidos, en el clásico esquema de Ferretti que da resultados pero no alegra a la tribuna.

Cruz Azul, por su parte, parece seguir bajo una extraña maldición futbolera que podría explicarse por el pleito directivo entre Caín y Abel versión cementera, por jugadores que sólo sudan conformismo al enfundarse la playera celeste y un timonel que tuvo la ocurrencia de poner a su hijo como auxiliar técnico.

Es de destacar el título de la Sub-20 en el premundial de Guatemala, sobre todo porque fueron cinco triunfos contundentes que reflejan el trabajo de Juan Carlos Chávez en esta categoría.

Varios de los jóvenes que consiguieron el pase a Colombia dan sus primeros pasos en la máxima categoría –Diego Reyes, Carlos Orrantia, Taufic Guarch y David Izazola–, aunque en países exportadores, como Argentina y Brasil, a esa edad ya vuelan rumbo a Europa. La regla 20/11 ha servido para ver jóvenes en la primera, pero las canteras mexicanas necesitan de algo más para que surjan otros Cubos y Chicharitos.

chernandez@jornada.com.mx

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